Secreto~ Promesa Oscura III
Publicado en May 11, 2015
Esperé varios minutos acostada en la misma posición, aguantando la presión que significaba el estar tan cerca de ella y suplicando porque ya se hubiese dormido para ese entonces. Abrí los ojos y lo primero que encontré fue su fino rostro tan próximo al mío que a pesar de la poca luz proveniente de la lámpara, pude observar sus largas y rizadas pestañas en conjunción a sus exquisitas facciones y sus carnosamente apetecibles labios rosados. La vista que me otorgaba el ligero camisón que vestía también era hermosa y sensual al mismo tiempo, el rico aroma a cereza que despedía su cabello me buscaba constantemente, seduciéndome y quizá tratando de enviar todas mis dudas lejos; convenciéndome al final. Mi corazón comenzó a trabajar aceleradamente una vez más y casi sin querer, me sumergí en el poderoso hechizo que ejercían sus encantos en mí. Mi agitación era tan grande que comencé a acariciarla con la ternura y pasión que sólo ella me había inspirado pues ya no había cura para mi causa: ella era ahora era mi realidad, la dueña de mis suspiros y la víctima de mis deseos. Como era de esperarse, eventualmente Miku se despertó y me miró desconcertada. -Lo siento mucho. No era mi intención llegar tan...- y enmudeciendo mi tonta excusa ella tomó mis labios desesperadamente, demostrando un frenesí a la par del mío. No podía creer cuando ella tomo mis mejillas y se apoderó una vez más de mis labios sorprendidos. Me abalancé sobre ellos mientras mi boca se estaba moldeando a la suya, sus labios se entreabrieron peligrosamente y su lengua apareció tímidamente buscando la mía, acariciándola. Ya fuera de mí, sólo buscaba librarme de ese deseo que me quemaba. Mis manos; se posaron en sus costados y su cintura, sus caderas; se apoyaban en las propias y su abdomen también hacia lo suyo... sentía todo su cuerpo tembloroso pegado al mío. Intenté recorrer suavemente con mis dedos todos los laberintos de su piel y ella, cruzó sus brazos alrededor de mi nuca en un intento de atraerme más en su dirección mientras mantenía su apasionado beso. Nuestra adrenalina estaba al límite y me hizo sentir el corazón en mis oídos por lo que en un arranque de ésta intenté despojarla de sus ropas y al instante, en un arrebato de conciencia, me detuvo en el acto; alejándose perturbada y dándome la espalda. -Rin...No podemos- dijo con una entrecortada y apenas audible voz. Pausó unos segundos y al final sentenció: -No debemos, más bien. -Entiendo, no volverá a pasar- Terminé la frase con una risita nerviosa.-Buenas noches, Miku.- Sin embargo, ella no pronuncio ni una palabra más en toda la noche que restaba. Entendí su mensaje mudo y procedí a imitarla tratando de dormir, incrédula aun de lo que había pasado y sobre todo, de que yo hubiera iniciado. Por primera vez en mi larga vida como ángel sentía que había hecho algo realmente malo, sin estar totalmente segura del concepto, cerré con más fuerza mis parpados sintiendo la culpa y la vergüenza desbordándose dentro de mí. Al día siguiente abrí los ojos justo cuando los deslumbrantes rayos del sol se filtraron por la ventana que daba a la calle. Todo estaba tan deslumbrante... tanto que me olvidé por un momento en dónde me encontraba y esperé ver a mis queridos compañeros ángeles, pero no. Un rápido flash pasó por mi mente y recordé en donde y porqué estaba ahí. La luz del día puso en claridad mis pensamientos y me hizo acordarme de mi realidad: tenía que volver al cielo en cuanto me recuperara. No quería causarle más molestias a esa mujer, sobre todo por lo amable que se había portado conmigo desde que la conocí. << ¿Y cómo le pago?: Asaltándola en la noche y haciendo que se preocupe y confunda. ¡Vas bien, Rin! ¡Así se hace!>> Trataría de olvidar lo sucedido, sería lo mejor para ambas. Lo siguiente que me sorprendió fue que al voltear a mi lado izquierdo el lugar en donde se suponía estaba la persona que me había salvado de mis infortunios el día anterior, estaba vació y totalmente frio; lo que me dio a entender que Miku llevaba ya un largo rato levantada. En fin, me estiré, bostecé debido a la somnolencia aun presente y decidí dirigirme al baño para lavarme la cara.
