¿Para qué sirve el wáter? (Reportaje)
Publicado en Nov 29, 2015
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Wáter es una abreviatura de la voz inglesa "water-closet", que deriva por un lado de agua (water) y por otro lado de gabinete ("closet") y significa retrete inodoro dotado con agua corriente. ¿Para qué sirve el wáter? Para poder mearse y cagarse en él aunque, al parecer, los machistas lo han olvidado y se cagan en otro lugar para demostrar que tienen güevos. Veremos a ver si cuando se enfrenten cara a cara con Dios los siguen teniendo. Pero antes de seguir respondiendo a esta pregunta, hagamos un poco de Historia del Wáter para ver si ya lo aprenden los machistas no vayan luego a intentar justificarse, cuando se enfrenten cara a cara con Dios, alegando eso de que nadie se lo dijo antes o de que nadie se lo advirtió.
 
Copio de Internet: Un tema como cualquier otro, salvo que más importante. Hace mas de 4.000 años los cretenses ya aplicaban en el palacio real de Cnossos una especie de inodoro. Constaba de una cisterna, taza y canal de desagüe, pero el progreso de la redes fue lento. Solo hace dos siglos que las cloacas sirven a domicilio privados. Durante cuatro milenios los orinales eran volcados a la calle, previo aviso. Los próceres del higiénico cambio fueron : Sobre todo el inglés John Harington (poeta), quien en 1597 desarrollo el water closet de válvula, que bautizó Ajax y fue instalado en el palacio de Isabel I en Richmond. En 1775 John Cummins patentó un water closet de cisterna, perfeccionado en 1778 por Samuel Prosse con su válvula esférica. Setenta años después, en virtud del acta de Salud Pública inglesa, se obligó a instalar en todas las casas que se construyeran un servicio de inodoro. Hacia 1890 ya había triunfado en toda Europa. El artefacto ha recibido en el mundo todo tipo de denominaciones, a menudo extendidas al local en que se instala. Los campesinos ingleses siguieron llamándolo john, en homenaje al poeta inglés, John Harington que indudablemente fue su precursor. Erasmo de Rotterdam, el erudito humanista del siglo XVI, que escribió uno de los primeros libros de etiqueta de la historia, nos aporta algunas de las primeras normas escritas de conducta para el “cuarto de baño” y las funciones corporales. Nos advierte que “es descortés saludar a alguien mientras esté orinando o defecando”, y usa lo que se refiere a soltar ventosidades recomienda que se “disimule con una tos el estruendo explosivo... Sígase la ley de sustituir los pedos por toses”. La historia del “cuarto de baño” tiene su comienzo en Escocia hace diez mil años. El hombre primitivo, consciente de la toxicidad de sus desechos, se instalaba cerca de alguna fuente natural de agua corriente, y fueron los habitantes de las islas Oreadas, frente a la costa de Escocia, quienes construyeron los primeros sistemas tipo letrina para alejar de sus hogares los desechos. Una serie de toscas conducciones iban desde las viviendas de piedra hasta los torrentes, lo que permitía satisfacer las necesidades en el interior en vez de tener que salir al exterior. En Oriente, la higiene era un imperativo religioso para los antiguos hindúes, y en una época tan lejana como 3000 antes de Jesucristo muchas casas poseían ya instalaciones sanitarias privadas. En el valle del Indo, en Pakistán, los arqueólogos han descubierto baños públicos y privados provistos de cañerías de barro cocido incrustadas en obra de ladrillo, con grifos para controlar el agua. Los baños primitivos más perfeccionados de la antigüedad fueron los de las familias reales minoicas en el palacio de Cnossos, en Creta. En el año 20000 antes de Jesucristo la nobleza minoica disponía de bañeras que se llenaban y vaciaban mediante tuberías verticales de piedra con junturas cementadas. Con el tiempo, fueron sustituidas por tuberías de cerámica esmaltada que se unían entre sí de modo muy parecido a las actuales. Por estas tuberías circulaba agua caliente y fría, y sus conexiones arrastraban los desechos lejos del palacio real, el cual disponía también de un retrete con un depósito encima, lo que permite clasificarlo como el primer water con cisterna en la historia. El depósito estaba destinado a. recoger agua de lluvia o, en ausencia de ésta, a ser llenado manualmente con cubos de agua sacada de una cisterna cercana. La tecnología del cuarto de baño evolucionó entre los antiguos egipcios. Hacia el año 1500 antes de Jesucristo, las casas de los aristócratas egipcios contaban con tuberías de cobre por las que fluía agua fría y caliente, y el baño corporal completo formaba parte de las ceremonias religiosas. Curiosamente, a los sacerdotes se les exigía tomar cuatro baños fríos completos al día. Los judíos otorgaron aún mayor importancia a los aspectos rituales del baño, pues según la ley mosaica la limpieza corporal equivalía a la pureza moral. Siguiendo las normas dictadas por David y Salomón, aproximadamente desde el año 1000 hasta el 930 antes de Jesucristo, se construyeron en toda Palestina complejas obras públicas para el suministro de agua.
