No. En absoluto. Eramos 4: CG, CJ, CB y CM. Suficiente número exacto para crear todo un universo creativo, mágico, sensacional y hasta milagroso sin contar con nadie más. El "boom" de las chapas fue una eterna y repetida felicidad. En el principio había fútbol con selecciones mundiales, había ciclistas y luego hubo cromos y hasta boxeadores y profesionales de la lucha libre. Había Federaciones con sus respectivos dirigentes y sus respectivas reuniones más o menos mensuales. Había partidos de Selecciones porque había un Seleccionador. Había un estadio de nombre "La Girola". Había un himno oficial que resultó ser "El Vals de los Patinadores". Había árbitros (incluída una chavala checoslovaca de muy buen ver). Había periodistas y locutores de los cuales la muestra más sensacional fue "Cerros Verdes" con sus crónicas, entrevistas, reportajes, rankings, cromofotografías, columnas de opinión y hasta algún chiste. Había entrenadores y masajistas. Había público y había policías nacionales para evitar tumultos entre el público. Había, a veces, lesionados como sucede en todos los deportes. El "boom" de las chapas nos otorgó una felicidad tan inmensa y tan intensa que a CG, CJ, CB y CM se nos desarrolló una enorme imaginación creativa. Las trampas de CG (que los demás admitíamos cuando él creía que no nos estábamos dando cuenta) también formaban parte de aquella magia, de todo aquel universo lúdico e inigualable en el mundo entero, porque había hasta entrenamientos diarios para desarrollar una técnica increíble jamás vista en el planeta Tierra. Otra cosa bien distinta es que CG representara su propia farsa. CJ, CB y CM no éramos así. Fuimos soñadores. Y aquellos sueños de las chapas forjaron, dentro de mí, un inmenso deseo de ser aventurero, de tener un espíritu siempre emprendedor, de crear "Radio Deporte" por las noches en que sólo pensaba en volver a ver lucir el sol. El "boom" de las chapas me convirtió a mí en un eterno soñador. 
 
Cuando CG nos abandonó para irse a cazar "palomas" en  forma de "gavilán" (la realidad es que abandonó porque ya estaba perdiendo la Copa Fiocchi que encabezaba el Español de CJ), las chapas todavía seguían teniendo éxito con CJ, CB y CM ya liberados de toda opresión despótica y jugando, a partir de entonces, al estilo democrático del "todos por igual". Los tres pequeños seguimos viviendo nuevos éxitos todavía más espectaculares y deslumbrantes. Se mejoró enormemente el ciclismo en ruta. Había balonmano. Había hockey sobre patines y hasta había ciclo-cross. Había pesca submarina. Intentamos también que hubiese atletismo. Pero CB y CM tampoco pudieron resistir por mucho tiempo aquella enorme magia que surgía de mi propio talento. Y también tiraron la toalla.
 
CJ siguió soñando. Había tenis. Había golf. Había baloncesto. Había la completa mejoría total del ciclismo en ruta y un desarrollo enorme y admirable del ciclismo en pista. Había motorismo, automovilismo y hasta carreras de camiones. Por haber, había pruebas de esquí y hasta el intento de los toros y la natación. Ver para creer. Y en la mente de CJ el "boom" de las chapas seguía creciendo porque yo nunca abandoné. 
 
Ni una farsa ni una sola mentira (salvo las de CG que admitíamos como parte del juego para que no se traumatizara ni se estresara al saber que era el que peor jugaba de los cuatro). Las trampas de CG eran cosas ajenas a los sueños de CJ. Sé que en algún día ya no muy lejano voy a conseguir hacer posibles todos aquellos sueños. El "boom" de las chapas no fue una farsa sino una brillante realidad, una mágica ocupación del ocio y una sorprendente ilusión hecha realidad. Eres diferente, diferente al resto de la gente que siempre conocí. Eres diferente, diferente por eso al conocerte me enamoré de ti. Mejor que mejor. Mereció la pena ser diferente al resto de la gente mientras me divertía mogollones de horas jugando con las chapas. Mayor realismo mágico es imposible.