Dejadme aquí... (poesía)
Publicado en May 20, 2015
Dejadme aquí...
donde la ausencia de las condenas ajenas me llena de soledad el alma y la vida... la vida entera... me produce este ansia de la paz. Calma. Todo lo que soy es esa faz que en mi mundo se proclama. Aquí... desnudo de palabras y silencios... con este éxodo de llanto y de cantares que el viento... vivo aliento... me guía por los rosales del tiempo... Iré por el camino de los sueños llevando estos versos de alba como cuentos... vientos... y una ausencia en el alma. Dejad quieto este sentir sin dueño que escapa... y dejadme quieto en este mundo donde mudo el silencio se hace nada y en esta hora inacabada... siempre en el tiempo inesperada... dejadme libre y sin recuerdos. ¿Que importancia tienen los cuerdos que ansían las hojas del laurel? No es aquel el mundo de mis acentos. Los vientos... dejad que los vientos en tropel me lleven de misterio en misterio. Dejadme aquí... en este incierto saber que soy más segundo que milenio y, envuelto en los años con presencia, dejad que la esencia de este ser llamado para el fuego sea después... luego... el único recuerdo de existencia. Yo no soy más que una persona que invade el tiempo de la nada y en la guerra de la gloria enfrentada mi rima no es lo que a otros desespera. La espera es dura y larga. Nunca bajo la luz del éxito alcanzado está de mi fugaz vela su llama. Ama... ama mi sed el agua del silencio... sin precio... sin entrada... solamente buscando ese discurso del gesto y la figura. Dura. Dura es esta jornada. Dejadme aquí... donde me es ajena la mirada porque estoy dormido entre mis sueños en la lejana compañía encontrada y en la entrada del cualquier jardín surja, por fin, la alborada. Dejadme aquí... soñando siempre con la nada... Que aquí todo me conduce a una presencia inacabada y al límite profundo de mis versos en infinita rima concentrada. Guarda sus poemas este universo de sílabas y luces encontradas mientras yo sigo siendo ese beso que roza el aire del mañana. Deajdme aquí... donde las sombras se han vuelto alargadas porque el destino de todos mis olvidos están ya cumplido... y se acaba... se acaba este sentirse perseguido por alguien que tan pronto alaba como en la espalda te mete ese cuchillo de voraz palabra envenenada. Dejadme aquí... donde la ausencia de las condenas ajenas me llena de soledad el alma. (Homenaje a León Felipe)
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José Orero De Julián
Marìa Vallejo D.-
Van los versos envueltos con ritmo, imágenes y rimas de sutil frescura. Me ha encantao. Grato leerte.
Saludos
María