 
Veamos lo que dice Wikipedia: Se denomina retrete. inodoro, bombonera, escusado y, sobre todo wáter en España, al elemento sanitario utilizado para recoger y evacuar los excrementos y la orina los humanos hacia la instalación de saneamiento y que impide, mediante un sistema de sifón de agua limpia, la salida de los olores desagradables de la cloaca hacia los espacios habitados. Generalmente los inodoros se fabrican de porcelana, pero también de acero inoxidable y cualquier otro material impermeable y liso. El nombre de inodoro viene de que es el primer aparato sanitario que tuvo un cierre hidráulico para evitar la salida de olores, mucho más necesario que en los otros aparatos. Antes de la aparición de este sistema, evidentemente era maloliente, y se encerraba en un local pequeño, exclusivo para ese uso, que tenía el nombre de retrete r(que viene de "retirete", retiro pequeño). Como de todos modos, tras su uso, quedan olores en el local, en los países fríos se conservó esa separación en un local específico, que podía ser ventilado sin necesidad de enfriar el aire del cuarto de aseo o baño, en el que es habitual desnudarse. El resto de los aparatos adoptó también el cierre hidráulico, luego, teóricamente, también podrían llamarse inodoros. Excusado o su variante “s”. Poceta se llama en Venezuela (refiriéndose al método antiguo de eliminación de excrementos: en un pozo). Retrete es una palabra que significa ‘retiro pequeño’ (retirete" y por tanto se tendría que referir más bien al local reducido donde se pone el inodoro. También se denomina sanitario en Costa Rica, México y Colombia donde, además, también se usan los términos inodoro o taza del baño. Seguimos con inodoro en Argentina y Bolivia y servicio en Costa Rica, Honduras, El Salvador y Panamá. En España decimos váter, inodoro o wáter (pronunciando el inglés "water" como "báter"). Wáter en Chile (también referido como taza del baño), Perú, Uruguay y Paraguay. Wáter clóset o WC proviene del término inglés "water closet" (‘armario o gabinete del agua’), en referencia a la pequeña habitación y al artefacto contenido en ella donde se depositan los desechos humanos, que corresponde más o menos con el término castellano retrete. La particularidad del inodoro consiste en que tiene un desagüe acodado, de modo que queda retenida agua en él, formando un cierre hidráulico o sifón, que impide el paso de olores desagradables. El arrastre de la materia orgánica al saneamiento requiere un dispositivo que produce una descarga de gran caudal de agua en tiempo muy corto, dejando nada más que agua limpia en el codo del cierre hidráulico. Este dispositivo puede ser una cisterna o una válvula especial llamada fluxómetro. Las cisternas, que pueden ser altas (fijas a la pared a una altura de casi dos metros) o bajas, disponen de un mecanismo de llenado, con una válvula de nivel, que corta la entrada de agua cuando llega a un nivel determinado, y de otro de descarga, accionado por el usuario. Por su posición, la cisterna alta requiere menos cantidad de agua para funcionar. En algunos aseos públicos y hoteles, para evitar el vandalismo se emplean cisternas empotradas tras el paramento que sostiene el inodoro, situadas a mayor altura que la cisterna baja y menor que la alta, de modo que de la cisterna solamente se ve el pulsador de accionamiento, siendo lo suficientemente grande como para servir de registro de la cisterna para reparaciones. En aseos colectivos, en que la frecuencia de uso pueda ser grande, se emplean los fluxómetros, que evitan tener que esperar el tiempo necesario para el llenado de la cisterna entre uso y uso. Sin embargo debe