Los Abuelos (Diálogo Teatral)
Publicado en Nov 22, 2015
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LOS ABUELOS (por: José Orero De Julián "Diesel")
 
Escenario: El abuelo Andoni y la abuela Arantxa están sentados en sillas delante de la puerta de su caserío vasco.
 
Andoni.- ¿Has sido feliz conmigo?
Arantxa.- ¿Cuántas veces me has hecho esa misma pregunta en los últimos días?
Andoni.- Es que necesito saber la verdad.
Arantxa.- ¿La verdad de tu razón, la verdad de tus sentimientos o la verdad de tu alma? Son fuertes... tus manos sigen tan fuertes como aquel día... ¿Recuerdas? No seas tonto, Andoni... enseñámelo...
Andoni.- No puedes pedirme eso.
Arantxa.- ¿Crees que no te he visto desde la ventana? Venga, Andoni... ¡no te hagas de rogar!
Andoni.- Aquel es Elizondo... ¿verdad?
Arantxa.- Sabes muy bien que aquel es Elizondo... pero no vas a lograr que cambie mi decisión de leer... Imagino el espacio como paloma sin límites; visión pasajera de la nada que planea ausente de experiencia; voz iluminada de alborada; anchuroso paisaje en la quietud de un solo instante; alfa y omega del olvido. Imagino al ave; lágrima etérea de los siglos; vuelo suspendido en un cuadrante de resplandor proyectado hacia el momento; viaje afilado por el viento; atropellada encrucijada en la planicie de un solo misterio; fragmetno y conciencia de la imagen. Imagino el llanto; rostro de pupila y de sonido; vértice de horizonte sin frontera que almacena brisas de lamento; ritmo blanco sobre la faz; inacabable línea en el camino de un solo sentido; llama y rescoldo del silencio. Imagino el gesto; libro fechado en las tareas del vivir; cristal matizado del pasado que respira envuelto entre la niebla; descanso y fatiga de la angustia. Imagino el mensaje; sueño escrito en la memoria; hemisferio del proyecto fecundado con espermas de acentos desprovistos; nombre escrito en el pretil de la conciencia; rutilante huella en la distancia de los tiempos; luz y sombra del Destino. J.J.Elizalde. ¡Pero si es hermoso, Andoni! Siempre me he preguntado, sin hallar respuesta, por qué escribiendo así intentas ocultarlo a los demás. ¿Por qué no haces saber al mundo entero la verdadera dimensión de ti mismo?
Andoni.- Pasó el tiempo, Arantxa... y el tiempo es una distancia indetenible, una fracción de vida que sólo significa levedad. ¿Ves ese vencejo? ¿Cómo poderlo detener si no es derribándolo de una certera pedrada? Pero si se le derriba... ¿qué logramos? ¿Detenerle? No. Si se le derriba sólo logramos destruirlo. Así es el tiempo. Si lo detenemos lo destruimos...
Arantxa.- Siguen siendo fuertes... ¿Por qué lo firma J.J.Elizalde?
Andoni.- Fue quien me introdujo en el misterio.
Arantxa.- Pero J.J.Elizalde nunca existió. Sólo es el producto de tu quimérica nostalgia.
Andoni.- No, Arantxa, no. No es así. Existe y es real.
Arantxa.- ¿Existe, realmente, J.J.Elizalde? Aún conservo lo del otro día...
Andoni.- ¿Lo del otro día?
Arantxa.- Yo aprendí a apretar las sombras descansando mis sueños en los oleajes airosos, en el aroma de las azucenas y en los versos derramados de palabras; en los abriles de los floridos años; en el tacto de los ávidos espacios y en los minutos del clavel de la victoria.
Andoni.- J.J.Elizalde.
Arantxa.- Sí, Andoni. Aunque sólo sea un subterfugio, una manera de encubrir que alguien vivió en los mintuos del cl'avel de la victoria...
Andoni.- ¿Estás cansada, Arantxa?
