La mujer que era vagabunda (Novela) -4-
Publicado en Mar 31, 2015
Moscú, 26 de octubre de 1962
El Teatro Estatal Académico Bolshói estaba repleto de público. Tanta era la expectación depertada por el Certamen de Poesía anunciado para esa fecha que mucha gente se había tenido que conformar con escucharlo, a través de los altavoces, en la Plaza Theatre Square. Entre los asistentes, sentados en cómodas butacas, se encontraba una muy nutrida representación de aquellos niños y niñas que habían sido expatriados desde España al final de la Guerra Civil y que ahora ya eran hombres y mujeres con cierta madurez. El poeta español José Obrero Sanjuán, invitado especial como motivo del homenaje a quienes fueron "los niños y las niñas de España", se encontraba en una pequeña salita, en el interior del Teatro, siendo entrevistado por un periodista. - Gracias, José, por brindarme un poco de tu tiempo. Me llamo Rafael Shakira y escribo para el "Izvestia" de Moscú. ¿Te parece bien responderme a unas pocas preguntas? - Las preguntas se hacen siempre para obtener respuestas. No puedo comprender cómo hay personas que se niegan a responder. Supongo que serán quienes tienen graves secretos que ocultar ante la sociedad humana. Yo no. Yo siempre entiendo que cuando un periodista pregunta es necesario dar una respuesta. Quizás por eso cuando tenga la edad suficiente voy a estudiar la carrera de Periodismo. Porque me encantan las preguntas que siempre tienen respuestas. - Te agradezco ese detalle. Muchas personas nos odian. - Porque son incapaces de tener la suficiente personalidad como para dar la cara a todo lo que sea vivir y las preguntas son las mejores oportunidades que se nos presentan para demostrar que estamos vivos. Posiblemente es que odian las verdades porque ellos y ellas son las mentiras. - Pues entonces empiezo por plantearte una gran verdad. ¿Qué pasa en España? - La España que perdió su cielo ya no existe, señor Shakira. - Me gustaría creer... - En España sabemos que creer empieza siempre por olvidar. Por eso estamos buscando el camino verdadero para poder reinventarnos. - ¿No cree que el general debe ser eliminado? - No. Todo proceso de cambio necesita un poco de historia para no volver a caer en los errores cometidos. Ese tiempo de cambio no es igual en todas la partes de la Tierra. En lo que a mí respecta, y hablo en particular pero en el nombre de muchísimos españoles y españolas que no sabemos odiar, nunca sufro por ello. El año pasado Gabriel García Márquez escribió "El coronel no tiene quien le escriba". Yo sé que no pasarán demasiados años ya para que ocurra que también el general deje de tenerlo. ¿Por qué tenemos que truncar la historia necesaria? - ¿Y los que sufrieron? ¿Qué dicen los que sufrieron? - Sufrir es sumar decepciones, Los españoles y las españolas no estamos tan decepcionados con el general como dicen ustedes. Tenemos claro el camino a seguir. Sólo necesitamos poder despertar. - ¿Y no crees que ya es el momento adecuado de asentar un nuevo equipo que os dirija hacia vuestros sueños? - ¿Me está usted preguntando por la libertad, señor Shakira? - Veo que sabes captar muy bien lo que se te pregunta. - Para hablar de la libertad es necesario tener la ambición de liberarse. - No comprendo ese juego de palabras... - Quizás porque en la URSS no se permite rescatar la voluntad de los soñadores. - Demuestras tener mucho carácter a pesar de que sólo tienes trece años de edad. - La edad no es nada más que el movimiento. Hay quienes tienen sólo trece años de edad pero ya llevan un largo recorrido con sus pensamientos y hay quienes tiene ya noventa años de edad y no han movido ni un centimetro sus cerebros. - ¿Cómo se explica esa paradoja? - Algunos solamente se quejan mientras otros nos realizamos. Esa es la paradoja. - Luego hay dos historias diferentes... - Exacto. Al igual que sucede en todos los paises de la Tierrra, absolutametne en todos, e inlcuyendo por supuesto a la URSS, siempre hay dos historias diferentes. Eso es algo que ustedes, los soviéticos, no quieren reconocer porque les da miedo saberlo. Tienen ustedes mucha obsesión cuando convocan a Marx, Lenin y Stalin; pero no quieren darse cuenta de que hay mucha más vida en las ideas que en las ideologías. - ¡A nosotros sólo nos interesan los resultados! - Quizás por eso es por lo que ustedes están perdiendo. - No me van a permitir publicarlo... - Ese es el verdadero problema de la URSS, señor don Rafael Shakira. Interrumpió bruscamente la entrevista Nikito Jrutchevisnski, quien llegaba fuera de sí y sudando copiosamente... - Te ordeno, camarada Rafael Shakira, que termines ya de hablar con nuestro invitado especial porque le estás molestanto