Orgenes de la Ciencia Ficcin (Ensayo): Isthar y Tammz.
Publicado en Aug 21, 2015
Según Daimnon, la más célebre de las leyendas relativas a Ishtar es la de su descenso a los infiernos. Ésta historia (¡también de origen sumerio!) nos presenta una Ishtar enamorada y carnal, muy humanizada, muy feminizada, a pesar de que su aventura es de un simbolismo transparente. Debe tratarse de un mito muy antiguo, enriquecido poco a poco y novelado por la imaginación popular. Está difundido por todo el Oriente Medio.
Ishtar se ha prendado del bello pastor Tammûz y decide hacerle su esposo, pero cuando él está guardando su rebaño es atacado y muerto por un jabalí. Ishtar, inconsolable, no vacila en bajar a los infiernos con la esperanza de encontrar a Tammûz y de reanimarlo bañándolo en la fuente que cura. Pero las más severas leyes rigen en el aralú (nombre babilónico de los infiernos), gobernado pro Ereshkigal, la propia hermana de Ishtar. Así, no puede entrarse en él sin estar muerto y después de haber sido desnudado totalmente por el guardián Namtâr; y una vez dentro ya no se puede salir. Impetuosa y soberbia, Ishtar se presenta a la entrada del aralú, exige que le abran, amenaza con derribar la puerta o echar abajo el muro, y con liberar las almas de los muertos para que se esparzan por la tierra mezclándose con los vivos. Ereskhigal se atemoriza ante tanta violencia. Namtâr obedece. Ante cada una de las siete puertas va quitando a Isthar una prenda de ropa (esto, apùnto yo como darto curioso, nos trae a la memoria "el baile de los siete velos" tan famoso en el mundo arábigo). Ishtar pregunta cada vez: "¿Por qué, guardián, por qué me las quitas?". "Entra, diosa porque así lo quiere la ley", responde el guardián". Y cuando llega al centro del aralú se encuentra desnuda. Se cierra la última puerta y Ereshkigal, envidiosa de su belelza, ordena a Namtâr que la encarcele y que le envíe las sesenta enfermedades. La ausencia de Ishtar no tarda en provocar en la tierra un gran desorden: la vegetación se amustia, los hombres no sienten la menor emoción. Las artes mueren. Como la Tierra se va despoblando, los dioses temen verse pronto privados de cultos y ofrendas y, por tanto, ordenan a Ereshkigal que ponga en libertad a Ishtar. Como condición para volver a la Tierra, Ishtar exige que Tammûz la acompañe. Los dioses se ven obligados a ceder, e Ishtar asciende victoriosa hacia la luz, tomando en cada puerta las vestiduras de que le habían despojado. En cuanto pone el pie en la superficie de la Tierra, siempre con el resucitado Tammûz, las plantas vuelven a florecer, la geenración humana se reanuda, los poetas cantan y los hombres abandonan su torpe indiferencia ("El amor, que mueve el sol y las demás estrellas", como dijo Dante). Ishtar, diosa de las diosas, reina del mundo y de los hombres, señora de la fecundiad y dueña de la voluntad de los dioses, era objeto de un culto permanente. "¡Acude en mi ayuda -suplicaban sus devotos-, aleja de mí a los que quieren mi perdición!". Todos los años por primavera se celebran en su honor fastuosas ceremonias acompañadas de verdaderas rerpesetnaciones teatrales en las que participaban todos los fieles. Cuando se anunciaba la muerte de Tammûz, el puelbo lloraba, se lamentaba y se ponía de luto. Después, cuando se conocía la resurrección de Tammûz se organziaba una ruidosa fiesta. En ese día, la estatua de Tammûz era embadurnada con perfumados óleos; por eso a Tammûz le llamaban el Ungido. El culto de Tammûz influyó marcadamente en el de Marduk y quizás en el de Dioniso, origen del teatro griego. Aquí tenemos más ciencia ficción mesopotámica; más aventuras en donde fuerzas extraterrestres aparecen como sujetos principales de la acción; más imaginación que cada vez sigue elevando el tono de sus creaciones. Ritmo, movimiento, fiesta. La ciencia ficción siempre es, como en todas las épocas de la historia