La Dinasta de los Brcidas (Ensayo Cultural)
Publicado en Jun 07, 2015
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Para saber quiénes fueron los gobernantes pertenecientes a la dinastía de los bárcidas, es necesario, antes de meternos con ellos, saber quiénes eran los bárcidas y ubicarlos en el tiempo histórico al cual pertenecen. Para Wikipedia, los bárcidas, bárquisas o barca (que en lenguaje púnico significa rayo), fue una familia militar y aristócrata de origen cartaginés, de gran importancia durante las Guerras Púnicas, ¿Qué significa púnico y cuantas Guerras Púnicas hubo en la Historia de Iberia que es nombre anterior a lo que ahora conocemos como España dejando a un lado a Portugal?
 
Siguiendo con Wikipedia (una de las mejores fuentes que conozco cuando investigo sobre Historia) el Estado púnico o cartaginés y la civilización púnica o cartaginesa fueron un Estado y civilización de la Antigüedad clásica que englobaba la ciudad de Cartago y sus territorios dependientes. Su idioma (idioma púnico del cual vamos a hablar después), cultura (cultura púnica basada en literatura y arte de lo cual también hablaremos) y religión púnica (¿por qué no hablar también de ella más tarde?), provienen de los fenicios. 
 
La ciudad de Cartago, inicialmente una colonia fenicia (que viene de la palabra latina "púnicus", de la cual deriva "púnico" que, a su vez, proviene del griego "phoinikes"), tras la decadencia de su metrópoli  que había sido Tiro y que ahora se encontraba incorporada al Imperio Neo Babilónico que debemos ubicarlo en el año 573 antes de Jesucristo, desarrolló una alianza o liga con otras ciudades púnicas del Mediterráneo occidental basada en la hegemonía de Cartago, que con el tiempo terminó integrando todas las ciudades a sus dominios. Su forma de Estado evolucionó desde una tiranía con ciertas características monárquicas, hasta un sistema plenamente republicano. La extensión territorial de sus dominios formaron un verdadero Imperio púnico o cartaginés.
 
En sus inicios su territorio comprendía únicamente la ciudad y una pequeña área a su alrededor, lo que obligó a los cartagineses a especializarse en el comercio marítimo para asegurarse las materias y recursos necesarios para la subsistencia. A partir del siglo VI antes de Jesucristo (y digo Jesucristo para dejar constancia absoluta de que Jesús de Nazaret y nadie más que Jesús de Nazaret es Cristo o sea Hijo de Dios), los cartagineses fueron ocupando gradualmente la región que hoy identificaríamos con Túnez, que constituiría el corazón de la nación. Partiendo de esta área, que se suele denominar metropolitana, se expandieron para crear entre los siglos V y III antes de Jesucrito (y no digo solamente Cristo como hacen otros historiadores a los cuales les da miedo decir Jesucristo) un imperio. En su expansión absorbieron las factorías y ciudades fundadas por los fenicios y establecieron otras nuevas en Hispania (Portugal formaba parte de Iberia e Hispania), Sicilia, Cerdeña, Ibiza y en el norte de África, consolidando además su poder sobre las regiones de Numidia y Mauritania.  
 
Su crecimiento territorial y comercial causó por todo el  Mediterráneo diversas guerras con las polis (o ciudades-estados) griegas. En esta época Cartago alcanzó su mayor apogeo siendo la primera potencia económica y militar del Mediterráneo occidental. A finales del siglo III antes de Jesucristo (y diré Jesucristo cuantas vece me venga en gana) entró en contacto con la otra gran república de su tiempo, Roma, la cual también estaba inmersa en un gran proyecto de crecimiento territorial. Las aspiraciones opuestas de ambas repúblicas provocaron el odio y una gran rivalidad entre ambos pueblos. Su enfrentamiento se materializó en las tres Guerras Púinicas, consideradas como las guerras más trascendentes de la antigüedad clásica. Cartago siempre resultó derrotada y los enfrentamientos no cesaron hasta el desmantelamiento de la República de Cartago y la destrucción de su capital en el año 146 antes de Jesucristo (observad que sigo diciendo Jesucristo y no dejaré de decir Jesucristo aunque les de rabia e ira a otros historiadores creyentes o no creyentes porque paso de todos ellos cuando estoy centradon en mis investigaciones y mis ensayos). 
 
Y ahora, antes de dar conocimiento sobre las tres Guerras Púnicas, voy a cumplir con mis promesas. Empecemos con lo del idioma púnico. Como hay "mucha tela que cortar" vamos a ir despacio y con buena letra por lo de "vísteme despacio que tengo prisa". Sobre esta frase, y para hacer más amena nuestra investigación, el periodista sevillano Chema de Aquino ha escrito lo siguiente: "Contaba Benito Pérez Galdós en sus episodios nacionales que un día, Fernando VII se encontraba acompañado de su ayudante momentos antes de asistir a una importante reunión, influido por el nerviosismo de querer vestir al monarca a toda prisa el ayudante no atinaba a realizar correctamente su tarea, por lo que el rey le espetó: Vísteme despacio que tengo prisa, siendo esta frase hoy en día una más de nuestro refranero habitual. También se le ha asignado esta frase a otros personajes históricos como Napoleón Bonaparte o Carlos III. Lo que sí parece un origen claro de esta frase, al menos en su sentido, es el mandato que el emperador romano Augusto le hacía a sus ayudantes: “Apresúrate lentamente”. Según Suetonio -un historiador romano posterior a Augusto en su momento-, el emperador aconsejó lo siguiente: Caminad lentamente si queréis llegar más pronto a un trabajo bien hecho".
 
Ahora sigamos con lo del idioma y la literatura púnica. El idioma púnico o cartaginés (que en púnico se conoce como "dabarim kana'nim" o "dabarim ponim" pues ambas cosas significan lo mismo) fue una lengua semítica hablada en el Norte de África, sur de la península ibérica y algunas islas del Mediterráneo de la zona controlada por la antigua ciudad de Cartago. Filológicamente (y no nos vamos ahora a detener explicando lo que significia la Filología porque sería apartarnos demasiado de nuestro presente trabajo) se lo entronca en los dialectos occidentales del fenicio, extendido por el Mediterráneo a raíz de la colonización fenicia, aunque se lo suele considerar un idioma propio, sobre todo a partir del siglo V antes de Jesucristo. ¿Investigamos sobre cuáles fueron los dialectos del fenicio? Investigamos.
 
Sin entrar en narrar la larga historia de este idioma diremos lo siguiente: Por la naturaleza de las inscripciones que han llegado hasta la actualidad, la mayoría escritas en un lenguaje formal y ceremonioso, no se puede tener constancia de la lengua real que se manejaba cotidianamente en cada lugar. Las formas dialectales locales se pueden entrever, pero raramente, sólo en algún grafiti o debido a un lapsus del escribiente. Es probable que cada ciudad fenicia tuviera su propio dialecto, mientras que las inscripciones tienden a representar un habla estandarizada común. Con todo, es posible determinar ciertos dialectos principales: los dialectos orientales son el fenicio estándar, el biblio y el chipriota. El fenicio stándar es el habla original de la región de Tiro y Sidón, y probablemente la variedad en que se basan los dialectos occidentales. Dejó de hablarse alrededor del siglo II después de Jesucristo. El biblio es el habla de Biblos, ciudad de la que se tiene constancia escrita desde el siglo XIII hasta el I antes de Jesucristo. No parece que se extendiera hacia el oeste y está marcado por importantes diferencias gramaticales, siendo el dialecto más similar al hebreo. El chipriota es el habla de Chipre y muestra bastantes diferencias tanto en pronunciación como en gramática y vocabulario. Hay incluso indicios de diferencias dialectales entre las mismas ciudades, lo que puede deberse a que el elemento fenicio en la isla siempre fue pequeño y foráneo.
 
Y en cuanto a la parte occidental, el púnico es el habla de las colonias occidentales, destacando la de Cartago por su papel centralizador. Desde aproximadamente el siglo V antes de Jesucristo siguió evolucionando con cierta independencia de los dialectos orientales. Sus principales divergencias, no obstante, pueden deberse a la interacción del elemento fenicio con el sustrato lingüístico de los pobladores originales: bereber e íbero entre otros. Tras la caída de Cartago se desarrolló el llamado «neopúnico», que ya sin la influencia cultural conservadora de la capital ni de las metrópolis fenicias, evolucionó más rápido y acusando muchas veces influencias locales no semíticas.
 
Hagamos un pequeño paréntesis haciendo saber que las lenguas semíticas (a las cuales pertenece el fenicio) son una las familia de la macrofamilia de lenguas afroasiáticas. Se desarrollaron sobre todo por Oriente Próximo y el norte y este de África. Toman su nombre del personaje bíblico Sem, hijo de Noé (como también lo fueron Cam y Jafet) cuyos descendientes serían, con base en la historia bíblica y la tradición, los pueblos semitas. Las lenguas semíticas más habladas en el presente son el árabe, el amárico, el hebreo y el tigriña. La protolengua o grupo de dialectos estrechamente ligados que habría dado lugar a las lenguas semíticas se conoce como protosemítico. Así que, explicado esto, volvamos al fenicio.
 