Me estaba recuperando, ya me sentía mucho mejor. Y en cuanto a la recuperación de mi ala rota, tal vez deba de visitar un lugar de alto poder espiritual, como por ejemplo, una iglesia. Tenía el leve presentimiento que esa herida no se iba a curar por sí sola. ¡Como sea! Ahora solo necesitaba concentrarme en una cosa: compensarle a Miku por todos los problemas que le ocasioné y después de eso ya podría pensar tranquilamente en marcharme. Justo volvía de mi travesía hacia el baño cuando sin previo aviso, Miku abrió enérgicamente la puerta de la recamara y en consecuencia me asuste a tal punto que por inercia me elevé en el aire y choqué fuertemente contra el techo del cuarto. -¡Auuch!- Me quejé de inmediato. Miku al ver dicha escena corrió en breve para auxiliarme dejando de lado la bandeja llena de comida que traía en la cama y se agachó a mi altura para sobarme la cabeza donde el golpe había acertado. -¿Estás bien?- Preguntó visiblemente angustiada. -Si...eso creo. - Fue lo único que atiné decir y levemente consiente de lo sucedido ya estaba esperando el bombardeo de preguntas de su parte. - Me alegra escuchar eso-Contestó con su ya típica sonrisa de lado y un pequeño sonrojo furtivo se asomaba en su rostro.- ¿Qué fue eso? Balbucee unas cuantas palabras sin éxito en la coherencia de éstas. -Ah..... u-um.....Y- Yo... um... soy Rin y soy un ángel. Me lesioné en el transcurso de mi descenso hasta este plano, así que me dedique a buscar un lugar donde descansar hasta que finalmente di con este poblado. Ésta es la primera vez que me aventuro en el mundo humano, por lo tanto, no se mucho del él aun y necesitaré un poco de tiempo mientras curo totalmente mis alas que son las que me proveen de energía. En ese momento estaba preparada para un posible rechazo de su parte, pero no fue así. Miku estaba sonriendo como siempre lo hacía aunque se podía notar un pequeño haz de sorpresa y asombro en sus facciones. -Éste es también mi primer encuentro con un ángel. Cuando te vi por primera vez, me asusté pues no es común ese tipo de situaciones en este pequeño pueblo. Pero una vez que me acerqué vi que eras realmente tan bonita..... Que terminé haciendo las cosas por el impulso y deseo de ayudarte. No podría apartar la vista de su cara riendo nerviosamente. La cristalina voz de Miku era como los cantos de los pájaros, y aún más bella que la canción de las aves del paraíso que vivían en el Cielo. Quería quedarme así y mirarla por siempre. Deseo cada día poder escuchar esa dulce voz y esos apacibles ojos llenos de bondad que comenzaba a necesitar. -Um, acerca de mi lesión... como ya dije necesitaré un poco más del tiempo del que creí para sanar mi ala rota. Si no es un problema para ti ¿podría hospedarme un tiempo en tu casa?-- ¿¡En serio!? ¡Soy tan feliz...! Pensé que quizá por verte obligada a revelarme tu naturaleza podrías terminar yéndote lejos. ¡Por supuesto, eres bienvenida! Llevémonos bien de ahora en adelante... Rin. -Sí, llevémonos bien, Miku. Bajo las leyes del Cielo, probablemente me esté ganando alguna clase de castigo. Estoy completamente segura que no importa cuán grave sea mi lesión que no me permita regresar, el buscar refugio en una morada humana era comportamiento inusual para un ángel. Aun así, quiero estar junto a esta chica. Alargar el tiempo que compartimos aunque solo sea un poco más. Hola a todos! Agradezco mucho sus lecturas, votos y comentarios pues me motivan a seguir escribiendo. Me gustaría que me indicaran algún error de redacción, así puedo corregir y que el contenido quede de mejor calidad. =3 GRACIAS Y SALUDOS
Página 1 / 1
Agregar texto a tus favoritos
Envialo a un amigo
Comentarios (0)
Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.
|