Después de la caída, Tony se levantó completamente seguro de haber perdido gran parte de su inteligencia natural; se rebelaba a tener que aceptarlo pero tomó conciencia de ello. 
 
- No, Scarlett, ya no podré ser nunca el mismo de antes...
 
- ¡Pero si sólo ha sido una simple caída de moto! ¡Le ocurre a muchas personas, Tony, y no por ello dejan de ser inteligentes!
 
- ¡Ya no puedo más, Scarlett!
 
- ¿Qué es en realidad lo que te sucede, Tony?
 
- Que no sirvo para recordar cómo funciona este trasto.
 
- Pero si estás destinado a ser el primer piloto de Yamaha...
 
- ¡Ni Yamaha ni narices! ¡No vuelvo a montar en ninguna moto jamás mientras me quede vida! ¿No te das cuenta de que no recuerdo cuándo nos hemos conocido, ni dónde nos hemos conocido, ni para qué nos hemos conocido? ¡Estoy acabado, Scarlett! ¡Estoy acabado!
 
Ella se encontraba ante el dilema más definitivo de su vida: renunciar a todo lo que Tony representaba o luchar para no dejar escapar la oportunidad. Decidió mentir descaradamente.
 
- No te quiero por lo que eres, Tony...
 
- ¡Menos mal! ¡Pensé que nunca me dirías que me odias tanto que estás deseando que, en una de estas, me caiga para no levantarme jamás!
 
Scarlett dejó escapar unas cuántas lágrimas de disimulo.
 
- ¿Cómo puedes ser tan cruel conmigo? Recuerda que fui yo quien te presentó a Míster Bettany.
 
- No lo olvido ni lo olvidaré nunca en mi vida. A ese tal Míster Bettany sólo le interesa que gane todos los Grandes Premios de la temporada. ¿Sabes por qué?
 
- Porque te quiere... 
 
- Porque me quiere ver muerto...
 
- ¿Cómo eres capaz de decir tal atrocidad del bonachón de Bettany?
 
- Si ese tal Bettany es un bonachón yo soy de otro planeta. ¡Que no, Scarlett, que no! ¡Que no voy a volver a competir montado en una moto ni montado en un triciclo infantil! ¡Se acabó el juego!
 
- ¿Crees que estamos jugando contigo?
 
- Mejor pasemos de página...
 
- Pasemos de página, Tony. Te he dado siempre lo mejor de mí.
 
- ¿Lo estás diciendo de verdad o para que me lo crea?
 
- ¿También has perdido la memoria de eso?
 
- También. Hay una frase muy sabia que dice que los infortunios nunca vienen solos.
 
- ¡Nunca dijiste eso durante nuestros años en la Universidad! ¡Más tonta fui yo por dejar a James a cambio de un tipo tan sinvergüenza como tú!
 
- ¿Es que tengo que abrirme definitivamente la cabeza para tener que demostrar que soy el más rápido de todos?
 
- Dijiste que pasásemos de página y veo que sigues con el asunto de las motos. ¿No recuerdas que fue durante un verano cuando el romance nos envolvió a los dos en un vértigo de pasiones?
 
- ¡Lo de vértigo de pasiones me recuerda algo! ¡Menos mal que no me acuerdo de los detalles!
 
Ella siguió con su fingido llanto.
 
- ¡Mejor me hubiera ido si hubiese preferido a James!
 
- ¿Y a qué esperas para pedirle perdón y caer rendida en sus brazos?
 
- ¿De verdad que no te importa que te cambie por él?
 
- ¡Las chicas me han cambiado tanto por otros que una más me da ya lo mismo! Prefiero ser un perdedor de chicas que perder la vida por intentar ganar.  
 
- ¿Te refieres a las motos o a las chicas?
 
- Me refiero a que en la vida o espabilas del todo o sales más adornado que el reno de Santa Claus. ¿Tú crees que yo me acabo de caer de un guindo? ¡De donde me acabo de caer es de esta birria de Yamaha que ni tiene gas suficiente ni carbura por más que le des a la aceleración! ¡Es un trasto más pesado que tu querido James!
 
