Fue de chiripa (Diario)
Publicado en Sep 04, 2015
Nos encontrábamos, allá por 1986 aproximadamente, en el pueblo madrileño de San Martín de Valdeiglesias, a 5 kilómetros de distancia del campamento de verano para cristianos conocido como "Pinos Reales", muy cerca del pantano de San Juan. Era ya noche cerrada y los seis estábamos jugándonos las copas al billar. La pareja que perdiese la partida "a la americana" tendría que pagar todas las copas consumidas. Así que más de uno se creía que yo era un pardillo por mi forma y manera de comenzar a jugar. No ríe más y mejor el que empieza a reír sino el que, al final, se descojona de risa. Eso fue lo que pasó.
El asunto es que Sabino y yo estábamos en el último lugar y sólo podíamos salvarnos con la última bola que quedaba en el tapete por embocar. Me tocaba el turno a mí. Había un montón de chavalas viendo la partida pero yo no perdí los nervios. Sabino ya estaba echando cuentas de cúanto le tocaba pagar y tanto Gonzalo como Nazario se frotaban las manos de felicidad, olvidando que la felicidad no está en quien comienza ganando sino en quien termina venciendo. Creo que aquella lección de humildad no la habrán olvidado jamás pero por eso es bueno refrescar la memoria. Embocar la bola era dificilísimo y solo los grandes jugadores de billar logran hacerlo; así que la situación solo era una: embocarla y quedarnos en primer lugar o no embocarla y tener que pagar las copas. Para mí nunca ha sido un reto imposible porque retos más difíciles he ganado en esta vida; así que ni tan siquiera unté la punta del taco con la tiza azul sino que ataqué la jugada para cerrarles las bocas a Gonzalo, Nazario y todos los que creían que yo no iba a ser capaz de meter aquella bola en el agujero para quedar como campeones. No fue lo que todos creían sino lo que mi fe me confiaba: le pegué de plano a la bola y ésta salió, después de golpear en la banda opuesta hacia el agujero. Entró. Y entró con tanta limpieza que a Gonzalo y a Nazario no les hizo ninguna gracia, se quedaron más blancos que el algodón en rama (porque aquello sonaba a cachondeo) y, como quedaron en último lugar, no tuvieron más que tirar de cartera y pagar todo ante las risas y el jolgorio de las chavalas que estaban viendo la partida. Gonzalo me dijo que a lo mejor me sentaba mal la copa a lo cual yo le respondí que pagando él junto con Nazario no me podía sentar mejor. Me tomé la copa, lancé una carcajada junto con Sabino, y me despedí de todos dejándoles más serios que una cabra alpina perseguida por un lobo estepario. No les dio tiempo ni a reaccionar. Ahora que han pasado los años sigo riéndome a carcajadas cada vez que imagino la trayectoria de la bola y cómo, a medida que se iba acercando al agujero, se les iba atrangantando el pincho moruno (o lo que fuese que estaban comiendo Gonzalo y Nazario) en la garganta. Yo observé que se les atascaba el bocado pero ya no podía evitarlo nadie. Lo mejor fue cuando tuvieron que tirar del dinero e ir contando, peseta por peseta, a cuanto había subido la "bromita" de tener que pagar. Sólo recuerdo que hice los 5 kilómetros que nos separaban de Pinos Reales, ya en plena noche, caminando por la carretera y que fueron los 5 kilómetros más felices que yo había vivido hasta entonces caminando por la vida. Creo que iba silbando una canción o, tal vez, tatareando aquello de "si preguntan por mí, diles que no estoy". Ahora mismo me acabo de enterar de dónde procede la palabra chiripa y qué significa, exactamente, dicha palabra. Vamos con la historia mientras sigo recordando y partiéndome de risa porque quizás aquella tacada impresionante sirvió para que Gonzalo enderezase su camino y se decidiera por hacerse pastor y el policía Nazario dejase de dárselas de valiente porque fue incapaz de caminar conmigo aquellos 5 kilómetros completamente a solas y en medio de la noche cerrada. Los dos aprendieron bien la lección porque jamás volvieron a hablar conmigo ni media palabra tan siquiera. Así que cuento lo de chiripa antes de volver a soltar otra carcajada. En el juego de billar, chiripa significa suerte favorable ganada por casualidad. Así fue cómo yo emboqué aquella última bola que dejaron a todos y a todas con las bocas calladas. Pero como es necesario que Gonzalo