No es lo mismo ni tampoco se parece (Reflexiones)
Publicado en Apr 14, 2015
No es lo mismo ni lo mismo es. No es lo mismo Comunión Cristiana que Comunismo Político. Todavía hay muchas personas que, ignorando sobre lo que hablan, van predicando que Jesucristo fue el primer comunista de la Historia. Voy a demostrar, en este texto, que eso no solamente es falso sino una total contradicción que se anula ya en el primer instante del razonamiento lógico, puesto que los comunistas son ateos y Jesús de Nazaret (Jesuscristo) es el Hijo de Dios y Él mismo es Dios. ¿En qué mentalidad mínimamente razonable puede caber que Jesús de Nazaret (Jesucristo) se niegue a si mismo diciendo que no existe? Ya solamente con esto bastaría y sobraría para saber que nunca jamás fue el primer comunista de la Historia; pero, puestos a razonar investigando históricamente, empecemos por saber cuáles son los orígenes del Comunismo y demostrando que Jesús de Nazaret (por ser Hijo de Dios y la segunda persona del mismo Dios) no tuvo ninguna ideología política de ninguna clase y que sólo predicó una forma de vivir y no una fórmula política. Empecemos por los orígenes del Comunismo y veamos si tiene algo que ver Jesuscristo con dichos orígenes como intentan decir los que ignoran quién es Jesucristo (Jesús de Nazaret), lo que dice y dijo Jesucristo (Jesús de Nazaret) y lo que hace e hizo Jesucristo (Jesús de Nazaret).
La historia del comunismo está sumamente unida al pensamiento que el filósofo alemán Karl Marx delineó en el siglo XIX después de Jesucristo. ¡Ahí es nada! ¡Nada más y nada menos que diecinueve siglos despes de Jesucristo! Marx vio al comunismo como el estado original, el estado de cazador-recolector del cual el género humano surgió. Para Marx, sólo después de que la humanidad era capaz de producir en exceso, la propiedad privada se desarrolla de forma masiva y permanente. Sin embargo en Occidente, el comunismo era una idea de una sociedad basada en la propiedad común, idea que se remonta incluso desde la Antigüedad clásica, bastantes siglos antes de la llegada de Jesucristo a la Tierra (luego tampoco por ese lado Jesucristo pudo haber sido el primer comunista de la Historia). Su forma moderna como un movimiento político de masas surgió en Europa con el movimiento de los trabajadores durante la Revolución industrial en el siglo XIX después de Jesucristo. En el siglo XIX, el ascenso del comunismo como una ideología política fue expresada por Karl Marx, que desarrolló el Marxismo, y Friedrich Engels, que desarrolló la concepción moderna de comunismo como el resultado de una revolucionaria lucha de clases entre el proletariado y la burguesía. Nada que ver, por lo tanto, con Jesús de Nazaret (Jesucristo). Además, para mayor abundancia de conocimiento, la primera vez en donde un Partido Comunista logró el poder fue en la Revolución rusa de 1917 después de Jesucristo. El marxismo-leninismo (de Marx y Lenin pero nada que ver con Jesucristo) surgió como la bandera principal del comunismo en la política mundial. Posteriormente surgieron otras corrientes comunistas como el Maoísmo (de Mao Tse-Tung pero nada que ver con Jesucristo), que acentúa el papel de la clase campesina como los agentes de revolución. Tanto Marx y Lenin, como Mao, eran ateos y no cristianos. Sigamos aprendiendo. El pre-comunismo tal y como se entiende el término "comunismo", es una doctrina o conjunto de doctrinas materialistas propias de la época moderna (nada que ver por lo tanto con Jesucristo). Sin embargo, siguiendo la concepción naturalista sobre el comunismo de Marx, se ha querido ver en diversos períodos y sociedades un asomo de ese comunismo esencial cuando se describen grupos humanos que practicaban formas de redistribución de la riqueza, propiedad colectiva o mandato popular. Estos principios de organización social, no obstante, han tenido orígenes y formulaciones diversos, incluso