Carta roja en Catarroja (Novela) -Captulo 8-
Publicado en Nov 13, 2015
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Garbayo caminó durante un largo tiempo, con la bolsa de plástico, de color negra, siempre cuidadosamente agarrada con su mano izquierda, mientras fumaba uno de sus fortunas con la mano izquierda, hasta llegar al Restaurante La Muralla del pueblo de Molina de Segura, en Murcia. Entró en el local cuando era la hora punta de cenar; así que el restaurante estaba completamente lleno.
 
- Va a tener usted que esperar un largo tiempo si quiere que le atendamos, caballero.
- No se preocupe por eso. No es necesario. Sólo vengo a llamar por teléfono.
- Puede usted utilizarlo sin ninguna clase de dudas, teniente.
 
Garbayo depositó un duro y marcó un número correspondiente a un teléfono de un país extranjero.
 
- ¡Aquí el Hotel Bora-Bora de Polinesia! ¿Con quién desea comunicar?
- ¡Necesito hablar urgentemente con la señorita que ocupa el bungalow número 24!
- ¡Le pongo rápidamente en conexión con ella!
 
Ella descolgó el teléfono cuando escuchó la llamada.
 
- ¿Quién desea hablar conmigo?
- ¡Hola preciosa! ¿Es cierto que estás de verdad en Bora-Bora?
- ¡Es cierto y tú eres un sinvergüenza por no estar todavía conmigo! ¡Habíamos acordado que nos reuniríamos hace dos días! ¡Resulta que ni estás aquí ni estás en ningún lugar cerca de aquí porque estoy buscándote de manera desesperada ya que se me ha acabado el dinero y esto es muy lujoso! ¿No me dijiste que vendrías con cien mil pesetas en los bolsillos para gastarlas sin ninguna clase de remordimiento? ¡He dejado de confiar en ti!
- Espera un poco, preciosa, y no te enfades tanto conmigo. Por lo menos déjame explicarte la situación antes de que cortes nuestra relación sentimental y no sea posible tener una relación amorosa contigo.
- ¡Explica lo inexplicable, Garbayo!
- En primer lugar tengo que decirte que no es posible que lleve las cien mil pesetas que había prometido.
- ¡Sinvergüenza! ¿Cómo pago yo ahora todos los gastos que ya tengo en mi cuenta personal del hotel?
- ¿De verdad que estás en el Hotel Bora-Bora de la Polinesia?
- ¡De verdad! ¿Y tú dónde estás si se puede saber?
- En un pueblo murciano llamado Molina de Segura pero te juro que dentro de unas pocas horas estaré a tu lado.
- ¡Olvídalo! ¡Si no vas a venir con las cien mil pesetas en tus bolsillo, olvídalo porque no deseo que vivas a mi costa por muy enamorada que esté de ti!
- No cortes todavía, por favor. Tengo que decirte algo más.
- ¿Que te ha enamorado de otra y por eso no vienes?
- ¡Jajajajajá! ¡Eso es del todo imposible!
- Pues me dá la sensación de que eso es lo que ha sucedido.
- Ha sucedido algo mucho peor.
 
Ella se quedó profundamente preocupada.
 
- ¿Algo mucho peor?
- Mucho peor para los que se llaman rojos y no saben ni lo que significa ser rojos y lo que supone para sus vidas ser rojos.
- ¿De qué me estás hablando?
- De que a pesar de ello podemos ver la parte positiva de todo este enredo.
 
A ella se le despertó el interés.
 
