Nuestro maestro de la infancia, Don Florencio Lucas Rojo, que ha sido el mejor educador que he tenido yo en mi niñez, nos aconsejaba no ser un gaznápiro en nuestra forma de vivir; pero... ¿qué es ser un gaznápiro? Consultado el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, resulta que la definición exacta de gaznápiro es la siguiente: "Un adjetivo sustantivo que quiere decir palurdo, simplón, torpe, que se queda embobado con cualquier cosa". Navegando por Internet me encuentro con lo siguiente: "Gaznápiro es un adjetivo de origen incierto que califica a alguien como simplón, ingenuo, tosco, torpe y zafio. También se emplea -de hecho más frecuentemente- como sustantivo. Para ilustrar nuestra voz de hoy, transcribiremos un fragmento alusivo de "Narraciones fantasticas", traducción de las obras nacidas de la pluma del genial autor, Edgar Allan Poe (1809-1849, escritor estadounidense, considerado un maestro del relato corto).
“…Este juego es simple y se juega con bolitas. Un jugador retiene en su mano un número de éstas, y le pregunta al otro si el número es par o impar. Si adivina correctamente gana una bolita, si no, pierde una. El muchacho a quien aludo ganaba todas las bolitas de la escuela. Por supuesto, él tenía algún sistema de adivinación y éste consistía en la simple comparación y observación de la astucia de sus adversarios. Por ejemplo, supongamos que uno de éstos es un perfecto gaznápiro y que al levantar la mano frente a su adversario, pregunta: “¿Par o impar?” nuestro colegial responde “impar”, y pierde; pero la segunda ocasión el gana, porque se dice a sí mismo: “el gaznápiro puso pares la primera vez, y su cantidad de ingenio le da simplemente para preparar impares la segunda vez. Diré por lo tanto, “impar”. Adivina y triunfa…”
Sigo con la investigacion: "La palabra gaznápiro, tanto en Andalucía como en México, se usa para el "tonto palurdo". La Academia Española la ha dejado sin etimología, pues estas palabras de expresividad popular son de las mas dificiles para seguirles la pista, quizás porque no lleguen a los textos escritos sino muy tarde, pues todo su camino evolutivo está hecho a través de la expresión oral. Algo tiene que ver con gaznate, porque muy a menudo se relaciona la tontuna con la capacidad de engullir, como que el tonto a veces no vale para trabajar pero bien que come como una lima sorda. Tambien al torpe malcriado se le llama zampatortas o zampabollos; y al necio se le llama badulaque, que era antiguamente un guiso de vísceras y desperdicios. El pan duro es un mendrugo, y mendrugo se llama también al tonto. Pero, ademas, por otro lado, la palabra gaznápiro parece influida por la vaz chapiro, que es un derivado regresivo de chapirón, que es el paralelo del francés chaperon (caperuza recordando el cuento de Perrault titulado "La Caperucita Roja") de capirote que, entre otras acepciones tiene la del conjunto formado por la muceta (esclavina que cubre pecho y espalda) y el capillo (gorro con flecos) del color respectivo a cada facultad que usan los doctores en ciertos actos solemnes de las universidades, de manera que un tonto de capirote es un tonto graduado de doctor en tonterías por prestigiosas universidades de todo el mundo; por ejemplo, doctor vaina. Asi que si juntamos el gaznate del tonto tragaldabas con el chapiro verde del tonto graduado, aparece la voz gaznápiro.
Es tambien muy interesante conocer que los sinónimos mas usados y mas conocidos de gaznápiro resultan ser, entre otros, los vocablos memo, palurdo, ceporro, imbécil, lelo, bobo, paleto, cateto, idiota. No es que sea que uno tenga ganas de insultar a la gente por el simple hecho de insultar (pues eso sería una falta de educación) sino que es cierto, como yo he conocido, que hay muchos hombres que son gaznápiros porque van de tontos por la vida. Y de eso todos sabemos bastante. ¿Quién no ha tenido nunca que sufrir y soportar a algún que otro gaznápiro? Sobre todo las mujeres los han tenido que soportar durante siglos enteros.
Sepamos también que gaznápiro quiere decir bobo, de corto entendimiento y muy torpe; a veces es solamente muy cándido y, hablando de Literatura, en el teatro español antiguo, el gaznápiro era un personaje que provocaba risa. Además, para aumentar nuestro conocimiento, es bueno descubrir que en Guatemala y México se conoce como gaznápiro a un pez de río, de piel negra, sin escamas, y carne blanca. Y finalizo diciendo que gaznápiro es uno de los pocos vocablos insultativos que apenas han podido ser trazados a lo largo de la investigación académica. Se trata de una de las 7.120 palabras que figuran en la "Reserva de Palabras", un proyecto para rescatar del olvido términos que están a punto de olvidarse. En definitiva, que en vez de ser tan cortos de inteligencia e imaginación usando siempre lo de gilipollas y otras palabras más ofensivas a la hora de definir a alguien que es muy tonto (como lo de h. de p. que a alguno le ha costado recibir mas de una hostia) debemos desarrollar mejor nuestros conocimientos culturales para emplear palabras tan bien sonantes, y no tan degradantes, como mamacallos o gaznápiro; que además son signos de que poseemos una alta y muy elevada cultural lingüística.
"Manual para el perfecto gaznápiro" (de Rafael Nebrera Ruiz).
Os presento hoy un libro que no sé muy bien cómo definir. La editorial lo considera un conjunto de relatos –y así aparece en la contraportada- pero yo no estoy del todo de acuerdo con esa consideración. No es novela, evidentemente, pero tampoco son relatos al uso; yo más bien diría que son un conjunto de ideas, pensamientos y sensaciones del protagonista, de diferente índole, puestas todas juntas; se distribuyen a modo de capítulos por lo que externamente sí que parecen relatos. Pero, repito, todos son protagonizados por el mismo personaje, Manuel Contreras Moreno, quien se considera a sí mismo un gaznápiro y nos hace partícipes de sus “gaznapiradas”.
José Orero De Julián