Todas las personas tenemos un laberinto,
que nos asusta cuál podria llegar a ser la única salida.
Algunos se conectan, y otros quedan como el mío,
aislados y a punto de derrumbarse en cada segundo.
Yo estoy en mi propio laberinto,
enredada en una persona que me aterra ser,
en un mundo al cual pienso que no pertenezco.

No necesito ayuda para salir. No quiero salir.
No quiero pertenecer a una sociedad invisible a quienes son en realidad;
quiero ser yo misma y que me acepten tal cual soy,
dejar de intentar ser alguien más, como si mi verdadero yo no existiera.
Pero,
Éste es mi espacio, mi inocencia, mi soledad
y yo soy la única que puedo encontrar mi salida.

Me gusta estar sola, o será que ya me acostumbré?
Las personas no se acercan,
quizá mi laberinto de problemas los asusta
y espanta de mi lado.
Dicen que soy rara sólo por ser diferente,
pero incomprendida es como me siento.

Las cicatrices me inundan en mi depresión pasada,
cuando sufría por cosas tan insignificantes
como por las que ahora me averguenzo.
Necesitaba ayuda y no vi a nadie dispuesto a ayudar.

Ahora quiero olvidar, pero te necesito,
sé que puedes ayudarme,
yo podría ayudarte tambien.
Pero el futuro es al azar,
y solo Dios sabe que pasará...