- ¿Es que hay algo positivo en todo este enredo de tu ausencia en Bora-Bora?
- Sí, preciosa. ¡No llevo las cien mil pesetas en el bolsillo pero llevaré una tarjeta de crédito para gastar todo lo que deseemos ya que el Jefe me ha pagado, por acabar con toda la CAM, un millón de dólares!
- ¿Estás borracho?
- Sabes que jamás he sido ni soy un alcohólico.
- ¿Estás loco?
- Sabes que jamás he sido ni soy un loco.
- ¿Has tomado drogas?
- Sabes que jamás he sido ni soy un drogadicto.
- ¿Entonces es verdad? ¿Tanto vale lo que has hecho?
- ¿Te parece poco haber salvado la vida de un rey al que le estaban dando jaque mate?
- ¿Eso has conseguido hacer?
- Sí. Y resulta que el Jefe ha dado jaque mate a Pavel.
- ¿Quién es Pavel?
- Un pavo menos, Princesa, un pavo menos en el corral.
- ¿De esos que cacarean como las gallinas?
- Pues sí. Has acertado. Se las estaba dando de pollo cuando sólo era una pollita.
- ¡Jajajajajá!
- Menos mal que ha sido verdad.
- Te creo. De verdad que te creo.
- ¿También te crees lo del millón de dólares?
- Cre que, por lo menos, te merecías dos.
- Pero es que hay que dejar que los demás también puedan vivir.
- Cosa que no hacía ese tal Pavel...
- Has acertado de nuevo. Es una cosa que no hacía ese tal Pavel y los que son como ese tal pavel. Mucho cantar La Internacional pero muy poca vergüenza con la praxis. ¿Me estás comprendiendo?
- Te comprendo... ¿pero que es la praxis?...
- Significa la práctica pero... claro está... hay que decir la praxis por eso de aparentar inteligencia...
- Ya lo he cogido...
- Esos tipos se creían que yo era un pipiolo nada más.
- Por eso eres un héroe, Garbayo.
- Sin heroína, Princesa, sin heroína.
- De momento no te preocupes por eso. Siempre he sabido que eres completamente natural.
- Naturalmente que sï.
- Pues sabré darte el premio que te mereces. 
- Espero que sea totalmente cierto y verdadero.
- Es totalmente cierto y verdadero. 
- Ahora tengo que cortar la comunicación pero, tal como lo teníamos ya reservado con el Hotel Bora-Bora me alegro muchísimo de que estés en el bungalow número 24. 
- Lo hicimos para memorizar mi cumpleaños.
- ¡Y no lo olvido ni lo olvidaré jamás! ¡En menos de lo que puedas pensar o imaginar estaré allí contigo!
- ¡Por eso te amo tanto, mi teniente!
- ¡Ya no soy teniente!
- ¿Te han ascendido a capitán?
- Algo mucho mejor.
- ¿Te han ascendido a comandante?
- Todavía mejor que eso.
- ¿No me digas que te han ascendido a coronel o a general?
- ¡Mejor que todo eso!
- ¡Pues me doy por vencida!
- ¡Acabo de despedirme del Cuerpo de la Policía para entregarme solamente a ti y vivir junto a ti sin ninguna otra cosa qué hacer más que escribir lo que quiero escribir!
- ¡Esa es la mejor noticia que me has dado de todas las mejores noticias que acabo de escuchar!
- Pues ya voy para Bora-Bora...
 
Ella le envió un fuerte beso por teléfono y él cortó la comunicación. Salió del Restaurante La Muralla con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón y cantando un trozo pequeño de cierta canción...
 
- Tú sabes… que yo quiero conocerte, dime cómo hacer para poder verte. Si hay algún lugar donde tu suelas esconderte, dime dónde y a qué hora… Aaahh, deja en casa a tu amiga, mejor ven sola… nos vemos en la noche, en Bora Bora.
 
De repente, llegando a la estación de taxis de Molina de Segura, se quedó sentado en uno de los bancos y pensando mientras llegaba uno de ellos...
 
