La conjura del Apollo (Novela) -Captulo 1-
Publicado en Mar 09, 2015
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- Harlem es distinto, Malcom...
 
- ¡No seas necio, Jones! Harlem sólo es un mito nada más.
 
Junto a la ventana del bar Katz's, en el 205E de Houston Street del corazón del Harlem de NuevaYork, Malcom y Jones intentan olvidar sus problemas con un par de sandwich de pastrami y dos botellas de cocacola. En los ojos de Jones se refleja el resplandor del orgullo y, a su vez, la indignación de la rebeldía.
 
- Malcom... ¡Harlem es nuestra casa, nuestra vivienda, nuestro hogar, el lugar que debemos dignificar en nombre de todos nuestros antepasados!... 
 
- Piensa bien, Jones. Ya estamos en 1949.
 
- ¡Por eso mismo no podemos hacer otra cosa que dignificar nuestra raza!
 
- Escucha, Jones. Harry Truman es un buen presidente. Le necesitamos. Él fue quien dijo que "Leyendo las vidas de los grandes hombres, descubrí que la primera victoria que ganaron fue sobre ellos mismos... La autodisciplina en todos ellos fue lo primero".
 
- ¡Simple palabrería, Malcom! ¡No te das cuenta de que es simple palabrería nada más!
 
- Y yo te digo que eso es tener carácter.
 
- ¿Carácter? ¿Y qué pasa con la dignidad de nosotros los negros? ¿Tenemos que seguir siendo siempre la escoria de los sociedad dominada por el carácter de los blancos? 
 
- Olvidas algo fundamental, Jones. No existen raza blanca y raza negra. En este país sólo existe raza humana. Si no empezamos por comprender eso no podremos comprender nada más.
 
- ¡Deja ya las metáforas políticas para los filósofos de las ideologías, hermano! ¿Cuál es nuestra realidad en la práctica diaria? ¡No podemos sentarnos en los autobuses donde sólo se sientan los blancos, no podemos ir a las mismas escuelas y nos acusan, sin pruebas demostradas, de crímenes y violaciones que nunca hemos cometido! ¿Es eso una victoria sobre nosotros mismos o una derrota por ser cobardes?
 
- Tienes demasiado odio, Jones...
 
- ¡Y tú pareces haber olvidado a los "chicos de Scottsboro"! ¿Ya no recuerdas a los "chicos de Scottsboro", gran orador de la democracia? Nueve adolescentes afroamericanos fueron acusados sin prueba alguna, en Alabama, de violar todos ellos a dos mujeres blancas mientras viajaban a bordo de un tren de mercancías. Solamente por el hecho de ser acusados por un grupo de adolescentes blancos, sin comprobar ninguna de sus declaraciones por ver si eran verdaderas o falsas, estando a punto de morir linchados por nuestros hermanos blancos, como tú los llamas, fueron condenados a pena de muerte salvo un menor de edad. De acuerdo que fue sustituida la pena de muerte por cadena perpetua. ¡Vaya consuelo, hermano, vaya consuelo! ¡Y sólo por culpa de dos putas blancas llamadas Ruby y Victoria! ¡La rubia victoria le llamo yo a eso, hermano negro! ¡La rubia victoria por ser blancos mientras nosotros los negros seguimos esperando que venga un líder salvador que nos haga salir de nuestros agujeros para poder tener los mismos derechos que los blancos! Menos mal que Harlem es distinto, Malcom... 
 
- No podemos ser apólogos de la violencia.
 
- ¿Y el Ku-Klux-Klan? ¿No son apólogos de la violencia los cabrones del Ku-Klux-Klan" ?
 
- Olvidas que antes llegaron a ser hasta tres millones y ahora son menos de treinta mil.
 
- ¡Ahora serán menos de treinta mil pero tienen el mismo poder que tenían cuando eran hasta tres millones! ¡Eso es lo que importa, hermano! ¡No el número sino el poder! ¿Te das cuenta ya de lo que necesitamos nosotros los negros?
 
- Me parece que vas a equivocarte una vez más, Jones...
 
- ¡El poder negro es nuestra única alternativa, hermano!
 
- Escucha, Jones. Tu padre se está dejando los huevos día tras día para poder ofrecerte un futuro mejor...
 
- ¿Un futuro mejor, para ti, es terminar siendo un miserable empleado de la recogida de las basuras que arrojan los blancos?
 
- ¡No hables así de tu padre, desgraciado! ¡Su valor reside en hacer algo que tú serías incapaz de hacer! 
 
- ¿Para recoger la basura de las calles de Nueva York hay que tener valor?
 
- ¡Mucho más que ir por las calles de Nueva York siendo solamente un parásito como tú y todos los que formais la pandilla!
 
- ¡"The Kids of Courage" es lo único que nos identifica como seres humanos, así que haz el favor de respetarnos, Malcom!
 
- ¿Puedo sentarme ya con vosotros, hermanos?
 
- ¡Hola, White! ¿Traes lo que te pedí?
 
- ¡Aquí lo tienes, Jones! Cinco ejemplares de "La tempestad" de Shakespeare.
 