humana, ritmo, movimiento y fiesta en medio de aventuras que no parecen tener final mientras los seres humanos sigamos siendo seres humanos. Alguien que escribe en un blog de Internet con el seudónimo "Sylfide" tiene su propia versión particular. Dice así: Isthar, señora del firmamento, poderosa diosa del amor y de la guerra. Su primer esposo fue su hermano Tammuz. Al morir Tammuz, Ishtar descendió a los infiernos para arrancarle a su hermana, la terrible Ereshkigal. el poder sobre la vida y la muerte. Después de instrucciones a su sirviente Papsukal, de ir a rescatarla si no regresaba, Ishtar descendió a la tierra de las tiniebla, llamada Irkalla. Comenó valiente y desafiante, gritando al portero que abriera la puerta antes que la echase abajo. Pero al pasar cada una de las siete puertas se iba despojando una de sus prendas (¿antecedente del actual juego de las prendas infantil y no tan infantil?) y con ellas se iba despojando de su poder, hasta que llegó desnuda e indefensa ante Ereshkigal, que la mató y colgó su cuerpo en un clavo. Con su muerte, todo el mundo comenzó a languidecer. Pero el fiel Papsukal llegó hasta los dioses y les pidió que creasen un ser capaz de entrar en el mundo de los muertos y resucitase a Ishtar con la comida y el agua de la vida. Así es cómo Ishtar volvió a la vida, pero tenía que pagar el precio: durante seis meses al año, Tammuz debe vivir en el mundo de los muertos. Mientras allí, Ishtar ha de lamentar su pérdida; en primavera, vuelve a salir y todos se llenan de gozo. Esta leyenda es también otra versión para el origen de la llamada “Danza de los siete velos” (como yo ya intuía antes), la cual cuenta que el amor de Ishtar por Tammuz era tan grande que decidió también ir al reino de Ereshkigal. Con pasión y determinación, cruzó los siete vestíbulos del submundo, y en cada uno de ellos era despojada de una de sus pertenencias: un velo o una joya. En esta historia el velo representa lo oculto, las cosas que nosotros ocultamos de los otros y de nosotros mismos. Al dejar el velo, Isthar revela sus verdades, y entonces consigue reunirse con su amor. Posición en el panteón: Hija de Sin, dios de la Luna, y Nannar, la Luna. Hermana menor de Ereshkigal y hermana gemela de Shamash, en sumerio Utu, dios del Sol. Compañera de Tammuz, en sumerio Dumuzi. Su número asociado en el panteón de la mitología mesopotámica es el 15. La mitología mesopotámica de Babilonia y de Sumeria, está relacionada con la mitología siguiente, este mito o leyenda de la caída estaría relacionado también con el mito de Persephone en griego o de Proserpina en romano que habla de que la diosa debe descender al hades o infierno por seis meses para después rejuvenecer en primavera y poder vovler a la vida por otros seis meses. Cuando se dice que Ishtar no está relacionada con la tierra ni con las diosas madres, sino que es como una inspiración lunar, en esa forma de caída también el amor, en el que ella se ve reflejada en la compasión de las prostitutas, o la hierogamia o forma de prostitución sagrada. "Una prostituta compasiva soy" dice Ishtar. Isthar no es una diosa del matrimonio, ni es una diosa madre. El matrimonio sagrado o la sacra hierogamia que se representaba todos los años en el templo babilónico no tiene una implicación moral ni es modelo de matrimonios terrestres, ya que es un rito de fertilidad altamente estilizado con tonos litúrgicos. En Simeria, Innana es una diosa importante. Pero a raíz del rey Sargón. Estamos hablando de un tiempo en que muy probablemente existía un poder matriarcal evidente. Aquí no se trataría de un poder mercantil o un poder de sujeción meramente a la esclavitud, sino de un efectivo poder de la mujer ya que es ella quien en definitiva tiene que aceptar su misión con benevolencia, de lo contrario no lo haría (esto es algo que los hobmres machistas o que se las dan de macho deberían pensar y