Arantxa.- Conservo más. Anidad las galas de los sueños en el surco ancestral de lo fecundo y haced que el esfuerzo gire siempre dentro de la esperanza, para convertiros en espíritu de acciones. La herencia de la luz y de la historia personal de cada uno de nosotros convertirá la irresistible constancia en un mañana más selecto. Anidad las galas de los sueños y amaréis una gloria verdadera que narre los ritmos de nosotros mismos... hasta alcanzar el logro de la inédita conquista que habita en la marcha hacia el futuro.
Andoni.- Arantxa... poco es el tiempo del clavel de la victoria que, nacido en las orillas del triunfo, muy pronto comienza a marchitar.
Arantxa.- No importa, porque muchos son los latidos ajustados a ese tiempo. Todos hemos conocido algún destello de gloria.
Andoni.- ¿Qué razón existe para que las conserves?
Arantxa.- Cuidate. Está bien que tomes el fresco de la mañana, pero no conviene que te resfríes... y ahora voy a prepararte el desayuno...
Andoni.- ¿Hay noticias de Mikel?
Arantxa.- ¡Sí! ¡Muy buenas! Ha escrito comunicando que viene para pasar la Navidad con nosotros. Y no viene solo. Vienen todos. Mikel, Victoria y los niños. Dice también que los negocios de Guayaquil van creciendo y que han abierto una nueva sucursal en Quito. Pero lo mejor de todo es que regresa definitivamente con nosotros. Deja la empresa en manos de Xabi y Txomín. La pequeña Aitana regresa también desde Miami. Ha terminado de estudiar y viene a aplicar sus conocimientos aqui, a su verdadera patria natal. ¡Garibai! ¡Garibai! ¡Tú también vas a desayunar! Andoni, te preparo enseguida el café...
Andoni.- No tengo prisa. Esta mañana es digna de gozarla...
Arantxa.- Andoni...
Andoni.- Dime, Arantxa...
Arantxa.- Ayer me encontré con Idoia, la hija de Uranga, y me contó que el domingo estrenan, en el Gayarre, "Dicen que somos dos locos de amor". ¡Tanto ella como Joseba estarán muy agradecidos si les acompañamos! ¿Deseas ver "Dicen que somos dos locos de amor"?
Andoni.- ¿Eso dicen?
Arantxa.- Andoni... tienes carta...
Andoni.- Puedes abrir el sobre y leerla, Arantxa.
Arantxa.- Es de J.J.Elizalde.
Andoni.- Vamos a desayunar, Arantxa. 
Arantxa.- Buscando la verdad de todos los sentires he atrapado una forma de ansiedad entre mis manos; una especie de recóndito silencio. Ese laurel de lo que fue mío y tuyo y que aún nos pertenece. Queda algo de aroma que todavía te puedo entregar, no ya en lo alto de la cima sino en el tierno hundimiento de mis sueños; para descubrir un nuevo empeño de propuestas que sean traducciones de mis profundos diálogos con el alba de todos los días. No descarto nunca la posibilidad de aportar mayores emociones para las lágrimas, porque deseo ofrecerme a mí y ansío ofrecerte a ti ese algo, similar a lo imposible, con el que poder adornar nuestros años con sonrisas.
Andoni.- ¿También conservas eso?
Arantxa.- Ha sido siempre alimento para mí, Andoni.
Andoni.- ¿Tú también tienes un secreto?
Arantxa.- ¿Hay alguien, en este mundo, que viviendo de verdad puede hacerlo en plenitud sin mantener un secreto, aunque sólo sea uno nada más?
Andoni.- Posiblemente no. Es más, yo afirmaría que eso es imposible. Si alguien vivie de verdad inexorablemente permanece fiel a un secreto propio. Al menos guarda un secreto que le hace, precisamente, ser feliz. Sólo con él podemos decir que vivimos de verdad.
Arantxa.- Y yo, como he vivido de verdad, quiero contarte ahora mi secreto... para hacerte partícipe de mi plenitud...
Andoni.- Si me cuentas tu secreto dejará de serlo...
Arantxa.- Siempre llega el momento en que hay que descubrirlo para poder vivir, precisamente, su misterioso final y plenamente su memoria.
Andoni.- Cierto. Siemrpe llega ese momento aunque sólo sea para demostrarnos a nosotros mismos que hemos sido verdaderos.