irreconciliables con el marxismo en su base teórica. Una de las primeras descripciones del protocomunismo se encuentra en un diálogo de "La República" de Platón. Anotemos un dato muy curioso y llamativo: según Cicerón, "La República" de Platón es el primer libro de la filosofía griega. No obstante, posteriormente Aristóxeno acusó a Platón de plagio debido a las similitudes con "El antilogiko" o "Peri politeias" de Trasímaco. De una manera o de otra no tienen nada que ver con Jesucristo sino que son mucho más anteriores a Él; puesto que cualquier hombre medianamente culto sabe que Platón nció en Atenas cerca del año 427 antes de Jesucristo y murió alrededor del año 347 antes de Jesucristo. Y si nos referimos a Trasímaco cualquier hombre bastante culto sabe que vivió aproximadamente entre los años 459 y 400 antes de Jesucristo y era un ciudadano de Calcedonia (en el Bósforo). O sea, que ninguno de estos dos iniciadores del protocomunismo (uno verdadero y el otro falso) es de la época de Jesucristo sino de un buen puñado de siglos antes. Lo que se llamó el comunismo platónico supone si no la supresión por lo menos la limitación drástica de la familia con la educación colectiva de los niños, así como la sumisión de toda propiedad privada a la propiedad de la ciudad (algo que jamás dijo ni predicó Jesucristo como veremos después ya que Jesús de Nazaret defendió y sigue defendiendo la idea de que las familias formadas por un solo hombre y una sola mujer son las bases donde se sustentan todas las naciones y que las naciones se destruyen cuando se destruyen las familias formadas por un solo hombre y una sola mujer lo cual no proclaman ni defienden los comunistas). El error de Platón, según Aristóteles, es querer unificar al exceso la ciudad, suprimiendo todo lo que separa a los individuos para acabar en una unión de fusión, como el que desean los amantes en el discurso de Aristófanes que, siendo un hombre bastante culto sabemos que fue un ateniense que vivió entre los años 444 y 385 antes de Jesucristo (o sea otro buen puñado de siglos antes de Jesús de Nazaret). La crítica de Aristófanes sería desconocer que la amistad se funda sobre una irreductible alteridad. Platón piensa teóricamente el comunismo esencialmente para la clase dirigente, esto sería con el fin de terminar con la corrupción que era acostumbrada en todo gobierno. Los primeros cristianos (no Jesucristo propiamente dicho sino los primeros cristianos) practican la postura de comunidad de bienes, algo que ni recomienda ni condena el Nuevo Testamento que no es ni un Tratado de Economía ni un Texto de Política sino un Libro que nos habla de Jesucristo sin ninguna clase de ideología económica, ni política, ni social, ni religosa. Tertuliano recomienda esta vida en común de los primeros cristianos (después de Jesucristo por supuesto) pero San Agustín la condena por ser discordante con el dogma (el pecado original la hizo imposible) y Santo Tomás de Aquino por ser discordante con la razón (el individuo propietario es más responsable y administra mejor). La comunidad es el eje central del cristianismo, por lo que todos los creyentes cristianos tienen como objetivo la constitución de la comunidad de personas y también de bienes, aunque quizás con un tono menos materialista, sino más humano que el comunismo de Marx. Y, desde luego, en ningún momento Jesús de Nazaret dijo o predicó que no existiera la propiedad privada sino todo lo contrario y que, en base a la propiedad privada, se tuviese misericordia suficiente para ayudar a erradicar la pobreza repartiendo partes de dicha propiedad privada (que los cristianos conocemos con los nombres de diezmos y de ofrendas) porque Jesús de Nazaret contestó a quienes le quisieron embaucar introduciéndole en ideologías políticas lo de "Yo sólo he venido a esta Tierra para hablaros de quien es Dios Padre y que sólo se llega a Dios Padre a través de mí; así