En la evolución del fenicio pueden determinarse cinco etapas principales en en cuanto a dicha lengua, marcadas por diferencias susbtanciales entre fases más antiguas y más modernas del idioma. De «fenicio temprano» se califica al hablado en las costa de lugares como Canaán, Chipre y Cerdeña, entre los siglos XI y IX antes de Jesucristo, siendo las principales fuentes externas para su interpretación el egipcio, el asirio y el Antiguo Testamento (recordad también el pajade bíblico de la boda de Caná en el Nuevo Testamento). El «fenicio medio», ya extendido por el Mediterráneo, es el hablado entre los siglos VIII y VI antes de Jesucristo, contando como principales fuentes externas como el acadio y el griego. El «fenicio tardío» es el hablado en las costas orientales a partir del siglo V antes de Jesucristo y hasta su desaparición en el siglo I ó II después de Jesucristo (y me encanta acentuar las oes cuando se trata de números sean arábigos o sean romanos y digan lo que digan los personajillos de la Real Academia de la Lengua porque no les hago ni caso); paralelamente, en el oeste se desarrolla el «púnico», que se habló también desde el siglo V antes de Jesucristo y hasta la fecha simbólica del 146 antes de Jesucristo, que es cuando sucedió la destrucción de Cartago. El quinto periodo, que tiene lugar sólo en el oeste, es el «neopúnico», que se extiende desde el 146 antes de Jesucristo hasta bien entrado el siglo VI despúes de Jesucristo o la invasión musulmana, contando como fuentes externas para su interpretación sólo el latín.
 
Dicho todo esto es de señalar que hay muchísimas personas (incluso entre los que se creen muy letrados) que desconocen que existió la literatura fenicia. O están viviendo en la inopia o no saben investigar a fondo, porque resulta que se descubrió una inscripción bilingüe greco-fenicia hallada en Malta. Si no se lo creen, lean lo siguiente. Lo narra, ni más ni menos que el investigador y canónigo Francisco Pérez Bayer en su obra titulada "El alfabeto y lengua de los Fenices y de su colonias" (publicada en el año 1772 después de Jesucristo) y que es la primera vez en que se ve la lectura exacta del texto fenicio. Por desgracia, las fuentes para el estudio del púnico, al igual que en el caso del fenicio, se basan principalmente en las inscripciones que han sobrevivido, dado que la mayor parte de la literatura fenicio-púnica se ha perdido. Pero mirad por dónde resulta que la obra "Poenulus" de Plauto contiene unas cuantas líneas en púnico, que han sido intensamente estudiadas porque, al contrario de las inscripciones realizadas con el alfabeto fenicio, contienen las vocales.
 
Se suele considerar a Agustín de Hipona (san Agustín para los católicos) como el último escritor importante de la Antigüedad que tuvo conocimientos de púnico. De acuerdo con sus comentarios, el púnico todavía se hablaba en su región (Norte de África) en el siglo V después de Jesucristo, y sus hablantes todavía se referían a sí mismo como "chanani" («cananeos"), es decir, «fenicios o cartagineses" para enterarnos mejor y a ver si muchos ya se enteran del todo sobre quiénes eran los cananeos. Alrededor del año 401 después de Jesucristo, Agustín escribía en una de sus cartas: "Quae lingua si improbatur abs te, nega Punicis libris, ut a viris doctissimis proditur, multa sapienter esse mandata memoriae. Poeniteat te certe ibi natum, ubi huius linguae cunabula recalent" que se traduce por "Si rechazas esta lengua, estás negando lo que han admitido muchos hombres eruditos: son muchas las cosas que han sido sabiamente preservadas del olvido gracias a libros escritos en púnico. Hasta avergonzado debieras estar de haber nacido en el país en que la cuna de este idioma todavía sigue caliente" (texto de su "Epístola XVII")La idea de que el púnico ejerció cierta influencia en el idioma maltés se propuso por primera vez en 1565 después de Jesucristo. Esta teoría se considera totalmente desacreditada puesto que las principales teorías lingüísticas defienden que el maltés deriva del árabe sículo, con gran cantidad de préstamos del italiano. Con todo, es seguro que el púnico se habló en Malta durante parte de su historia, como demuestran los "Cippi de Melqart" y otras inscripciones halladas en el archipiélago.
 
El Cippi de Melqart es el nombre colectivo para dos cippi de mármol fenicio que fueron desenterrados en Malta en circunstancias indocumentadas y fechado en el siglo segundo antes de Cristo. Estos son ofrendas votivas al dios Melqart, y se inscriben en dos idiomas, griego antiguo y fenicio, y en los dos guiones correspondientes, el griego y el alfabeto fenicio. Fueron descubiertos en el siglo 17, y la identificación de su inscripción en una carta fechada el 1694 es la primera escritura fenicia identificada y publicada en la época moderna. Debido a que presentan esencialmente el mismo texto (con algunas diferencias menores ), el cippi proporciona la clave para la comprensión moderna de la lengua fenicia. En 1764, el erudito francés Jean-Jacques Barthélémy se basó en su inscripción, que utilizó 17 de las 22 letras del alfabeto fenicio, para descifrar el lenguaje desconocido. La tradición de que los cippi se encontraron en Marsaxlokk solamente se dedujo por su dedicación a Heracles, cuyo templo en Malta siempre se había identificado con los restos en Tas-Silg. El Gran Maestre de la Orden de los Caballeros Hospitalarios, Fray Manuel de Rohan-Polduc, presentó uno de los cippi a Luis XVI en 1782. Este cipo se encuentra actualmente en el Museo del Louvre en París, mientras que la otra se apoya en el Museo Nacional de Arqueología de La Valetta, Malta.
 
Ahora bien, ¿que es un cipo? Muchos alteran su sesnsibilidad al escuchar esta palabra pensando que es demasiado "fuerte" (porque no sé en qué asuntos estarán pensando cuando la escuchan) y, sin embargo, un cipo funerario (que es de lo que estoy habando al referirme al Cippi de Melquart) es una pilastra, pedestal, o trozo de columna que se colocaba en las tumbas en honor de un difunto. Característico de la arquitectura funeraria etrusca y romana, también se encuentra en otras culturas como la púnica e ibera; así que no tiene nada que ver con el sexo de los hombres como pensó, en cierto momento de apuro, un tal Mena Rabadán, puesto que servía para marcar el lugar de una sepultura o como urna cineraria. En este caso se componía de dos partes: la superior servía de cubierta a la concavidad abierta en la inferior para encerrar las cenizas del muerto a quien se dedicaba. Los cipos funerarios tenían la forma de una pilastra, de un trozo de columna sin basa ni capitel o la de un pedestal con molduras o con decoración escultórica. Su coronamiento solía tener forma de frontón o estaba rematado con volutas. A veces semejaban un altar. En sus caras se grababan inscripciones votivas o epitafios. Tiene su origen en los mojones agrarios de madera o piedra que delimitaban los campos.
 
Sepamos también, dicho sea de paso y para aumentar nuestro caudal de conocimientos históricos (que me parece no solo importante sino primordial a la hora de investigar un tema) que Marsaxlokk es un consejo local y un tradicional pueblo pesquero ubicado al sureste de Malta. Cuenta con una población de 3.277 personas (datos de diciembre del año 2008 después de Jesucristo) y el nombre del pueblo viene de marsa, que significa "puerto" y xlokk, que quiere decir "sureste" en la lengua local. La palabra está relacionada con "xaloc" el equivalente en catalán para el siroco, viento que sopla desde el Sáhara.
 
Fue en la "bahía del siroco" (Xlokk) donde los primeros fenicios se asentaron y establecieron comercios en Malta, durante el siglo IX antes de Jesucristo (no antes de un Cristo cualquiera sino antes de Jesucristo que es el único Cristo que existe y está vivo). Durante el Gran Sitio, el puerto de Marsaxlokk fue también usado como lugar de anclaje por parte de la flota turca. Al norte de la bahía de Marsaxlokk se encuentra la colina de Tas-Silg (nombre que ya antes he citado), la cual aún contiene restos de los templos megalíticos de la fase Tarxien, con posteriores alteraciones que le asemejan más al modelo Hagar Qim. Además, han sido encontrados esparcidos por la zona algunos materiales de la Edad de Bronce. Desde el final del siglo VI antes de Jesucristo hasta el siglo I después de Jesucristo, el lugar fue utilizado con fines religiosos, esta vez como un templo en honor a Astarté/Hera. Tas-Silg fue empleado de nuevo con fines religiosos hacia el siglo IV después de Jesucristo, cuando el país comenzaba a adaptarse al cristianismo, de modo que se cree que fue usado como monasterio.
 
