Nuestras vidas (Diario)
Publicado en Feb 28, 2015
Voy a ser rápido y concreto. Mi pregunta es ¿se es inmigrante por deseo o se es inmigrante por necesidad? Pido que se razone la respuesta porque es una simple pregunta pero no una pregunta simple y resulta que no es lo mismo el deseo que la necesidad. Esto es lo que me salió desde dentro de mi alma, anoche mismo, después de contemplar el documental "Sunuy Aduna" de Alfonso Palazón en Salón de Actos de la Cerámica, de Molina de Segura, en la española Murcia. Y es que yo soy un español retornado. ¿Sabéis lo que es ser un español retornado después de haber vivido por esos mundos de Dios? En estos momento no puedo hacer otra cosa sino volver a transcribir, una vez más, la letra de una de mis mayores y mejores canciones que declamé en el "Café Libro" de la ecuatoriana Quito con el corazón partío, como canta Alejandro Sanz; aunque, al parecer, mi pregunta no le debió de gustar demasiado a Miguel, quien abandonó, todo enojado, el Salón. He aquí mi famosa e inolvidable canción.
"¿Por qué te tienes que marchar si tú ni yo lo deseamos? Sale el sol, nace la luz, me acerco a ti y te doy el beso de la despedida. Pero no llores pensando en mí, abre los ojos y mira, estoy siempre junto a ti estoy siempre junto a ti, no es lo mío ninguna huída. Que si marché no fue por deseo que marché por necesidad, para ser un viajero para ser un viajero que de pueblo en pueblo va sembrando gorriones grises, sembrando gorriones grises, que hablan de amor y paz. No llores más por tu hijo que se puso a caminar porque Dios así lo quiso, porque Dios así lo quiso, pero voy a regresar a darte un beso en la frente antes del viaje final. Que si marché no fue por deseo que marché por necesidad, para ser un viajero, para ser un viajero, que de pueblo en pueblo va sembrando gorriones grises, sembrando gorriones grises, que hablan de amor y paz". Y tampoco puedo olvidar jamás uno de mis poemas escritos con toda mi alma puesta en el empeño. Lo realicé en una humilde cafetería de la Universidad Central de la ecuatoriana Quito. Se titula "Gorriones con quien hablar" y dice lo siguiente: "Siempre llega solitario siempre marcha más allá... no se sabe de dónde viene, no se sabe a dónde va. Hay en sus ojos un silencio imposible de averiguar. No es tristeza ni es misterio, sólo un distraído mirar. Camina lento y despacio como si no quisiera dañar las piedras de los caminos, el verde del vegetal… Le observo cuando descubro que mora en el ventanal de la esquina donde bebe y fuma allí sin hablar. Hoy le pregunté la hora… una sonrisa, no más, se ha perfilado en su boca sin poderme contestar. No tiene reloj ni tiempo, no tiene ningún lugar, y esconde en su silencio algún profundo soñar. Su patria es el universo, no hay frontera en su caminar, y he podido descubrirle que ama la eternidad. Me ha regalado un verso antes de irse a andar… un verso que acaba diciendo “el Amor no morirá”. Si le encuentras algún día no interrogues su Verdad. Quizás sólo busca gorriones, gorriones con quien hablar". ¿Deseo o necesidad? No es lo mismo aunque a muchos se lo parezca. Y es que hay muchos que no saben nada de lo que es esto de tener que emigrar para poder ser esa persona que en tu propio país de nacimiento no te dejan ser. Lo digo por experiencia propia, así que no hablo de oídas ni a través de chismes sin base alguna. Lo digo porque lo he vivido. Una cosa es gozar de los viajes de turismo y otra viajar porque necesitas ser alguien en verdad realizado como ser persona y no esclavo de las imposiciones ajenas. Sé muy bien lo que es tener que sacrificar los ambientes en los que te has criado y educado; sé muy bien lo que es perder familiares y amigos (también amigas) a los que ya no puedes recuperar; sé muy bien lo que es un emigrante retornado (español en mi caso) y cómo y de qué manera se trata, en tu propio país de nacimiento (por desgracia me refiero a España), a los españoles retornados. Y eso que has