Arantxa.- Yo he mantenido uno pero tengo ahora la necesidad de ahcer que extienda sus alas para volar...
Andoni.- ¿No tienes miedo de que se te escape y ya nunca más vuelva a ti? ¿No tienes temor de que, al quedarte sin él, te quedes tan desnuda que te veas carente de ti misma?
Arantxa.- ¡Jamás! Es tan profundamente mío que quiero hacer que se extienda por los espacios infinitos de este universo queb llamamos vida. Siempre estará volando dentro de mí. Nunca podré quedarme vacía porque él se completó con la eternidad de sus versos.
Andoni.- ¿Tan profundamente tuyo es?
Arantxa.- Sí, Andoni. Gracias a ti. Sólo gracias a ti.
Andoni.- Pero yo sólo he vivido con el egoísmo de mi felicidad. Yo te amo solamente a ti por amar mi propio sueño...
Arantxa.- No te mientas a ti mismo disfrazando tu entrega con las apariencias del interés. En tu sueño siemrpe has ido introduciendo un mundo de imágenes no idealistas, como se puede pensar cuando se te lee, sino un mundo lleno de ideas reales, profundas, verídicas...
Andoni.- Simple romanticismo. Pura sensibilidad.
Arantxa.- Sabes que eso es falso. Esa condena que haces a los demás que te traicionaron o te olivdaron porque dejaste de ser famoso es lo que tú expresas acertadamente: la manifestación de todas sus impotencias por no tenerme ellos; sólo porque no saben llegar hasta esa enorme y valiente forma que tienes de vivir tú para mí y, de paso, para los demás. Tú tienes perfiles de identidad y existencia propias... los sueños tremendamente realistas que han tomado el hábito de la Poesía para demostrarles a todos los envidiosos la realidad de la vida. Quienes se burlan de esa forma de escribir son gentes huecas, vacías, gentes que nunca podrán alcanzar el ideal de sus vidas. No el idealismo sino el ideal del realismo vital.
Andoni.- Quizás. Pudiera ser que, como tú dices, su rechazo sólo sea la desesperanza de aquellos que dicen andar pisando con los pies en el suelo cuando la realidad que tanto pregonan, y tanto dicen vivir, sólo les convierte en viajeros sin destino o en inconsistencias para intentar poder volar ni con persoanlidades reales ni con realidades funcionales... por mucho materialismo que intenten consumir. Ese consumismo nunca les hace reales y, como en su interior lo saben, esa impotencia les anula y entonces su ñunica defensa es la envidia para querer minimizar lo otro, lo que de verdad identifica a un ser humano.
Arantxa.- Tú y yo siempre lo hemos sabido, compartido y vivido. ¡Por eso somos felices y ellos solamente desgraciados! Pero yo ahora quiero que me des permiso para extraer de ti la mágica realidad que has construido dentro de tu corazón y alrededor de por donde caminas con tu sincera sonrisa. Yo te introduje en un mundo que desconocías porque no existía aún. Cuando se rompió tu vida de atleta supe que tenías tú mismo que construir ese mundo que yo sabía que exisia y era solo real en tu interior. ¡Lo creaste, Andoni! ¡Lo creaste y me lo entregaste a mí para que yo fuese su única habitante! Me lo regalaste decorado tal como yo lo deseaba. A mi estilo, a mi gusto, a mi manera. ¡Gracias, señor Iturralde!
Andoni.- Arantxa... tras el accidente fuiste tú y solamente tú quien reconstruyó mi esquema mental y quien consiguió hacer de mí lo que yo solo no podría hacer nunca conmigo mismo.
Arantxa.- Fue interesante porque fue vivir en total plenitud como ahora lo estamos viviendo.
Andoni.- Pero tú fuiste quien me regalaste el planeta de todas mis patrias.
Arantxa.- Fue intenso porque fue sentir con la totalidad que ahora estamos sintiendo.
Andoni.- Y tú has logrado que nuestro hijo Merkel venga a vivir al final con nosotros.
Arantxa.- Fue fácil porque sólo conisistió en amarle.