White sacó los cinco ejemplares y se sentó junto a Jones.
 
- ¿Qué estais intentando hacer, Jones?
 
- ¿No te encanta tanto la cultura, Malcom? ¡Teatro! ¡Estamos intentando hacer teatro para ser chicos de provecho! ¿No es eso lo que quiere mi padre que practique para tener un futuro mejor?
 
- No estaría nada mal, Jones... pero como dice Marcel Aymé... algunas personas son tan falsas que ya no son conscientes de que piensan justamente lo contrario de lo que dicen...
 
- ¿Quién es Marcel Aymé, Malcom?
 
- ¿Tú compras libros de teatro y no sabes quién es Marcel Aymé?
 
- No le hagas caso, White. No es necesario que sepamos quien es ese tal Marcel Aymé para ser artistas de verdad.
 
- No tomes el asunto con tanta ironía, Jones. Ni tú ni tu compinche sabéis nada de teatro así que esto de haber comprado cinco ejemplares de "La tormenta" de Shakespeare me da malas sensaciones. Algo estais tramando.
 
- ¿Pero es que no estás con nosotros, Malcom?
 
- Escucha bien, White. Estoy con vosotros porque soy uno de vosotros; pero dudo de que las cosas que hacéis sean las mismas que yo hago.  
 
- ¿Y qué haces tú de especial para ser diferente a nosotros?
 
- Trabajar muy duro porque sé que algún año ya no muy lejano podré estudiar en una Universidad. 
 
- ¡Jajajá, Malcom! ¡Jajajá! ¡Un negro estudiando en una Universidad de los Estados Unidos! ¡Jajajá! 
 
- Todos los imbéciles solo saben reír cuando no entienden otra cosa más que su impotencia para poder cambiar su mundo.
 
- ¡No permito que me llames imbécil, chico inteligente!
 
- ¿Y qué eres tú dentro de "The Kids of Courage", Jones, salvo un imbécil que sigue las ideas de la violencia de un vago, maleante, mujeriego y, sobre todo, empedernido drogadicto, como Ellroy? ¿De verdad vosotros creéis que la pandilla callejera es la solución? Con la mierda que os meteis dentro del cuerpo sólo os estáis convirtiendo en unos cerdos nada más. Sólo os falta andar a cuatro patas para terminar de serlo por completo aunque ya se os ve caminar a cuatro patas cuando vais borrachos por las calles de este Harlem que tanto dices tú, Jones, que es distinto. ¿En qué es distinto nuestro Harlem de cualquier prostíbulo callejero? ¿Puedes tú explicármelo? Si tu padre recoge basura por las calles de Nueva York es porque tú y los que son como tú os dedicais a llenar las calles de Nueva York de basura. ¿Has entendido ya porque el Harlem es un mito y por qué tu padre le echa un par de huevos día tras día para intentar que seas capaz de comprenderlo?
 
- Está bien. No puedo demostrate nada, Malcom. Pero haremos algo para evitarlo. ¿Qué dicen Morris y Nolan, White?
 
- Están con nosotros, Jones. 
 
- Adiós, negro interesante. Quédate con tus libros y el día que llegues a la Universidad me avisas si es que todavía no te has muerto.
 
Jones y White salieron con los libros bien escondidos en la mochila de éste último. Malcom se miró en el cristal de la ventana. Su cara era una de tantas caras que se podían ver en la barriada de los negros del Harlem de Nueva York. Sus antepasados habían sido esclavos pero él estaba convencido de que la mejor manera de honrarles era demostrar que luchando por conseguir un sitio digno en la sociedad se podía llegar a ese sitio.
 
En el interior del cerebro de Malcom resonaba Ray Charles con su "Confessions Blues"...
 
- "Mi corazón era una vez al igual que una casa con muchas habitaciones y puertas abiertas y siempre el amor me decía que iba a cambiar las habitaciones alrededor y luego no dejarlas vacías hasta que me encerré y pronto olvidé lo que era el amor, pero nunca renuncié y dejé una puerta abierta para el caso de que lo encontrara y tuviera un lugar en mi corazón pues tengo la confianza de que no me lo pueden robar siempre, por mucho que este piso de madera esté ya desgastado, asi que dejaré atrás el dolor que he tenido antes".
 
Malcom había aprendido que emborrachándose día tras día no le serviría de nada para olvidar a Desiré. La vida seguiría adelante y él quedaría fuera del tren si no era capaz de avanzar en la dirección correcta. Para Malcom, la dirección correcta era no pensar ya nunca jamás en aquel fracaso sentimental y ofrecer su existencia a convencer a todos sus compañeros del barrio que el camino del progreso empezaba por rechazar a la violencia. Y eso que tenía motivos más que suficientes para ser el primero en lanzar las piedras contra los cristales de algún Banco o quemar los contenedores de las basuras de las que tanto hablaba Jones. 
 

 
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Foto del autor Jos Orero De Julin
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Novela

Palabras Clave: Literatura Prosa Novela Relatos Narrativa.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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