Orgenes de la Ciencia Ficcin (Ensayo): Enma elish
Publicado en Aug 21, 2015
¿Son las cosmogonías mitológicas relatos de ciencia ficción? No solamente son relatos de ciencia ficción sino que son las fuentes de origen de la ciencia ficción de la Antigüedad. Y como estamos estudiando ahora la Antigüedad, vamos a Babilonia para hablar de algo sobre este tema. Si la imaginación de los seres humanos comienza por la tranformación de seres humanos en creaciones a imagen y semejanza de Dios (a través del soplo divino que los separó del resto de los animales) es lógico que la ciencia ficción comenzara entres 40.000 - 30.000 años antes de Jesucristo. Dada esta fecha como la más aceptable para que los hombres y las mujeres se convirtieran en seres creativos (lo cual demuestra que no descendemos de ninguna clase de animales) ya hemos visto que la Leyenda de Gilgamesh es una completa ciencia ficción de la Antigüedad y el origen de toda la ciencia ficción posterior. Ahora vamos a ver qué es el Enûma elish.
Consulto Daimon: Dejando aparte a Marduk, uno de los dioses más celebrados es Ishtar, la Gran Madre, la Astarté de los fenicios, la Isis de los egipcios, la que modificada adecuadamente es la Afrodita de los griegos y la Venus de los romanos. Alrededor de Isthar se tejieron numerosas leyendas. Veamos la del Enúma elish. Según leo en Wikipedia, Enûma Elish es un poema babilónico que narra el origen del mundo. Enûma Elish significa en acadio "cuando en lo alto" en, y son las dos primeras palabras del poema (su íncipit). Está recogido en unas tablillas halladas en las ruinas de la biblioteca de Asurbanipal (669-627 antes de Jesucristo), en Nínive. Cada una de las tablillas contiene entre 115 y 170 líneas de caracteres cuneiformes datados del año 1200 antes de jesucristo. El poema está constituido en versos de dos líneas, y la función del segundo es enfatizar el primero mediante oposición, por ejemplo: "cuando en lo alto el cielo no había sido nombrado, no habñia sido llamada con un nombre abajo la tierra firme". Según esta cosmogonía, antes de que el cielo y la tierra tuviesen nombre (no tener nombre equivalía a no existir), la diosa del agua salada Tiamat y el dios del agua dulce Apsu, engendraron una familia de dioses con la mezcla de sus aguas, y estos a su vez a otros dioses. Estos nuevos dioses perturbaban a Apsu, que decidió destruirlos. Aunque uno de ellos, Ea, se anticipó a los deseos de Apsu haciendo un conjuro y derramando el sueño sobre él, para luego matarlo. Ea, o Nudimmud, el dios parricida, junto a Damkina, engendró a Marduk, el dios de Babilonia. Al tiempo, Tiamat es convencida de tomar venganza y rebelarse, decide dar mucho poder a Kingu, su nuevo esposo, y le entrega las tablillas del destino. Marduk es nombrado por los dioses para enfrentar a Tiamat, accede con la condición de ser nombrado "príncipe de los dioses o dios supremo", finalmente vence a Tiamat, la mata y con su cuerpo crea el cielo y la tierra. Luego a Kingu le son arrebatadas las tablas del destino. Marduk, exultante, planea realizar obras estupendas y las comunica a Ea: "Amasaré la sangre y haré que haya huesos. Crearé una criatura salvaje, "hombre" se llamará. Tendrá que estar al servicio de los dioses, para que ellos vivan sin cuidado". Kingu es condenado a morir por ser el jefe de la rebelión, y con su sangre Ea crea a la humanidad. En honor a Marduk se construyó el Esagila en el Etemananki. El poema puede ser visto como la historia de la eterna lucha entre el Orden y el Caos, puesto que muestra el arquetipo del guerrero que lucha contra el Caos, pese a no conseguir derrotarle nunca, por lo que la lucha es constante. Por ello, Marduk, dios de la luz y el orden, debe vencer a Tiamak, quien representa a la oscuridad y el Caos. Erich Seligmann Fromm (23 de marzo de 1900 en Fráncfort del Meno, Hesse, Alemania - 18 de marzo de 1980 en Muralto, Cantón del Tesino, Suiza) fue un destacado psicoanalista, psicólogo social y filósofo humanista de origen judío alemán que pudo escapar de la bestialidad de los nazis. Pues bien, Erich Fromm considera Enûma Elish como la expresión