Estulticias (El Chivatazo)
Publicado en Jun 16, 2015
Resulta, según las Estadísticas de los Oficiales, que las elecciones las ha ganado Rivera y, ahora, en las riberas de los ríos los pescadores (algunos hasta son también pecadores) se encuentran con las nasas (que no viene de narices sino de pescar aunque sea un constipado que otro) están más vacuas que unas vacas (valga la cacofonía por la gran cantidad de cacos que se nos han colado en las elecciones) sin verdes praderas. ¡Qué verde era mi valle! ¿Recuerdan todos ustedes y todas ustedas aquello de qué verde era mi valle? Pues ahora resulta que los verdes se nos han convertido en grises (como aquellos que les daban palos hasta en los documentos de sus identidades) y, lo que son las cosas, resulta que de verdes a grises hay mucha menos distancia sideral que de la Tierra a Plutón. Vamos a ver que nos dice ahora Carmena que es como Carmen con pena. ¿O no?
Nos hemos enterado que las cubiertas (y los cubiertos ya que pasamos hambre) de los partidos más o menos clásicos se han convertido en cenizas. Los lamentos se escuchan desde el cabo de Gata (más o menos furriel) hasta la provincia de León (más o menos ferocina). He aquí (y es de mala educación señalar con el dedo) las dos metamorfosis que están sucediendo, día tras día, mientras los de en medio (que parece que siempre estamos en jueves) no salimos de nuestros asombros. A la sombra de un verde olivo alguno se las da de vivo. ¿Será posible que España se haya convertido en un montonazo (por no decir mogollón) de papeletas nulas aprovechadas por los políticos más hambrientos de nuestra peculiar Historia que, hablando de peculiares, se parece a una película de suspenso en la que a todos nos han suspendido del vacío? Es mejor que nos paremos antes de caer al precipicio. Y es que el Desfiladero de Despeñaperros está de moda. Asi que es mejor huir de la moda e irnos al Puerto de Arebatacapas por ver si la capa de Supermán aparece en medio del desastre general y nos salvifica el héroe de nuestras incredulidades conematográficas. ¿Estará dispuesto Supermán a venir a salvar a Socorro? Humor negro es lo que se lleva. Quizás sea porque, hoy en día, para poder seguir riendo nos tengamos que ir a vivir a uno de esos agujeros negros que dicen que hay en el espacio interestelar. Esperamos que quepamos todos en dichos agujeros porque la demanda es muy superior a la oferta y los científicos ya no saben si acudir a Torrelodones para, subidos en la Torre, regalarnos sus dones o, quizás sea lo más posible, dejen que sigamos desvariando por los alrededores de Torredonjimeno que, aunque no lo parezca, todavía existe. Doña Inés y La Paca están también de moda. Y es que en las peleas de las plazas, como siempre, se discute si es mejor Rivera que Espartaco o si Espartaco es mejor que Rivera. A la vera verita vera, lo que es a la vera verita vera, lo mejor es seguir soñando con Vera, aunque tengamos que emigrar todos a la Veracruz. ¡Dios mío que cruz nos ha caído encima a los de en medio que ya no sabemos si irnos de excursión o quedarnos a ver lo de "Sálvame" porque ya no sabemos a dónde vamos a ir a parar! Stop. Voy a encender un "Moods" por ver si aprendo algo de inglés para poder irme a rondar un poco a las de Oxford que me han dicho que son más inteligentes que las mariquitas. I love Moods. Algo es algo, míster, le digo a un boby que no se entera de nada. The and coffe. El boby sigue sin enterarse de nada. Así que voy a tener que tomar el metro y empezar a medir la distancia existente o inexistente (vaya usted a saber si existe o no existe) entre el Paraná (que no me va a servir para ná) y el Paraguay (que me han dicho que es muy guay). La inteligencia está servida. ¿Quién es el guapo que se come la inteligencia cuando nos encontramos con más hambre que aquel sabio que comía las raíces que otro sabio rechazaba? Y es que una cosa es comerse la inteligencia (que más o menos puede saber a algo sustancioso) que no seguir comiéndonos el coco (que un día de estos se nos va a consumir del todo y vamos a tener todos que irnos a Leganés o quizás, bailando con lobos, a allá por las mesetas de los sioux). O nos ponemos a tono con la actualidad o nos suben el tono de sus proclamas con altavoz y terminamos todos más sordos que Rajoy en el día de hoy. Se me ocurre que todos podríamos ponernos a cantar La Cumparsita por ver si alguien nos rescata, como a los griegos, de esta península y nos podemos aclarar un poco para saber dónde estamos. ¡La cucaracha, la cucaracha, ya no puede merendar! Y todos cantando, de manera más o menos filosófica, hasta podemos conseguir que nos sirvan un poco de Platón que, a falta de lacón con grelos, puede servir para alimentarnos el pensamiento. Si cae algún pimiento, sea morrón o porque le echemos morro, bienvenido sea. Osease que se sea. Y si no se sea pues a dormir todos con la Mona Lisa a ver si nos entra la cordura artística aunque no sepamos de qué se está riendo.
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