limitarse el uso de este dispositivo, porque exige tuberías de mayor diámetro y, si la instalación tiene muchos aparatos de este tipo conectados, puede exigir una instalación propia, distinta de la normal. Por contra tiene la ventaja, en aseos públicos colectivos, de que es más difícil estropearlo por vandalismo. La denominación técnica de los inodoros es: inodoro pedestal y la mayoría de los inodoros son de este tipo. Consta de un asiento fijado al piso mediante bulones u otra pieza removible. El inodoro suspendido es aquel en que la taza está fija a la pared mediante una armadura angular metálica empotrada en la pared y el suelo. Tiene la gran ventaja de dejar el suelo completamente libre, lo que facilita la limpieza. Si nos referimos al inodoro a la turca, unodoro turco o placa turca, se trata de un inodoro sin taza: un agujero en el piso, con dos sitios adyacentes para apoyar los pies. A veces se le llama letrina por carecer de asiento, pero, a diferencia de ésta, sí posee cierre hidráulico. Aunque no tiene buena fama, sería el inodoro más adecuado puesto que facilita tomar la postura más natural para defecar. El inodoro de pedestal está diseñado para que la persona que lo usa lo haga en posición sentado tanto para defecar como para orinar. Por ello tiene una altura de alrededor de 40 centímetros y una placa especial para apoyar los muslos con comodidad.
Sin embargo, es tradicional que los varones lo utilicen en posición de pie para orinar usando el pene para orientar la orina hacia el interior del artefacto. Existen opiniones que cuestionan este uso por parte de los varones: la mayoría de los consejos para enseñar a los niños a usar el artefacto y las propuestas de algunos políticos. Según estas propuestas los motivos para alentar el uso del inodoro en posición sentado en los varones son tener cuartos de «baños limpios de charcos y salpicaduras» y el hecho de que en esta posición se evacua la vejiga con mayor eficacia y que reduce el riesgo de problemas de próstata. Han realizado propuestas de este tipo Viggo Hansen del Partido de Izquierda de Suecia y el ministro taiwanés Stephen Shen. El artefacto diseñado para orinar en posición de pie es el mingitorio. Cuando alguien decide hacer uso del inodoro, está inevitablemente contaminando el agua. Se estima que una familia de cinco personas que lo usa, contamina más de 150.000 litros de agua al transportar unos 250 kilos de heces y 2.500 litros de orina en un año. Sin embargo, las plantas de tratamiento de aguas servidas pueden ayudar a minimizar el impacto ambiental negativo que puede acarrear. De este modo, se evita además la propagación de enfermedades infecto-contagiosas como la gastroenteritis y el cólera, entre otras. John Harington describió en 1596 un predecesor del inodoro que se vaciaba mediante una válvula. El sistema de cierre hidráulico con el tubo en forma de S fue patentado por Alexander Cumming en 1775.
 
Sigamos con otro texto de Internet: El orinal. ¿Qué mejor antecedente para el retrete que su predecesor, el orinal? Reinó durante veintidós siglos, desde que lo inventaron los romanos hasta que comenzaron los problemas de salubridad en las grandes urbes. Pero fueron los romanos, en el siglo II antes de Jesucristo, quienes inventaron el orinal al que llamaron "matula". También los cretenses se ocuparon del personal menester dedicando a ello un cuarto o habitación de forma exclusiva, con un asiento único. Además, la sillas estaban canalizadas en la arquitectura de las viviendas. Las dificultades técnicas que planteaban tales construcciones impidieron que se extendiera en los nuevos planteamientos urbanísticos.