poética de la transformación de la sociedad desde el Matriarcado al Patriarcado, más precisamente el cambio de paradigma de la fertilidad de la tierra como fuente de la vida y la creación a la razón como fuente de la creación humana, dando el paso desde una sociedad primitiva basada en una autoridad racional a una en que la autoridad está basada en el poder; porque mientras que las mujeres habían gobnado bajo la inteligencia de lo razonable, los hombres que las sustituyeron en el gobierno de las sociedades humanas lo hicieron bajo la brutalidad de la fuerza carentes de inteligencia alguna o muy poco inteligentes en los casos más destacables. Fromm lo supo por experiencia propia pues vivió la dos guerras mundiales provocadas por los nazis que tenín muchísimo de animales y muy poco o nada de seres humanos. Veamos cómo analiza José María Blázquez Martínez a este libro que contiene tanta ciencia ficción en su argumento: Enûma Elish es el poema que narra el origen del mundo y el ordenamiento del firmamento, según la visión cosmogónica de Babilonia para el siglo XII antes de Jesucristo. Fue consignado en tablillas de arcilla, grabadas con caracteres cuneiformes y, si bien la inscripción fue hecha en la ciudad de Babilonia, las tablillas fueron halladas en las ruinas de la biblioteca de Nínive, correspondiente a una datación muy posterior. En la lengua acadia que se hablaba en Mesopotamia durante el milenio II antes de Jesucristo, Enûma Elish se puede traducir aproximadamente "cuando en lo alto"; con esta formulación el primer verso introduce el poema y es el nombre por el que actualmente se hace referencia al mismo. La inscripción fue realizada sobre siete tablillas de arcilla en las que la narración se remonta a la enunciación de un tiempo primordial, en el que solo existen un principio masculino y un principio femenino en la forma de grandes entidades-extensiones de agua, las cuales reposan en un silencio total, y confluyen eternamente en una unidad indistinta en la que nada ha sido nombrado. El atributo característico de estas entidades o principios cósmicos es el agua, con la diferencia de que a cada uno le representa un atributo diferente de esta. El agua salada es la Tiamat, quien representa el principio femenino, es decir la madre primordial; mientras que el agua dulce es característica del Apsu, quien es par opuesto de Tiamat y representa el principio masculino, el padre original. La mezcla de sus aguas engendró a los primeros dioses Lakhmu y Lakhamu, quienes a su vez, engendran y conciben a la siguiente pareja divina, Anshar y Kishar. Lakhmu y Lakhamu fueron dos entidades muy primitivas y en consecuencia, según el Enûma Elish, eran sumamente imperfectos. La pareja Anshar y Kishar es superior a sus antecesores, ya que “se hicieron grandes y fuertes, y prolongaron sus días y años” para así concebir a Anu, quien a su vez será la piesdra angular de la nueva estirpe de dioses que de aquí en adelante tendrán el sumo protagonismo del poema. Ya en este punto, es posible comenzar a identificar una estructura cíclica que se desarrolla de manera progresiva hacia un perfeccionamiento finalmente logrado en Marduk, figura central del poema, héroe de los dioses y deidad a quien se dirigen las loas, en esta medida puede adivinarse el carácter laudatorio que tiene el poema, tratándose no sólo de un texto cosmogónico y épico sino, a su vez, de un panegírico. A continuación, en una cita textual de la versión digital, que se encuentra en el Gabinete de Antigüedades de la Real Academia de la Historia, se describe de forma general la trama con la que da inicio el poema tras la aparición de los primeros dioses. Lakhmu y Lakhamu engendraron a otra pareja divina, Anshar y Kishar. Estos nombres significan en sumerio ‘totalidad del cielo’ y ‘totalidad de la tierra (según P. Garelli y M. Leibovici), que eran dos aspectos del horizonte, considerado tanto masculino como femenino; como un círculo masculino que circunscribe el cielo, como un círculo femenino que circunscribe la tierra. Anshar y Kishar engendraron en un hierogamos al dios del cielo Anu (…) A su