El paripé (Diario)
Publicado en Jun 15, 2015
Algunos y algunas estaban deseando que saliera elegido Eduardo. Algunos y algunas estaban deseando que saliese elegida Esther. A muchos y a muchas nos daba lo mismo. Pero lo que ví yo, en directo, dentro del Teatro Villa de Molina, fue un paripé, porque todos y todas ya sabíamos lo que iba a suceder. La pantomima es la pantomima y, en esta España de la pandereta, la pantomima es lo que mejor sabemos hacer. O sea, el paripé. Lo que sucede, y esto sí que es una gran diferencia, es que algunos y algunas se atreven a jurar su verdadero compromiso con la sociedad que les han elegido; pero algunos y algunas no se atreven a jurar y solo prometen sabiendo que las promesas se las lleva el viento. Incapaces de jurar fidelidad a su Monarquía, la elegida por la gran mayoría de esta Nación, hasta prometen -caramba con las promesas que luego no van a poder cumplir- hasta luchar por la Tercera República de España, que es lo mismo que luchar por el Tercer Desastre español en la época contemporánea dentro de nuestra propia patria.
Que Eduardo iba a seguir siendo alcalde entraba en todos los pronósticos. Lo que no entraba en todos los pronósticos era que Esther obtuviera 11 votos y Eduardo solamente 9. Al no obtener Esther la mayoría absoluta el alcalde volvía a ser Eduardo. A mí me daba lo mismo porque no había dado mi voto a nadie ya que soy uno de los que se abstuvieron de ir a las urnas pero pienso y medito que jurar es un verdadero compromiso mientras que prometer es una verdadera farsa. Es verdad que Esther fue mucho más aplaudida que Eduardo pero, a la hora de las verdades, no se aplauden más a los mejores con todos mis respetos y aunque esto sea o no sea la verdad. A mí me lo parece. Paripé por todas partes. Podemos hizo su juego y se mojó. Ciudadanos se dedicó a hacer su juego sin mojarse. Es una manera muy fácil de disimular lo que ya todos y todas conocíamo de antemano. Acudir a la cita era solamente estar por estar. A mí lo que más me llamó la atención no fue el veredicto (pues ya todos y todas sabíamos cuál iba a ser), sino ese "jueguecito" de solamente prometer porque no se atreven a jurar. Eso de decir que se sienten obligados a respetar la Monarquía pero prometen atacar a la Monarquía es el mismo "jueguecito" político de siempre. Ganas de romper la unidad. ¿Torpe maniobra para destruir a la Democracia? Posiblemente sí. Algo así como ponerse la máscara del proletariado (¡y cuánto sé yo ya de todas esas máscaras!) para ser, en realidad, los figurones de la traición... porque jurar compromete mientras prometer sólo obliga hasta cierto punto. ¿Notáis la diferencia?... A mí es que me entra la risa espontánea (no premeditada pero risa al fin y al cabo) cuando veo cómo algunos y algunas no saben respetar lo que los ciudadanos de España votaron en la Constitución. ¿Y de verdad todavía puede alguien creer que yo me voy a pringar con esos que prometen en lugar de jurar? La respuestas es que, por eso, también me voy a abstener en la Generales del próximo noviembre. No me interesan quienes prometen sino quienes juran; porque sé que las promesas se las lleva el viento pero los juramentos son verdaderos compromisos reales. En definitiva, un paripé que me hace seguir diciendo que existen las mentiras políticas. No estoy ni a favor ni en contra de Eduardo, pero me gustan las personas que se atreven a jurar. Los que solamente prometen me parecen únicamente gente. Y ya se sabe que de gente deriva gentecilla y gentuza; mientras que de persona deriva personaje y personalidad. Lo que contemplé el pasado sábado 13 de junio del año 2015 después de Jesucristo no sólo fue el paripé de algunos y algunas, sino que algunos y algunas se atrevieron a jurar y algunos y algunas sólo dijeron prometer. Entre ambas cosas, para mí, hay un abismo. ¿Juras decir la verdad y nada más que la verdad? Lo juro. Don Miguel de Unamuno y Jugo, que fue un español no dudoso, llegó a decir que "a un pueblo no se le convence sino de aquello de que quiere convencerse". Esa debe ser la razón de todo este enredo. Tal vez. Quizás. Lo más seguro. Adiós.
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