Andoni.- En cuántas playas desiertas... / en cuántos mares sedientos... / en cuántas mañanas muertas... / han dormido mis tormentos... / Con cuantas noches despiertas / han luchado mis lamentos. / Con cuantas mañanas ciertas /  han soñado mis acentos. / Y después de tantos celos / perdidos entre las horas  / del reloj del pensamiento / sólo hallé suaves cielos / intangibles en las olas / de mi raudo sentimiento.
Arantxa.- ¡Qué bien escribe sonetos J.J.Elizalde y con cuánta liberación los escribe!
Andoni.- No los escribe J.J.Elizalde.
Arantxa.- ¿Quién escribió eso tan hermoso si no fue ella?
Andoni.- Fuiste tú, Arantxa. El tiempo se acaba... puedes leerla completa...
Arantxa.- Es tu secreto, Andoni... y el tiempo nunca se acaba para un secreto porque, al final, cuando se terminan los años, los meses, los días, las horas, los minutos y todos los segundos de un momento, siempre perdura la memoria del misterio. No debo leerla.
Andoni.- Pues yo deseo romper ese secreto y el misterio de ese secreto.
Arantxa.- Siempre hemos mantenido y admitido, tú y yo, que todo ser humano debe vivir para sí mismo algún secreto, algún misterio único e intransferible. Si te he amado y te sigo amando es por eso, porque supiste y sabes amamrme manteniendo tu propio secreto, sabiendo respetar tu libertad sin destruirla a ella pero sin dejar de amarme solamente a mí. ¡Eso sí es saber amar a una sola mujer sin hacer daño a las demás que formaron, alguna vez, parte de la sensibilidad de tu corazón!
Andoni.- Pero estoy totalmente de acuerdo en lo que dijiste antes. Recuerda que confirmaste que siempre llega, en esta vida, un momento en que hay que descubrir ese secreto que nos ha enriquecido porque lo hemos guardado sólo para nosotros. Si queremos demostrarnos que hemos vivido y estamos viviendo de verdad, es necesario hacer conocer nuestro misterio antes de morir. ¡Es la única manera de hacer eterna la vida a través de la memoria!
Arantxa.- Entonces... ¿puedo leerla?...
Andoni.- Sí.  
 
Arantxa.- !Querido y amado Andoni: Tus últimas frases me han hecho volar de fascinación en fascinación. Cuanto más tiempo pasa... cuanto más nos acercamos al último lugar... más joven me haces en todos los sentidos y mis sueños siguen creciendo... Yo sé que nunca me olvidarás ni aquí ni allí ni en ninguna otra dimensión, y sé que te has mantenido siempre, absolutamente siempre, fiel a mí y  a todas mis sensaciones emotivas... hasta hacerte confundir mi persona real con  la imagen de tus ilusiones. Pero todo era un ardid porque, en realidad, soy tal como me sueñas siempre...
Andoni.- Si no puedes o no deseas seguir, no sigas Arantxa.
Arantxa.- Puedo y deseo seguir, porque ansío completar tu memoria y eternizar el amor que hemos sabido mantener siempre vivo, noble y fiel, entre los oleajes del tiempo y de las modas de esta impura sociedad.
Andoni.-  Entonces, sigue...
Arantxa.- Te amo tanto que no podría cifrar, jamás, la dimensión exacta porque siempre, desde que nací, te he sentido mío, únicamente mío, profundamente mío, durante todos estos cincuenta y cinco años que nos conocemos y formamos pareja. Y firma Jeaneth Jacobi Elizalde.
Andoni.- ¿Cuántos años de matrimonio dijiste?
Arantxa.- Cincuenta y cinco.
Andoni.- Te voy a repetir la pregunta.
Arantxa.- ¿Qué pregunta?  No entiendo...
Andoni.- ¿Has sido feliz conmigo a pesar de?
Arantxa.- ¿A pesar de qué, andoni?
