Como dice Manuel Julián en "Un canto al origen", que leo hoy (sábado 7 de marzo del año 2015 después de Jesucristo) en el diario Marca, lo auténticamente romántico es alimentar la piel más difícil de alimentar: la piel del alma. Estoy totalmente de acuerdo con él cuando define como la verdadera patria de un hombre a su infancia. Ser del Bilbao, como decíamos de niños (Athletic Club es su verdadero nombre) es ser leyenda viva. Formar parte de la piel del Bilbao (el alma de los poetas del balón) y no cambiar nunca es despertar, día tras día, con la ilusión de que vamos a ganar algo más importante que un trofeo. Vamos a ganar, una vez más con nuestras infinitas ilusiones, esa gloria heroica que es ser chico de barrio que juega al fútbol con la magia del pueblo; ese pueblo sencillo que no ama ni el dinero, ni la fama, ni la vanidad. Por eso ser siempre del Bilbao (no haber abandonado nunca al Bilbao) es tener la nobleza y el carácter dentro de la piel del alma.
 
Recuerdo nombres. Desde Lezama hasta Gaínza y, después, miles de sucesores... porque el Athletic Club es una familia de sucesiones a la que pertenecemos cuando llega el partido, cuando vamos hacia el campo de juego superando todos los obstáculos y, bajo cualquier circunstancias, cuando no abandonamos la lucha hasta que, sudorosos, llenos de barro, mojados hasta los huesos o más frescos que una lechuga, damos por terminado el partido. Ser del Bilbao no es contar cuántas veces hemos ganado, cuántas veces hemos empatado o cuántas veces hemos perdido sino retener, en la memoria de nuestra alma, partido tras partido, jugada tras jugada, heroicidad tras heroicidad. Quizás eso sea ser chico de barrio, titán de las fiestas, poeta del balón.
 
La Copa Felipe es un eslabón más de nuestras ilusiones. Ganar o perder da lo mismo. Hemos triunfado, una vez más, porque hemos cumplido el sueño de vivir un sueño verdadero. Venga esa copa de más porque vamos a brindar por la Copa. A esto yo lo llamo voluntad, capacidad y hasta esa pequeña dosis de genialidad que hay que poseer dentro de nuestra alma para ser del Bilbao.