y poniendo nervioso; así que vete ya al patio de butacas a cumplir con tus obligaciones de cronista para con el pueblo soviético. - Ni me está molestando ni estoy nervioso. - Está bien. Pero las obligaciones son las obligaciones y las obligaciones del camarada Shakira debe cumplirlas a rajatabla y en cuanto a mí mis obligaciones son velar por la seguridad de todos los poetas y poetisas participantes de esta Jornada así que vamos ya al patio de butacas porque nos está esperando el público para comenzar con el acto que espero que sea inolvidable para todos y para todas. - Eso espero yo también. - Pues punto y final. Vamos ya al Salón de Actos porque yo mismo hago las funciones de presentador. - ¿No son demasiadas funciones para una sola persona? - No importa. El servicio a la Causa exige esta clase de sacrificios. - Me parecen excesivos sacrificios bajo mi punto de vista pero no he venido a discutir ni con usted ni con nadie sino para agradecerles su invitación. Así que vamos ya para comenzar con este teatro poético. - ¿Lo de teatro lo dices en sentido peyorativo? - No. Lo digo en sentido admirativo pero usted puede pensar lo que mejor le parezca. Completamente fuera de sí y más nervioso que nunca, Nikieto Jrutchevinski acompañó a José hasta las primeras filas donde se encontraban los poetas y poetisas que iban a intervenri en el Certamen; junto a las máximas autoridades de Moscú. Después subió al escenario y se dirigió al enorme número de personas allí presentes y al numeroso gentío que escuchaba en la Plaza del Theatre Square gracias a los altavoces hábilmente situados. - ¡Querido y amado Pueblo de la URSS! ¡En el dí de hoy festejamos, una vez más, un sentido y emocionante homenaje a nuestra Poesía! ¡Os doy a todos vosotros y a todas vosotras, camaradas soviéticos y soviéticas, la bienvenida y, de manera muy especial, a todos los que fueron, en siu día, los niños y niñas de España que, gracias a la gran labor humanitaria de los dirigentes del Partido Comunista de la Unión Soviética han podido convertirse en hombres y mujeres sin ninguna clase de traumas. Para demostrar que en la URSS no existe ninguna clase de privilegios para con nadie, la actuación de ellos y ellas se realizará según el orden alfabético de los apellidos de los poetas y poetisas participantes. Eso de que en la URSS existen privilegios y preferencias es una burda mentira, un verdadro tabú alimentado por los decadentes imperialistas de occidente para obviar nuestros enormes logros gracias al esfuerzo de todos nosotros y trodas nosotras que somos verdaderamente iguales. Quien diga lo contrario está mintiendo. Y como debemos seguir dando muestras de nuestra perfecta educación pido a todos ustedes, camaradas a favor de La Causa que, en el nombre de La Causa, mantengan un total silencio durante todas las actuaciones y que no se aplauda a ninguno ni a ningua de los participantes para demostrar que no existen preferencias dentro de la URSS. ¡Así que os ordeno mantener el más profundo silencio y que no manifestéis ninguna preferencia usando los aplausos!¡Nosotros admiramos a todos y a todas por igual! En primer lugar actuará nuestra camarada la gran poetisa Bella Ajmadúlina. La nombrada subió al escenario. - Bella, o Isabella, Ajátovna Ajmadúlina, nació aquí, en Moscú, el día 10 de abril de 1937. Es una destacada poeta y traductora. Según señaló Joseph Brodsky, es la mejor poeta viva en el idioma ruso. Es la única hija de un padre tártaro y una madre italiana. Comenzó a escribir en su infancia. Inició su carrera literaria duratne su época estudiantil, colaborando como periodista en el círculo del poeta Yevgueni Vinokúrov. Publicó sus primeros poemas en 1954. Se graduó en el Instituto Literario de Moscú en 1960. Ya se ha casado en dos ocasiones; con el poeta Yevgueni Yevtushenko en 1954 y con Yuri Naguilbin en 1960 aunque al parecer no le va muy bien en su segundo matrimonio y se rumorea que dentro de poco se casará con Borís Messerer. Nuestra camarada Bella nos va a deleitar con su poema titulado "Invierno". Y Bella Ajmadúlina comenzó a recitar... - Este gesto del invierno hacía mí, frío y aplicado. Sí, hay algo en el invierno de la medicina tierna. De otro modo, cómo de repente, de la oscuridad y el tormento, la enfermedad confiada le dirige sus manos. Oh amable, seguí con tu brujería, de nuevo rozará mi frente el beso santo del anillo helado. Y es cada vez más fuerte la tentación de encontrar el engaño con la confianza, mirarle los ojos a los perros, abrazar los árboles, perdonar como jugando, y habiendo perdonado perdonar todavía a alguien, confundirse con el día invernal, con su óvalo vacío, ser siempre para él su matiz pequeño. Reducirse a no existir, para implorar detrás de las paredes no una sombra mía sino la luz, por mí tapada. En qué me diferencio de la mujer con la flor o de la muchacha que ríe y juega al anillo. ¿Y el anillito no llega hasta sus manos? Me distingo de la habitación con el empapelado, donde estoy sentada sobre el final del día y la mujer con los puños de cibelina aparta de mí su mirada arrogante. Cómo compadezco su mirada altiva, y temo, temo espantarla, cuando ella se inclina sobre el cenicero de cobre para sacudir la ceniza.