vez, Anu engendro a Nudimmud, que es otro nombre de Enki o Ea, el dios de las aguas dulces. Nudimmud era sabio, dotado de gran fuerza, no tenía igual entre los dioses, como lo describe el Poema, era el que procreó a la humanidad. Ea y su esposa, Damkina, fueron los progenitores de Marduk. P. Garelli y M. Leibovici recuerdan que Marduk simbolizaba esencialmente las fuerzas de renovación que se manifiestan en la primavera. El Enûma Elish narra el enfrentamiento entre dos grupos de entidades. El más viejo, encabezado por Apsu-Tiamat y en el que se integran Mummu y otros entes divinos parientes. Este grupo incluye seres monstruosos y demoniacos. El segundo grupo está formado por dioses jóvenes y vitales, Anshar-kishar y los posteriores. La cosmogonía, tal como la presenta el Poema, es el resultado del conflicto entre ambos grupos. Las entidades ancianas, que ansiaban la tranquilidad, estaban incómodas por la actitud de los jóvenes. Estos pertubaban a Tiamat al agitarse de un lado para otro, la molestaban con su jolgorio en las moradas del cielo. Apsu no podía acallar su clamor. Sus actos eran odiosos. Mitos de Creación en Mesopotamia, José María Blázquez Martinez. Página 4.- Antigua Historia y Arqueología de las Civilizaciones [Web] Ante el peligro de la devastación, Ea, castiga el deseo de Apsu por permanecer en total reposo, infundiéndole el sueño y sumiéndolo en la inconsciencia, una vez que su venganza está efectuada, y erige el principio de la inteligencia como respuesta a la amenaza de la extinción; se hace con su poder y le asesina, cerrando así el ciclo de la generación de la vida y del flujo primero con la muerte, de la que no ha sido hecho ninguna mención hasta ahora. Sobre el lecho del Apsu, Ea erige su residencia y junto a Damkina engendra a Marduk. La enunciación del conflicto causado por la conmoción de los jóvenes dioses, que desencadena la violencia de una entidad primordial, abre el escenario al desarrollo de un tema épico, el cual finalmente termina enlazando el relato original con la aparición del héroe, Marduk, quien sienta las bases para la vida. Pero que Marduk sea el elegido, no es casual, ya que reitera la estructura de refinamiento y progresión que manifiesta el poema. Marduk es elegido por Anu, tras el fracaso de las otras deidades principales, (Ea, Enlil) para la empresa de enfrentar a una Tiamat monstruosa que se ha armado de una infinidad de criaturas que significan la muerte y el caos, en esa esencialidad de agua y vida desenfrenada Tiamat tiene la doble intención de vengar la muerte de Apsu, para así recuperar el poder que ha perdido, por medio de su nuevo consorte Kingu, quien también liderará los ejércitos de la mounstrosidad; y quién pretende usurpar el lugar de su antiguo compañero, y no bastando con eso reinaugurar todo aquello establecido por las deidades del orden y la progresión; (Los descendientes de Anu) El ejercicio original de la violencia, desencadena un ciclo de violencia y la tensión conduce a la necesidad de un héroe civilizador, necesidad que se satisface con Marduk, quien no es sólo un dios guerrero, sino un rey por naturaleza. Puede afirmarse sin temor a equivocación, que el Enûma Elish integra en una unidad indisoluble los elementos míticos del relato de origen y los heroicos de la épica, sin contar otros aspectos más crípticos como lo son: los asuntos de la astrología, los guarismos (conjugación mágica de los números), y también los asuntos publicitarios de cierta campaña política, la cual lo vincula a la pretensión de ser, no sólo un texto, cultíco y ritual, sino también como le hemos mencionado con anterioridad, un panegírico. En este sentido, si es invaluable como fenómeno poético, debe ser comprendido también como instrumento ritual y simultáneamente como instrumento ideológico, pues, exhibe también un modelo de legitimación del poder para el pueblo babilónico. La prueba auténtica de la estirpe real y la cohesión filial, se resuelven en el cumplimiento cabal de una tarea asignada y el sentido de esta revelación se hace más claro, cuando se observa detenidamente el convulso entramado