Llegados al siglo XVIII, la alta densidad de población de muchos núcleos urbanos y la falta de higiene traen los primeros problemas serios. Son muchos años de abandono y las calles empiezan a apestar, presentando un paisaje desolador abierto a la enfermedad. En Francia, la situación se hizo especialmente delicada. Sobre todo porque personas de toda condición y estrato carecía del más mínimo pudor y realizaba en la calle sus necesidades. En tiempos de Carlos V, en el año 1375, se ordenó que todos los propietarios de la Villa y suburbios de París instalaran en sus casas letrinas para tratar de evitar que la inmundicia y las excrecencias dejaran de gobernar las calles. Pero el problema lejos de solucionarse se complicó. En el siglo XVIII se dictó en París un decreto que prohibía defecar en las calles. Curiosamente, una especie de delegación compuesta por personalidades de la burguesía acudió al Ayuntamiento parisino para mostrar su protesta. Las primeras letrinas higiénicas fueron instaladas en París en el año 1865. Luego otras grandes ciudades imitaron el gesto. Y en 1919 hasta el jardín de las Tullerías contaba con excusado. Hasta la fecha uno de los recursos más socorridos era tirar los excrementos a los ríos. Jean-Baptista Mouras inventó la fosa séptica, consistente en un depósito de chapa de cuatro metros cúbicos que llegaron a sustituir a las letrinas. El invento tenía un problema y era la ausencia de lecho bacteriano que descompusiera las sustancias fecales. Donald Cameron en 1896 resolvió este problema. Esta solución entre 1865 y 1885 se convirtió en un problema porque los principales ríos de las ciudades europeas se habían convertido en vertederos de basura inagotable. Aguas que, en algunos casos y en verano, se podían ver borbotear como consecuencia de la fermentación. La taza del wáter fue creada en 1883 por una Institución llamada Escuela Mongee en Francia. Los cuartos de baño de esta escuela contaban con una taza muy similar a las que se usan en el siglo XXI. Se desconoce el nombre del inventor, solo se sabe que se puso en funcionamiento en la referida escuela. La cisterna de agua la inventó Thomas Crapper, de origen británico, que en 1886 instaló sobre su taza un depósito de agua de unos diez litros de capacidad. Una palanca liberaba el agua al tirar de una cadena. Mejoró su invento con un sifón que permitía que siempre hubiera agua en el fondo y quedara separada la taza de la cisterna. Era necesario contar con agua corriente y alcantarillado público en todos los hogares. Algo que tardaría en llegar.
 
Finalicemos el presente reportaje sobre lo que es el wáter en cuanto a los machistas que tienen ganas de cagar y perdonen que sea tan directo pero la ocasión se lo merece. Es muy difícil (casi imposible salvo alguna que otra excepción) que las mujeres sean tan groseras, maleducadas e inmundas como lo son los hombres machistas en cuanto a cagar y Dios. Traigo a cuento esta reflexión porque, al parecer, los hombres machistas (Gracias a Dios que no todos lo somos y que cada vez van quedando menos de ellos) no saben dónde se deben cagar y lo hacen en Dios. Para demostrarlo voy a exponer un breve y sencillo ejemplo observado en muchas de las conversaciones de los hombres machistas. Con perdón de Dios y de todos quienes me leen, la frase más corriente y abundante entre los machistas sobre este tema (los machistas carecen por supuesto de imaginación) es la siguiente: ¡cabrón, hijoputa, me cago en Dios". ¿Qué os parece estimados lectores y lectoras? ¿Qué os parece esta exclamación tantas veces repetidas por las inmundas bocas de los bocazas machistas? Son tan ignorantes, paletos e indecentes que no sólo parece que olvidan que hay que cagar en el wáter sino que se sienten más "hombres" cagándose en Dios. Veamos que sucede con todos ellos cuando les llegue la ocasión de enfrentarse cara a cara con Él. Y dejo aquí la reflexión para que cada cual (hombre o mujer) extraiga las conclusiones que más y mejor desee.  
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