¡Oh, Dios mío! Cómo le compadezco, su hombro, su hombro deprimido, y su cuello blanquito y fino, que siente calor bajo las pieles. Y temo que de repente comience a llorar, que sus labios griten terriblemente, que esconda las manos en las mangas y que las perlas golpeen el suelo... Bella Ajmadúlina regresó a su asiento e intervino de nuevo el presentador Nikieto... - A continuación recitará nuestrra camarada Anna Ajmátova. La aludida subió al escenario. - Anna Andréyevna Ajmátova, ha nacido en Bolshói Fontán, cerca de Odesa, el 11 de junio de 1889. Es una destacada poeta rusa. Junto con Ósip Mandelshtan es una de las figuras más representativas de la poesía acmeísta de la Edad de Plata de la literatura rusa. Es hija de una noble familia de origen tártaro. Su infancia no parece que fuese muy feliz, sus padres se separaron en 1905. Anna comenzó a escribir poesía a la edad de once años. Como su padre no quería ver ningún verso impreso bajo su "respetable" apellido, ella decidió adoptar el de su bisabuela tártara, Ajmátova, como pseudónimo. Estudió derecho, latín, historia y literatura en Kiev y en San Petersburgo. Allí se casó con Nikolái Gumiliov en 1910, poeta famoso, promotor del acmeísmo, corriente poética que se sumaba al renacimiento intelectual de Rusia a principios del siglo XX. Los acmeístas rompían con el simbolismo, de carácter metafórico, y restablecían el valor semántico de las palabras. En esta línea Anna publicó en 1912 su primer libro de poemas titulado "La tarde". En ese mismo año nació su único hijo, Lev (Lev Gumiliov), que se convertiría en un famoso historiador Neo-Eurasianista. El matrimonio de Anna y Nikolái duraría desde 1910 hasta 1918. Desde 1910 hasta 1912 viajó Italia y Francia, visitando París dos veces. Conoció a Modigliani, quién influiría en su perspectiva. Más tarde Ajmátova se casó con el prominente asiriólogo Vladimir Shilenho, durando este su segundo matrimonio desde 1918 hasta 1922 y poco después con el historiador de arte Nikolái Punin celebró su tercer matrimonio que duró desde 1922 hasta 1938. Boris Pasternak estuvo enamorado de ella pero Anna rechazó su proposición. Sus primeros escritos parecen intuir la gran soledad en la que se verá sumergida años más tarde, después de las trágicas consecuencias de la revolución rusa de 1917. Tras ésta, Anna se verá afectada ya que en 1921 su primer marido Nikolái Gumiliov, fue acusado de conspiración y fusilado. Más tarde, su hijo será también arrestado y deportado a Siberia. Y su último marido, Punin, moriría de agotamiento en un campo de concentración en 1938. Los poemas de Anna se prohibieron, fue acusada de traición y deportada. Por temor a que fusilaran a su hijo quemó todos sus papeles personales. En 1944 pudo regresar con su hijo a Leningrado, ciudad devastada tras el asedio nazi. Allí comenzó a ganarse la vida traduciendo a Leopardi y publicando ensayos, incluyendo brillantes ensayos de Aleksandr Pushkin, en periódicos escolares. Todos sus amigos emigraron o fueron reprimidos. En 1945 el joven intelectual británico Isaiah Berlin quiso visitarla antes de regresar a Londres. Ese encuentro se prolongó durante veinte horas donde Anna le leyó sus poemas y se sinceró con él, pero esto tuvo trágicas consecuencias ya que su hijo volvió a ser encarcelado durante diez años. Esta vez la escritora se negó a silenciar su voz y siguió adelante con su poemario más importante, "Réquiem", ahí explica que en aquella Unión Soviética los únicos que estaban en paz eran los difuntos y que los vivos pasaban su vida yendo de un campo de concentración a otro. El libro quiere ser publicado, sin su consentimiento, en Munich. Este año de 1962, Ajmátova ha estado nominada al Premio Nobel de Literatura, pero no lo ha conseguido alcanzar. Nuestra camarada Anna Ajmátova nos va a deleitar con su poema titulado "Estamos tan intoxicados uno del otro..." Y Anna Ajmátova comenzó a recitar... - Estamos tan intoxicados uno del otro que de improviso podríamos naufragar, este paraíso incomparable podría convertirse en terrible afección. Todo se ha aproximado al crimen. Dios nos ha de perdonar a pesar de la paciencia infinita. Los caminos