Irrumpiste en mi vida inesperadamente
te absorbí como un regalo del destino,
te veía como una bella luz en mi camino
Y me era difícil borrarte de mi mente.
No quería pecar de irreverente
esperaba la ocasión se presentase,
para que se diera ese bello desenlace
que un hombre enamorado lleva en mente.
Nos separa una distancia inconsecuente
pero fácil de librar si lo deseamos,
y gritar un día que lo logramos
para amarnos con pasión ardiente.
Eres el aura que rodea en mi frente
eres la luz hecha mujer que anhelo
eres el regalo que me ha enviado el cielo
y en mi vida siempre vivirás presente.
Luis Varela Luzardo