LOS MESTRE GARAY
Publicado en Sep 15, 2009
Ya sé que las bibliotecas están rechonchas de historias de amor, pero este relato, no es una historia más, es algo real, que se jactó de amor. Y todo pasaje que sea alusivo a vidas similares, y que puedan dañar los sentimientos de alguna persona, discúlpeme, pero esto en realidad pasó. Aunque para mí, no es ni más ni menos que un cuento.
Dicen que ellos se eligieron así. Ya nadie lo discute ni los pone en tela de juicio; quizás, uno que otro vecino lo haga, porque algunos aseguran que están enfermos, que cómo se pueden casar... Pero ya no es algo que preocupe tanto, porque dicen, que el apego, todo lo pudo. Se conocieron en el barrio, se gustaron, se enamoraron que es peor. Y hoy, quién lo diría, están todos los muchachos aceptando aquello que nunca pudieron destrabar. En fin, el matrimonio es una ley para todos. Los que hablaron mal de ellos tuvieron que comprender... y hoy se casaron, enfermos o no... A pesar de todo lo que pasó para que contraigan la enfermedad (todos los declaran enfermos y los discriminan), si es que lo fuere, no se... Vivían haciendo fiaca en la esquina de la sodería abandonada de don Guerra, un viejito que murió solo y bastardeando sifones. Todavía quedaban algunos vestigios de la vieja empresa. Hasta había cajones llenos de sifones llenos, y una vieja máquina. Pero en fin, si aquellas vivencias fueron las que marcaron tantas tendencias entre ellos, el objetivo más relevante, es hablar de estos que hoy se casaron, y que todos hicieron, hasta lo que no debían (ya verán cuando les cuente), para despegarlos. Ellos dicen que todo lo pudo el amor... yo me pregunto si se puede sentir amor por alguien que se echaron al turno todos tus amigos... En aquel tiempo, ni siquiera el mito del fantasma del sodero pudo apaciguar sus caprichos. Pasaban el día sentados en la verja del único lugar que podían hablar chivadas, gritar, y hacer "las travesuras" (como le llamaran a las fechorías que trajeron las enfermedades...). No les faltaba ingenio a la hora de ver pasar alguna chica. No les sobraba nada tampoco; porque seguro que alguna convencían de que "conozca su guarida"... Inclusive, a veces, hacían una división con los cajones, cuando persuadían a dos muchachas... "La Yamile", se la pasaba allí, con ellos, incitándolos a que la hagan pasar también; aunque sabía que nadie tenía el menor gusto por ella, digo, en cierto modo, porque cuando no había paso de musas, todos le daban un recorrido... "El Pato" dijo varias veces que la tendencia femenina no era buena en el grupo... (Por la Yamile lo decía) Pero al tiempo, descubrieron que lo explicaba porque en realidad, le estaba atrayendo el paseo con la Yamile, y lo negó tantas veces, que cada vez lo inquietaba más. Luego confesó que le gustaba, que en cada posición que la miraba le sugería algo de seducción. Aunque a veces, "de pie parece más bien un sifón de los de plástico", decía; pero cuando la Yamile volvía a insistir con que la paseen, entonces la hacía rogar... Si... imploraba... algo que le gustaba hacer a él... -Yo sé que si no me hubiera dejado llevar por las mentiras de ustedes, que la convencían siempre de entrar a la sodería y me decían que era ella la que insistía, seguramente me hubiera seducido antes, y no cuando me tocaba el turno y solo podía acariciarla como a una botella en el oscuro... -les dijo llorando el Pato después del casamiento. Ellos lo miraban agachando levemente la cabeza. Y volvió a decir: -Claro, ustedes se llevaban lo mejor, y me la dejaban a mí cuando ya tenía las rodillas llenas de piedrecitas incrustadas... Solo podía tenerla parada, todo era feo...digo, hasta que la operaron... Había días que los odiaba por esto. Y hasta a veces rogaba que apareciera el fantasma de don Guerra en el momento que todos se la sorteaban... -concluyó. Todos seguían cabeza gachas y con las manos atrás. Les brillaba la frente. Mientras tanto, yo pienso que si don Guerra hubiera vivido en aquel entonces, no habría permitido que usaran su sodería para que hagan de las suyas, y terminen confundiendo los tantos entre el amor y las cosas promiscuas; porque el que la agarraba a la Yamile, (aunque luego jurara que no le gustaba) se le escuchaba que en el oscuro le decía te amo, te amo... a veces dudo que cualquiera se podría haber quedado con ella... pero sólo uno se animó, y de a poco la fue transformando; fue el pato, claro, porque él también era parte de los "te amo, te amo..." Y en cierto modo, verlos hoy a estos dos amigos de aquel grupo, tan enamorados cuando los nombraba la juez, me dolió algo... La que los casó es la que se dictaminaba de niña como "la mejor amiga de la Yamile"; ella estudió, fue abogada. Y por capricho de los novios es que la eligieron para que los case. Siempre dijeron que ella, la juez, fue parte de aquella transformación lenta de la Yamile, que siempre se opuso también al Pato. Al final, los dos terminaron odiándola. Tanto, que decidieron vengarse mostrándole qué tan grande fue el amor... Todo estaba adornado finamente. Los novios relucían. Ellos, también se habían puesto corbata. Entró mirando para ningún lado, como magistrado más bien de algún juicio... Pasó por el costado de los muchachos y ni los advirtió. Uno la recordó en la sodería (a la ahora juez...), "siempre fue tan fina..."pensó. Y las vueltas que dio la vida en mi cabeza me dejo el mismo silencio que hicieron todos en el momento que la mujer decía el nombre de los novios... "No sé qué ira a ser de esto..." se sintió cuchichear a algún vecino, muy bajito lo dijo, pero no lo calló... y en el momento antes del beso, llegó la gran pregunta a mi cabeza: ¿Cuántas travesuras pueden llevar a que cuando te llame el juez, para firmar el acta de matrimonio, diga en voz alta: -Señor Cristian Alfonso Garay (el Pato) ¿Acepta unirse en legítimo matrimonio, amándose y respetándose para toda la vida... -y acá viene la parte donde me pasaron tantas imágenes de la sodería de don Guerra... y la eterna disputa entre los muchachos, si es que estos amores nacen o se hacen, haciendo picardías de niños... si es que están realmente enfermos o ya nacieron con esto. O si fueros todos parte de esta culpa, si es que lo fuere, no se...es cuando la nombran a "ella" como el señor franco Marcelo Mestre (la Yamile...)- al señor Franco Marcelo Mestre...?
Página 1 / 1
|
gabriel falconi
uno quiere leerlo hasta el final
eso es un cuento bien escrito
estrellitas
Delfy
de ahora en adelante tienes mi atencion, pues me gusta tu estilo, creo que es fresco y descomplicando.
Felicidades
Delfy