¿Y por qué no aprender lo que fue la fase Tarxien si estamos llamados a conocer cada día un poco más? Vamos a ello. Podría escribir hojas enteras sobre este apasionante tema y hablar durante horas enteras de eso; pero me voy a limitar a dar un breve dato: La fase Tarxien es una de los once fases de la prehistoria de Malta. Se llama así por el complejo del templo descubierto cerca del pueblo de Hal Tarxien, y ahora ha sido reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La fase Tarxien, abarca aproximadamente entre los años 3150-2500 antes de jesucristo, sigue a la fase Saflieni y es la última fase del período del Templo , durante el cual se construyeron los principales templos megalíticos de Malta.  
 
Expuestos todos estos datos culturales sigamos con la Literatura fenicio-púnica. Digamos que con el auge de Cartago en el siglo V antes de Jesucristo, el fenicio se convirtió en una lengua de prestigio en el Mediterráneo, compitiendo con el latín y el griego. Se sabe (y no es cierto que el saber no ocupa lugar sino que, por contra, el saber ocupa muchos lugares de nuestra inteligencia) que durante esta época se tradujeron obras de la literatura griega al fenicio, aunque apenas han quedado fragmentos de éstas. Citemos, como ejemplos, dos fragmentos del "Poenulus" («El pequeño cartaginés»), traducción de otra obra griega que, posiblemente, fue escrita por el poeta Alexis (375-275 antes de Jesucristo). Plauto incluyó fragmentos de la traducción de esta misma obra al púnico, así como de varias otras traducciones de que tuvo conocimiento, a fin tanto de divertir a la audiencia con el sonido extraño de una lengua como para que sirviera de pie para juegos de palabras y errores de traducción. Se deduce, de todo ello, que el púnico es en principio el dialecto fenicio de las colonias occidentales, destacando la de Cartago por su papel centralizador. Desde aproximadamente el siglo V antes de Jesucristo (seguid observando que digo Jesucristo y no solamente Cristo para dejar el asunto bien aclarado) siguió evolucionando con cierta independencia de los dialectos orientales. Sus principales divergencias, no obstante, pueden deberse a la interacción del elemento fenicio con el sustrato lingüístico de los pobladores originales: bereber, íbero, etcétera. Una de las diferencias entre el fenicio y el púnico es el artículo ha- en fenicio y 'a sin aspiración, en púnico. Sin embargo, las diferencias fonéticas tendían a no representarse en la escritura, más conservadora que la lengua oral, por lo que son en gran medida desconocidas. Morfológicamente, destaca el pronombre de 3ª persona singular en -im a diferencia del pronombre fenicio, sin reflejo en la escritura pero pronunciado o en masculino y -a en femenino; también se da el uso del pronombre determinativo si-, desconocido en fenicio estándar, que indicaba el genitivo indirecto y en el constructo sillt tomaba el carácter del pronombre posesivo independiente de mío. También existían diferencias de tipo sintáctico, sobre todo en la formación de los diversos tiempos verbales.
 
¿Qué sucedió tiempos después? Que tras la caída de Cartago se desarrolló el llamado «neopúnico» o «púnico tardío», que ya sin la influencia cultural conservadora de la capital ni de las metrópolis fenicias, evolucionó más rápido y acusando muchas veces influencias locales no semíticas. Así que explciado todo esto vamos con algunas referencia de arte cartaginés y de religión cartaginesa antes de introducirnos de lleno en la dinastia de los bárcidas. Soy partidario del mensaje bíblico: buscad los conocimientos porque los conocimientos os darán la liberación. Entremos pues en los temas aunque también voy a seguir hablando de la literatura cartaginesa. 
 
La lengua hablada por los cartagineses se conoce como idioma púnico, cuyo origen es semítico como ya hemos dicho. También considerada fenicia por su origen, se mantuvo durante toda la etapa cartaginesa. Se expandió por todo el territorio metropolitano de Cartago, así como por las grandes islas del Mediterráneo y los numerosos enclaves costeros occidentales púnicos. En el norte de África era usada en las ciudades y colonias fenicias, siendo la población indígena y rural ajena a ella. Se extendió ampliamente debido a su uso comercial. Su literatura se conoce a través de la epigrafía , que es pobre, ya que la mayoría de las inscripciones son dedicatorias religiosas, en cuyo texto se repiten siempre las mismas inscripciones. El alfabeto estaba compuesto por 22 letras y se escribía de derecha a izquierda, como el actual hebreo. Era un sistema simple, por lo que permitía la difusión del conocimiento y la cultura. Las diferencias con el fenicio son escasas. Aunque sabemos que crearon literatura, sobre todo religiosa, así como histórica o práctica, casi todas las obras se han perdido. Conocemos la existencia de un tratado de agronomía, traducido al latín por el interés práctico que ofrecía para los romanos, y la traducción al griego de la narración del Periplo de Hannón por las costas africanas. Las bibliotecas y obras existentes en Cartago en el momento de su destrucción en el 146 antes de Jesucristo (Jesucristo siempre está presente en mis conocimientos culturales y vitales)  pasaron en parte a los reyes mauritanos y al rey númida Masinisa. La lengua siguió utilizándose después de la caída de Cartago, en los reinos de Numidia y Mauritania. En el año 197 después de Jesucristo, Septimio Severo, un romano nacido en las proximidades de Cartago, de la cultura púnica, llegó a ser emperador de Roma. Todavía era usada y conocida ampliamente en el siglo V (después de Jesucristo) por Procopio de Cesarea y Agustín de Hipona, por ser la lengua de los campesinos de Túnez. Los textos de la época dicen que aún en el siglo VI (después de Jesucristo) los campesinos de Túnez utilizaban la lengua púnica de forma cotidiana, pero la llegada del Islam y la segunda destrucción de la ciudad de Cartago supuso su fin definitivo. Probablemente su último reducto fue la isla de Malta. 
 
En el Espasa se lee lo siguiente: la lengua púnica es de la familia semítica y era la que hablaban los cartagineses. Este idioma era originario del país de Canaán, de donde descendían los fenicios que fundaron Cartago, y en tiempo de los católicos san Jerónimo y san Agustín se hablaba todavía en las costas de África. Cítanse como escritas en lengua púnica las obras atrobuidas a Hiempsal, rey de Numidia; el "Periplo" de Hannón, colgado en el templo de Saturno en Cartago; las inscripciones de las columnas vistas por Procopio y que recordaban la llegada de los cananeos a aquella región; la que grabó Aníbal en el templo de Juno Liciniana, y una de Marsella.
 
 
Hablemos del Arte. Los cartagineses no destacaron en las artes ni las desarrollaron sino que heredaron la fenicia, cuya característica principal era la falta de elementos distintivos, como resultado de crear una cultura mixta con características de los diversos pueblos con los que mantenían su comercio, de Egipto, de Asiria, del Asia Menor y de Grecia. Los cartagineses crearon sus primeras obras de arte recreando los caracteres distintivos de la tradición fenicia de un modo grosero. Las relaciones de los cartagineses con los griegos introdujeron gradualmente entre ellos las artes helénicas, siendo muchas veces realizadas por artistas griegos. Se tiene constancia de que fueron helenos los que diseñaban las monedas púnicas que se acuñaban desde el siglo V antes de Jesucristo. Es importante saber la existencia de una representación de Melkart, conocida como el Efebo de Motia. y un amuleto púnico con forma de cabeza con barba (que data del siglo IV o del siglo III antes de Jesuscrito). Existe, igualmente, una placa con esfinge, hecha de arcilla, pertenecietne al siglo VI antes de Jesucristo y que se encontró en una necrópoli cartaginesa de Ibiza (en las Islas Baleares de la actual España). Es la llamada Dama de Ibiza y fue encontrada, para mayor exactitid del dato, en Puig de Molins. Por otro lado, es necesario saber que durante las guerras sicilianas, fueron llevadas a Cartago como botín de guerra numerosas estatuas griegas que terminaron adornando sus templos y plazas públicas. Los más importantes santuarios de Cartago consagrados a Baal Hammón y a Tanit fueron construidos según el estilo griego de la época helenísta (fines de la civilización griega antigua). La mayor parte de los símbolos que adornan las estelas de los santuarios, fueron esculpidos por obreros libio-fenicios, y están inspirados en la fauna y en la flora africana, creando un característico estilo indígena distintivo de lo helénico. Entre esos símbolos, el más frecuente es una mano abierta levantada hacia el cielo. Los demás símbolos consisten en el Uraeus egipcio y el disco solar con la media luna, que se refiere a Tanit, el cordero referente a Baal Hammón, el caduceo, el elefante, el toro, el conejo, los peces, la palmera, el timón, el áncora, el hacha (también es permitido escribir hoy en día la hacha en lugar de el hacha como pasa también con el sartén en lugar de la sartén), la flor del loto, vasos de diversas formas, naves y frutos. En la isla de Gozo hay ruinas de un templo a Tanit construido en el siglo IV antes de Jesucristo, compuesto por santuarios de planta ovoide o elíptica. Por lo demás, en ninguno de los lugares indicados se han hallado restos de templos. El motivo por el que no se conocen los edificios cartagineses más que por crónicas, es debido a que tras la conquista de Cartago en 146 antes de Jeuscristo (recordad quienes tienen muy buena memoria esta fecha que he repetido varias veces) sufrieron una demolición sistemática. La mayoría de los restos de arte conservado son monedas y pequeñas figurillas de barro.
 