meditar antes de decir y hacer tonterías contra las mujeres). Y me gustaría redundar en el papel tolerante de la mujer en muchos casos de las biografías personales y de la Historia, pero ello no quiere decir que con ello se las someta. No olvidemos que Ishtar es también una dios de la guerra, teniendo un papel complejo en la en la sociedad sumeria. Bajo el aspecto guerrero se le rendía culto en Agade y en Sippar, con el nombre de Anunit. También tiene un carácter astral, ya que personifica a varios astros: a Venus, al Sol, a la Luna y a las estrellas reunidas en constelaciones. De ahí deriva la palabra estelar: todo el firmamento lleno de estrellas proveniente de su nombre. Isthar (de donde deriva "estelar") estaba asociada al planeta Venus como estrella de la mañana, y en las fronteras de Babilonia se la representa mediante una estrella de ocho puntas (como sucede en la figura de la bandera de Israel). También se la rerpesenta de pie, completamente desnuda, con las manos encima del vientre, o sosteniéndose los senos, o blandiendo un arco sobre un carro tirado por siete leones. En su aspecto de divinidad amorosa Isthar es la protectora de las prostitutas y de los amoríos extramaritales, que por cierto no tenían connotación especial en Babilonia (donde el pecado siempre estaba presente hasta que fue, por eso, destruida por mandato de Dios), ya que el matrimonio era un contrato solemne que perpetuaba la familia como sostén del estado y como generadora de riquezas, pero en el que no se habla de amor o de fidelidad amorosa (e insisto en que fue por eso por lo que Dios destruyó a Babilonia). Pero Ishtar también fue una diosa lunar, señora del firmamento, poderosa diosa del amor y de la guerra. En cuanto al matrimonio y el amor, la unión de esos conceptos es algo bastante reciente en la Historia de la Humanidad (digamos que desde que vino Jesucristo a la Tierra). En "El amor en Occidente", Dennis De Rougemont habla de cómo el amor cortés, toda esa teoría que tan maravillosos poemas nos ha dado (aunque sea en base a ponerse los cuernos unos a otros y en el pecado llevan su penitencia), se oponía al concepto de matrimonio que en la Edad Media no era muy distinto de Babilonia (y por eso se vivía de tan mala manera en dicha Edad en que los hombres parecían, en realidad, cerdos con perdón de la palabra pero diciendo la verdad siempre por delante). Probablemente, ser prostituta en Babilonia era tan prestigioso como ser vestal en Roma; no creo que forzaran a nadie, de la misma forma que el pharmakos real entre los griegos, auqnue debía morir, aceptaba de buen grado su cometido pues se asimilaría a un culto de héroe oracular. Las deidades eran muchas y tenían que ver con la naturaleza, pro eso esa naturaleza estelar, ultraterrenal de una diosa, es digna de atención. Dioniso, el dios griego, se creció en el cuidado y favor de las ninfas. Y sus rituales orgiásticos y mistéricos en Eleusis (eleusis de corazones es un rito iniciático) eran sagrados y se celebraban con las Ménades y las Bacantes. Son ellas a las que se les asocia con este misterio. Pero la condición de la mujer en Grecia mucho me temo que empezó también a decaer junto con la corrupción general y las bacanales también fueron fruto de toda clases de barbaridades y monstruosidades, desde la omofagia hasta el relato de Orfeo donde las Ménades lo decuartizan. En cuanto a Perséfone, diosa del inframundo, tiene relación también con él, y hay versión de un mito que lo representn como su madre; mas su madre es Sémele, una mujer mortal, y su padre el dios Zeus. Una celosa Hera, esposa de Zeus, intentó matar al niño, enviando esta vez a los Titanes a descuartizarlo tras engañarlo con juguetes. Zeus hizo huir a los Titanes con sus rayos, pero éstos ya se habían comido todo salvo el corazón, que fue salvado, según las fuentes consultada, por Atenea, Rea o Deméter. Zeus usó el corazón