Como necesito que beses mi alma!
Que tus manos den paz a mi cuerpo,
que tu voz acaricie mi pena
 y tus ojos iluminen mi vida.

 Aunque no te vea, aunque no te oiga,
 aún con  la dolorosa distancia;
 habitas en mi pensamiento,
 no puedo ausentarte ni un instante
 y mi corazón te siente de la misma forma.
 
 Mis lágrimas no borran tu imagen
 y no alivian a mi triste corazón.
 mi deseo es mucho más fuerte que mi razón...
 y como un Duendecillo te mueves
 inquieto y revoltoso por los rincones de mi mente,
 de mi casa y de nuestros espacios,
 de aquellos que han sido testigos de nuestro amor.

Todas las noches me asomo
 a la ventana de mi habitación
 y a la primera estrella,
 aquella que brilla con más fuerza,
 le hablo, le imploro que me traiga algo de tí,
 que te acerque a mí,
 que haga que ese "hilo de seda" delicado y precioso
 se mantenga intacto y me sigas llevando en tu corazón,
 al igual que tu estás en el mío.
 
Construiste una chimenea de amor
con un fuego cálido y subyugante.
 Has entrado en lo más hondo de mi alma
 como persona y como hombre y sólo te quiero a tí.
A tu forma de ser, de moverte, de mirarme, de...
Te quiero a tí Hombre. Te quiero a tí.
 
Por muy grande que sea la distancia,
por muy larga que sea la ausencia,
por muchos acontecimientos que pasen en mi vida...
Nada conseguirá que te deje de amar.
Porque para mí eres especial,
eres la parte que me completa,
que me hace ser más y mejor persona,
que me eleva al grado sumo como mujer.

¡Es tan sencillo!... ¡Eres tú Hombre, eres Tú.!