Como antes aludí a la epigrafía no eludo el esfuerzo que tengo que hacer para decir lo que significa epigrafía (y no confundir el verbo aludir con el verbo eludir por favor). Así que, como no eludo, voy a aludir. La epigrafía (derivada de una palabra griega que significa "escrito sobre") es una ciencia autónoma (y por lo tanto independiente de las demás ciencias) y a la vez auxiliar de la Historia (de ahí su enorme importancia para los investigadores) a través de la cual se estudian las inscripciones hechas sobre materiales duros, estableciendo metodologías para leerlas e interpretarlas. La finalidad de la epigrafía es el desciframiento, lectura e interpretación de las inscripciones, con el fin de obtener la mayor cantidad posible de información de las mismas. Según las convenciones internacionales, especialmente para la UNESCO (sigla, desde el siglo XX después de Jesucristo, de Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, para quienes quieran y tengan la curiosdidad por saberlo ya que la curiosidad es base primodiral para investigar y obtener buenos conocimientos), la existencia de epigrafía propia es el marcador que indica el paso de una cultura de prehistórica a histórica, especialmente cuando entre sus inscripciones cuenta con anales y crónicas. La epigrafía (aunque es autónoma e independiente) se relaciona de forma directa con ciencias como la historia antigua, la arqueología y la paleografía y, de manera complementaria, con otras como la numismática, la historia de las religiones o el derecho romano. Aunque también estudia las leyendas presentes en las monedas, el estudio especializado de las inscripciones que aparecen sobre éstas es propio de la numismática.
 
¿Porfundizamos un poco más en el tema del Arte cartaginés? Vamos a intentarlo; porque la curiosidad nunca mata si la curiosidad es sana. Así que vamos a ver qué dice Wikipedia. Atención a los primeros datos que explican la similitud que existe entre decir arte cartaginés y decir arte fenicio o arte púnico. Arte fenicio es la denominación historiográfica del arte de la civilización fenicia, tanto en las metrópolis (polis quiere decir ciudades) fenicias del Mediterráneo Oriental como el de las colonias fenicias. Para la producción artística de la principal colonia fenicia, Cartago, suele emplearse el término arte cartaginés o arte púnico (aunque el término púnico se usa también para referirse a la totalidad de lo fenicio). Las producciones artísticas fenicias tienen un fuerte componente artesanal. En sus esculturas, cerámicas, joyas y objetos de metal, predomianban las influencias egipcias, con elementos asirios, en un primer período desde el siglo X antes de Jesucristo (que es la fecha más antigua que se suele asignar, al menos hasta el momento, al arte fenicio), hasta el siglo VII antes de Jesucristo. En un segundo periodo pasó a predominar la influencia griega, llegando a veces a confundirse sus producciones con las griegas, aunque, por lo general, se detecta con mayor tosquedad y eclecticismo del artista fenicio en las obras de sus talleres.
 
Muchos no sabrán lo que quiere decir eclecticismo. Es fácil de saber. Consultamos el Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española (que para eso está y es gratis hacerlo) y obtenemos lo siguiente: por un lado es el modo de juzgar u obrar que adopta una postura intermedia, en vez de seguir soluciones extremas o bien definidas; y por otro lado, es una escuela filosófica que procura conciliar las doctrinas que parecen mejores o más verosímiles, aunque procedan de diversos sistemas (lo cual no es válido para nosotros los cristianos verdaderos y las verdaderas cristianas). Hacemos, por lo tanto, un pequeño esfuerzo mental e integramos esta palabra en lo referente al contexto explícito del Arte y ya tenemos la respuestas a nuestra inquietud.
 
El arte fenicio influyó en gran medida en el de los pueblos indígenas de la Península Ibérica (Tartessos y arte ibérico) y, sabiendo esto, seguimos. Las formas de arquitectura fenicia se infieren más por los dibujos de los sellos y otros relieves que por las ruinas de sus edificios; aunque no faltan algunos restos de piezas arquitectónicas hallados en Chipre y Fenicia. Entre éstos, figura el capitel con volutas, inspirado en el arte oriental y que bien pudo ser el antecesor del orden jónico. Los templos fenicios (como el de Biblos) se distinguían por tener el santuario sin cubierta. En él se daba culto a una piedra o betilo que generalmente consistía en un aerolito de forma cónica (como piedra caída del cielo) situado en medio de la estancia a la cual precedía un atrio rodeado interiormente de columnas. Era también característica la forma que los sidonios -de la ciudad de Sidón- daban a sus suntuosos sarcófagos de piedra, y que reproducía el contorno de la figura humana, como los sarcófagos antropoides de madera egipcios.
 
Bajo el nombre de esculturas fenicias se han comprendido numerosas y variadísimas estatuas de los pueblos fenciios, libios, sardos, tirrenos, pelasgos, hititas y chipriotas que se presentan con cierta rigidez arcaica y falta de naturalidad y que ofrecen visibles reminiscencias asirias, egipcias e incluso griegas según las épocas y los países. Se consideran como legítimamente fenicias en piedra y bronce las esculturas chipriotas (de la isla de Chipre) toda vez que los fenicios se apoderaron de la isla hacia el año 1000 antes de Jesucristo y fundaron allí ciudades importantes subyugando a los hititas que eran sus antiguos pobladores. Asimismo, puede estudiarse el arte fenicio en las islas de Cerdeña e Ibiza de las cuales se apoderaron las colonias tirias en el siglo VIII antes de Jesucristo. 
 
Después de repetidas investigaciones realizadas sobre el arte fenicio, se puede afirmar que no existe con anterioridad al siglo X antes de Jesucristo, pues aunque mucho antes fabricaban y vendían productos los industriales y mercaderes fenicios su arte no pasaba de ser una mera imitación del egipcio o asirio y parece que incluso entonces se consideraban sus artículos como originarios de los artistas que les servían de modelo. Desde dicho siglo se descubre en las obras fenicias de estatuaria, glíptica, orfebrería, etcétera, la tendencia a combinar los estilos orientales en una misma pieza, sobresaliendo el egipcio.
 
Cambiemos de fuente informativa y vayamos al Espasa Universal. Pocos son los restos arquitectónicos que se han conservado del arte púnico. En Cartago, además de las tumbas, hay ruinas de algunas casas, así como dos templetes, restos de la muralla extramuros y algunos elementos aislados. Monumentos funerarios como el mausoleo de Thugga, la tumba de la Cristiana, la Suma Krubs, etcétera, son tumbas construidas por arquitectos cartagineses debidas a encargos de reyes númidas. La técnica utilizada en la construcción era de grandes sillares de aristas vivias; en época helenística se servían de elementos verticales como trabazón de los bloques de piedra. Las paredes de las casas suelen ser de tierra batida y ladrillo sin cocer. No usaban el mármol en las paredes; lo más frecuente era la piedra caliza revetida de estuco. A partir del siglo V antes de Jesucristo se difunden el capitel eolio y el jónico, con algunas variantes; en el mundo púnico aparecen frecuentemente una combinación de capitel jónico y arquitrabado egipcio. El templo púnico más simple consiste en una zona descubierta en la que los exvotos se acumulaban alrededor de la fosa de cremación. Cartago poseía templos con "cellae" cerradas mediante paredes.
 
La escultura adquirió gran importancia en el mundo púnico; se hacían estatuas para adorno de edificios y plazas públicas. El único nombre de escultor que se conoce es el de Boethos el Cartaginés. Las excavaciones han sacado a la luz bastantes sarcófagos, algunos con una estatua de la divinidad en la tapa (la diosa Tanit) y otros con la reproducción de un templo griego. Una interesante escultura fragmentada represetna a Tanit sentada en su trono flanqueado por esfinges (siglos III y II antes de Jesucristo). También se conocen estatuas toscas y estelas con la imagen idealizada del muerto. Cabe destacar las máscaras, casi siempre convencionales y geométricas, así como las terracotas.
 
El bronce fue muy utilizado, principalmente para adornos, si bien casi no se han conservado. En orfebrería se encuentran collares de oro con piedras preciosas, medallones, pendientes, anillos, etcétera. También se utilizó el cristal y elementos como el huevo de avestruz decorado. El establecimiento de las colonias en España dio lugar al descubrimiento de importantes restos arqueológicos, sobre todo en Cádiz e Ibiza.   
 