que dad al César lo que es del César y a Dios lo que es Dios". En tiempos de los primeros cristianos -debido a las persecuciones que tenían que sufrir y para ayudarse los unos a los otros (amaos lo unos a los otros como yo os he amado les dijo Jesucristo)- todos los creyentes son unidos y ponen en común todo lo que tienen. Venden sus propiedades y sus objetos valiosos, compartiendo todos ellos su dinero, y cada uno recibe lo que es necesario para él. Aquí hay que matizar, dejando bien en claro, que no todos reciben los mismo de manera igualitariamente obligatoria (como proclama la ideología comunista aunque en la práctica sea una total mentira porque los de "arriba" ganan muchísimo que los de "abajo" en la escala social) sino lo que cada uno necesita. Cada día, con un solo corazón, se reúnen escrupulosamente en el templo. Comparten el pan en sus casas, comen su alimento con alegría y con un corazón simple. Pero si os dais cuenta se habla de sus casas como propiedades privadas e inviolables, luego no perdían la noción de propiedades privadas sino que repartían los beneficios de sus propiedades privadas (cosas muy diferentes por cierto). “Y cada uno recibe lo que es necesario para él” se destaca pues Marx propone en efecto que una sociedad comunista sea una sociedad cuyo principio fundamental pasará “de cada uno según sus capacidades” a “cada uno según sus necesidades”. Nadie dice: “¡esto me pertenece!”, pero ponen todo en común, entre ellos, a nadie le falta nada. En efecto, todos los que tienen campos o casas les venden, aportan el dinero de lo que vendieron y se lo dan a los apóstoles (no Jesucristo sino después de Jesucristo), distribuyen el dinero y cada uno recibe lo que es necesario para él. Hay así un cierto José, un levita nacido en Chipre. Los apóstoles le llaman Barnabas, lo que quiere decir "el hombre que anima". Tiene un campo, lo vende, aporta el dinero y se lo da a los apóstoles. Y estamos hablando de Barnabas (muerto en el año 61 después de Jesucristo). Una diferencia importante entre las proposiciones cristianas y las marxistas consiste en el fundamento idealista y religioso individual de las virtudes practicadas por los miembros de la sociedad. Donde el marxismo propone el rediseño del sistema socioeconómico para producir cambios en la ética social en el camino a la sociedad comunista ideal, el cristianismo pone como inicio la conversión individual a unos ideales que producen, como consecuencia, una sociedad justa. La Iglesia Católica dejó escrita desde mediados del siglo XIX su doctrina social como respuesta al auge de las ideas socialistas, reconociendo en ello un modelo social implícito en las enseñanzas cristianas. Algunos cristianos católicos, totalmente equivocados y erráticos (tan erráticos que llegan a ser contrarios a las enseñanzas de Jesucristo y no les importa entrar en conflictos guerrilleros matando a vidas humanas), se asociarán con el marxismo, por ejemplo a través de la teología de la liberación (profundamente ideologizada por los comunistas pero contraria al verdadero Cristianismo) en un pensamiento que en gran parte es aceptado por la Iglesia Católica, aunque condenando aspectos de su origen marxista. Varias corrientes espirituales surgidas durante la reforma protestante (y estamos hablando del siglo XVI después de Jesucristo y no de Jesucristo) encontraron gran parte de su apoyo en las bases campesinas, dando lugar a revueltas antinobiliarias como la guerra de los campesinos alemanes (lo cual no puede ser aceptado por Jesucristo porque Jesús de Nazaret sólo hablaba de la paz y de erradicar la guerra). El anabaptismo (y estamos otra vez hablando de una variante de los reformistas del siglo XVI después de Jesucristo -de Suiza, Austria, Alemania y Nederland, y no de Jesucristo precisamente- encontró gran apoyo en las clases humildes proponiendo una nueva sociedad más justa y menos clasista, basándose en