Secreto~ Promesa Oscura II
Publicado en Apr 17, 2015
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 Capítulo 2:
      Tal y como ella me aseguró, su casa quedaba relativamente muy cerca de donde me encontró.
     -¿Puedes permanecer de pie un momento?-Dijo ella mientras buscaba algo entre las costuras en una pequeña bolsa que tenía amarrada alrededor de la cadera.
      -Sí, creo que si.
   -¡Listo! Vamos, entra. Yo te ayudo.- Lanzó la sugerencia al aire pues no tardó en sujetarme cuidadosamente de la cadera y guiarme al interior de su casa.
     Caminamos unos cuantos pasos y luego giramos a la izquierda al cuarto que daba directamente a la calle, me encamino hasta llevarme a la cama paralela a la pared de la una extensa ventana con vista a la calle y con cuidado me recostó en ella.
     -Descansa un rato mientras yo voy a la cocina a preparar algo para comer. En la mesita que tienes al lado de la cama hay una jarra de agua y un vaso, por si ti da sed. Cualquier cosa que necesites, no dudes en llamarme. No soy experta en el tema, pero puedo decir que no estás en condiciones de moverte por toda la casa sin que te lastimes más de lo que ya estas, así que se paciente. Procurare tárdame lo menos posible.- La bella chica concluyó sus indicaciones.
     -Está bien, entiendo-
     Me incomodaba dejarla que tuviera esos detalles conmigo, tanto por el hecho de que no me sentía bien en toda la extensión de la palabra y como por el inconveniente que con cada uno de éstos mi afecto hacia la joven chica crecía a pasos agigantados.
     Cerré los ojos agobiada por el cansancio y molestias varias, y por pura inercia me concentré en lo que escuchaba a mí alrededor: Variedad de sonidos provenientes de la parte más alejada de la casa se hacían eventualmente continuos y estruendosos, como si de un pequeño tornado en el interior de la casa se tratase; pasos aquí y allá, sonidos metálicos chocando entre sí y uno que otro sonido que no lograba identificar bien debido a mi falta de experiencia directa en este mundo.
     Después de una espera no tan prologada, la chica de ojos aguamarina entró nuevamente a la estancia, sosteniendo una bandeja de madera en donde yacían dos platos, dos vasos, pan, queso, papas cocidas y sus respectivos cubiertos. Colocó la bandeja en la mesa cercana a la cama y de uno de sus cajones sacó una botella con un líquido purpura, la cual también dejó en la mesa mientras acercaba una silla de madera para sentarse lo cercanamente posible a la cama.
     ¿Te hice esperar mucho?- preguntó ella con un suave tono de voz, entregándome la bandeja con la porción que me correspondía en ella y sirviéndome un poco del líquido de la botella en el vaso.
      -Lo siento, lo único que tengo para beber es vino. Si no te gusta, puedo servirte agua.
      Negué con la cabeza.
     -Está bien con lo que me ofrezcas- Respondí sin saber exactamente lo que era esa bebida ni muchas      cosas de las que me dio para comer, que aunque tenía un sabor concentrado, no era un mal sabor.
      Cabe mencionar que la comida que yo conocía era muy diferente a la que estaba probando en ese momento, por otro lado nosotros solo ingeríamos comida por el simple hecho de degustar su sabor sin fines alimenticios y de obtención de energía para las actividades diarias, así que por ello, no estaba familiarizada con el término “hambre” al que se referían cuando los humanos necesitan comer, no obstante la comida que la chica frente a mi había preparado era unas de las cosas más deliciosas que había probado.
     -¡Esta muy rico!- expresé cuando casi terminaba mi comida, claramente emocionada.
    -Es bueno saber que te agrada, si quieres puedes comer de la mía. Yo comí en la tarde y no tengo mucha hambre.- Sonrió ampliamente al terminar de hablar y acarició mi mejilla con su mano.
     Asentí a su propuesta y me comí su parte. Ella soltó una leve risita y se dedicó a mirarme mientras yo terminaba de comer, lo suficiente para lograr avergonzarme un poco. Esa era una de las cualidades que con el paso del tiempo me encantaron de ella, pues cuando estaba conmigo concentraba toda su atención en el momento y nunca se distraía pensando en otras cosas; me escuchaba y eso la divertía.
 