y Nazario aprendan un poco más de cultura general que buena falta les hace yo, que ya entonces tenía título universitario y no como ellos que apenas tenían el de Bachiller Elemental o quizás ni tan siquiera eso, aquí estoy para brindarles un poco de cultura. Chiripa deriva de la palabra serendipia y serendipia es un descubrimiento o un hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta. También puede referirse a la habilidad de un sujeto para reconocer que ha hecho un descubrimiento importante aunque no tenga relación con lo que busca. En términos más generales se puede denominar así también a la casualidad, coincidencia o accidente. En la historia de la ciencia son frecuentes las serendipias. Por ejemplo, Albert Einstein reconoció esta cualidad en algunos de sus hallazgos. También existen casos de serendipias en obras literarias, cuando un autor escribe sobre algo que ha imaginado y que no se conoce en su época, y se demuestra posteriormente que eso existe tal como lo definió el escritor, con los mismos detalles. No se debe confundir con la anticipación o la ciencia-ficción, donde se adelantan inventos mucho más genéricos que casi todo el mundo cree que probablemente existirán algún día. Hablando de serendipia, bueno es que el citado Gonzalo (que quizás hoy sea ya pastor de gran nivel para olvidar aquella infastuosa noche en que le tocó pagar las consumiciones) y Nazario (que a lo mejor ahora se dedica al arte de hacer bolillos para olvidar aquella misma noche) sepan que existe un cuento persa titulado "Los tres príncipes de Serendipia" que sería muy bueno que le echasen un ojo buscando en Wikipedia aunque no sé muy bien cómo andarán los dos en esto de saber el idioma inglés o sólo lo chapurrean de manera más o menos inteligible o ininteligible. Por último tenemos la cultura Chiripa (de la cual aprendí yo mucho por las Américas mientras ellos quizás seguían sin olvidar aquella noche tan aciaga para ellos). Para que no hagan el ridículo si alguna vez alguna guapa periodista (ya que tanto se las daban de ser interesantes ante las guapas chavalas periodistas) ahí va el dato: La cultura Chiripa, es una de las culturas más antiguas de la región andina, cuyos restos aparecen desde la península de Taraco por el sur, hasta Santiago de Huata por el norte, incluso en la Península de Copacabana, en las riberas del Lago Titicaca, en Bolivia. Según los últimos estudios que se han realizado en la península de Taraco se le ha asignado a la cultura Chiripa tres fases: Chiripa temprano: 1500 a. C. - 1000 a. C. / Chiripa medio: 1000 a. C. - 800 a. C. / Chiripa tardío: 800 a. C. - 100 a. C. El período principal de esta cultura se puede situar, según las muestras radio carbónicas entre los años 591-116 antes de Jesucristo y 31 después de Jesucristo. Según esta cronología la cultura Chiripa en su fase más importante es contemporánea a la época I de Tiwanaku. Y si de chiripa (ya que muchas veces debemos contar con la chiripa para terminar siendo los vencedores) la guapa periodista que les entreviste es venezolana, pueden aprender lo siguiente para poder intentar hablar con ella aunque sea tartamudeando más o menos mientras chascan sus mandíbulas por culpa de los nervios: En Venezuela se llama chiripa a un tipo de cucaracha de tamaño inferior a los 2 centímetros, llamada en otros lugares "cucharilla de moca" (en referencia al café moca) aunque estoy seguro de que los dos -que se las daban de ligoncillos- posiblemente tengan miedo de las cucarachas mientra yo, de vez en cuando, me tengo que enfrentar contra alguna de ellas. Y me refiero a las brujas. Pues ya está. Cierro mi Diario sonriendo con todo esto de chiripa y recordando a Gonzalo y Nazario que nunca tuve envidia de sus "ligues" (que a lo mejor los estaban soñando nada más) ni de sus automóviles sean Mercedes o no sean Mercedes. Y que sepan, bien sabido por supuesto no vaya a ser que tengan ya "lagunas" mentales y digan que no se acuerdan para bien disimular, que todo esto me ha salido de chiripa. Y quizás de chiripa hayan aprendido la lección de la humildad y que para saber "ligar" con las más guapas hay que tener mucha cultura, por Dios, mucha más cultura que la que tienen los dos juntos.
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