Existen muchísimas personas que tienen pavor y miedo escénico ante el hecho de hablar de religiones (socialistas, comunistas y anarquistas por ejemplo); y también existen otras muchas personas que, por ser demasiado puritanos y puritanas (excesivamente puritanos y puritanas les llamo yo) creen y predican que hablar de religiones es pecado. Yo no soy religioso ni pertenezco a ninguna creencia religiosa; porque solamente soy, y a mucha honra lo llevo, cristiano y nada más que cristiano que intenta vivir tal como nos predica Jesucristo; pero ni me da pavor ni miedo escénico ni tampoco creo que sea un pecado el hablar de las religiones cuantas veces las creamos necesarias o nos guste hacerlo para aumentar nuestro caudal de conocimientos. Y es que ni los ateos ni los beatos me han gustado jamás; así que voy a escribir algo sobre la religión de los cartagineses porque me gusta, porque me agrada y porque lo considero muy interesante; lo cual, vuelvo a insistir, no quiere decir que yo sea religioso puesto que insisto por última vez en aclarar a los que son "duros de mollera" y no lo entienden o no lo quieren entender, que solamente soy cristiano.
 
La fundación de Cartago a finales del siglo IX antes de Jesucristo fortaleció el establecimiento permanente en el Mediterráneo occidental de los miembros del Panteón Fenicio. Ni bien los mercaderes establecieron puestos de mercancía, muchos de ellos regresaron para pasar su senectud en Tiro, donde habían dejado a sus familias. En ese entonces existía una aristocracia que había dejado su ciudad para nunca volver, tratando de establecer sus hogares y creencias permanentemente en las colonias. Durante muchos siglos, sin embargo, la esfera de influencia de la nueva capital fue muy estricta, y bajo la protección de la dinástía Magónida los cartaginenses continuaron a usar el mar para incrementar su riqueza. La religión cartaginesa está basada en la religión fenicia, la que a su vez está inspirada en las fuerzas de la naturaleza. Muchos de los dioses que crearon, sin embargo, eran conocidos sólo bajo sus nombres locales.
 
El núcleo original de la religión de Cartago se encuentra en Fenicia. El panteón fenicio estaba presidida por el padre de los dioses, pero la principal divinidad era una diosa. Este sistema de dioses influenció también a muchas otras culturas. Hay mucho parecido entre estas religiones. En algunos casos los nombres de los dioses fueron cambiados al tomarlos prestados. Incluso las leyendas fueron similares. Egipcios, babilonios, asirios, persas y otros han dejado sus influencias en el sistema de fe fenicio al adoptarlo a su propia religión.
 
Para conocer el Pasnteón de dioses y diosas de los cartagineses es muy interesante el siguiente texto de la página web titulada Qarthadasht. La religión era un aspecto muy importante de la vida y la cultura de los cartagineses, que, como buenos semitas, se mostraron profundamente piadosos y notablemente conservadores en sus creencias y en sus prácticas. Su universo religioso respondía al de sus ancestros fenicios, con algunas influencias, que fueron asimiladas y reelaboradas, procedentes de su entorno mediterráneo, particularmente egipcias y griegas. Su alcance, sin embargo, fue limitado y superficial, sin quepodamos hablar de un proceso de helenización de la religión púnica.


En Cartago la principal divinidad era Ba‘al Hammon, atestiguado también en las estelas y dedicatorias del Norte de África, Sicilia, Cerdeña y Malta. Originario de Oriente, algunos investigadores señalan sus relación con el fuego o el calor, “el Señor del altar de los perfúmes” o, más bien, “el Señor de las ascuas”, mientras que otros lo interpretan como “Señor del Amanus”, una divinidad atmosférica relacionada con la tormenta y la lluvia. Todas estas interpretaciones de su teónimo nos hablan de su personalidad rica y compleja. Su identificación posterior con el Saturno romano, bajo cuya forma pervivió en el Norte de África mucho tiempo después de la destrucción de Cartago, sugiere que era el protector y garante de la prosperidad de la ciudad y que al mismo tiempo poseía aspectos relacionados con la regeneración y la fecundación. Su iconografía era la de un dios barbado tocado con la tiara y sentado sobre un trono.


La diosa Tanit, de origen oriental, aunque durante mucho tiempo se creyó que era una divinidad exclusivamente africana, era la consorte de Ba´al Hammon en el panteón cartaginés. La supremacía absoluta de Ba‘al-Hammón, documentada en las inscripciones más antiguas del tofet, comienza a ser desplazada desde finales del siglo V y comienzos del IV antes de Jesucristo, por la aparición conjunta de la diosa Tanit. A partir de entonces, la importancia que va adquiriendo es cada vez mayor, apareciendo incluso frecuentemente sola en las inscripciones. Estas le dan el epíteto de “cara de Ba‘al” y por una de ellas sabemos de la existencia de un templo dedicado a Astarté y a Tanit del Líbano. Fuera de Cartago aparece asociada a Astarté en el templo de Tas es-Silg, en Malta. Su iconografía es rica pero de difícil interpretación, destacando sobre todo el famoso “signo de Tanit”, un triángulo coronado en su vértice por una raya horizontal, que en ocasiones tiene los extremos levantados, y rematado por un círculo, en el que se ve una esquematización realista de la imagen oriental de la diosa desnuda o de la hieródula de los brazos extendidos, muy frecuentes en Siria y Canaán a finales de la Edad del Bronce. Tanit era una divinidad de carácter ctónico a la que se han atribuido rasgos escatológicos. Según Garbini, los cartagineses habían adoptado el culto de la sidonia Tanit, hipóstasis de Astarté, a raíz del paso de la monarquía, si admitimos que alguna vez existió en Cartago, a la oligarquía, para distanciarse de Tiro, donde Melkart era la divinidad más importante. Otros explican la creciente popularidad de la Tanit en Cartago como consecuencia de su conversión en un estado agrario. También se ha señalado que la población de origen sidonio que llegó a la ciudad tras la conquista asiria fue la responsable de la introducción de su culto.


Otros dioses presentes en el panteón cartaginés eran Eshmún que, junto con Astarté, figura profusamente en la composición de muchos teóforos púnicos, Ba‘al Shamin, Ba‘al Haddad y Melkart. Respecto a este último, que fue asimilado con el Heracles griego, su presencia, tan antigua como los mismos orígenes de la ciudad, está documentada tanto en la onomástica como en las inscripciones, que aluden a él en ocasiones como “resucitador de la divinidad, esposo de Astarté”, pero, a diferencia de Tiro, ocupó en Cartago un papel secundario hasta que la influencia política de los Bárquidas, que lo convirtieron en su divinidad familiar, lo situó de nuevo en un primer plano.


Respecto a los dioses extranjeros, en los primeros años del siglo IV antes de Jesucristo, se introdujo de forma oficial entre los cartagineses el culto a Démeter y Coré, dos divinidades griegas de la fertilidad y el mundo subterráneo, según sabemos por Diodoro de Sicilia. Sus templos en las afueras de Siracusa habían sido profanados por las tropas de Himilcon durante el sitio de ésta en el 396 antes de Jesucristo, lo que, se dice, le atrajo la cólera divina y el posterior desastre en el campo de batalla. Parece que los dioses de Egipto, país con el que se mantuvieron frecuentes y buenas relaciones y cuya influencia está presente en diversos aspectos de la vida de Cartago, también tuvieron cierta presencia, según atestiguan los teóforos de muchos cartagineses, aunque es imposible establecerla con un mínimo acierto. 
 
¿Alguien desconoce lo que significa la palabrá teóforo? No hay por qué preocuparse y aprovechemos la ocasión para obtener otro dato de aprendiazaje cultural con lo cual seguimos aumentando nuestros conocimientos y, por ende, nuestras inteligencias. En la Antigüedad, teóforo significaba "portador de Dios". Un nombre teofórico o nombre teóforo es un nombre propio que contiene el nombre de un dios o divinidad, tanto para servir de difusión para el nombre sacro, como para invocar la protección del mismo para la persona que lo lleva. Los nombres teóforos  eran muy comunes ya en Mesopotamia y Antiguo Oriente Próximo, donde el nombre de la persona incluía el nombre del dios en que confiaba. Esta práctica, denominada en onomástica teofonía se refiere a añadir un nombre de dios (o su nombre local equivalente) al nombre propio de la persona.
 
Aprendido ya todo esto, recapitulemos una pequeña síntesis del tema de la religión cartaginesa. Artículo principal: los cartagineses como herederos de las tradiciones de los semitas occidentales, entre los que se encontraban los fenicios, creían en la existencia del alma y del espíritu. El espíritu, se solía interpretar como una sombra, portador del aliento de vida de procedencia divina. La religión para los cartagineses formaba parte de su vida cotidiana y de su cultura, solían mostrarse profundamente piadosos y notablemente conservadores en sus creencias y en sus prácticas. Todo su panteón de dioses procedía de su herencia fenicia con ciertas influencias helénicas y egipcias. Inicialmente los cartagineses preservaron de Tiro sus creencias religiosas y durante su edad inicial no se establecieron diferencias con respecto a la ciudad fundadora, si bien no existe abundante documentación hasta el siglo V antes de Jesucristo. En esta primera etapa la deidad más importante debió ser Melqart, señor de Tiro, a cuyo templo se enviaba desde Cartago anualmente una ofrenda de la ciudad. Pero esta tradición se abandonó durante el siglo VII antes de Jesucristo, y a partir del siglo siguiente comenzaron a observarse peculiaridades específicas de Cartago. La principal es que los dioses más venerados pasan a ser Baal y Tanit. 
 