estado por el mundo haciendo patria con tu buen trabajo y tu intachable conducta. Para que luego vengan los políticos y los de las ideologías políticas con su bla bla bla de siempre. Normalmente no saben de los inmigrantes nada más que los cotilleos de quienes van propalando que quienes hemos emigrado ha sido porque nos gusta vivir a costa de los demás. Al parecer no se han mirado a ellos mismos o si se han mirado a ellos mismos han llegado a creer que todos somos como ellos. En la exposición posterior a la proyección de la película documental se nos regaló anoche toda una verdadera "policromía" de datos sobre los inmigrantes; pero lo que sucede es que a mí los números se me olvidan con gran facilidad (al parecer a los ideólogos también) pero no se me olvidan, jamás, la mirada de los ojos de estos niños que sufren de abandono y de soledad, los diálogos de hombres y mujeres que buscan comprender lo que está sucediendo porque no tiene comprensión lógica alguna, las escenas de contraste entre los que viven a todo lujo y los que no se sabe bien cómo es posible que puedan estar todavía vivos. Entre las escenas he visto el desembarco de inmigrantes en La Playa de Los Cristianos y me viene a la memoria que yo soy cristiano. Por eso cierro esta vez mi Diario transcribiendo, textualmente, lo que un día yo escribí pensando en ti, pensando ti como ahora pienso. Se titula "Marchan los emigrantes", está publicado en mi novela histórica "Morir por ti siempre" y dice así: "Marchan los emigrantes por el desierto sufriente y siente Jesucristo en las alturas el dolor de las amarguras de aquel grupo indigente. La gente mira para otro lado y el viento helado se resiente... ¡Tormenta para la mente del duro potentado! Marchan los emigrantes en este mundo callado mientras el poeta ha hablado con su verbo resonante. Y la gente sigue siempre hablando ¡que vienen los emigrantes a quitarnos el bocado! Jesucristo va delante de aquel grupo caminando. Caminante... tu meta estás alcanzando mientra la gente parlante de pronto se está callando dejando al Camino que no miente de la Verdad suficiente. ¡Gente! ¡Jesucristo está orando por vuestra alma que miente! En el monte consagrado de aquella sangre caliente la Verdad ha contestado. ¡Gente! ¡Gente silente! ¡Vuestro corazón se ha helado! Marchan los emigrantes de un lado a otro lado mientras la gente miente y el avaro potentado guarda sus míseros duros en su bolso del pecado. Y desde el monte sangrante Jesucristo ha contestado: ¡Venid a mí emigrantes que os dejo estar a mi lado!". La paradoja, totalmente incoherente, absurda y falsa por todos los lados por donde se la quiera mirar, es que hay personas que echan la culpa de sus sufrimientos a Jesucristo. Será porque ni conocen a Jesucristo ni les interesa conocerle no vaya a ser que descubran que Él es el Camino, Él es la Verdad y Él es la Vida. Mientras tanto, Jesucristo vive y hace milagros. Quizás algún día la portera del Hogar pueda aprenderlo para poder comprenderlo y llegar a entenderlo con total claridad de ideas. Sólo me queda esperar que así sea pero, una vez ya demostrado, que cada cual sepa escoger qué es lo que quiere creer. Y cierro mi Diario con una simple pregunta. ¿Quién sabe de verdad quién es Jesucristo? Posiblemente esté tan cerca que algunas personas (como sucede con la portera del Hogar) ni tan siquiera se dan cuenta de su presencia por estar tam empeñadas en echarle la culpa de sus amarguras. Para pensar. Para razonar. Para meditar. Y también para aprender a creer o para ser siempre una persona incrédula. Pero que nadie diga que no ha podido elegir porque sería completamente falso y no hay fundamento alguno para decirlo. Jesucristo vive y hace milagros; así que somos nosotros, únicamente nosotros, los que debemos decidir entre creerlo o no creerlo. Adiós. Pero que nadie eche la culpa al empedrado si ha construido mal el camino por el que desea andar.
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