Por qué me abstuve, por qué me abstengo y por qué me abstendré (Reflexiones)
Publicado en Mar 03, 2015
Para poder hacer una introducción a la comprensión de mi actitud en negarme a votar en las urnas de las elecciones políticas (me abstuve en la de elección a la Asamblea de Europa, me abstengo en las próximas elecciones autonómicas y me abstendré en la elecciones nacionales de noviembre del 2015 después de Jesucristo a no ser que se cambie el Sistema, lo cual no es una utopía como se empeñan en decirnos todos los ideólogos sino que no solamente es posible de cara al futuro sino que ya hay antecedentes en la Historia Política de la Humanidad) es necesario volver a la famosa frase que dice: "La primera vez que me engañes la culpa será tuya pero la segunda vez que me engañes la culpa será mía" (que es un proverbio árabe). Apliquemos esta frase a los partidos y grupos políticos y ya sabremos por qué lo digo...
Antes de afirmar mi firme propósito de no volver a votar jamás en ninguna clase de elecciones a la que concurran ideologías (y todos los partidos políticos y grupos políticos tienen sus propias e interesadas ideologías) a no ser que se cambie el Sistema y las votaciones sean solamente a personas con ideas y no a personas con ideologías, lo primero que debemos aclarar para conocimiento de todos y de todas es saber qué es la Democracia. Cuando se inventó la Democracia no estaba prostituida por los partidos ni los grupos políticos ya que no existían. La palabra griega "democracia" ("el gobierno del pueblo") fue inventada por los atenienses para definir un sistema de gobierno de la ciudad en el cual las decisiones eran tomadas por la asamblea de ciudadanos y los candidatos no tenían ideologías porque no existían los partidos políticos ni los grupos políticos. O sea, en otras palabras más comprensibles, la Democracia nació como fórmula idónea para elegir a los gobernantes en base a las ideas de la sociedad (ideas sociales y no ideologías políticas para ser más exactos). De ahí que resulta que quienes están destruyendo a la Democracia son las ideologías de los partidos (sean cuales sean esas ideologías) y las ideologías de los grupos políticos (sean cuales sean esas ideologías). La democracia ateniense estaba basada en la selección de representantes por sorteo y las decisiones en otros casos por mayoría. La asamblea estaba compuesta por todos los ciudadanos varones de Atenas y votaban directamente a las personas, a las ideas de las personas y no a las ideologías de las personas porque entonces no existían las ideologías. Los electos no tomaban las decisiones porque los atenienses consideraban que dar el poder de tomar decisiones a los representantes electos era retirárselo al pueblo, convirtiendo el estado en una oligarquía. La democracia significaba (y para algunos aún significa) la igualdad ante las decisiones y ante la elección de decisiones y no la elección de personas encargadas de decidir. Una conclusión que obtuve en la anterior reunión de nuestro café-tertulia fue, como ya dejé por escrito, que "tu ideología (si es que la tienes) no es el conjunto teórico de todos los principios fundamentales de tu creencia política sino tu comportamiento ejemplar y tu forma y manera de actuar en la práctica". Mientras las elecciones sirvan para elegir a miembros de partidos o grupos políticos estaremos votando ideologías interesadas y no actitudes y comportamientos ejemplares y desinteresados. Está claro que la verdadera Democracia debe ser el gobierno al servicio de las necesidades del pueblo y no a los intereses de ningún partido ni de ningùn grupo politico que anteponen dichos intereses ideológicos antes que las verdaderas necesidades del pueblo al que dicen que gobiernan. Teniendo en cuenta esto que me parece tan importante, yo sólo acudiría a votar en las urnas de cualquier tipo de elecciones políticas cuando no existan ni partidos políticos ni grupos políticos (que no son necesarios para nada) porque no deseo votar a las ideologías sino a las ideas. No es cuestión de votar en listas cerrradas ni tampoco en listas abiertas sino de votar en listas donde no aparezcan para nada ninguna sigla política (ni partidos ni grupos políticos sino personas autónomas e independientes). A esto muchos dicen que es una utopía pero está demostrado que no lo es. Les interesa a los ideólogos de todos los partidos y grupos políticos decir que es una utopía porque les interesa seguir ansiando el poder para gozar de comodidades económicas y sociales aunque sea a costa de robar al pueblo o de dejar a muchas personas del pueblo (a quienes falsamente dicen gobernar) en situaciones totalmente precarias mientras ellos y ellas viven como les da la real gana. Las votaciones verdaderamente democráticas serían aquellas en que se presentase un único Listado de Personas (autónomas e independientes sin que pertenezcan a partidos ni a grupos políticos porque estos ya no existirían). O sea, que de un Listado General de aspirantes colocados por orden alfabético de sus primeros apellidos (para no dar ventaja a nadie) cada votante podría elegir (según el número de elegidos que pueda votar) a los que considere que tienen mejores ideas (ideas y no ideologías) y cuya forma de actuar y comportarse en la práctica diaria fuese honesta, honrada, ejemplar y al servicio de todo el pueblo y de toda la sociedad a quienes quieren representar. Mientras se mantenga este Sistema actual (que dura ya varios siglos cuando se sabe que es un continuo fracaso porque la inmensa mayoría de los representantes