Comentario de "Nostalgia" (por: "Diesel")
Publicado en Dec 03, 2015
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Comentario de "Nostalgia" (por: Diesel")
 
"Hace ya diez años / que recorro el mundo. / ¡He vivido poco! / ¡Me he cansado mucho! / Quien vive de prisa no vive de veras, / quien no echa raíces no puede dar frutos. / Ser río que recorre, ser nube que pasa, / sin dejar recuerdo ni rastro ninguno, / es triste y más triste para quien se siente / nube en lo elevado, río en lo profundo. / Quisiera ser árbol mejor que ser ave, / quisiera ser leño mejor que ser humo; / y al viaje que cansa / prefiero terruño; / la ciudad nativa con sus campanarios, / arcaicos balcones, portales vetustos / y calles estrechas, como si las casas / tampoco quisieran separarse mucho... / Estoy en la orilla / de un sendero abrupto. / Miro la serpiente de la carretera / que en cada montaña da vueltas a un nudo; / y entonces comprendo que el camino es largo, / que el terreno es brusco, / que la cuesta es ardua, / que el paisaje es mustio... / ¡Señor! ¡Ya me canso de viajar! ¡Ya siento / nostalgia, ya ansío descansar muy junto / de los míos!.... Todos rodearán mi asiento / para que les diga mis penas y mis triunfos; / y yo, a la manera del que recorriera / un álbum de cromos, contaré con gusto / las mil y una noches de mis aventuras / y acabaré en esta frase de infortunio: / -¡He vivido poco! / ¡Me he cansado mucho!" (José Santos Chocano)
 
Comentario de "Diesel".
 
Para entender el poema "Nostalgia" del escritor peruano José Santos Chocano hay que comenzar por comprender cómo fue su vida. Conocido, en su época, como "El Cantor de América" fue, sin embargo y durante toda su vida, un personaje polémico, ególatra, vanidoso y arrogante. Su dantesca existencia fue novelesca y estuvo ligada a la de los dictadores y caudillos latinoamericanos de su tiempo. Encarcelado, a los 20 años de edad, fue activista subversivo y ya en libertad emprendió una trepidante actividad política. Desempeñó varios cargos diplomáticos en Colombia y España, y fue consejero de Pancho Villa en México y de Estrada Cabrera en Guatemala, donde fue condenado a muerte en 1824. A la caída de este dictador, conmutada ya su pena de muerte, regresó a Perú, donde volvió a conocer la cárcel tras una oscura reyerta con un periodista. Vivió unos años en Madrid, ciudad en la que se casó y tuvo una hija, pero acabó volviendo a América y dejando la diplomacia tras ser acusado de estafa al Banco de España. No fueron estos sus únicos problemas con la justicia: estuvo involucrado en diversos acontecimientos políticos, altercados y hasta un asesinato, acabando en la cárcel en varias ocasiones. Indultado de nuevo, pasó a Santiago de Chile, donde murió pobre, apuñalado en un tranvía por un esquizofrénico como venganza por haber robado los beneficios que, según él, hubieron obtenido conjuntamente tras haber encontrado un tesoro. Tenía solamente 59 años de edad. Así que su vida fue siempre agitada e irregular, vehemente y apasionado hasta el extremo. Yo pienso que se puede vivir extensamente y se puede vivir intensamente; pero cuando estas dos cosas se conjugan la respuesta para ser feliz es mantener el equilibrio psíquico y social; algo que, por desgracia para él, no supo nunca hacer José Santos Chocano y por eso fue infeliz a pesar de su enorme fama. Precisamente fue esa enorme fama la que le desequilibró y le convirtió en un ser desgraciado. 
 
Este poeta representa la vertiente más retórica y colorista del Modernismo Hispanoamericano. En cuanto a su poesía fue a veces épica (grandilocuente, muy sonoro y lleno de colorido) y a veces lírica (de singular intimismo) Por sus trabajos depurados bajo las normativas académicas se le consideró entre los más grandes autores del Modernismo en América (inspirándose, sobre todo, en paisajes y gente de su país y de América en general) pero es, a la vez, tan romántico que supone una excepción extraordinaria; por lo que Willis Knapp Jones le considera un "mundonovista", una especia de parnasiano modernista. Llegó a alcanzar tanta fama que ocupó el segundo lugar de los más importantes autores peruanos (detrás del número 1 que era Ricardo Palma) hasta que apareció César Vallejo y desbancó a los dos de ese primer lugar en la Literatura de Perú y luego llegó Vargas Llosa y se alzó por encima de todos. Expuestos estos trazos biográficos de su personalidad vayamos ya con el poema "Nostalgia".
 