- Pero si James ya sólo es pasado...
 
- Pues lo que es yo no estoy dispuesto a ocupar su puesto en tu lista de fantásticas conquistas. ¡Que no! ¡Que no recuerdo nada de nuestro romance!
 
- ¿Y la noche de la góndola de Venecia? ¿No recuerdas la noche de la góndola de Venecia?
 
- ¿Fue contigo o fue con Michelle?
 
- ¡Sinvergüenza! ¿Estás diciendo que estuviste con Michelle a solas en Venecia?
 
- ¿Pasamos o no pasamos de página?
 
- Si al menos estuviera aquí presente Max...
 
- ¿Pero no me dijiste que Max sólo es un fantasma?
 
- ¡Me parece que tú recuerdas lo que te interesa y lo que no te interesa haces como que lo has olvidado por culpa de una simple caída de moto!
 
- No es que recuerde lo de Max pero no me dan miedo los fantasmas como ese tal Max aunque se apellide Gibson.
 
- ¿Qué tienes contra los Gibson si es que se puede saber?
 
- Que se creen el futuro de nuestro país cuando sólo son una familia de simples guardabosques.
 
- ¿Y tú prefieres que me líe con un simple guardabosques en lugar de ser tu novia preferida?
 
- Me preocupas, Scarlett...
 
- ¡Vaya! ¡Parece que empiezas a reaccionar!
 
- No. Lo que te estoy diciendo es que me preocupan tus fantasías. ¿Cuántas novias cres tú que he tenido yo?
 
- Siendo quien eres... ¿por qué no se lo preguntas a todas ellas?...
 
- ¿Puedo saber quién soy yo?
 
Ahora Scarlett empezó a olvidarse de las falsas lágrimas y a preocuparse de verdad.
 
- ¡Un bien escaso y muy codiciado!
 
- ¡Rayos! ¿Eso soy yo?
 
- Sí. Y pienso luchar sin cuartel hasta que sea tu única novia preferida.
 
- ¡O me he quedado realmente tonto de la cabeza pro culpa de la caída o estoy más confundido de lo que en principio estaba pensando!
 
- Piensas... luego no ha sido tan fuerte la caída...
 
- ¿Estás citándome alguna de tus frases favoritas o te ha salido del alma?
 
- ¡Ya está bien, Tony! ¡Ni Michael, que es tonto del todo, dice tantas tonterías juntas como estás diciendo tú!
 
- Señal de que la caída me ha estropeado del todo la inteligencia. ¡No! ¡No y no y mil veces no! ¡No vuelvo a competir! ¡Si gana George que gane George! Yo me retiro para siempre y me voy a Colorado a ponerme morado comiendo naranjas.
 
- ¡Naranjas de la China! ¡Que ninguna intente arrebatarme tus encantos naturales o te doy tal tortazo que, de repente, vas a recordar todo lo vivido en la góndola de Vencia! ¡Menuda fiera soy yo cuando se trata de defender mi honestidad!
 
- Pues no recuerdo esa noche y eso que de noches recuerdo un buen montón...
 
- ¡Monta de nuevo en la moto y lucha por alcanzar la pole de salida!
 
- ¡No lo voy a hacer ni aunque me lo pida Dania de rodillas!
 
- ¿Dania? ¿No habrás querido decir Denia?
 
- ¿Quién es Denia?
 
- ¡Esa tal Koissi que se las da de muy importante porque es japonesa!
 
- Estoy decidido a irme definitivamente a Colorado para olivdar a Dania, a Denia y hasta a Denis.
 
- ¿Quién es Denis?
 
- Mi mejor amigo de la infancia cuando íbamos al mejor colegio de Connecticut.
 
- ¿Estudiaste en el mejor colegio de Connecticut? ¡Qué callado te lo tenías, sinvergüenza!
 
- Es lo único que recuerdo...
 
Scarlett agarró a Tony por las solapas de su chompa de motorista y empezó a zarandearle como si fuese un sonajero.
 
