Guardar la ropa (Reflexiones)
Publicado en Jun 22, 2015
Llegó ya el verano del 2015 después de Jesucristo. Estamos en el principio de esta época en que es necesario nadar y guardar la ropa por la cantidad de chorizos que pululan por nuestro país. Los armarios, de donde siguen saliendo tantas mariposas diarias, se llena de ropas de abrigo. Es curioso. Mientras algunos y algunas se desnudan por completo los hay que no se quitan el abrigo siempre rodeados de moscas por los cuatro costados de su anatomía corporal de lo puro pobres que son. No es ninguna parábola ni es una figura literaria. Es lo que hay. Algunos obtienen piezas veraniegas en los supermercados de moda para ligar bronce en las playas más o menos nudistas, pero otros no tienen más remedio que seguir embutidos (ya que hay tantos chorizos en nuestro país) con abrigos llenos de moscas aprovechando el sol para hervirse los huevos sin tener que echarles aceites. Son sus abrigos de toda la vida. Con moscas incluídas. Moscas cojoneras se las llama. Así de paradójica es esta España actual. ¿Hay quienes pueden creer que los pobres de solemnidad tienen para comprarse un "bermudas top" o un "bikini top". Entre los 40 Principales nunca están ellos porque los 40 Principales solo son los del glamur y a dicho glamur no se puede aspirar quienes no pueden ni tan siquiera respirar. Algunos hasta sólo se conforman con un bocata de tortilla aunque sea sin cebolla e incluso sin pan y sin huevos. Increíble pero cierto. Las moscas que les acompañan son fieles testigas de su existencia que parecen salidas de un "spaguetti show" mientras el "show de las mariquitas" siguen de moda escenificándose en las ardientes playas de copa y cabaña o algún otro lugar paradisíaco. Esas moscas cojoneras son sus únicas señas de identidad además de sus raídos abrigos llenos de lamparones de aceite de sardinas. Guardar la ropa. Ver para creerlo. Pero es verdad.
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José Orero De Julián