Comienza con un cuarteto verdaderamente explosivo y hasta espeluznante: "Hace ya diez años que recorro el mundo. ¡He vivido poco! ¡Me he cansado mucho!". ¿Qué nos está tratando de transmitir el poeta peruano? Se puede interpretar que, debido a su vertiginosa vida, no pudo nunca saborear la vida en el sentido de realidad enriquecedora. Sí. Viajó mucho pero no pudo nunca detenerse para sentir la vida y la malgastó por ir demasido deprisa; por eso es por lo que escribe a continuación: "Quien vive de prisa no vive de veras, quien no echa raíces no puede dar frutos". Interesante esta confidencial confesión con el alma entre sus manos. ¡Vivir de prisa! Eso es uno de los males de la sociedad contemporánea. Vivir de prisa supone no poder tener vivencias verdaderamente enriquecedoras; por eso Santos Chocano no pudo echar raíces profundas en ningún lugar y reconoce con "Nostalgia" que no pudo dar los frutos necesarios para ser feliz. 
 
La felicidad es algo que, aunque parezca contradictorio al ser tan famoso, no logró alcanzar este poeta, precisamente por su afán desmesurado de pasar por el mundo de las Letras como un torbellino, como un vendaval, como un tren expreso que no se detiene jamás en ninguna estación intermedia en su viaje. El mundanal ruido todo lo enturbia, todo lo esclaviza, todo lo avasalla para quedar, al final, siendo nada a la hora de sentir verdadera felicidad. Tenemos la equivocada creencia de que hay que vivir mucho pero ¿para qué queremos los seres humanos vivir mucho? ¿Para al final ser un vencido o para al final haber triunfado? Vivir es conocer mucho, pero saboreando lo que se vive, deleitándose con lo que se vive, disfrutando con lo que se vive y, por supuesto que viviendo en un mundo vertiginoso, escapando de todos los lugares que hemos recorrido y que no han dejado, en realidad, huella alguna de valor positivo en nosotros, no puede ser nunca un sinónimo de felicidad. Es como huir de uno mismo sin dejar frutos; lo cual expone Santos Chocano en "Nostalgia".
 
Ser río desbocado, nube pasajera, sin dejar recuerdo ni rastro ninguno por no haber tenido tiempo suficiente para dejar huellas en algún lugar donde hemos vivido no otorga sentido verdadero a la vida (por muy famoso que se llegue a ser). Hay una paradoja; siendo nube en lo elevado y siendo río en lo profundo no le sirvió para ser feliz. Por eso se arrepiente de haber sido ave en lugar de árbol y de haber sido humo en lugar de leño.
 
En su crónica y aguda nostalgia siempre echó de menos su terruño: la ciudad donde vivió y jugó con sus amigos durante la infancia, ese estar plácido mientras resuenan las campanas llamando a la oración, los arcaicos balcones y los portales vetustos que son imágenes simbólicas de la familia reunida en un sólo grupo de amor, y las calles estrechas como si las casas tampoco quisieran separarse de esa clase de amor lllamado sencillez que se puede transmitir de vecinos a vecinos. Y sin embargo, aunque lo añora profundamente, él rechazó todos esos sentimientos por el afán de intentar ser alguien superior a la gente sencilla de su ciudad natal, alguien superior a lo entrañable, alguien superior a lo familiar. Por eso llega a confesar: "estoy en la orilla de un sendero abrupto". ¿Por qué se siente desplazado hacia la orilla cuando lo tenía todo a su alcance para vivir en las sendas de la gloria? Porque no buscó las sendas de la serenidad y de lo sensible. El vivir le desbordó, le condujo a la perenne nostalgia de lo perdido sin poderlo remediar.
 