Andoni.- A pesar de que J.J.Elizalde ha sido siempre un subterfugio, una quimera, algo inexistente nada más. Jamás hubo ni tan siquiera una sola relación sexual entre ella y yo. Yo era virgen cuando me casé contigo aunque los medios de comunicación social dijeron tantas mentiras
Arantxa.- Siempre he sido feliz contigo. Jeaneth sólo pudo amarte en la lejanía, en la disolvencia de lo imaginario, sufriendo la condena de no tenerte nunca y de no haber gozado la relación sexual jamás contigo en la vida real por culpa de haberte engañado. Yo, sin embargo, siempre he recibido y he sentido tus caricias, he saboreado tus besos, he gozado el placer de sentir tu cuerpo y tu alma dentro de mi cuerpo y de mi alma. Has sido, desde siempre, la parte más concreta de mí; siempre presencia y nunca distancia. ¿Cómo podría yo tener celos de Jeaneth si ella nunca jamás consiguió nada de eso? Imposible ha sido para ella el tenerte como imposible es para mí odiarla. Si te quiso hacer daño resulta que la que salió dañada fue ella y tú te mantuviste firme, sano, virgen al igual que yo. ¿qué más puedo pedirle a mi existencia?
Andoni.- Arantxa... siempre lo supe, Arantxa...
Arantxa.- Nunca oculté que te amaba solamente a ti.
Andoni.- ¡Siempre supe lo otro!
Arantxa.- ¿Lo otro? ¿Qué es lo otro?
Andoni.- Te estoy confesando que siempre he sabido lo otro...
Arantxa.- ¡Sabes que nunca jamás te he engañado con ningún otro hombre ni con ninguna otra mujer sean jovenes, sean viejos o viejas o sean de la edad que quieran ser! Jamás te he engañado con nadie porque el único chico que siempre me has interesado eres tú. Además, los poquísimos que podrían haber merecido la pena salir con ellos estaban demasiado ocupados en las labores de conquistar a las chicas fáciles o en irse con las prostitutas como para que se fijaran en mí.
Andoni.- Ellos se lo han perdido para siempre pero no es nada de eso a lo que me refiero. Lo que he sabido siempre es que, en todos estos años, Jeaneth no me escribió ni una sola carta. Las cartas firmadas por J.J.Elizalde las escribía, con ese seudónimo, otra persona... La primera vez que le escribí, al mes del accidente, la contestación ya no era de ella. Yo conocía muy bien su firma y quien la falsificó lo hizo fatal. Siempre supe, durante todos estos años, que las cartas de J.J.Elizalde no estaban escritas por Jeaneth. Me guardé el secreto para amarte con mayor intensidad.
Arantxa.- ¿Sabías, desde el principio, quién estaba detrás de todo ello?
Andoni.- En un principio tuve dudas pero a través del tiempo he podido confirmar, y ahora lo sé con total certeza, y ya con plena exactitud desde hace unos minutos, que quien las escribías eras tú.
Arantxa.- ¿Cuándo y cómo has podido estar totalmente convencido de que era yo?
Andoni.- Arantxa... hace cincuenta y cinco años no conocí yo a Jeaneth. Hace cincuenta y cinco años solamente te conocí a ti. Te equivocaste en ese detalle al escribir la última carta.
Arantxa.- No me equivoqué. Como ignoraba que tú sabías la verdad quise yo cometer ese error adrede para saber si te dabas cuenta de que era yo quien te escribía. No sabía que eso no fuera necesario porque nunca imaginé que tú lo sabías desde el principio, desde hace cincuenta y tres años que fue cuando nos casamos; pero hoy he descubierto que me amas tanto y tan de verdad que, efectivamente, te diste cuenta.
Andoni.- Lo de Jeaneth fue un estúpido error de la juventud y por causa de la vanidad de las glorias humanas; pero siempre fue una relación muy superficial, sin sexo de por medio dijeran lo que dijeran muchos de los periodistas de los medios de comunciación social que suelen mentir, por envidia, más que escriben y hablan. Esa gloria tan vanidosa y mundana siempre desaparece tal como viene. De repente. Por eso ella nunca me amó ni yo a ella tampoco. Cuando me convertí en un inválido no quiso saber ya nada más de mí. ¡Vaya concepto más pobre y mezquino del amor!
