Ha llegado la tele a casa. Ante el enojo de Emilín, que acaba de darse cuenta de que se acabó su dictadura familiar, los tres pequeños miramos y remiramos el aparato. Yo estoy pensando. ¿Será posible que, por fin, me haya llegado ya la oportunidad de ese "Escala en hi-fi" que tanto hablaban en el Lope de Rueda los niños pudientes? Sí. No es un sueño. Es una realidad. Así que me siento al televisor y me quedo perplejo viendo a Cámara. Me refiero a Gloria mientras noto como si estuviera en la gloria. Tengo que darle las gracias a Fernando García de la Vega. El programa musical se merece un respeto. Es uno de los primeros grandes exitos de Televisión Española. La oportunidad de observar las belleza de Gloria Camara se extiende después con aquel programa, también inolvidable, llamado "Escuela de maridos" (que comparte con Elvira Quintillá) y después la vuelvo a ver en "Primera fila" (sentándome en primera fila del comedor donde mi madre ha instalado el aparato) y, como postre (mientras como el postre sin dejar de mirar y pese al enfado del Emilín) la tengo también en "Estudio 1". Para colmo, ya el berrinche del Emilín se convierte en cabreo cada vez más subido de tono, no dejo de admirarla "Historia del tranvía". En fin, que después de haberme saciado el estómago y el espíritu por las noches sigo soñando y me veo en pleno plató: ¡Atención! ¡Cámara! ¡Se rueda! Y me quedo dormido como un "angelito" pero sin alas. Curiosa forma de ser. Ya lo creo que es una curiosa forma de ser. Pero es que la curiosidas si es buena es dos veces buena. Como pasa con Gloria. Me parece que no tengo que confesarme ante el cura de la parroquia porque no hay motivo suficiente. Sólo soy un adolescente. En el Especial Nochebuena de 1965 fue la última vez que la ví pero ya había dejado un huella en mi camino. Años después vendría lo de Gloria Trevi que también tiene su propia historia. Pero eso es harina de otro costal. y Gloria Stefan también tuvo su oportunidad. En cuanto a Gloria Swanson me parece habérselo oído decir a los abuelos de alguna de esas cafeterías que me encuentro por Madrid. Quizás en la del Barrio de Lavapiés. Quizás.