para recrearlo en el vientre de Sémele: de ahí que se llame a Dioniso "el dos veces nacido". Es pro esto que todas las diosas están unidas con este dios, y es así bendecido para toda clase de venturas. Luego está la relación de Dioniso con Ariadna, Señora de la tejedura y dios del Laberino, a quien convirtió en su esposa. Vencido el Minotauro por Teseo, con la ayuda de Ariadna que le enseñó con su hilo el camino de vuelta, la llevó éste de Creta a Naxos y allí la abandonó y la dejó a Dioniso quien se habñia enamorado de ella. Se cuenta que Ariadna siempre fue fiel a Dioniso. Pero Ishtar es otra cosa bien distinta, porque está relacinada con la estrellas, con Venus y con Lucifer. ¡Menudo congomerado de jaleos de ciencia ficción se vivían por aquellas épocas antes de la llegada de Jesucristo que puso a cada uno en su lugar llamando las cosas por su verdadero nombre! Pero sigamos con la ciencia ficción y veamos qué opina José Isabel Mauricio Vargas: La mitología babilónica, sumeria y acadia comparte leyendas y dioses, epopeyas y héroes. Una de éstas nos narra una historia que tiene como protagonista a una divinidad lunar, la diosa del amor, el sexo y la guerra: El descenso de Ishtar a los infiernos. Existen varias versiones del mito, sumerio, acadio o babilónico, pero ambas versiones comienzan con la muerte del amante de Ishtar: Inanna para los sumerios, llamado Tammuz por algunos y Dumuzi por otros, Dios de la floración de primavera. Tammuz murió durante una cacería en un desafortunado encuentro con un jabalí (símbolo de la lujuria) y Ereshkigal, diosa del infierno y hermana de Ishtar (de la cual Ereshkigal representa su sombra o parte negativa), hizo transportar sus restos a sus dominios antes de que ésta pudiese saberlo. Ahogada en la ira y el dolor, Ishtar decidió descender al inframundo (lugar a donde los candidatos a la iniciación bajan para eliminar sus errores internos con la ayuda de la fuerza femenina) para reunirse con su amado, una idea que a la diosa infernal no le cayó muy bien, por lo que permitió la entrada de su hermana Ishtar con la condición de dejar una ofrenda en cada una de las siete puertas del tiempo. En la primera puerta el demonio guardián obligó a la diosa a entregar sus sandalias, consideradas símbolo de la voluntad para luchar contra sí mismo. En la segunda puerta, debió dejar sus joyas (cosas materiales). En la tercera puerta, entregó sus ropas (el aspirante a la luz tiene que despojarse de las cosas ilusorias de este mundo). Necesitamos morir de instante en instante, de momento en momento, sólo con la muerte del Ego adviene lo nuevo. Así como la vida representa un proceso gradual y siempre de exteriorización o extraversión, igualmente la muerte del Yo es un proceso de interiorización graduativa, en el que la Conciencia individual, la Esencia, se despoja lentamente de sus inútiles vestimentas, al igual que Ishtar en su simbólico descenso, hasta quedar enteramente desnuda y despierta en sí misma ante la Gran Realidad de la vida libre en su movimiento. En la cuarta, ofrenda los cuencos dorados que cubrían sus pechos, que significa renunciar a la sexualidad inferior para trabajar con una sexualidad superior. En la quinta puerta, dejó su collar, éxtasis de la Iluminación. En la sexta puerta, sus pendientes y con ellos su magia. Y finalmente, en la séptima puerta, Ishtar se despojó de su corona de mil pétalos, que simbolizaba la divinidad. Una vez completamente desnuda, símbolo de humildad, Ishtar pudo entrar en la Eternidad y rescatar a su amado, pero Ereshkigal (la que pone las pruebas) se arrepintió de haberle permitido el acceso y le prohibió la salida. Mientras tanto, en la tierra, la ausencia de Ishtar se sentía, las personas no se casaban y no nacían niños, por lo que los demás dioses tuvieron que intimar a Ereshkigal para que permitiese el regreso de la diosa del amor y la fertilidad Una