prohibidos se han cruzado. Llevamos el paraíso como una cadena bendita. Miramos en él, como en un aljibe insondable, más profundo que los libros admirables que surgen de pronto y lo contienen todo. Anna Ajmátova regresó a su asiento e intervino de nuevo el presentador Nikieto... - A continuación recitará nuestra camarada Olga Bergholtz. La aludida subió al escenario... - Olga Fiódorovna Berhóltz nació el 3 de mayo de 1910 en San Petersburgo y es una muy afamada poetisa soviética, conocida por su trabajo en la radio surante el Sitio de Leningrado, donde fue el símbolo de la fuerza y la determinación de la ciudad. Es hija de un médico que trabaja en una central, y publicó sus primeros versos en 1924. En 1925, se unió al grupo literario 'El cambio', donde conoció a Boris Kornilov en 1925, con quien se casó en 1926, y con quien pronto tendría a su hija Irina. Se graduó en filología en la Universidad de Leningrado en 1930 y la enviaron a Kazajistán como periodista del periódico "La estepa soviética" En 1930 se divorció de Kornílov y se casó con su compañero de facultad Nikolái Molchánov. Tras su vuelta a Leningrado, trabajó de redactora en el periódico de la fábrica Electrosila, desde 1931 hasta 1934, y publicó varios libros. El 13 de diciembre de 1938 fue encarcelada, permaneciendo detenida 7 meses durante la Gran Purga, recibiendo una golpiza durante un interrogatorio que le causó una muerte fetal. Borís Kornílov fue fusilado en 1938. Ella fue liberada el 3 de julio de 1939, siendo rehabilitada a continuación. Se alistó en el partido comunista en 1940. Bergholz es una de las poetas más conocidas del Sitio de Leningrado. Su segundo marido, Nikolái Molchánov, filólogo, murió de hambre en 1942. Olga Bergholz permaneció en la ciudad asediada. Allá ha creado sus mejores poemas, dedicados a los defensores de Leningrado. Fue condecorada con la Orden de Lenin y tiene numerosas medallas, una calle de San Petersburgo, y un cráter de Venus. Olga Bergholz nos va a deleitar con su poema titulado "Al canto". Y Olga Bergholtz comenzó a recitar... - Despierta como quieras, pero despierta en mí, en el frío, en mis silenciosas profundidades. No te imploraré palabras, pero dame una señal de que aún estás vivo. No por mucho tiempo... sólo un momento de tu tiempo. Si no un verso, sólo un suspiro, sólo un grito. Sólo un susurro o sólo una queja. Sólo el sordo sonar de tus cadenas. Olga Bergholz regresó a su asiento e intervino de nuevo el presentador Nikieto... - A continuación recitará nuestro camarada Joseph Brodsky... El aludido subió al escenario. - Joseph Brodsky nació en San Petersburgo en 1940. Es un poeta ruso de origen judío. Nacido en la familia de un fotógrafo judío, asistió a la primaria hasta sus quince años y luego se hizo autodidacta. Nuesrtro camarada Joseph Brodsky nos va a deleitar con su poema titulado "Cartas de la Dinastía Ming". Y Joseph Brodsky comenzó a recitar... - Pronto habrán sido trece años desde que el ruiseñor revoloteó fuera de su jaula y desapareció. Y, al caer la noche, el Emperador lava su medicina con la sangre de otro sastre, entonces, apoyado en almohadas de seda, enciende un pájaro enjoyado que lo arrulla con su nivelado, idéntico canto. En esta suerte de aniversario, de números primos, errado, que celebramos en estos días en nuestra "Tierra-bajo-Cielo". El espejo especial que alisa las arrugas aún cuesta más caro cada año. Nuestro pequeño jardín está atragantado de yuyos. El cielo, también, está punzado de chapiteles como alfileres en las escápulas de alguien tan enfermo que su espalda es todo lo que nos está permitido ver y cuandoquiera que hablo de astronomía al hijo del Emperador, empieza a bromear... Esta carta a vos, Amada, de tu Pato Salvaje es pincelada en perfumado papel de arroz que me ha dado la Emperatriz. Últimamente no hay arroz pero el flujo de papel de arroz es interminable. "Los caminos de mil li de largo comienzan con el primer paso", según reza el proverbio. Lástima que el camino a casa no depende de ese mismo paso. Excede diez veces los mil li, especialmente contando de ceros. Mil li, dos mil li. Li significa "tú nunca has de ver tu lugar natal." Y la carencia de significación, como una plaga, salta de las palabras a los números, especialmente a los ceros. El viento nos sopla hacia el oeste como las amarillas cizañas de vaina seca, allí donde el Muro se hace torre. Contra él la figura del hombre es fea y rígida como un jeroglífico atemorizante, como cualquier escritura ilegible que uno observa. Este tironeo en una sola dirección me ha hecho algo elongado, como la cabeza de un caballo, y todo lo que el cuerpo debería ser es gastado por su sombra susurrando a través de