- ¡Infantil! ¡Eres más infantil que Gregg, el hijito de la pelirroja Annabel, que no sabe quién es en realidad su padre de lo inocente que es!
 
- Normal. Gregg sólo tiene diez días de vida...
 
- ¡Pues sólo diez días de vida te van a quedar a ti si no te montas ya mismo en la moto y luchas por conseguir la pole!
 
- ¡Y dale con el tostón de la Yamaha! ¡Que me quiero ir a Colorado y olvidar todo esto de los Grandes Premios!
 
Scarlett cambió astutamente de táctica.
 
- ¡Pero cariñito! ¿No te das cuenta de que puedes convertirte en una leyenda viva?
 
- Y en esa leyenda viva en que me queréis convertir... ¿cuántas novias mías vais a inventaros Míster Bettany y tú para pasar a la posterioridad como el piloto de motos más laureado por las féminas?...
 
- ¡Sinvergüenza y mil veces sinvergüenza! ¿Es que sólo piensas en eso? ¡Te prometo que se lo voy a decir a Leonel para que te meta en cintura y vayas por el buen camino!
 
- ¡No! ¡No avises al pastor porque me parece que ya estoy recordando algo de la noche de la góndola en Venecia!
 
Scarlett respiró profundamente.
 
- ¿Recuerdas qué bella estaba la luna?
 
- ¡Eso sí que no lo recuerdo! ¡Me parece que era una luna tan menguante que apenas llegaba a ser la mitad de la mitad de una luna creciente! ¡Recuerdo que incluso no había ninguna clase de luna!
 
- ¿Eres tonto del todo desde que naciste o te ha dejado tonto del todo la caída?
 
- Las dos cosas a la vez. Para que sepas que no soy un buen partido como novio.
 
Scarlett volvió a cambiar de táctica.
 
- Pero cariñito... si de verdad que no me importa que seas tonto del todo...
 
- ¿Tanto es tu interés por llegar a formar parte de la familia Bélier?
 
- ¡Estoy deseando formar parte de tu familia Bélier y no lo digo únicamente porque tú eres el único heredero universal de todos vuestros bienes sino porque, excepto tu prima lejana Paula, que es más pesada que una traductora del arameo, toda tu familia Bélier me cae de maravilla!
 
- ¡Habla en serio, Scarlett! Se nota en tu mirada que eres más falsa que un cromo de Valentino posando para la Coca Cola con traje de cosmonauta y con una escafandra de buzo puesta en la cabeza.
 
- ¿Me estás diciendo que soy más falsa que Rodolfo Valentino haciéndose pasar por marciano?
 
- Eso quiero decir...
 
- ¡Pues te montas de nuevo en la moto o es lo último que dices en tu vida!
 
Los ojos de Scarlett echaban chispas.
 
- ¡Chispas!
 
- ¡Te estoy hablando en serio!
 
- ¿Me dejas darme una vuelta por el bar de Roxane para poder recordarlo todo?
 
Scarlett se apaciguó por unos segundos.
 
- Mientras no olvides lo de la noche de la góndola de Venecia puedes irte si quieres a contarle tus historias de miedo a esa tal Roxane que a saber de qué pueblo habrá salido.
 
- Roxane no ha salido de ningún pueblo sino de su madre Loucane.
 
- ¿Recuerdas todo eso pero no recuerdas nada de nuestro noviazgo?
 
- Algo de nuestro noviazgo sí que recuerdo...
 
Scarlett se emocionó.
 
- ¡Cuenta! ¡Cuenta!
 
- Que fue el peor día de toda mi existencia.
 
Scarlett se puso furiosa de verdad.
 
- ¡O te montas de nuevo en la moto o te mato ahora mismo!
 
Asustado del todo, Tony Bélier se puso el casco, montó en la Yamaha, metió todo el gas que pudo a la máquina de acero y se lanzó a tal velocidad que, en tan sólo unas décimas de segundo, se perdió de vista al llegar a la primera curva del circuito.
 
- ¡¡¡Y espero que cuando hayas logrado la pole recuerdes todo lo de la góndola de Venecia, sinvergüenza!!!