bélico, y político de la región mesopotámica, durante todo el desarrollo de sus conformaciones estatales. El objeto de nuestra investigación será, en adelante, el pasaje correspondiente a la creación del hombre, contenido en la tablilla seis del Enûma Elish. Si bien, la totalidad del poema como unidad resulta un objeto idóneo para el análisis, su larga extensión y la complejidad que involucra el intento de exégesis total sobre un objeto extraño y distante tanto en el tiempo como en los aspectos geográfico y cultural, nos obligan a la elección de una unidad menor (pero no de menos importancia) dentro de la extensión total del poema. Concentrados en este pasaje, extraeremos los símbolos alusivos a la creación del hombre e indagaremos su posible significado basándonos en relaciones comparativas proyectadas desde dos perspectivas distintas: el referente histórico y cultural que se ofrece tanto en los estudios de Mario Liverani, en su libro El Antiguo Oriente y los de Noha Kramer publicados en su obra La historia comienza en Sumer, como en el rastreo de otros productos artísticos y culturales del mismo grupo social; en segunda instancia, intentaremos un análisis textual acudiendo tanto a la teoría literaria propuesta por Vladimir Propp como al referente crítico que construye Claude Lévi Strauss desde el estructuralismo antropológico. La expectativa que hemos formulado, es la de que la proyección conjunta de estas perspectivas sobre el poema, arroje como resultado una sombra de su significado auténtico permitiéndonos arriesgar algunas conclusiones valorativas al respecto. Antes de continuar, aclaro que José María Blázquez Martínez (Oviedo, 7 de junio de 1926) es un historiador español, fue catedrñatico de Historia Antigua de la Universidad de Salamanca y de la Universidad Complutense de Madrid y es Académico Numerario de la Real Academia de la Historia, electo en 1987 con la medalla número 13. En el blog de Antonio Piñero se puede leer el resumen de José Luis Montero Fenollós. Piñero escribe lo siguiente: Supongo que casi todos los lectores habrán oído en múltiples ocasiones de la influencia de este poema acadio babilónico en el relato de la creación del Génesis y supongo, también, que la mayoría no habrá tenido la ocasión de leerlo, aunque existe una versión española de Francisco Lara Peinado. Otros más, habrán sentido la tentación de enterarse de cómo es la trama de este poema a través de internet. Pero como me imagino que los resúmenes serán poco fidedignos en ocasiones, les ofrezco la excelente síntesis de Montero Fenollós en el libro “Breve historia de Babilonia”, que comentamos la semana pasada, “La acción comienza con una alusión al inicio de los tiempos, es decir, al caos original. En ese estadio primigenio, el cosmos estaba representado por una pareja, el dios Apsu, que representaba el agua dulce, y la diosa Tiamat que simbolizaba el agua salada. De la unión de ambos nacerán los dioses primitivos y posteriormente los grandes dioses, entre ellos Ea, el padre de Marduk. Por un conflicto generacional, Ea se enfrenta a Apsu al que finalmente mata. Aprovecha entonces la situación para instalarse con su esposa en la residencia de Apsu: allí nacerá Marduk. El nuevo dios es descrito con todo lujo de detalles: en medio del sagrado Apsu, Marduk fue traído al mundo. Lo trajo al mundo Ea su padre y lo parió su madre Damkina. Él solo mamó de pechos divinos. El ama de cría que lo criaba lo llenó de una vitalidad formidable. Su naturaleza era desbordante. Su mirada, fulgurante; era desde su nacimiento un varón hecho y derecho, lleno de fuerza desde el principio […] Sus formas son inauditas, admirables, imposibles de imaginar, insoportables de ver”. “Pese a todo, el conflicto generacional entre dioses ancestrales y jóvenes va a continuar. El joven Marduk provoca tormentas e inundaciones que molestan a Tiamat. Presionada por sus dioses colegas, la diosa decide finalmente crear un ejército de seres monstruosos formado por “hidras, formidables dragones, monstruos marinos, leones colosales, grandes perros guardianes y rabiosos, hombres-escorpión, monstruos