las marchitas briznas del centeno silvestre. Joseph Brodsky regresó a su asiento e intervino de nuevo el presentador Nikieto... - A continuación recitará nuestro camarada Andrei Voznesensky. El aludido subió al escenario... - Andréi Andréyevich Voznesenski nació el 12 de mayo de 1933 y es un destacado poeta ruso. Tras haber realizado estudios de arquitectura en la capital soviética, se dio a conocer en la época que Ilyá Ehrenburg denominara del deshielo, junto con otros jóvenes como Yevgueni Yevtushenko y Robert Rozhdéstvenski con una primera selección de sus poemas en los que, al lado de una técnica innovadora en el plano formal (superposición estrófica, elipsis, barroquismo metafórico, etcétera), plantea un lirismo metafísico y simbolista, bien lejano del realismo socialista de anteriores generaciones poéticas. Dentro de esa tónica intimista y original, ha publicado "Los amos" en 1958, "Mosaico" en 1960, "Parábola" también en 1960 y "La pera triangular" en este año de 1962. Nos va a deleitar recitando el poema titulado "Yo soy Goya". Y Andréi Voznesensky comenzó a recitar... - Yo soy Goya sobre el campo desnudo, excavado por el pico del enemigo hasta que los cráteres de mis ojos boquearon. Yo soy el dolor. Yo soy la lengua de la guerra, las brasas de las ciudades en las nieves del año 1941. Yo soy el hambre. Yo soy la garganta de una mujer colgada cuyo cuerpo como una campana pendulaba sobre una plaza vacía. Yo soy Goya. ¡Ah, viñas de ira! He arrojado hacia el oeste las cenizas de un invitado indeseable y martillado estrellas en un cielo sin olvido como clavos. Yo soy Goya. Andréi Voznesensky regresó a su asiento e intervino de nuevo el presentador Nikieto... - Y ahora, como un acto de buena voluntad por parte de la URSS hacia el recuerdo de los niños y niñas de España que se hicieron ya hombres y mujeres gracias a nuestra generosidad, le toca el turno al invitado especial José Obrero Sanjuán. El aludido subió al escenario... - José nació el 8 de enero de 1949 en España. En la URSS desconocemos su trayectoria como poeta pero dicen, afirman y aseguran quienes le conocen que es un verdadero genio del arte lírico. Empezó a escribir poemas a la edad aproximada de los 9 años de edad, cuando inició sus estudios de Bachillerato en la ciudad de Madrid. Nuestra invitación se debe a que nos han informado que es el mejor poeta representativo de la nueva poesía social española. Se dice que es un joven superdotado para manejar ritmos y rimas en breves minutos y que su coeficiente intelectual es de 140. Vamos a ver si es cierto o solamente un mito. Como homenaje a todos los niños y niñas de España que se hicieron adultos en la URSS, y que ya son camaradas soviéticos, le hemos invitado a este Certamen de Poesía que esperamos sea inolvidable para todos y todas los que estamos presenciándolo en directo o escuchándolo a través de los altavoces de la Plaza Bolshoi Square. El español José Obrero Sanjuán nos va a deleitar recitando su poema titulado "Los hijos de un momento". Y José Obrero Sanjuán comenzó a recitar... - No somos siempre igual. Cambiamos cada segundo y pasamos el umbral del tiempo irrepetible. Es algo terrible pero es algo normal. Todos en el mundo vivimos la fatal historia de lo imposible: hacerse inmortal en el éter invisible. El tiempo no se repite en nuestro caminar. Que nadie entre ni salga por la puerta escondida. Llevamos encendida nuetra historia letal. No somos siempre igual. Vivimos un lamento y somos, al final, los hijos de un momento. Antes de que el español bajase del escenario se rompió el sepulcral silencio con la voz atronadora de uno de aquellos niños españoles de la guerra civil que se hizo hombre en la URSS... - ¡¡Háblanos de la libertad, José!! ¡¡Háblanos de la libertad!! Nikieto Jrutchevinski intervino inmediatamente para acallar aqella especie de grito desgarrador. - ¡Eso es imposible, camarada! ¡Eso es imposible! Pero José no permaneció callado... - Si la URSS es el país más representativo de la Tierra en cuanto a todas las clases de libertades habidas y por haber, ¿cuál es el motivo para que, en el nombre de esas libertades que tanto proclama el Partido Comunista de la Unión Soviética, no puedo hablar de la libertad cuando un ser humano me lo ha pedido con tanta necesidad? - ¡Usemos la Razón, por favor, usemos la Razón! - De acuerdo. Usemos la Razón. Para el Partido Comunista de la Unión Soviética la Razón es su diosa más privilegiada. Si eso es verdad, si la Razón es la diosa más privilegiada de todos los seres humanos, ¿cuál es el razonamiento que impide que yo pueda hablar de la libertad usando la Razón? Nikieto Jrutchevinski quedó de repente callado... - ¿El silencio es una