las enseñanzas bíblicas (pero no en las palabras directas dichas por Jesucristo porque Jesús de Nazaret no obligaba a nadie a dar asistencia a los pobres si no era solamente por amor y no a través de dogmas o leyes obligatorias sino solamente por amor que es lo que les falta a los comunistas que lo hacen porque las leyes les obligan). En el siglo XVI después de Jesucristo, el político, filósofo y escritor inglés Santo Tomás Moro (y estamos viendo que ninguno de todos ellos era Jesucristo) ideó una sociedad basada en la propiedad común y los valores cristianos en su tratado "Utopía", cuyos líderes la administran con el uso de la razón. Críticos de la idea de propiedad privada (cosa que nunca jamás criticó Jesucristo salvo para aquellos que eran avarientos y no ofrecían nada a los demás), anteriores a Marx, fueron algunos filósofos ilustrados del siglo XVIII, tales como Jean Jacques Rousseau quien, convertido al calvinismo, estaba bajo la influencia del movimiento jansenista dentro de la Iglesia Católica. El movimiento jansenista fue originado por los obispos católicos más ortodoxos, que trataron de reformar la Iglesia en el siglo XVII para detener la secularización y el protestantismo. Estamos entonces viendo cómo las sociedades estaban inmersas en ideologías religiosas pero no en las verdaderas enseñanzas de Jesús de Nazaret (Jesucristo) que ni han sido ni son nunca ideologías religiosas. Uno de los objetivos jansenistas principales era la democratización para detener la creciente corrupción aristocrática en lo alto de la jerarquía de la Iglesia. "Socialistas utópicos" (nada que ver con el Cristianismo de Jesús de Nazaret porque, entre otras cosas practican actos anticristanos como el aborto voluntario y además también eran ateos), como Robert Owen (1771- 1808 después de Jesucristo) también a veces fueron considerados como comunistas; pero nada tenían ya que ver con la idea del Cristianismo sino con sus propias ideologías sociales, económicas y políticas (cosas que nunca jamás predicó ni predica Jesucristo porque sirven para separar a la sociedad en las famosas "luchas de clase" que jamás propugnó ni defendió Jesús de Nazaret). ¿Por qué Judas Iscariote traicionó a Jesús de Nazaret (Jesucristo)? Porque Jesús de Nazaret rechazó totalmente, y sin dar lugar a duda alguna, ser el líder político que Judas Iscariote y los zelotes estaban buscando para pelear contra el Imperio Romano (lo cual demuestra, una vez más, que Jesucristo no tiene ninguna ideología y, por lo tanto, no es comunista). Maximilien Robespierre a través de su reinado de terror, apuntado a la exterminación de la nobleza y conservadores, fue tremendamente admirado entre los comunistas (¡totalmente lo contrario a lo que dicen las enseñanzas de Jesucristo sobre el respeto a la vida humana!). Robespierre fue en su momento un gran admirador de Rousseau (otro que tampoco tenía nada que ver con las ideas cristianas promovidas por Jesús de Nazaret). Las Cocteleras del siglo XVIII practicaron el comunalismo como una especie de comunismo religioso (pero Jesucristo no nos habló ni nos habla de religiones sino de forma de vida cristiana, que son dos cosas muy opuestas). Algunos creen que sociedades tempranas parecidas a la comunista también existieron fuera de Europa, con un ejemplo notable en el Imperio incaico, cuya base organizativa, el ayllu (mucho más anteriores que la llegada de Jesucristo a la Tierra), consistía en la propiedad comunal y distribución ponderada del uso de la tierra. Las corrientes indigenistas, influidas por el pensamiento marxista sobre todo de la teología de la liberación que, en este sentido guerillero es tan atea como el propio comunismo, ven un protocomunismo en esta sociedad y en otras formas de organización tribal precolombinas. Algunas tribus en Norteamérica y Sudamérica continúan con este sistema hoy día (totalmente ajenas al Cristianismo). Karl Marx vio