vez que hubo recuperado todas sus pertenencias (virtudes), Ishtar regresó junto con su marido, ya purificado, y el mundo de los mortales volvió a la normalidad. Otra versión nos cuenta que la ambiciosa diosa, ya desnuda (libre de las cosas ilusorias de este mundo) ante el trono de Ereshkigal, intentó ocuparlo, pero los siete jueces del mundo de los muertos le quitaron la vida y colgaron su inerte cuerpo de un gancho (el aspirante debe vencer a los demonios de su inframundo aún a costa de su propia vida). La muerte de la diosa significa pues, la muerte de su naturaleza errónea interior, pero luego fue rescatada por petición de los dioses (la divinidad siempre ayuda al estudiante en el trabajo de eliminación de su ego y su falsa personalidad). El mito del descenso de Ishtar a los infiernos, simboliza el curso de las estaciones y las etapas o eras por las que pasa el ser humano y se asemeja a los mitos griegos de Afrodita y Adonis y de Perséfone y Deméter. Graciela Paula Calderón también me aporta un pequeño dato relacionado, esta vez, con Tammuz directamente. Según ella, Tammuz estaba desposado con la diosa Ishtar, que decendió a los infiernos para rescatarlo de la muerte. Es fundamentalmente un dios de la fertilidad asociado al milagro de las cosechas. Durante la primavera y el otoño se celebraba su muerte y resurrección. Existen ciertos paralelos entre la historia de Tammus y la de Adonis (ver mitología grecorromana). Al igual que a Adonis, lo mata un jabalí y durante el tiempo que permanece en el mundo subterráneo toda la vegetación se marchita. El relato sumerio del "viaje de Innana al infierno" es una versión primitiva del mito de Ishtar y Tammuz, pero con los hombres Innanna y Dumusi y recoge una antigua canción por la pérdida del dios: "¿Quién es tu hermana? Yo soy ella. ¿Quién es tu madre? Yo soy ella. El día amanece por igual para ti y para mí. Ambos hemos de ver el mismo día". En esta ocasión se descubre, claramente, un canto positivo al amor familiar, a la familia en sí misma, a esa capacidad humana de vencer a través del dicho que dice "la familia que ora unida jamás será vencida". Ishtar y Tammuz son un claro ejemplo de ello. Y es que la ciencia ficción, cuando es "pedagógica", nos sirve para alimentar nuestra conciencia unitaria en forma de familia; proque ya está demostrado, a través de la Historia, que cuando se destruyen las familias de destruyen las naciones. Lo avisa claramente la Biblia en algunos de sus pasajes. Termino este capítulo con la original versión que presenta Javierazul (autodenominado navegante de sueños): Tammuz desde los cielos veía la perfección creada por Ea, y decidió tomar aspecto de hombre y bajar a la Tierra. La única condición que le puso su jefe es que nunca fuera visto por mujer, ya que se enamoraría perdidamente de él y no podría corrsponderla. Tammuz en las noches paseaba por los bosques, y a su paso nacían los brotes en los árboles y los animales quedaban preñados, las flores alfombraban su paso. en las profundides del averno la reina de la cijdad de los muertos se había enamorado de Tammuz, aun sin conocerle. Lo mismo le sucedió a Isthar en el lugar de los dioses que, alabando la obra de Ea, pidió permiso para bajar a la Tierra. Y así es cómo se vieron. Uno a una lado de un río, la otra en la orilla contraria. Tammuz quiso huir, sabía que no podía ser visto por mujer. Había oído a los hombres hablar de eellas, y ahora comprendía cada palabra pronuniciada sobre una mujer. Tammuz se enamoró. El amor no es un proceso, el amor es pura química. Cruzó nadando el río y en un abrazo, los enamorados se fundieron íntimamente. Los árboles comenzaron a dar las mejores cosechas, todas lad hembras de todas las especies animales quedaron preñadas o embarazadas... La reina de la ciudad de los muertos, furiosa, no estuvo dispuesta a perder a su amado. Esa misma noche, cuando exhaustos