- En esta penumbra de los deseos escucho un amar de ojos que se enciende en las horas de un descubrimiento inédito: no perder la expresividad para encontrarnos de nuevo con todo el cuerpo humano iluminado por las luces. El héroe de cada uno de nosotros transportado a la atmósfera dilatada de las horas; una especie de tiempo sin condiciones; un estar presente en las imágenes que entendemos como jornadas íntimas. Ayer, en el vértigo de los segundos cubiertos de espuma, tú y yo conocimos el amor… Una experiencia vívida y vivida en las espumas del sueño. ¿Y de quién es este mediodía milagroso?. Entre las imaginaciones tomadas de la nueva etimología de los verbos está el nuevo sentir de nuestro pasado. Por un lado, el cuerpo que se infiere hacia las esferas de los infinitos. Por otro lado, el alma que se refugia en las sombras de las arboledas. Eso es la vida. Una nueva entonación concertada entre lo aprendido y lo por aprender. Prometeo donó el fuego a los humanos… pero más allá de Prometeo hay todo un mundo de vivencias personales: ¡El fuego extendido hacia todo el universo!. Muchos somos ya los que vamos hacia las eternas primaveras en las que todo el mundo florezca de cantos en verdad. Cantos de fiesta. Nada de volver la mirada a los carnavales funambulescos. Nuestro destino es emerger a través de la calma de los deseos, retrotraernos hacia la época dorada de nuestras edades (como si fuésemos Hércules derribando el muro de las lamentaciones) para vivirnos nuevamente en extensidad y en intensidad. No. No es posible llegar a la cima si nos detenemos en este venir desde el futuro. Ha llegado ya la hora de estar presentes en el júbilo de las nuevas esperanzas que amanecen sus juveniles presencias en las ilusiones de la postrealidad. Sé que es imposible para los simplemente materialistas entender todo esto pero quienes somos materialistas con espíritu sabemos lo que es. Por eso escribimos nuestras trayectorias humanas en el cómputo de los puntos suspensivos. Y que cada uno y cada una interprete a su medida, y como mejor desee, esta forma de sentir y vivir la vida mientras el café sigue humeando su aroma de universalidad y nosotros nos acostumbramos a invertir el tiempo y el espacio con posibilidades reales para nuestros vuelos imaginativos. Que somos como golondrinas mecidas por las nubes dentro de un lienzo concreto. Y es queremos y deseamos ser personajes de cuentos enmarcados en aquel pasado al cual llegamos desde el futuro. Nuestro presente no existe. Tenemos una nueva manera de pensar, una nueva manera de sentir y nueva manera de existencia. Un nuevo enfoque de parábolas que nos hagan vivir de nuevo. Que se queden en el presente los materialistas de la dialéctica y la praxis. Nosotros somos verbos nuevos. Pensar. Ligar conocimientos en las otras orillas del amar. Ligar horas en este febrero que hemos conquistado para la libertad. Ahora depende de cada uno de nosotros y nosotras vivir las primaveras. Nosotros hablamos con verbos sin palabras porque llegamos del futuro para hacernos presentes en el ayer de nuestras juventudes.  
- ¿Está usted esperando un taxi?
 
Garbayo abandonó momentáneamente sus pensamientos.
 
- Efectivamente. Estoy esperando un taxi.
- ¿A dónde quiere que le lleve?
- Al aeropuerto de San Javier.
- De acuerdo, teniente.
- Llámeme solamente Garbayo. Lo de teniente ya ha pasado a la Historia.
- Debe ser usted todo un héroe para decir tal cosa.
- El héroe no es el que gana más peleas sino el que vence en las mejores batallas.
- Me gusta ese pensamiento, caballero.
 
El taxista invitó a subir a Garbayo como copiloto y éste siguió razonando mientras salieron ya hacia el aeropuerto. 
 
- Amanece en el corazón del canto de un pájaro silente mientras hablamos lentamente oyendo ritmos de una canción. Caminamos bajo la lluvia caliente que nos invita a la sinrazón y reímos mezclados con la gente en esta noche de palpitación. Te recuerdo siempre valiente como héroe de una revolución que es de pájaros en la mente con forma de sensación. Sí. Sensación de estar presente en medio de la emoción toda la noche ardiente en mi pequeña habitación. Reímos. Reímos mirando al frente bajo la lluvia de la inspiración y eres esa héroe que me siente Princesa de la Imaginación.
- ¡Joder qué bueno, caballero!
- Al final de todo suelo ser siempre así.
- ¿Buscamos una canción en la radio?
- Haga lo que quiera, señor taxista. El automóvil es suyo.
- Pero usted paga para que nadie le moleste.
- No me molesta que escuchemos música.
 