el comunismo como el estado original de humanidad de la cual esta surgió, lo cual es falso porque los humanos, desde que aparecen en la Tierra, defienden a muerte sus propiedades privadas de carácter familiar aunque se ayuden unos a otros; así que desde la sociedad clásica, y luego el feudalismo, hasta el estado corriente el capitalismo existe y existirá porque defiende la propiedad privada. Marx propuso que el siguiente paso de la evolución social sería inevitablemente una vuelta al comunismo (lo cual está demostrado que es falso pues nunca existió ese tal comunismo que acabase con el capitalismo). Cuando la Revolución industrial avanzó, los socialistas críticos culparon el capitalismo de crear una clase de trabajadores urbanos pobres de fábrica que trabajan en inhumanas condiciones para contribuir exclusivamente a aumentar la brecha existente, haciendo a los ricos más ricos y a los pobres aún más pobres aunque el comunismo, paradoja de las paradojas, produjo y produce muchísimos más pobres que el propio capitalismo. Pero todo esto son, por lo tanto, ideologías políticas ajenas a Jesús de Nazaret. ¿De dónde sale entonces esa ignorancia que lleva a decir a muchos hombres que Jesucristo fue el primer comunista de la Tierra? Más vale que aprendieran antes quién es Jesucristo, qué dice Jesucristo y qué hace Jesucristo. Mas, para aclarar dudas, el Cristianismo verdadero (el que no sabe de ideologías económicas, sociales, políticas o religiosas) se basa en que los creyentes aportamos el diezmo (la décima parte de lo que ganamos como sueldo privado) no por cuestión obligatoria (Jesucristo coloca al amor por encima de cualquier clase de leyes) sino, precisamente, por amor a los demás y porque creemos, firmemente, que ese diez por ciento le corresponde a Dios pero que nuestras propiedades privadas corrresponden a lo que ganamos con el sudor de nuestros esfuerzos humanos (como dijo Dios y como defiende Jesucristo) desarrollando los talentos que nos entregó Dios para que los hagamos properar para bien, en primer lugar de nuestras familias y, después, no olvidarnos de los necesitados. Y en cuanto a las ofrendas son totalmente de carácter voluntario y nunca jamás obliugatorias. Si llos diezmos no son obligatoriso sino toma de conciencia social, menos obligatorias son las ofrendas sino también sólo una toma de conciencia social. Y es que no es lo mismo toma de conciencia social que proclamar ideologías comunistas. ¿Cómo se comprende y cómo se explica que los hombres y mujeres que más destacaban e las Ciencias, en las Letras y en las Artes de cualquier índole que sean o Deportes inclusive, se escapaban y se siguen escapando de los países comunistas para irse a vivir a Occidente? Porque el Estado de los paises comunistas les quitaba el noventa por ciento de todas sus ganancias; o sea totalmente lo contrario a lo que predicó Jesús de Nazaret (diezmo, que quiere decir solamente el diez por ciento voluntario y no el noventa por ciento obligatorio como hacen los del poder comunista). Si fuese verdad que Jesucristo fue el primer comunista de la Tierra, ¿cómo es posible que predicara y predica lo de "No codiciarás los bienes ajenos" que es el Décimo Mandamiento de la Ley de Dios que predicó Jesucristo incluyendo a la mujer del vecino o cualquier otro bien humano o material que le pertenezca a la propiedad privada de un ser humano? Si Jesucristo hubiese sido el primer comunista de la Tierra hubiese predicado lo contrario de lo que predicó. Pero Jesús de Nazaret es todo lo opuesto a Marx, a Lenin y a Fidel Castro, por poner sólo tres ejemplos bien visibles, y los comunistas -ateos para más inri- sí que saben a lo que me estoy refiriendo. No codiciarás los bienes ajenos es la mejor prueba de la defensa de la propiedad privada que tanto predica Jesucristo hablando del amor hacia los demás.
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José Orero De Julián