descansaban Tammuz e Ishtar, un relámpago despertó a Tammuz. Éste cogiño sus arco y su carcaj y se dispuso a cazar junto al río. Vio una paloma y la apuntó... La reina de la ciudad de los muertos, no tenía poder para aparecer en el mundo de los vivos, pero sí ordenar a las fieras para que hicieran fechorías. Un terrible jabalí apareció de entre las matas cercans, y clavó sus afilados colmillos contra el costado de Tammuz, que cayó agónico al suelo. Si sangre, al regar la tierra, hizo brotar rosas rojas. Mientras tanto, Tammuz llamaba desesperado a su amada entre estertores de muerte. La reina de los muertos envió a un ser de ultratumba recoger el cuerpo de Tammuz, que fue llevado hasta el reino de las sombras, y para goce exclusivo de ella. Una gran tormenta se levantó por los cuatro puntos cardinales. El rayo hizo acto de presencia y el trueno martilleó las montañas. Los árboles dejaron caer sus frutos que se pudrían en la tierra, y todas las hembras abortaron. La oscuridad se adueñó de la Tierra. Ishtar, al despertar, vio la sangre de su amado que teñía los rosales. Comprendió lo ocurrido y pidió una cita con Ea, que halagándola de nuevo, le dio permiso para descender al mundo de los muertos. Una vez allí llamó a la puerta, el cancerbero le negó la entrada porque estaba viva y viva no podía pasar. Ishtar se jactó de poder derribar la puerta y hasta toda la ciudad de los muertos. Ante la seguridad de sus afirmaciones, el cancerbero consultó con la reina de los muertos que, sibilinamente, autorizó su entrada, pero despojándoa antes de sus atributos divinos. Una vez dentro se da cuenta de que ya no es inmortal, demasiado tarde. Es encarcelada por la reina de la ciudad muerta. Pero Ea contempló el desorden que se había producido. Vio una tiera estéril, donder campaba el terror. Por eso descendió a la ciudad de los muertos y obligó a la reina a dar libertad a Ishtar y la vida a Tammuz de inmediato. La reina de los muertos se negó a abandonar a su amado porque ya era una mujer enamorada. Sabiamente se decide que Tammuz sea compartido por las dos mujeres. Una larga temporada con Ishtar... durante la cual los árboles darán frutos, el sol calentará la Tierra y las hembras quedarán embarazadas: Y otra temporada con la Reina de los muertos, durante la que la Tierra será fría, los árboles quedarán sin frutos y desnudos, a la espera de un nuevo renacer. Esta es, amigos lectores, la más hermosa leyenda de los ciclos de la vida. Ishtar es el arraque de la primavera y el calor del verano y la Reina de los muertos es el comienzo del otoño y del invierno. Como vemos, la ciencia ficción, desde el mismo momento de sus orígenes, permite la presencia de diversas versiones sobre un mismo asunto; porque la ciencia ficción despierta siemrpe la imaginación de las personas y hacen que surjan versiones según sea la personalidad de cada hombre y de cada mujer que maneja su magia. Así que yo planteo una cuestión. ¿Podemos intelectualizar a la ciencia ficción? Mi respuesta es que sí, que sí podemos. Así que vamos a ver cómo lo hace J.B.Pritchard con este relato. La intención es presentar la versión del mito sumerio / acádico del descenso de la Diosa al Inframundo, puesto que a partir de su lectura se abren muchas vías de comparación y complementación de los esquemas rituales a los que estamos acostumbrados en el “paganismo moderno”. Por un lado, en lo referente a todos los viajes y regresos al Mundo Inferior de Dioses, Diosas, héroes y heroínas en la tradición pagana. Por otra, en lo que respecta al retorno del Dios desde el Inframundo (identificándolo aquí al amante de Ishtar, Tammuz) en la celebración del Solsticio de Invierno. Personalmente, lo que me llama más la atención es la comparación del Mito de Ishtar con el Mito del Descenso al Inframundo de la Diosa, en algunas tradiciones de cariz gardneriano. Algo que caracterizó la reforma gardneriana