El taxista, ya que Garbayo le estaba dando permiso, encendió el aparato radiofónico. Surgió la voz de Manolo Galván...
 
- Serena como un cielo de verano tendiéndome su mano me dijo que hay caminos con espinas
que dañan las vidas. Que ya no necesita mis palabras que quiere andar su vida ya sin mí. Y descubro que mi orgullo era mentira y de nuevo, con mis lágrimas, dije así: Te quise, te quiero y te querré de la forma que tú quieres que te quiera. Y no hay nada ni nadie ni lo habrá que me pueda hacer pensar de otra manera. Si me dices que me vaya yo me voy pero mi alma vivirá en tu habitación. Te dije, te digo y te diré que te quiero más que a nadie y te querré
de la forma en que tú quieres que te quiera. Serena como un cielo de verano ofreciéndome tu mano me has dicho quiero andar otro camino que es el principio de una vida sin tu amor. Y descubro que mi orgullo era mentira y de nuevo con mis lágrimas te dije así: Te quise, te quiero y te querré de la forma que tú quieres que te quiera y no hay nada ni nadie ni lo habrá
que me pueda hacer pensar de otra manera. Si me dices que me vaya yo me voy pero mi alma vivirá en tu habitación te dije, te digo y te diré que te quiero más que a nadie y te querré
de la forma que tú quieres que te quiera. 
 
El taxista apagó el aparato radiofónico mientras las lágrimas luchaban por salir hacia afuera...
 
- ¿Qué sucede, señor taxista?
- Que siento nostalgia cuando la oigo. 
- Escuche esto por si le sirve de consuelo: Nostalgia es todo aquello que siempre queda vivo de nuestras experiencias; que nos atrapa en su tela de araña de sueños y nos hace saber que estamos existiendo.
- Grcias por darme tanto aliento, teniente. 
- Garbayo. A partir de ahora llámeme solamente Garbayo.
- Si usted lo dice por algo será.
- ¿Se anima a volvera escuchar música?
- Si utede lo quiere también por algo será.
- Supongo que sí.
 
Garbayo encendió el aparato radiofónico. Surgió Perales...
 
- Quisiera decir, quisiera decir, quisiera decir tu nombre.  Quisiera decir, quisiera decir,  quisiera decir tu nombre. Quisiera contarte que tengo abierta una herida que todo el tiempo y la vida nunca lograron cerrarme. Quisiera contarte que tengo llanto en la risa que estoy muriendo de prisa entre la tarde y la noche. Quisiera decir, quisiera decir, quisiera decir tu nombre. Quisiera decir, quisiera decir, quisiera decir tu nombre. Quisiera decir, quisiera decir, quisiera decir tu nombre. Quisiera contarte que están mis noches vacías que solo tengo alegría cuando recuerdo tu nombre. Quisiera contarte que está mi casa vacía que está acabando mi vida que está llegando la noche. Quisiera decir, quisiera decir, quisiera decir tu nombre. Quisiera decir, quisiera decir, quisiera decir tu nombre. Quisiera decir, quisiera decir, quisiera decir tu nombre. Quisiera contarte que ha sido largo el camino que se ha burlado el destino de mis proyectos de entonces. Quisiera contarte que no hay amor en mi vida que solo tengo alegría cuando recuerdo tu nombre. Quisiera decir, quisiera decir, 
quisiera decir tu nombre. Quisiera decir, quisiera decir, quisiera decir tu nombre.
 
Garbayo no apagó ahora el aparato radiofónico sino que puso el sonido a tan poco volumen que sólo se escuchaba un pequeño rumor de fondo.
 