Arantxa.- Olvídalo... no merece la pena recordar a quienes tienen tanta pobreza de espíritu. 
Andoni.- Pero sí que me es muy agradable confesarte también que yo nunca escribí a Jeaneth ni una sola letra. Todas mis palabras, todos mis poemas, todas esas fantasías que guardas con tanta pasión eran solamente para ti. Tú has sido siempre J.J.Elizalde y yo también. J.J. Elizalde hemos sido siempre nosotros dos escribiéndonos mutuamente. Mantuve tu secreto porque era muy linda esa manera que tenías de amarme, y mantuve mi secreto porque era igual de linda mi manera que tenía de amarte. Ahora ya no necesitamos, para nada, a J.J.Elizalde ni ser los dos J.J.Elizalde. Pero... ¿cómo lo hiciste?
Arantxa.- Cuando devolvieron tu primera carta que ni tan siquera había sido abierta, no pude dejar de leerla. Me dolió en el alma el rechazo que ella hizo a tu manera de sentir mientras sufrías y decidí tomar yo su lugar para, de esa manera, ser yo doblemente amada. Una de forma directa y la otra a través de los sueños que escribías en tus cartas. No sabía que tú lo hacías por mí y para mí de las dos formas pero he sido y soy profundamente feliz.
Andoni.- ¿Quién te ayudaba desde Francia?
Arantxa.- ¿Recuerdas a Sebastien Émery?
Andoni.- ¿Aquél a quién le gané la medalla de oro en los Mundiales de San Juan de Luz?
Arantixa.- El mismo. Estaba locamente enamorado de mí y me lo confesó, pero yo le contesté que tú serías el único amor de mi vida. O tú o nadie. No se ofendió. Lo aceptó. Y me ayudó siempre sabiendo que nunca obtendría nada de mí salvo una noble, sincera y sana amistad nada más. Yo recogía tus cartas y se las enviaba a Sebastien cambiando, camino de la oficina de correos, la dirección. Él te devolvía las contestaciones desde Francia y a tu nombre pero siempre pensando en mi y soñando que yo era su amor.
Andoni.- El elegante y caballeroso Émery. ¿Sabes que sentí mucho arrebatarle la medalla de oro? ¿Por qué me amas tanto, Arantxa?
Arantxa.- Porque ahí radica la grandeza del sentimiento humano. Amar sin importarnos vernos, por ello, sorprendidos... y porque, sin darnos cuenta, crecemos como hiedra adosada a las paredes del sueño que hemos construído y donde hemos ensanchado el destino de personas que nos convierten en sellos eternos para siempre y grabados en lo ya mucho vivido y en lo mucho que nos queda todavía por vivir. Andoni... he recogido todo lo que has escrito desde que eras un niño, exactamente desde que yo nací, sobre todo desde que te conocí y aún desde antes de que te conocí. ¡Y deseo publicarlo porque el mundo debe conocerlo!
Andoni.- Si lo haces bajo el nombre de J.J.Elizalde lo acepto. 
Arantxa.- ¡Pero si J.J.Elizalde somos tú y yo juntos!
Andoni.- Por eso mismo.
Arantxa.- Siguen siendo fuertes... tan fuertes como entonces... ¿recuerdas? ¿Sabes que Sebastien Émery dejó de practicar el juego de pelota y se convirtió en el mejor cirujano de Francia?
Andoni.- Es la primera noticia que tengo...
Arantxa.- ¡Pues me ama tanto que ayer mismo me juró que te va a curar las dos piernas! ¡Ha estudiado a fondo tu caso y sabe que vas a sanar por completo!
Andoni.- ¿Tanto te ama ese francés?
Arantxa.- Sí. ¡Jajajajajá!. Pero un milímetro menos que tú.
Andoni.- ¡Gracias,  Arantxa!
Arantxa.- ¿Por devolverte la capacidad de caminar otra vez por ti mismo?
Andoni- No. Por no dejar que nadie te ame un milímetro más que yo.
 
FIN 
 
  
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Descripción

Diálogo teatral.

Palabras Clave: Literatura Prosa Teatro Relatos Narrativa.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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