elegidos, salvo muy raras excepciones, son unos ladrones y unos interesados que se aprovechan del dinero de todos los habitantes de la sociedad a la que dicen defender siempre que se entreguen del todo a la ideología política de ellos y de ellas y que no son ideas para el bien desinteresado sino ideologias partidistas) yo me seguiré absteniendo siempre porque cuando he acudido a las urnas (ya no lo hago ni lo haré jamás mientras dure esta farsa de las ideologías) todos me han decepcionado por completo. Así que prefiero seguir con mis ideas libres y autónomas y no formar parte de la patraña que supone esto de estar gobernados por un partido único o por un partido con mayoría absoluta (en ambos casos es una Dictadura rechazable cien por cien) o por una pluralidad de partidos (que es una alianza de intereses ideológicos de espaldas por completo a los intereses del pueblo). Para demostrar que lo que planteo como alternativa a lo que existe no es una utopía, escojamos como ejemplo a España, sabiendo que España es una Monarquía Constitucional. Sin salirnos, para nada, de lo que es justo, lícito y legal, cada persona (hombre o mujer que esté en edad de acudir a las elecciones) podría aspirar a ser candidato solamente con sus ideas (ya que vuelvo a insistir que ya no existirían ideologías ni partidos ni grupos políticos) con la única obligación de presentar ante un Tribunal Selectivo sus curriculums y sus hojas de vida. Este Tribunal Selectivo estaría formado por 5 hombres sabios y 5 mujeres sabias, elegidos todos ellos y todas ellas directamente por el Rey (ya que estamos en una nación bajo la forma de Monarquía Constitucional). El Tribunal Selectivo estudiaría todos los curriculums y todas las hojas de vida de cada uno de los aspirantes y las aspirantes a ser elegidos y elegidas para formar el Gobierno de España. Después de este estudio profundo de curriculums y hojas de vida, todos los presentados como candidatos y candidatas para ser elegidos directamente por el pueblo español, deberían pasar por un profundo y extenso ejercicio de conocimientos culturales generales, un profundo y extenso test psicológico y un profundo y extenso examen psiquiátrico. Los que consiguiesen, en el total de todo ello, las mejores mil puntuaciones serían, en definitiva, los 1.000 candidatos y candidatas que se presentarían a las elecciones y cada persona con edad suficiente para votar en las urnas tendrían la oportunidad (única en toda la Historia de España), de haber participado directamente en las elecciones de las 100 mejores personas. Los 100 candidatos y candidatas que hubiesen sacada los 100 mejores puestos gracias a las libres elecciones porque ya no habría ni partidos ni grupos políticos con ideologías sino solamente personas con ideas a favor del bien social, serían las 100 personas que formarían parte del Gobierno de España, siendo Presidente el candidato o la candidata que más votos hubiera sacado y siendo Vicepresidente el candidato o la candidata que hubiese quedado en segundo lugar. Todos los demás cargos políticos los ocuparían personas elegidas gracias a los votos libres de ideología y gracias a la autonomía propia de cada votante. El Gobierno de España sólo estaría formado por 100 personas, con lo cual ya no tendrían que existir ni el Congreso de los diputados ni el Senado, y de esta forma tan sencilla se ahorrarían tantos miles de millones de euros cada año que España pasaría a ser una nación super desarrollada en todos los sentidos y se cumplirían todos los derechos para la población española recogidos en la Constitución y que ahora, con el obsoleto Sistema de los partidos y los grupos políticos ni se cumplen ni se cumplirán jamás porque se anteponen los intereses de las ideologías a las necesidades del pueblo. ¿Cómo se llevaría a cabo una Transición del Sistema de Partidos al Sistema de Personas? De una manera muy fácil y sencilla. Durante un período gubernamental (4 años) el Rey, junto con sus Consejeros, gobernaría en España (ya que somos una Monarquía Constitucional) y no habría ninguna clase de trauma para eliminar a todos los partidos y grupos políticos mientras se llevaría a cabo la selección de los 1.000 canditados y candidatas de los cuales (al cumplirse los 4 años de gobierno directo por parte del Rey y sus Consejeros) ya tendríamos unas verdaderas elecciones democráticas liberadas de cualquier ideología y basada solamente en personas con ideas. Después de ese pequeño período de 4 años de gobierno del Rey y sus Consejeros, ya tendríamos el primer período de 4 años de gobierno de Personas con ideas hacia el bien de todos y no con ideologías hacia el bien de unos cuantos y los demás en el olvido. Cada 4 años se seguiría desarrollando el Sistema de Personas (una vez eliminadas todas las ideologías partidistas o de grupos) y se habría demostrado que no es una utopía sino algo muy fácil y sencillo de hacerlo realidad. Es entonces cuando yo, para ser consecuente y coherente con lo que me planteo y planteo a los demás, iría a votar en las urnas. Mientras tanto me dedico a desarrollar los dones que Dios me ha regalado y que los demás se peleen por el poder todo lo que quieran pelear. O cambiamos el Sistema de los Partidos por el Sistema de las Personas o siempre estaremos igual de mal como estamos ahora y hemos estado siempre desde que los partidos y los grupos políticos prostituyeron a la Democracia.
Página 1 / 1
Agregar texto a tus favoritos
Envialo a un amigo
Comentarios (0)
Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.
|