- ¿Qué son los nombres para suted, Garbayo?
- Yo creo que, en realidad, los nombres sirven solamente para recordar que alguna vez conocimos a alguien que pudo ser diferente a lo que resultó ser.
- Luego los nombres engañan...
- Algunas veces sí y otras veces no. Los nombres engañan cuando cremos que, por ser nombres, son valores absolutos.
- Entonces... ¿qué hay de absolutos en las personas?...
- Supongo que la forma de llevar a cabo la convivencia con los demás o al menos eso debería ser así... pero la realidad... ¡ay como estamos por culpa de la realidad!... recuerde usted para siempre que hay personas que se apellidan Paz y siempre estan haciendo la guerra y que hay personas que se apellidan Guerra y siempre están haciendo la paz.
- ¡Jajajajajá! ¡Muy bueno, Garbayo!
- También tengo que avisarle, para que tampoco se le olvide nunca, que hay algunas que se llaman Dulce María y son más agrias que el vinagre y que hay algunos que se llaman Francisco y en lugar de ser santos no hacen más que armar cisco tras cisco.
- ¡Jajajajá! ¡Muy bueno, Garbayo!
- ¿Quieres usted que le hable algo de la Alegría!
- Lo necesito. De verdad que lo necesito.
-  Hay quienes dan con alegría y esa alegría es un premio. Lo dijo Khalil Gibran. Yo, en su día, también escribí lo siguiente que sigo planteando como mi vigencia actual: cada segundo de nuestra existencia no sólo es trascendental porque es irrepetible sino que también lo eInicios, y esta es su mayor grandeza, porque es en un segundo determinado cuando nos ocurre la dicha, la desdicha, la alegría, el dolor… y es ese segundo, si pudiésemos congelarlo en la Cámara del Tiempo, la fotografía inédita que, pasado el tiempo, al contemplarla, nos hace rememorar aquella dicha, aquella desdicha, aquella alegría, aquel dolor… que tan sintomático fue en nuestro pasado, que tanta importancia tiene en nuestro presente y que tanta trascendencia tendrá para nuestro futuro… Medimos mal la edad. No deberíamos ir cumpliendo año tras año -es una medida en la que ocurren demasiadas cosas para poder configurarnos de tal o de cual manera- sino que deberíamos ir cumpliendo segundo tras segundo… auque algunos dirán que entonces tendríamos que estar continuamente celebrando fiesta.. Pues sí. Eso es. Ojalá estuviésemos celebrando continuamente, segundo tras segundo, la fiesta del vivir. Fue en un determinado segundo en que un hombre o una mujer inventó el fuego… fue en un determinado segundo en que un hombre y una mujer se miraron a los ojos para sentirse enamorados… fue en un determinado segundo en que logramos alcanzar un sueño hecho realidad o también se nos desvaneció un sueño para entrar inmediatamente en nuestro anhelo, al segundo siguiente, un nuevo sueño por el que luchar… Sí. Deberíamos estar celebrando segundo a segundo y no año a año nuestra pertenencia a la clase humana. Para estar más consolidados en todo nuestro quehacer. Ese es el don llamado Alegría. Un don cristiano de Dios para quienes creemos en que la Felicidad siempre empieza por Fe.
- Pero eso es muy difícil, Garbayo.
- Para los demás puede ser difícil pero para usted no.
- Pero si yo forma parte de los demás...
- Pero sabe escuchar cuando alguien le habla a través del corazón.
- ¡Caramba, Garbayo! ¡Eso es demasiado para mí!
- Pruébelo. De el paso necesario como para intentarlo y después sabrá si lo ha conseguido.
- ¿Me puede indicar a qué iglesia debo ir?
- ¡Jajajajajá! La mejor iglesia a la que puede usted ir es a ese corazón que tiene usted unido a su alma.
- ¡Atiza1 ¿Así de fácil?
- Así da fácil.
- Pues bueno, ya hemos llegado, Garbayo.
- ¿Cuánto le debo?
- Nada. Absolutamente nada.
- No es justo. Yo debo pagar un precio.
- En esta ocasión usted ya lo ha pagado con creces-
- No le entiendo, señor taxista...
- Siga su viaje, Garbayo, porque lo que ha hecho usted por mí nadie lo había ni tan siquiera intentado.
- Está bien. Gracias y vaya usted con Dios.
 
El plan de Garbayo era ir en avión hasta Madrid, en la capital de España buscar una tienda de lujo para comprarse nuevas ropas, enviar el uniforme de teniente, por Correo, a la Jefatura del Jefe, en Catarroja, ir en avión hasta París y, desde la capital de Francia, volar hasta Bora Bora, allá en la Polinesia donde le estaba esperando ella. Él lo había decidido así y ya nadie podía impedirlo.
 