Otra característica de la religión cartaginesa es haber conservado la práctica de los sacrificios humanos, desaparecida en Fenicia. El sacrificio consistía en ofrecer la vida del primogénito al dios Baal Hammón en el rito del Molk. La práctica persistió hasta los días mismos de la caída de Cartago. Según Diodoro, la estatua del Molk era de bronce. Sus brazos abiertos llegaban hasta el suelo y los niños que en ellos se depositaban caían en un horno ardiendo. Este rito se practicaba dentro del Tofet, recinto en el cual posteriormente se depositaban los huesos calcinados de los sacrificados. Esta práctica es mencionada por Plutarco, así como por Tertuliano y por Diodoro Sículo. No así por otros historiadores como Tito Livio o Polibio. Las excavaciones arqueológicas modernas parecen haber confirmado la versión de Plutarco, estimándose en 20.000 las urnas depositadas entre el 400 antes de Jesucristo y el 200 antes de Jesucristo, en el cementerio de niños en el Tofet. Las urnas contenían huesos de recién nacidos y, en algunos casos, de fetos y niños de dos años, indicando que si el niño nacía ya muerto, el hijo más joven debía ser sacrificado por los padres. Otras teorías defienden que, simplemente, se trata de los restos calcinados de hijos que fallecieron de muerte natural. A la vista de otras evidencias halladas en Canaán, esta teoría parece menos probable. Parece que el lugar elegido para el Tofet fue el mismo donde se inmoló la reina fundadora de la ciudad, Elisa. Es, quizá, por esa inmolación que apareció la tradición del Tofet. Tiene cierta similitud el caso de la mujer de Asdrúbal, el general derrotado en la última Guerra Púnica, que se lanzó a las llamas con sus hijos desde lo alto del templo de Eshmún, último bastión de la resistencia cartaginesa, cuando los soldados romanos ya habían entrado en la ciudad.
 
El orientalista alemán Gesenius describió detalladamente al pueblo púnico, definiéndolo como un pueblo profundamente religioso. La religión presidía todos sus actos, al nacer un niño se le colocaba bajo la protección de una divinidad, imponiéndole su nombre. Nunca iniciaban una empresa sin pedir antes la protección de los dioses. Todo acontecimiento positivo o negativo debía tener su sacrificio de gratitud o expiatorio. En sus navegaciones o en la guerra llevaban consigo sus dioses penates. En los campamentos militares siempre se colocaba en el centro el santuario, al igual que los hebreos, a quienes vemos siempre acompañados del Tabernáculo al marchar contra el enemigo. En cada nueva colonia fundada, el primer edificio público que se levantaba era el templo. Los cartagineses creían en el poder y existencia de los espíritus, otorgándoles la capacidad de albergar intenciones y de ocasionar un mal o daño físico. Se protegían mediante la utilización de talismanes o amuletos con formas humanas, los que han sido encontrados muy frecuentemente en las excavaciones de la necrópolis púnicas. Su procedencia solía ser egipcia como el ojo oudja, el uraeus, la representación del dios Ptah y las de Bes y Anubis. Lo que es una evidente muestra de la influencia egipcia en Cartago. Tenían también su culto de los muertos y respetaban los túmulos. Jamás hicieron la guerra por proselitismo, ni tuvieron vocación de expandir su culto a los indígenas que sometían. Las funciones sacerdotales no eran hereditarias entre los cartagineses; las desempeñaban por lo general los nobles, y eran signos de distinción que solían ir unidos a otros cargos importantes.
 
Baal Hammon era el principal dios fenicio adorado en la colonia de Cartago, generalmente identificado por los griegos como Crono y por los romanos como Saturno. Baal significa "señor", sin embargo, el significado de hammon es incierto, siendo posible su origen en Amón "El oculto", símbolo del poder creador y "Padre de todos los vientos" en la mitología egipcia. Baal Hammón se supone representado en algunas esculturas o relieves en forma de un personaje masculino de cierta edad, sentado en un trono entre dos esfinges. Los romanos convirtieron a Baal Hammón en Saturno. Tanit fue la diosa más importante de la mitología cartaginesa, la consorte de Baal y patrona de Cartago. Era equivalente a la diosa fenicia Astarté, diosa de la fecundidad, cuyo culto incluía la prostitución llamada hierogamia, que consistía en prostituirse en un templo simulando la unión con la deidad con fines religiosos destinados a la fertilidad. Durante la romanización fue asimilada a Juno y no a Venus, como hubiera correspondido de ser equivalente de Astarté. Melkart fue una divinidad fenicia de la ciudad de Tiro, a la que estuvo consagrado primitivamente el templo de Heracles en la antigua ciudad de Cádiz. Su culto centrado en el fuego sagrado de las ciudades, se extendió por todas las colonias de Tiro incluyendo Cartago. Era la forma fenicia del dios Baal y hay que decir que originariamente era un dios agrícola, del campo, la vegetación, la fecundidad y la primavera, por lo que su ritual comprendía una serie de ritos de muerte y resurrección cíclicos anuales, coincidentes con las estaciones del año; no obstante, también era una deidad marina, pues era una divinidad de carácter sincrético. Pasó luego a ser considerado «rey de la ciudad», que es el significado etimológico de su nombre (melk significa rey), y como patrono de la ciudad de Tiro, se transformó también en dios de la colonización y de la protección de la navegación. 
 
Y ya, antes de entrar de lleno en la Dinastía de los Bárcidas, veamos cómo era, en su conjunto globlal, la sociedad cartaginesa. La sociedad fenicia era tradicionalmente controlada por una aristocracia de tipo comercial. Esta élite fijaba las políticas y las leyes de cada colonia. Por debajo de estos aristócratas estaban los campesinoa y los artesanos. En la cima de la escala social, junto con los aristócratas, estaban los sacerdotes, casta numerosa y fuerte, sobre la que tenemos escasas noticias. El pueblo urbano o la plebe estaba formado por artesanos, entre los que destacaban los dedicados a industrias textiles, a la metalrgia, y a los oficios del vidrio, de la madera y a lo relacionado con la construción naval. Los esclavos eran numerosos, sin que se conozca su número. También existían ciudadanos de segunda, mayoritariamente indígenas libios sometidos o mestizos; éstos vivían como obreros agrícolas en las propiedades rurales de la aristocracia, en la zona metropolitana alrededor de Cartago, dedicados sobre todo a cosechar cereales, que cultivaban directamente, entregando al Estado una parte de las cosechas. La población indígena se sublevó en dos ocasiones contra los cartagineses: en el 396 y el 379 antes de Jesucristo También fueron utilizados como soldados, sobre todo en la Segunda Guerra Púnica. 
 
Si bien el territorio controlado por Cartago fue amplio, con numerosos vasallos y asociados, la zona propiamente colonizada por Cartago nunca llegó a ser muy extensa. El estado se dividía entre ciudades aliadas o socias como Útica, los territorios autónomos y el imperio propiamente dicho de Cartago. La zona más rica y poblada era la llamada zona metropolitana; ésta a su vez se dividía en 7 circunscripciones llamadas pagi. Más allá del territorio cercano a Cartago se encontraba la Gran Sirte, un rico territorio costero en Libia-Túnez.
 
Inicialmente, Cartago fue gobernada por una oligarquía de ricas familias, que cobró forma de monarquía en los siglos VI-IV antes de Jesucristo. Coincidiendo con la caída de Tiro ante Babilonia en el año 580 antes de Jesucristo. Posiblemente por cierto vacío de poder, se estableció un sistema monárquico doble; caracterizado por la instauración de familias encumbradas en el poder por mucho tiempo, debido a las cualidades de sus individuos y a sus grandes riquezas. El poder de los reyes no era absoluto, solían ejercer de jueces y árbitros ya que existían otras instituciones como el Consejo de Ancianos o Senado con el que debían compartir sus decisiones. Según algunos el Senado fue creado durante el siglo V antes de Jesucristo. Su función era asesorar al monarca en cuestiones de política y economía. Su organización nos es desconocida. Según Heeren, era muy numeroso y se dividía durante la etapa monárquica en la Asamblea (simkletos), y el Consejo privado la Gerusía, compuesto de los notables de la Asamblea. Según Theodor Mommsen, el gobierno había pertenecido primeramente al Consejo de los Ancianos o Senado, compuesto, como la Gerusía de Esparta, de dos reyes que el pueblo designaba en la asamblea y de veinticuatro gerusiastas probablemente nombrados por los propios reyes y con carácter anual. Se conoce detalladamente la existencia de reyes que dirigieron a las tropas en las guerras de Sicilia durante el siglo VI antes de Jesucristo. Pertenecientes a la dinastía de los Magónidas, en 460 antes de Jesucristo, tras la muerte de Amílcar I, derrotado por los griegos en la Batalla de Hímera, la monarquía perdió gran parte de su poder en manos del Senado. Después del reinado de Magón II, el Senado rigió la ciudad durante 35 años hasta la llegada de Hannón III en el año 340 antes de Jesucristo Después de unos pocos reyes en el año 308 antes de Jesucristo, Bomílcar intentó restaurar todo el poder real erigiéndose como tirano, pero fracasó, lo que convirtió a Cartago en una república, tanto de nombre como de hecho. La monarquía fue destronada por un movimiento social que podemos poner en parangón con el que se produjo hacia las mismas fechas en las ciudades griegas, y que dio lugar al gobierno de la aristocracia, Desde entonces, y hasta el final, Cartago fue una república oligárquica regida por los nobles, bajo la autoridad de dos sufetes-
 