      -Je, je, je. Eres muy linda Rin y aparentas ser muy joven. ¿Qué hacia una niña tan adorable como tú, en medio de la plaza con las pintas que te cargas? Claro, si se puede saber.
     -En realidad no soy tan joven como crees - comencé a decir nerviosa, tratando de evadir esas interrogantes que aparecieron demasiado pronto para mi gusto.-Vengo de un lugar muy alejado, me perdí de mi destino y terminé adentrándome en el bosque cercano a este pueblo. Caminé sin rumbo mucho tiempo y sin saber a dónde dirigirme, me sorprendió la tormenta de ayer sin darme oportunidad a encontrar un buen refugio y eme aquí que terminé en tu casa hablando contigo.- Sonreí lo más tierna que pude para intentar restar importancia al asunto y que quedara satisfecha con ambigüedad de mis respuestas.
     -Bien. No me meteré en tus asuntos, ojalá llegue el momento que puedas contármelo sin necesidad de reprimirte. Asumo que dada tu condición, no tienes un lugar donde pasar la noche y me gustaría que te quedaras en mi casa hasta que te sientas mejor, no aceptaré un “no” por respuesta.-
      Afirmé con fuerza y en ese intento desesperado por agradarle utilicé la poca fuerza que había acumulado hasta el momento. El dolor volvió apoderarse de mí unos instantes sin impedirme que manifestara el malestar que me aquejaba en una mueca.
     -¿El dolor es muy intenso, Rin? Espérame unos minutos.- Dijo la chica al mismo tiempo que buscaba con impaciencia en los múltiples cajones de la mesa de los cuales sacó una gran cantidad de objetos, entre los cuales pude distinguir; vendas, compresas, algodones, ungüentos, y una botella de cristal que decía: “alcohol”. Me perdí en su rostro un segundo y al siguiente ya estaba sintiendo un líquido frio que ardía al contacto con mi herida piel.
    -Tranquila, sólo te dolerá un poco mientras desinfecto el área. Te garantizo que mañana te sentirás mejor- me dijo al mismo tiempo que pasaba la tela húmeda en ese líquido llamado alcohol por todos los rincones en los que encontró heridas y golpes. Después, colocó en las vendas de la sustancia a la que llamaba ungüento y se aseguró de ponerlas en mis cortaduras y, en cuanto a los moretones se refiere; ella tomó ungüento entre sus dedos índice y medio y lo frotó delicadamente  en todos los lugares que consideró necesario.
     Debo decir admitir que la sensación que me provocaron el simple contacto de sus largos y finos dedos deslizándose lentamente sobre mi dolorida piel era indescriptible, quizá en cierta medida provocador. No sabía por qué algo tan sencillo y común como eso había tenido un efecto tan significativo en mí, tan adictivo en mí, me dediqué a disfrutar el momento culpando al ligero pero presente mareo que empecé a sentir minutos después de comer.
    -Mhhhhm… ¿Rin? No sé si he cubierto todas las zonas afectadas. Estaría bien si te quitaras la parte superior de tu ropa para ver si no dejé un moretón sin tratar.
     Ese último comentario me regresó con brusquedad a la realidad. No podía permitir que eso pasara, aun no estaba totalmente segura cómo controlar la inminente invisibilidad de mis alas, así que era mejor no tocarlas. Sinceramente me hubiera gustado dejarme llevar por el momento pero no era buena idea que sintiera alguna “anomalía” al revisar mi espalda desnuda.
     -¿Mi…Miku? Estoy segura que no me golpee en la espalda, por lo que no creo que sea necesario que te preocupes.
     - Bueno, si tú lo dices…Soltó aire y comenzó a guardar las cosas donde estaban.-¡Ah! Por cierto, me meteré a bañar si quieres, podríamos bañarnos las dos juntas…-se quedó pensativa – Quizá no sea buena idea después de todo, es decir, te acabo de curar y vendar. Que tonta soy.
     Sentí un gran alivio. Ya no sabía que más iba a poner de excusa para negarme a entrar a bañarme con ella.
     -Je je je, Descuida, aquí te espero.- Contesté divertida por su comentario.
      Y dicho esto, Miku comenzó a buscar entre los cajones del ropero ubicado de forma paralela a la cama en la alcoba. Preparó un blusón gris claro, ligero, liso y con uno que otro adorno de encaje, ropa interior y finalmente sacó una tela larga y suave de color rosa. Colocó toda esa ropa en la misma silla en la que se había sentado cuando comimos juntas. Ella se quedó extrañamente quieta en la entrada del cuarto del baño que tenía en el mismo cuarto, hasta que dirigió su sus delgadas manos hacia el velo que le cubría gran parte de su cara, para dejarlo caer al piso y lo mismo hizo con los prendedores que sujetaban su largo cabello agarrado en una cebolla envuelta en trenzas, no tenía idea de que tan largo era su cabello hasta entonces; probablemente ese hermoso y sedoso cabello le llegaba fácilmente a la altura de su cadera, quizá  hasta más, pues no era completamente lacio.
     Francamente no esperaba que se fuera a desvestir ahí mismo, pero no tenía sentido que se metiera al extremadamente estrecho baño, con aquel vestido tan voluminoso y todos los accesorios que traía encima. Me estaba sobre-esforzando por no prestarle toda la atención que yo quería tanto como para que no se diera cuenta del deseo oculto que influenciaba mis acciones o para que no se sintiera incómoda con mi mirada que frecuentemente se desviaba en su dirección, pero al momento de le tocara el turno a su vestido negro tocar el suelo, no pude controlarme más y quedé totalmente hipnotizada por la vista. Ella pareció no haberlo notado y entretanto se envolvió en la tela rosa para cubrir su semi-desnudez. Desafortunadamente para mí, no estaba en los planes de Miku mostrarme más de su bella piel blanquecina, sus pequeños pero bien formados pechos o incluso de sus pronunciadas caderas.
      << ¿Qué me estaba pasando?>> Usualmente esos detalles en la anatomía de las personas no son relevantes para nosotros, los ángeles.  Los cambios comienzan a asustarme, todo lo que sentía era más intenso de lo que recordaba. En definitiva, estar en este plano material me estaba influyendo fuertemente en la forma de sentir y en el control que tenía sobre mis decisiones. Me empezaba a sentir mareada nuevamente y para agregar, creo que mi temperatura también está en aumento.
      Después de dejar mis remordimientos y pensamientos divagar noté que ya estaba sola en el cuarto. Me quedé sentada en una misma posición observando con detalle la habitación; al fin y al cabo no tenía  muchas cosas por hacer. Para mi sorpresa, la puerta del baño no estaba completamente cerrada y la tentadora idea de ir a hurtadillas a “observar” se apoderó de mí ser. Al sucumbir ante mi impulso, me incorpore desde mi cómoda postura en la cama hasta la puerta entre abierta del baño en donde la hermosa joven se bañaba, para mi asombro el dolor muscular había disminuido considerablemente y me permitió acercarme rápida y silenciosamente.
     Fue entonces cuando presencié la escena más hermosa jamás imaginada. 
      Ella estaba de pie en medio del pequeño cuarto de baño, cubierta por una leve cortina de vapor debido al agua caliente que usó para limpiar ese delicado y delgado cuerpo suyo. Estaba con los ojos cerrados, y con sus gráciles manos recorría lentamente todo su cuerpo, frotando, enjabonando  y de vez en cuando, enjuagándose la espuma de encima. Su hermoso e increíblemente largo cabello mojado caía travieso sobre su espalda, pecho y glúteos; como si me estuviera invitando a ver con detalle las partes más seductoras de su figura. La escasa luz proveniente una lámpara situada en un banco que yacía a una distancia segura del agua, resaltaba caprichosamente su blanca piel y en la oscuridad de la noche, transformaba las contorsiones de ese fino cuerpo en un mágico y maravilloso juego de luces y sombras. Mi corazón no hacía más que latir como un caballo desbocado, y sin entender lo que me pasaba, mi temperatura general subía  sin control. El mareo me molestaba y sin poder aguantar mirar mucho más la escena, aparté la vista hacia otro lado.
      Y después de la tormenta llega la calma o esa era mi intención: calmarme. Exhale lentamente y repetí el proceso durante unos cuantos segundos, casi lograba mi objetivo cuando el sonido inesperado de unos pasos pisando agua me sacaron violentamente de mi tranquilidad momentánea e hicieron que la necesidad de escapar ilesa de aquella situación  comprometedora, fuera imperiosa.
      En la urgencia de la huida mi condición física quedo en segundo plano así que corrí velozmente a ocupar una posición similar a la que tenía antes de levantarme y presionada por la ya inminente presencia de Miku en la recamara, me tiré en posición fetal en la cama a aparentar que ya me había dormido. Ella salió parloteando unas cuantas cosas sin voltear en mí dirección (supongo) pues no había mencionado nada sobre fingido sueño.
 