afirmación, camarada de los camaradas? ¿Afirmamos que la Razón es el principio de la Libertad o negamos tal cosa para sustituirla por algún eufemismo que oculte tal verdad? - De acuerdo. Tienes toda la razón de tu parte. Puedes hablar de la libertad pero siempre que lo hagas dentro del contexto de la Poesía. Recuerda que esto es un Certamen Literario nada más. - Entonces voy a hablar de la libertad en nombre de todos los seres humanos que pudieron haber sido mis compatriotas al menos en algún momento de sus vidas. - Veamos si es cierto que eres capaz de improvisar un poema con cierta rima y en tan sólo cinco minutos de tiempo. - Es cierto. - ¿Cómo vas a titular tu poema? - Voy a improvisar, señor Jruchetvinski, voy a improvisar; pero podemos titularlo "Te estoy buscando buscando". - ¿Lo dices por alguna persona en particular? - Lo digo por alguna persona en singular que pueda estar necesitando llegar a un punto de encuentro con mis sentimientos para poder ser liberada. - Si no eres un mito demuéstralo. Atención, camaradas. El poeta español nos va a deleitar recitando un poema improvisado titulado "Te estoy buscando buscando". Y José comenzó a recitar... - Te estoy buscando buscando y, cuánto más intenso te busco, pienso, medito y me ofusco soñando con tu verdad. Y va pasando la edad entre la pausa y lo brusco. Busco identidad para seguir conformando esta eterna ansiedad que va los años sumando por vivir en la intimidad de todo lo que es puro pues lo llaman igualdad. Te estoy buscando buscando y mientras voy caminando, ¿por qué corres Libertad? De repente, aquel grupo de hombres y mujeres que habían sido niños y niñas de España, se levantaron de sus asientos y comenzaron a aplaudir de una forma atronadora. - ¡¡Silencio por favor, camaradas!! ¡¡No es justo que aplaudáis a un extranjero mientras, por respeto y por igualdad, hemos estado guardando un completo silencio con las actuaciones de nuestros propios camaradas!! Pero aquellos hombres y mujeres de la URSS que habían sido nilños y niñas de España no dejaron de aplaudir de forma atronadora todo lo que desearon hacerlo hasta que, agotados por su propia euforia, se sentaron y volvieron a guardar silencio. - ¡¡No ha sido justo, José!! - Perdone, señor Jruchetvinski, perdone a ellos y perdóneme a mí; pero tengo que aclararle algo muy importante. Yo no he venido aquí en busca de ninguna clase de aplausos ni necesito ninguna clase de aplausos para sentirme poeta de las verdades. Lo justo o lo injusto no está poniéndose en juego, más considero que cuando alguien desea aplaudir, sea quien sea, lo que no es justo es impedírselo. - ¡Tú no puedes comprenderlo pero La Causa lo prohíbe!! - ¿Y usted cree, en verdad, que merece nuestros sacrificios una Causa que prohibe a los seres humanos manifestarse como seres humanos? - ¡No voy a discutir contigo, español! Tengo que hacer algo mucho mejor que eso. Porque has tenido la generosidad de participar libremente en nuestro Certamen y porque has mostrado, en todo momento, un gran valor en medio de todos nosotros, el Partido Comunista de la Unión Soviética tiene el sumo placer de otorgarte la medalla de la Gran Orden del Coraje. - Perdone que no la acepte, señor Jruchetvinski. No quiero ser desconsiderado con el Partido Comunista de la Unión Soviética; pero tampoco he venido hasta aquí para recibir ninguna condecoración, ninguna medalla, ningún premio ni ninguna distinción especial. Sólo soy un poeta y no un héroe nacional. - ¿Cómo podemos premiarte entonces por tu excelente participación? - Sólo le pido que cumpla con su palabra que es el mayor honor que puede tener un ser humano. - ¿De verdad quieres viajar durante un mes completo por la URSS? - Buena memoria, señor Jruchetvinski. Sólo le pido eso. - Pero sabes que tienes que ir siempre acompañado y no salirte de la ruta establecida. - Lo sé. Quizás lo sé mejor que usted mismo. - ¿Cómo puede ser eso de que quizás lo sabes mejor que yo mismo? - Desde fuera se ve mejor que desde dentro... - Está bien. No voy a entrar otra vez en el juego de filosofar contigo. Pero debes saber que quien te va a acompañar durante todo el mes es el implacable Valdimir Semicastradoff. - Si Dios así lo quiere, yo sólo digo Amén. - ¿Cómo has dicho, José? - Yo soy aquel que conoció la profunda soledad. Yo soy aquel que vivió la muerte diaria, día tras día, hasta llegar a la victoria del silencio. Yo soy aquel que, para combatir al odio, tomé las armas del camino. Y el que se puso a soñar escribiendo palabras de liberación en el éter de los espacios abiertos. También soy el que se marchó tan lejos para olvidar que el olvido se me hizo amistad. ¿Es la historia de un ser humano lo que pasa a formar