La potra (Diario)
Publicado en Apr 15, 2015
Sí, es cierto que algunas veces ganábamos de potra... pero la potra también formaba parte del juego... y en el fútbol es un elemento fundamental cuando las cosas se ponen difíciles de verdad. Algunas veces la potra venía a salvarnos en el último minuto del partido... pero eso era parte esencial de la salsa futbolera... cuando los más imposible se convertía en una victoria fantástica... mágica... sorprendente...
En aquellos partidos interminables que sabíamos siempre cuándo comenzaban pero que nunca sabíamos cuándo iban a terminar... la potra era necesaria... tan necesaria como el agua de mayo para aumentar nuestro ránking de victorias incontestables... ¿y qué importaba entonces, en realidad, si la potra estaba de nuestro lado?... un balón que parecía perdido y que, de repente, tomaba un efecto sorpresivo... y le pillaba al portero rival totalmente descolocado y a por uvas... Eso es la potra. Esa era la guinda de la guindalera del pastel que nos endulzaba el esfuerzo... ese esfuerzo fundamental que siempre había que practicar para que la potra estuviese de nuestra parte... cosas de la potra que eran sencillamente sensacionales... y todo contentos después de habernos vaciado por completo... sonriendo toda la semana al recordarlo... hasta el domingo siguiente en que olvidábamos a la potra y ganábamos por aplastamiento general... mientras los de Ciencias ni se enteraban... ¿Cuántos "hat-trick" marqué yo de potra o sin potra? Incalculables. Es un número incalculable... pero sirvieron para bajarles los humos a algunos mientras se forjaba mi leyenda... esa leyenda que luego yo aumentaba con detalles líricos... como los Cantares de Gesta castellanos... y los llenaba de interés para ligar con las chavalas que más me gustaban... mientras Fernandito... como siempre... movía el trasero como un coleóptero dentro de la garita de un militroncho... pidiendo a gritos a yuda a su mamita... Yo seguía construyendo mi leyenda con las que más me gustaban... como por ejemplo la ocho... o aquella otra a la que estuve explicándole lo que era un puntapié de esquina... porque ya a esas alturas de mis experiencias vitales... me daba lo mismo ocho que ochocientas... mientras fueron dos larguísimas temporadas ganando todos los partidos... Todo un verdadero infinito.
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