     -¡Se siente muy relajante bañarse por la noche! Rin, perdona si te hice…- Miku acalló su frase y sentí cómo se ponía paraba a escasos centímetros de la orilla de la cama.
     -¡Rayos! Se durmió del lado en que siempre me duermo. Bueno, supongo que no puedo hacer nada al respecto.- Dijo ella soltando un suspiro. Se giró para subir por el otro extremo de la cama y acomodarse a mi lado.
     - Duerme bien, mi angelito.-Expresó tiernamente  apartando cuidadosamente el cabello de mi cara, no sin asustarme en sobremanera por las palabras que había elegido pronunciar y aturdida  por mis temores, mi respiración perturbada amenazaba con delatarme, sin embargo, logré suprimir todas esas emociones lo suficiente. Sin bastarle el calvario al que inconscientemente me sometía, Miku se estiro sobre mi cuerpo inerte para bajar la intensidad de la pequeña lámpara de aceite que reposaba en mi lado derecho, a mi espalda y relajándose se dejó caer de su lado de la cama.
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Foto del autor LUCY S.
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Descripción

Fic basado en la canción vocaloid interpretada por Rin: "Himitsu-Kuro no Chikai". Rin es un ángel caído que vaga solitariamente por un pueblo. Aturdida, perdida y débil se adentra más y más en éste, sin que nadie muestre interés aparente en orientarle o ayudarle hasta que cae casi desvanecida por el agotamiento en mitad del pueblo. Fue entonces que por fin, de entre la multitud, alguien se ofrece a brindarle una mano al pobre ángel perdido y éste al ver la cara de su benefactor, descubre que es una hermosa chica de ojos acuosos y vestida de negro que le tendía su mano mientras le sonreía amablemente quedando inevitablemente enamorada de ella en el instante.

Palabras Clave: Vocaloid Rin Miku Len Romance Amor Drama Erótico Ficción Lesbianismo Yuri

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Fanfictions



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