parte de las leyendas o es el mismo ser humano el que construye sus recuerdos? Yo soy el que, vacío de recuerdos, recobró toda su memoria en el estrecho lugar donde había sido abandonado. Por eso conozco lo que es la existencia. Quizás fuí un solo instante, una estrella fugaz que pasó/paseó dejando presencia/esencia para conseguir/perseguir la libertad que acabó siendo liberación. Yo soy aquel que no era el que los demás querían que fuese sino el que soy. Yo soy el que soy. Lo demás ya no tiene importancia porque el dedo acusador de los ignorantes ahora les señala a sus conciencias. Muchos tendrán que preguntarle a sus almohadas, cuando no puedan conciliar el sueño, quién fui yo en aquella soledad y quién soy yo en esta compañía mientras que la risa de los infames difamadores siempre son sus propias impotencias. Yo soy aquel que vuelve para no pedirles nada sino para decirles a todos ellos que ya estoy aquí y que sus avaricias no formaron nunca parte de mi equipaje ni forman parte de mis esperanzas. Quizás muchos sepan ya que yo soy aquel que no les reprocha nada porque, para mí, sólo son la misma nada que antes fueron mientra que yo, en un pequeño rincón del universo sentimental, me ocultaba con las estrellas nocturnas para no deberles absolutamente nada, para no agradecerles absolutamente nada y para no reclamarles absolutamente nada puesto que eran la nada nada más. Absolutamente eran la nada y absolutamente lo son. Tendrán que conformarse con seguir siendo tal como eran porque jamás han evolucionado y siguen perteneciendo a la esclavitud de sus envidias; de esas envidias que ellos mismos crearon para sí mismo y de las cuales yo nunca participé ni fuí parte alguna. Pero ya he roto mis silencios y los he convertido en ríos de palabras con una voz que recorre por toda la condición humana de quienes caminan siguiendo mis pisadas. He permanecido/pertenecido siempre a esa voluntad personal que es escribir mis propios pensamientos/sentimientos con batallas de poemas. Yo creo que ellos no conocen/reconocen nada tan singular puesto que sólo son masas; unas masas que no saben hacer nada original/virginal. Yo, al menos, sí tengo caminos abiertos/cubiertos. Por eso, para mí, todos ellos son solamente El Sentido de la Indiferencia. Quizás el título de algún ensayo que pueda pensar/tensar para demostrar mis propios temas/teoremas. En verdad, y en definitiva, todos los liberados somos así. En verdad, y en definitiva, todos los liberados hemos olvidado sus desprecios. En verdad, y en definitiva, todos los liberados somos la eternidad mentras ellos, en verdad y en definitiva, siempren sean su propia esclavitud. En verdad, y en definitiva, en lugar de ser esclavos es mucho mejor caminar. La vida siempre te da dos opciones: la cómoda y la difícil. Cuando dudes elige siempre la difícil. Por eso ahora yo tengo en cuenta que la risa de los cretinos que se creen seres superiores no es nunca una buena compañía ni tampoco una buena compañera para dormir con ella. Durante el tiempo de flexión/reflexión de la actualidad, quizás bajen sus cabezas debido a su proceso de desencanto que ya no es mi problema. Puedo prometer y prometo que no voy a olvidar pero que voy a seguir soñando para no tener nunca que seguir pensando en lo que no merece la pena pensar. Este es el verdadero/certero impacto de lo que todo Gran Sueño puede provocar. Lo leo y lo asumo. Lo leo y lo vivo. Lo leo y lo creo. Domino tanto a las pelotas de goma que no tengo miedo a caer cuando de controlarlas se trata. ¿De qué estoy hablando? Quizás solamente de jugar a las respuestas posibles para ser eso que sólo se consigue siéndolo y no aparentándolo ser. Conseguir infinitos pensamientos propios. Es lo que dice mi Mágico Solitario de hoy. Y los voy a reunir en un sólo párrafo de infinitas palabras, ni una más ni una menos, para ser siempre concreto concierto :"Bajo la lluvia de las balas de la traición, una ráfaga de sueños triunfa siempre contra un batallón de envidias; porque el verdadero valor de un hombre no se mide por los cobardes disparos de un traidor analfabeto". Yo soy aquel que resistió en pie para triunfar sin miedo; aunque muchos desearían poder olvidarme ¿Cuántos besos dio Judas Iscariote a Jesucristo? Bastó uno solo para cambiar la Historia del Mundo. Yo soy aquel que convirtió la tormenta en calma y que convirtió la batalla en conquista. Quizás así se puedan resolver tantos misterios mientras espero la llegada del anaranjado atardecer para no detenerme jamás en ningún horizonte. Y no pienso pedir jamás perdón por ello a ninguno de ellos. Dejo a los cobardes que sigan tirando piedras para hacer daño sin ninguna clase de conciencia humana. Porque