de los antiguos libros de sombras, fue la introducción de material de Historia Antigua en ellos; por lo cuál una comparación con esta versión del Mito de Ishtar me parece, además de válida, significativa. En ambos mitos, la Diosa misma es la que parece descender, morir, aprender y resurgir, dejando en segundo lugar la figura del Dios Solar ; en la versión semítica Tammuz es un rescatado “secundario” y la figura destacada es Ereshkigal, Reina del Inframundo; mientras que en la versión Gardneriana es la figura de un Dios la que se presenta como regente del Inframundo. No se trata de analizar cuál es la versión “correcta” del mito, sino más bien de presentar más opciones, y conexiones entra las ya existentes. El tema central de este mito es la detención de la diosa de la fertilidad – la Inanna sumeria, la Ishtar acádica -, en el reino de los muertos y su retorno a la tierra de los vivos. El material cuneiforme existe en formas sumeria y acádica. Aunque tenga varios puntos de contacto con la fuente más antigua, la versión semítica no es una simple traducción. Nuestra Señora la Diosa no había amado jamás pero ella quería resolver todos los misterios, incluso el de la muerte. Fue así como ella se dirigió al mundo subterráneo. Los guardianes del portal la detuvieron.. ”despójate de tus ropas, retira tus joyas, puesto que en este lugar nada puedes llevar contigo”. Así, la Diosa se quitó las vestiduras, retiró sus joyas y fue atada como todos aquellos que entran en el reino de las Sombras, los Poderes. Su belleza era tal que Thanatos mismo se arrodilló y, abrazando sus pies, dijo.. “ Benditos sean los pies que te han conducido por este camino. Permanece junto a mí y permite que pose mis frías manos sobre tu corazón”. Ella respondió “ yo no te quiero en absoluto. ¿Porqué gozas marchitando y matando todo aquello que me gusta y embelesa? ” “Señora” , respondió Thanatos, “ yo nada puedo hacer frente a la edad y el destino. La edad marchita todas las cosas, pero cuando los hombres mueren, una vez agotado su tiempo, yo les prodigo paz, tranquilidad y fuerza para que ellos puedan retornar. ¡Pero tu! Tu eres maravillosa. No retornes, quédate a mi lado.” Pero ella respondió.. “ yo no te quiero en absoluto”. Entonces dijo Thanatos.. “ si tu no acoges mis manos sobre tu corazón deberás recibir el latigazo de la muerte”. “ Es el destino, esto es mejor así” , dijo ella. Y se arrodilló. Y Thanatos tiernamente le dio latigazos. Y ella lloró diciendo .. “siento el dolor del amor”. Y Thanatos respondió.. “Seas bendita!” Y , dándole el quíntuple beso, le dijo.. “ Sólo ahora podrás tu acceder al gozo y al conocimiento”. Y le enseñó toda la magia. Así, hay tres grandes acontecimientos en la vida de un hombre.. el amor, la muerte y la resurrección en un nuevo cuerpo, y la magia los controla todos. Para que el amor se cumpla, debes retornar a la misma época y al mismo lugar que el ser amado y debes recordar y amar nuevamente. Para renacer, debes morir y prepararte en un nuevo cuerpo. Para morir, debes nacer. Para que tu nazcas, es necesario el amor. Aquí está toda la magia. Preciosa y muy intelectual manera de dar por finalizado este tema haciendo saber, por mi parte, que la ciencia ficción no tiene por qué ser, ni lo es en realidad, literatura para mentes más o menos infantiles. La ciencia ficción no sabe de edades ni conoce nada de edades. Está presente en la vida humana desde el comienzo de la vida humana sobre la Tierra y no sólo nos sirve de evasión sino, sobre todo, de desarrollo para nuestras imaginaciones. Puedes tener la edad que quieras tener si sabes que la ciencia ficción te conduce a cualquier momento histórico del pasado, del presente o del futuro. Desarrolla tu imaginación que es, en realidad, la mejor arma que Dios nos ha dado para poder sentir la felicidad en esta bendita Tierra.
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