 
Cando Cartago pasa de ser monarquía a ser república la población era mayoritariamente urbana y multiétnica, con fenicios procedentes de todas las colonias del Mediterráneo, así como sirios, egipcios, griegos de diversa procedencia, e itálicos, junto con un importante grupo africano. Los matrimonios mixtos eran habituales. Su tez era de color oscuro, y habituaban a llevar largas barbas sin bigote, los libio-fenicios con mezcla con población indígena tendrían la piel aún más oscura. Entre las vestimentas de los cartagineses se encontraba el turbante, solían utilizar un largo camisón que llegaba hasta los pies y utilizaban por calzado las sandalias. Los más ricos llevaban trajes elegantes con numerosos adornos. Las mujeres eran confinadas habitualmente en sus hogares y utilizaban velos. La sociedad se dividía en quienes eran ciudadanos y los que no lo eran. Entre los ciudadanos había dos clases sociales. Los drrun (“los grandes”), es decir, la aristocracia, ricos propietarios de tierra y grandes comerciantes con numerosos esclavos. Esta élite fijaba las políticas y las leyes de cada colonia. El otro grupo eran los srnum, a los que los autores latinos denominaron plebeyos, grupo formado por artesanos entre los que destacaban los dedicados a industrias textiles, a la metalurgia, y a los oficios del vidrio, de la madera y a los relacionadas con la construción naval. No se conoce si esta distinción estaba plasmada en las leyes. Las inscripciones cartaginesas dejan constancia de que los altos cargos, como sacerdote, magistrado o general, eran muy habitualmente trasmitidos de padres a hijos de manera hereditaria, habiendo ejemplos de familias cuyos miembros desempeñan durante generaciones el cargo de sufetes, diversas magistraturas o sacerdocios.
 
La mayoría de los habitantes eran pequeños campesinos, artesanos y mercaderes con escasas propiedades. A partir del siglo III antes de Jesucristo, se desarrolla una potente clase media que toma importancia en política, con la estandarización de las urnas. Esto se refleja en las inscripciones que dejan de incluir el predominio de largas genealogías en los cargos públicos. Incluso la clase media irrumpe con ofrendas en el Tofet, hasta entonces reservado exclusivamente a la aristocracia. Los no-ciudadanos eran mayoritariamente indígenas libios sometidos y asimilados en cultura, denominados libio-fenicios. Estos vivían en las grandes extensiones dominadas por Cartago a lo largo de África y fueron utilizados como obreros agrícolas en las propiedades rurales de la aristocracia, dedicados sobre todo a cosechar cereales. La población libio-fenicia se sublevó en dos ocasiones contra los cartagineses, la primera en el 396 antes de Jesucristo y la segunda en el 379 antes de Jesucristo. También fueron enrolados en el ejército y empleados en la colonización de otros territorios. 
 
Ya tenemos un completísimo estudio de los cartagineses en muchas de sus facetas humanas y sociales; así que vamos a decir quiénes fueron los gobernantes que formaron parte de la Dinastía Bárcida. Los Bárcidas fueron instaurados como dinastía cartaginesa gracias a Amílcar Barca, quien conquistó gran parte de la antigua Iberia y quien fue el padre de los Bárcidas más importantes. Entre sus hijos más destacados se encontraban: Aníbal (comandante del ejército cartaginés después del mando de su cuñado, Asdrúbal el Bello, y quien comenzó la Segunda Guerra Púnica al atacar la ciudad de Sagunto), Asdrúbal (quien se quedó en el poder de Iberia después de que su hermano Aníbal partiera a Italia) y Magón (quien partió con Aníbal). Se cree que hubo más hijos de Amílcar. Sólo hay constancia histórica de cinco hijos, dos mujeres y tres hombres: las hijas Sapanibal y Salambua (Salambó);y los hijos Aníbal, Asdrúbal y Magón.
 
Amílcar Barca (nacido hacia el 275 y muerto en el 228 antes de Jesucristo), fue un general y estadista cartaginés, líder de la familia Bárcida, y padre de Aníbal, Asdrúbal y Magón. Fue también suegro de Asdrúbal el Bello. El nombre de Amílcar (que en púnico-fenicio significaba "hermano de Melkart") era un nombre común para los hombres de Cartago. Por otra parte el nombre Brq o Baraq significa "rayo" en dicho idioma y, por lo tanto, es equivalente al epñiteto o sobreenombe Creauno, común entre muchos comandantes griegos contemporáneos de los Bárcidas. La palabra permanece en árabe y hebreo con el mismo significado. Amílcar mandó las fuerzas de tierra cartaginesas en Sicilia durante 247-241 antes de Jesucristo, durante las últimas etapas de la Primera Guerra Púnica. Mantuvo su ejército intacto y encabezó una exitosa guerra de guerrillas contra los romanos en Sicilia. Después de la derrota de Cartago en 241 antes de Jesucristo Amílcar se retiró a África después de un tratado de paz. Cuando la Guerra de los Mercenarios estalló en 239 antes de Jesucristo, Amílcar fue llamado a mandar las fuerzas cartaginesas y fue fundamental en la conclusión del conflicto con éxito. Amílcar dirigió la expedición cartaginesa en Iberia en el año 237 antes de Jesucristo, y después de ocho años amplió el territorio cartaginés en Iberia antes de morir en la batalla de Illici, en el 228 antes de Jesucristo. Amilcar sería sucedido en el mando por su yerno, Asdrúbal el Bello. Amílcar Barca es, sin lugar a dudas, un relevante personaje, clave en la historia de su nación y también en la de sus enemigos, espejo en el cual se miraron sus “cachorros de león” –como a él le gustaba llamar a sus hijos-, especialmente su hijo mayor, el más célebre de los púnicos y para muchos, el más grande general de todos los tiempos: Aníbal. 
 
Asdrúbal el Bello fue un  político y generla cartaginés (nacido alrededor del año 270 y muerto en 221 antes de Jesucristo), Yerno de Amílcar Barca y gobernador de Iberia a la muerte de éste. Acompañó a su suegro a la conquista de Iberia en el año 237 antes de Jesucisto. En fecha indeterminada, quizás hacia 231-230 antes de jesucristo, intervino en nombre de Amílcar en el sometimiento de los númidas, sublevados contra Cartago. Desde entonces Numidia pasó a la esfera de influencia de la familia Barca. A la muerte de Amílcar, durante el asedio de Heliké (228 antes de Jesucristo), sus hijos eran demasiado jóvenes - Aníbal, el mayor, no debía tener más de diecinueve años -. Desde Cartago se resolvió dar el mando del ejército a Asdrúbal. Éste prefirió utilizar la diplomacia antes que la vía militar. De acuerdo con las costumbres "diplomáticas" de la época, Asdrúbal el Bello exigió la entrega de rehenes por parte de los pueblos iberos bajo su control, como forma de asegurarse la sumisión de sus lugares de origen. En 226 antes de Jesucristo, ante la continua expansión del poderío púnico en Iberia, dos importantes ciudades bajo la influencia griegas, Ampurias y Sagunto, recurrieron a Roma, la cual, temerosa de esta expansión, trató de delimitar el área de influencia púnica. El acuerdo, comúnmente denominado Tratado del Ebro, limitaba la esfera de influencia púnica al Sur del río "Iberus", el río Ebro en la actualidad. Asdrúbal hubo de aceptar el acuerdo, debido a que el domiio púnico no estaba aún lo suficientemente establecido como para hacer peligrar la expansión púnica en un prematuro conflicto. En 227 antes de Jesucristo, cerca de la antigua población ibérica de Mastia, fundó la importante ciudad y base naval de Qart Hadasht, que los romanos llamarían posteriormente "Carthago Nova", la actual Cartagena en la provincia de Murcia. Cuando aún no habían pasado siete años desde la muerte de Amílcar, Asdrúbal el Bello fue asesinado en 221 antes de Jesucristo, a manos de un esclavo del rey celta Tagus, que vengó con este acto la muerte previa de su señor. El sucesor de Asdrúbal el Bello sería su cuñado e hijo de Amílcar, Aníbal Barca. 
 