la muerte de muchos y muchas inocentes algún día servirá para alcanzar la Justicia; esa Justicia de Dios que tanto proclaman los asesinos. Yo soy aquel que escucha todas las palabras porque yo conocí el acoso, la persecución y el amargo sabor de los insultos de quienes no tienen más valor que sus cobardías propias. Yo soy aquel que dice Amén. - ¿Es verdad que sólo tienes trece años de edad? - Es verdad que sólo tengo trece edades de existencia. - Sólo me queda por decirte que te deseo un buen viaje por la URSS. - ¿Ha terminado ya el Certamen de Poesía? - ¡En estos momentos doy por clausurado este inolvidable Certamen de Moscú! - Entonces, una vez ya fuera del contexto de la Poesía, ¿puedo despedirme de todos mis compatriotas sean hombres o sean mujeres? - Puedes. José Obrero Sanjuán dejó de ser poeta y se dirigió a todos los presentes y a todos los que escuchaban en la Plaza. - Vivimos demasiadas entelequias. Esta vida que nos ha tocado conocer desde los tiempos más remotos de la Humanidad está llena de entelequias, rebosada de entelequias, rodeada de entelequias por todas partes menos por una llamada Ilusión. ¿Son las entelequias unas simples ilusiones que nos hacen creer que somos libres? Libertad. Hermosa entelequia compuesta de ingredientes que, al final de todos nuestros caminos, se desvanecen en un conjunto global llamado decepción. ¿Por qué nos decepciona la Libertad? ¿No será que la mayor entelequia en la que nos han hecho creer es precisamente la Libertad? Miramos a nuestro interior y nos vemos como incompletos, como faltos de algo esencial que necesitamos para autoconvencernos de que podemos ser algo más. ¿Qué es lo que nos sucede a los seres humanos para sentirnos siempre como incompletos; como ausentes, a veces, de esta pertenencia al conjunto total de nuestras aspiraciones? Algunos lo llaman Libertad. Es por eso por lo que no podemos entender la gran verdad de nuestras existencias. Luchamos por autoconvencernos. Siempre estamos luchando por autoconvencernos. De vez en cuando, alguien lanza un grito desesperado desde el rincón donde se encuentra. ¿Y el eco? ¿Qué sucede con el eco de ese grito que a todos nos produce dolor en el corazón? Entonces nos miramos en el espejo de la sociedad y comenzamos todos a gritar con una desesperación llamada ausencia. ¿Qué nos queda a los seres humanos cuando descubrimos que gritamos porque alguien nos transmite el eco de su ausencia? ¿Y si fuera cierto que la Libertad es una entelequia que nos han impuesto los que dirigen esos hilos invisibles de lo intangible que, a la hora de la gran verdad, nos hace pensar que son ellos quienes quieren que seamos silencio? El grito. Es el grito de la Libertad el que se nos hunde en el marasmo de las consignas. ¿Quiénes propugnan las consignas de la Libertad? ¿Quiénes nos han introducido en el grito de la desesperación? Volvemos a mirar a nuestro interior y, de repente, nos sentimos otra vez incompletos. ¿Qué es en realidad la Libertad? ¿Podemos gritar cuando ya no nos queda otra ilusión salvo la lucha para subsistir en un mundo dirigido por los que nos aplican la terapia de las entelequias? ¿Cuál fue el momento histórico en que nos dijeron que la Libertad la podíamos obtener por el simple hecho de ser seres humanos y humanas inmersos en la existencia de nuestras ilusiones? La propuesta no es un conjunto de ilusiones que se disuelven en los gritos de la desesperación. La propuesta es poder rellenar nuestras ausencias (sinónimos del convivir como personas) con algo que, en verdad, sea tangible. Y entonces nos damos cuenta de que la Libertad es una entelequia. Y nos liberamos. Encontramos las verdaderas dimensiones de nuestra personalidad propia y nos liberamos de la Libertad. Esa es la respuesta. Fue entonces cuando todos, absolutamente todos y todas los allí presentes, se levantaron, como impulsados por una fuerza incontenible, y estalló una ovación que duró largos mintuos. Al final de ella, el cronista de Iztvestia, aquel tal Rafael Shakira que había entrevistado a José Obrero Sanjuán, meditaba para sí mismo. - Tengo toda la crónica completa pèro sé que no me van a dejar publicarla. La guardaré en lo más profundo de mi memoria porque espero, algún año ya no muy lejano, poder hacer que la conozca el mundo entero. - Buen viaje, José. - Adiós, señort Jruchetvinski. Que tenga usted un buen mandato. - Por culpa de este Certamen estoy seguro de que tendré que dejar de dar órdenes en un futuro muy cercano. - ¿Nos vamos, Valdimir? - Nos vamos, José. Poco a poco todos y todas fueron abandonando el Bolshói hasta que el Teatro quedó completamente vacío de seres humanos.
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