agresivos, hombres-pez, gigantescos bisontes; todos ellos esgrimían armas despiadadas”. “Tiamat pondrá a Kingu, su nuevo amante, al frente de este terrorífico ejército. Ea, conocedor de estos planes informa a la asamblea de los dioses para buscar un voluntario que no tema enfrentarse a Tiamat y sus monstruosas criaturas. Marduk aconsejado por su padre, se ofrece para marchar contra la temida diosa. Es aquí donde Marduk hace una petición a la asamblea de dioses que será fundamental para su futuro. El dios, como recompensa por su valeroso gesto, pide lo siguiente: “Que no se cambie nada de aquello que yo disponga y que toda orden dada por mis labios sea irreversible, irrevocable”. “Con otras palabras: Marduk demanda como condición que si derrota a Tiamatt se le proclame rey de los dioses. La asamblea aceptará su petición. Así las cosas, se enfrenta a Tiamatt y la derrota tras lanzarle una mortal flecha a la panza. Finalmente, “con su despiadada maza le partió el cráneo, después le cortó las venas […] la partió en dos como un pescado seco… y con el cuerpo de Tiamat dividido en dos, Marduk crea el universo: el cielo y la tierra; las estrellas, la luna, el sol, las montañas, los ríos, etcétera. A continuación se dirige a la asamblea de dioses para que cumplan lo pactado: Entonces todos los Igigis reunidos se postraron ante él. Y todos los Anunnaki que allí había le besaron los pies. Su asamblea puso su rostro en tierra unánimente. Después tras haberse levantado, se inclinaron ante él diciendo aquí está ¡el rey![…] Se cubrió con su manto principesco, con el brillo sobrenatural de la realeza, con la corona terrorífica”. “Fue así como Marduk se convirtió en el rey de todos los dioses de Mesopotamia. Una vez ungido rey, el nuevo dios decide crear Babilonia y su principal santuario, el Esagil que será, obra de los Anunnaki: Quiero construirme un templo que será mi habitáculo preferido, un hermoso entorno en el que yo estableceré mi santuario y fijaré mis moradas para constituir allí mi reino […] yo le daré por nombre Babilonia”. “Marduk, insaciable, siente la necesidad de realizar un gran prodigio con el que demostrar su nuevo estatus, por lo que decide crear a los hombres, para que estos se ocupen de hacer el trabajo de los dioses: Voy a condensar sangre, constituir una osamenta y crear así un prototipo que se llamará Hombre. Este prototipo, este hombre, lo voy a crear para que le sean impuestas las fatigas de los dioses, y así puedan estar ociosos”. “El poema concluye con la enumeración de los cincuenta nombres de Marduk, en su mayoría sumerios, para demostrar la gloria de su persona y al mismo tiempo sus obras. El poema concluye con las siguientes palabras: después de haber derrotado a Tiamat, recibió Marduk el poder soberano" Estoy seguro de que a los lectores se le ocurrirán muchas observaciones sobre el texto, comparándolo mentalmente con el relato del Génesis, por una parte, y cómo teologiza el autor de le versión hebrea, y sobre la formación de Yahvé, divinidad madianita, divinidad joven y guerrera, que derrota a los otros dioses y que asume las características del dios supremo. Zeus, en el panteón griego, tiene un origen semejante en su lucha contra los Cronidas. Lo que me interesa presentar a todos ustedes, lectores y lectoras que están siguiendo mi Ensayo, es la gran cantidad de ciencia ficción que contiene este relato llamado "Enûma Elish". Aparecen muchos personajes que son extraterrestres no pòrque habiten en planetas fuera de la Tierra sino que, en la misma Tierra, son seres diferentes a los humanos. En el realto se reproducen terribles batallas de monstruos contra monstriuos. ¿No es esto ciencia ficción? Muhos dirán que es ciencia ficción a la antigua y, sin embargo, en la actualidad existen muchos libros y muchas películas que presentan ciencia ficción en forma de imaginación a la antigua usanza. En resumen, que la ciencia ficción ne se ha creado en el actual Siglo XXI, ni tan siquiera en el pasado Siglo XX ni tampoco, digan lo que digan muchos analistas, en el Siglo XIX.
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