Asdrúbal Barca fue un general cartaginés de la Dinastía Bárcida (que vivió entre los años 245 y 207 antes de Jesucristo). Uno de los tres hijos de Amílcar Barca. Poco se sabe de los primeros años de Asdrúbal. Asdrúbal estaba presente cuando los iberos emboscaron a las fuerzas cartaginesas en Akra Leuke. Él, junto con su hermano Aníbal escaparon, cuando su padre Amílcar llevó a los iberos en la dirección opuesta y se ahogó en el río Vinalopó. Cuando Aníbal partió para Italia, dejó una fuerza de 13.000 infantes, 2.550 jinetes y 21 elefantes de guerra en la Penínsual Ibérica. La marina púnica tenía una flota de 50 quinquerremes y 5 trirremes estacionada allí. Sin embargo, sólo 32 quinquerremes fueron utilizadas en el inicio de la Segunda Guerra Punica. Asdrúbal Barca tomó el mando de Hispania, cuando Aníbal se marchó a Italia en el 218 antes de Jesucristo. Asdrúbal estaba destinado a luchar durante seis años en contra de los hermanos Cneo y Publio Cornelio Escipión. La expedición liderada por Cneo Escipión en 218 antes de Jeucristo, había cogido a los cartagineses por sorpresa, y antes de que Asdrúbal pudiera unirse a Hannón, el comandante de los cartagineses en el norte del río Ebro, los romanos habían luchado y ganado la batalla de Cissa y estableció su ejército en Tarraco (hoy Tarragona) y su flota en Emporiom (hoy Ampurias). Asdrúbal atacó a los romanos con una fuerza de infantería ligera y caballería, que causaron graves pérdidas a las tripulaciones romanas reduciéndolo a 35 barcos. Esta pérdida fue compensada por la llegada de un contingente aliado de la ciudad griega de Marsella (hoy francesa). En la primavera de 217 antes de Jesucristo, Asdrúbal dirigió una expedición conjunta al norte para luchar contra los romanos. Él comandaba el ejército, mientras que su segundo al mando comandaba la flota. El Ejército y la flota se trasladaron al norte, y acamparon en la desembocadura del río Ebro. El descuido de la flota cartaginesa permitido a Cneo Escipión para sorpresa de los cartagineses y aplastar su contingente naval en la Batalla del Ebro. Asdrúbal se retiró sin combatir al ejército romano. En 216 antes de Jesucristo se dedicó sofocar una rebelión de las tribus ibéricas, posiblemente de los Turdetanos alrededor de la zona, cerca de Gades (hoy Cádiz). Asdrúbal fue reforzado por 4.000 soldados de infantería y 500 de caballería y fue ordenado por el senado cartaginés marchar a Italia en el mismo año. Dejó a Himilcón a cargo en Cartagena y marchó por el río Ebro, pero fue derrotado en la batalla de Dertosa en la primavera de 215 antes de Jesucristo. Esta derrota impidió llegar a Aníbal refuerzos de la península Ibérica y África en un momento crítico de la guerra, cuando los cartagineses tenían la ventaja en Italia. Los cartagineses a partir de entonces se vieron obligados a impugnar a los romanos en el área entre los ríos Ebro y Júcar.
 
Aníbal Barca (em fenicio "Hanni-ba'al" que significa «quien goza del favorde Baal" y "Barqa" que quiere decir rayo), conocido generalmente como Aníbal, nacido en el 247 antes de Jesucristo en Cartago (al norte de Túnez) y fallecido en el 183 antes de Jesucristo en Bitinia (cerca de Bursa, en Turquía), fue un general y estadista, considerado como uno de los más grandes estrategas militares de la Historia. Su vida transcurrió en el conflictivo período en el que Roma estableció su supremacía en la cuenca mediterránea, en perjuicio de otras potencias como la propia República cartaginesa, Macedonia, Siracusa y el Imperio seleúcida. Fue el general más activo de la Segunda Guerra Púnica, en la que llevó a cabo una de las hazañas militares más audaces de la Antigüedad: Aníbal y su ejército, en el que se incluían elefantes de guerra, partieron de Hispania y atravesaron los Pirineos y los Alpes con el objetivo de conquistar el norte de Italia. Allí derrotó a los romanos en grandes batallas campales como la del río Trebia, la del lago Trasimeno o la de Cannas, que aún se estudia en academias militares en la actualidad. A pesar de su brillante movimiento, Aníbal no llegó a entrar en Roma. Existen diversas opiniones entre los historiadores, que van desde carencias materiales de Aníbal en máquinas de asedio a consideraciones políticas que defienden que la intención de Aníbal no era tomar Roma, sino obligarla a rendirse. No obstante, Aníbal logró mantener un ejército en Italia durante más de una década, recibiendo escasos refuerzos. Tras la invasión de África por parte de Publio Cornelio Escipión el Africano, el Senado púnico le llamó de vuelta a Cartago, donde fue finalmente derrotado por Escipión en la batalla de Zama. El historiador militar Theodore Ayrault Dodge le llamó «padre de la estrategia». Fue admirado incluso por sus enemigos —Cornelio Nepote le bautizó como «el más grande de los generales»—, de hecho, su mayor enemigo, Roma, adaptó ciertos elementos de sus tácticas militares a su propio acervo estratégico. Su legado militar le confirió una sólida reputación en el mundo moderno y ha sido considerado como un gran estratega por grandes militares como Napoleón I o Arthur Wellesley, el duque de Wellington. Su vida ha sido objeto de muchas películas y documentales. Bernard Werber le rinde homenaje a través del personaje del «Libertador», y de un artículo en la "Enciclopedia del saber relativo y absoluto" mencionado en su obra "Le Souffle des dieux".
 
Magón, también escrito Magon o de forma corta Mago (243-203 antes de Jesucristo) fue un general de la familia Bárcida. Era el más joven de los tres hijos de Amílcar Barca, hermano de Aníbal y Asdrúbal. Desempeñó un importante papel en la Segunda Guerra Púnica, capitanenado, capitaneando las fuerzas de Cartago contra la República Romana en Iberia, la Galia Cisalpina e Italia. Poco se sabe sobre sus primeros años, salvo que, a diferencia de sus hermanos mayores, no se le menciona durante la emboscada en la que su padre fue asesinado.
 
Terminemos este intenso e interesante ensayo cultural haciendo referencias, muy someras y extremadamente resumidas, de las Tres Guerras Púnicas. Las Guerras Púnicas son una serien de tres guerras libradas entre Roma y Cartago en el periódo histórico que va desde el año 264 hasta el año 146 los años 264 a 146 antes de Jesucristo. A la vez, fueron probablemente las más grandes guerras que habían tenido lugar en la Antigüedad. La principal causa de las Guerras Púnicas fue el choque de intereses entre el imperio cartaginés existente y la ampliación de la República romana. Los romanos estaban inicialmente interesados en la expansión a través de Sicilia (que en aquella época era un crisol de culturas), parte del cual estaba bajo el control cartaginés. Al comienzo de la primera guerra púnica, Cartago fue la fuerza dominante de la Mediterráneo Occidental, con un amplio imperio marítimo, mientras que Roma tenia un poder en rápido ascenso en Italia, pero carecía de la potencia naval de Cartago. Al final de la tercera guerra, después de más de cien años y la muerte de cientos de miles de soldados de ambos bandos, Roma había conquistado el imperio de Cartago y arrasado su ciudad, convirtiéndose en el Estado más poderoso del Mediterráneo occidental. Con el fin de las Guerras de Macedonia - que se desarrollaron al mismo tiempo que las Guerras Púnicas - y la derrota de El rey seléucida Antíoco III el Grande en la Guerra Romana-Siria (Paz de Apamea, 188 antes de Jesucristo) en el mar oriental, Roma emergió como la potencia dominante del Mediterráneo y una de las ciudades más poderosas en el mundo clásico.
Las victorias de Roma sobre Cartago en estas guerras, le dio a Roma un estatus preeminente que conservaría hasta el siglo V después de Jesucristo llegando los romanos a llamar al Mar Mediterráneo como "Mare Nostrum" ("Mar Nuestro".
 
Terminemos ya con una curiosa anécdota: en el Espasa Universal he leído la expresión "púnica fides" ya que así designaban los romanos con frecuencia a la mala fe, por alusión a la perfidia con que decían que obraban los cartagineses, los cuales, como hizo observar Montesquieu, habrían podido calificar de igual manera la fe de los romanos. La historia de España está llena de casos de perfidia de los romanos en los tiempos de su conquista. 
 
ADDENDA.- Un consejo muy primordial y necesario: para aprender a seguir siendo, DÍA TRAS DÍA, un poco más cultos y un poco más cultas, solamente es necesario tener en cuenta dos posturas anímicas: la primera es tener una voluntad de hierro para querer aprender cada día un poco más y la segunda es perder toda clase de complejos de inferioridad ante el resto del mundo. 
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