duelo de los encantos
Publicado en Sep 15, 2009
Duelo de los encantos
En la taberna “entre poetas,” Un duelo se ha iniciado, Con el pecho embargado, Apoyan a su profeta. Definen en su libreta, Un tema de alto vuelo, El cual estallo en el cielo Convirtiéndose en leyenda. La que canta una nación, Es un tema discutido, Legendario y abstraído Desbordado en su pasión ¿A que le entregas tu voto? Sus nalgas o sus senos, Y aunque a ambos deseemos, Ensoñados por su foto, Solo un voto anoto, Por su encanto singular, El que nos lleva a trovar Y del cual somos devotos. Por el bando de los senos Se apunto raudo Pablo Y sudando por su bando Hablaría con denuedo: -Honorables de las letras, Recae en mi doble honor, Pues el ser elogiador, Es mi destino y meta; Si,¡ me llamo marioneta! De sus montes y sus cumbres, En la tierra son la lumbre, Que conjura su silueta. Apegados estoy a ellos, Inoculado por mi madre, Bien lácteo, y mas tarde, Una pasión, un sello. Han descubierto mis ojos El Placer de lo profano, Aun no nombro mis manos, Embriagadas están de antojo Por tal, juro con arrojo; Ser Prosélito de la estrella Que deja su bella estela, Erguida en su botón rojo. . Son descanso sincero Para niños y hombres Que pues; pequeños o enormes Yo Con ellos, soy barquero. En tesoros el primero Y pido un aplauso sagrado A sus senos he cantado Me consumo por entero.- ¡Un aplauso enajenado! Tras el juramento de Pablo, Salio el poeta llorando, Por sentirse afortunado; Tras breve descanso el estrado, Todavía conmovido Señala a un poeta abstraído, En un Canto iluminado: -No puedo dejar de alabarlos, Ni de rendirle adoración, Y aunque me den sanción, No puedo dejar de mirarlos, Que feliz de imaginarlos, Y los ojos no me miran, Redondos y con rima No puedo dejar de amarlos. Honrado estoy de elogiar, Sus bien trabajados traseros, El más fino terciopelo, Con El más dulce abejar Midió dios con sus dedos, Dejo unas curvas de más, Para amarlos con desvelo, He ir, de menos a mas Creaba un arroyuelo Y una mujer lo tienta Formas de destino y sueño Sus nalgas que desorientan. Con La vida en sus caderas, Yo rezo esta oración, Contenido en emoción, De alabar sus posaderas; Pues sus curvas altaneras, No deja quien resista, Su amuleto de conquista, Ni su cuerpo en la ribera. Sus nalgas de atardecer, Y de primavera violenta, Mi cuerpo entero tienta, De delirios y rosicler; Luego, en el goce de ver Sus nachas de hada enfadada, Desafiando sobre mi almohada, Mi calma y todo mi ser. ¡Como es que sucede ¡ Estrógeno fertilidad, La sonrisa de deidad Que sus glúteos me concede. Al subir las escaleras, A fe, me desconcierta, Ya que deja en su cubierta, Sus encantos sus banderas; Sana y fresca en esta era, Que bondad tan redonda; Hermanos formad la ronda, Amadlos, pues no hay frontera. En el bar “entre poetas” Un duelo ha terminado DECIDA quien ha elogiado De manera más completa.
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Enrique Dintrans A:
Todo un juego desplegando recursos lúdicos en alabanza de la generosa sensualidad femenina. Realmente simpático.
Saludos
* Lo imagino musicalizado como canto popular.