- Esta noche va a volver más tarde que nunca.
- No va a volver, mujer...
- ¿Cómo es eso de que no va a volver? Estoy segura de que volverá.
- Y yo sé que ha elegido su propio destino.
- Pero nunca se iría sin despedirse...
- Quizás vuelva, pero yo afirmo que todo será ya diferente...
- ¿Estás diciendo que no será como antes?
- Eso es. Ya no será nunca más como antes. Es todavía muy joven pero ha aprendido muchísimo de la vida.
- Para mí nunca dejará de ser un niño.
- Un niño que actúa como un hombre en un mundo de hombres que actúan como niños.
- ¿Y España? ¿Qué pasa con lo de España?
- Que lo tiene ya superado o, mejor dicho, que lo superó desde el primer momento.
- ¿Sabe la verdad de lo sucedido con España?
- Completamente. Y por eso ni tan siquiera le da importancia.
- ¿Ha perdonado ya a España?
- Eso solo Dios lo sabe; pero a él siempre se rió de todos los traslados porque les daba menos importancia que al alfabeto cirílico por decir algo interesante. Así que le daba lo mismo que le trasladaes o que no le trasladasen porque todos los traslados se los pasó por sus cataplines. Por eso es un héroe que es, según su propia conducta, solamente un hombre que enseña a otros hombres a serlo.
- ¿Pero al menos volverá para despedirse?
- Eso sí. Eso sí creo que lo va a hacer.
- ¿Y en cuanto a España?
- A España no le debe nada. Lo que no sé es si España le debe algo a él.
- Cuando vuelva se lo voy a pregutnar.
- No le preguntes jamás eso, mujer... porque no va a contestarte nada aunque seas su madre...
- Me has convencido. Sé que es cierto. Es demasiado hombre y yo bastante necia por no haberlo descubierto antes.  
- Volverá pero nunca te lo echará en cara.
- Le pediré perdón por haber dicho que no era un hombre.
- Sin embargo ya ves cómo se está comportando el mayor.
- Cierto. Estoy totalmente ciega por no haberlo visto antes.
- Te repito que eso a él no le importa en absoluto. Pasa de todo eso de las preferencias porque prefiere que le prefieran solamente las que le importa. ¿Te das cuenta de lo hombre que es?
- Insisto en que le pediré perdón.
- Lo mejor que puedes hacer cuando vuelvas a verle es guardar silencio.
- Eso es quizás mejor.
- Guardaremos silencio los dos aunque todavía tengo algo que decirle...
- ¿Qué le quieres decir?
- Que me siento kuy orgulloso de él y de ser su padre; cosa que no puedo decir de los demás.
- ¿Porque él es especial?
- Por supuesto que sí. Él fue el único de neustros cinco hijos que nos dio toda su ayuda económica sin pedirnos nada a cambio. Y por eso le amo de verdad.
- Yo también le amo de verdad.
- Pues entonces no se lo digas nunca. Es mejor. Prefiere que los demás no le ensalzen tal como sí sucede con el mayor. Esa es su coherencia entre lo que siente, lo que piensa y lo que hace. Los otros son incapaces de conseguirlo porque son demasiado egoístas.
- ¿Y qué piensa sobre su futura herencia?
- Como es un verdadero cristiano hace lo que le dice Jesucristo: "Si te quitan tu chaqueta dales también tu camisa porque el Padre te regalará un abirgo". 
- Es de verdad todo un elegido.
- Mejor vamos a la cama a dormir soñando lo que él puede llegar a ser. Mañana será otro día y lo comprenderemos mejor.
- Pediré a Dios por él.
- No hace falta que lo hagas. Tiene a Dios desde que nació.
 
Y los dos se fueron a dormir sabiendo que Garbayo vovlería antes de irse defintiivamente porque era así su manera de ser y su forma de actuar.  
 
-  
 
 
CONTINUARÁ... 
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Foto del autor Jos Orero De Julin
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Novela.

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Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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