Nostalgia deriva del griego "nóstos" (que significa regreso) y del también griego "álgos" (que significa dolor) y viene a ser algo así como una pena profunda de verse ausente de la patria o la famila o los amigos. Una tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida. En definitiva, una añoranza que es palabra que deriva del catalán "enyorança" y ésta del latín "ignoraia" que, en este caso, no es precisamente ignorancia (ya que Santos Chocano no fue un ignorante) sino recordar continuamente, con pena profunda y constante, la ausencia y la privación de las personas, los animales o las cosas que han sido muy queridas. Al pesar todo ello en la balanza con el otro platillo compuesto de éxito y de fama, se desequilibró en el caso de este poeta. Ese desequilibrio -ese no saber mantener el equilibrio de la extensidad y la intensidad- le convirtió en un ser sin felicidad verdadera.
 
Y sufre. El poeta suspira porque sufre ("miro la serpiente de la carretera que en cada montaña da vueltas a un nudo") y entonces comprende que el camino que ha elegido "es el camino del terreno brusco". La mente del poeta se obnubila por momentos y por momentos siente el arrebato febril de querer volver hacia atrás, pero el reto de la vanidad y la soberbia le vence y acepta ese reto para terminar desdichado. Su existencia es "la cuesta ardua y el paisaje mustio". Veamos qué es lo que se conjuga para poderle el desaliento: serpiente, nudo, camino largo, terreno brusco y, además añade la tarea ardua y el paisaje de mirada mustia. De pronto, se analiza a sí mismo y piensa en lo que ha sido su vida. Y, cansado, clama a Dios: "¡Señor¡ ¡Ya me canso de viajar! ¡Ya siento nostalgia, ya ansío descansar muy junto a los míos!". Pero los suyos ya no están presentes porque él no dejó de correr, en sentido opuesto, hacia el vértigo.
 
Como dice Beatriz Granero Melcón: "El viajero sólo conoce lo que hay detrás, no lo que tiene delante, que es lo ignoto; esto ofrece una recompensa de conocimientos y libertad". Aquí hay que matizar algunas cuestiones. Es cierto que el viajero conoce siempre lo que ha conocido pero siempre va hacia adelante hasta descubrir lo desconocido; pero eso puede ser un valor muy positivo para ser feliz. Puede ser, como en el caso de "Nostalgia", un verse desdichado pero porque no sabe volver; sin embargo, hay muchos viajeros que sí lo saben hacer, que conocen cosas desconocidas y las comparten con las personas que van conociendo y que van siendo amistades con quienes vuelven para conversar, para enriquecerse con los conocimientos adquiridos y son felices porque esto reconforta sus espíritus. Es verdad que viajar puede ser una desdicha para quienes no saben compartir, pero puede producir una gran cantidad de felicidad cuando te realiza como ser humano y compartes esa realización con los demás. El problema de Santos Chocano no es que fuese un viajero sino un ególatra, vanidoso y soberbio. 
 
Beatriz Granero Melcón sigue comentando: "El que se queda, por el contrario, conoce lo que tiene alrededor y con mayor profundidad; esto ofrece estabilidad y seguridad". Maticemos de nuevo. Ya hemos comentado en alguna ocasión, y lo hemos explicado acertadamente, que hay muchos que se acomodan a lo rutinario, a lo cotidiano, a lo que ya una vez conocido produce apatía y se convierten en seres inmóviles, mustios por dentro y mustios por fuera. La estabilidad y la seguridad no son siempre sinónimos de felicidad porque no producen, en muchos casos, realización personal.
 
Lo que sucede con Santos Chocano es una profundidad poética pero vivida en soledad. ¿Qué es la profundidad de los poetas en términos generales? Precisamente lo que le faltó al peruano que, una vez vencido por su orgullo, tiene que reconocer que siente nostalgia y tituta precisamente a su poema de confesión con este nombre. Me refiero a que todos los que te rodean deben ser remitentes de lo que te apena y de lo que te alegra. Y eso no lo consigue un ególatra como Santos Chocano. Por eso su grito de desesperación final es: "¡He vivido poco! ¡Me he cansado mucho!".
 
Santos Chocano hace referencia a un álbum de cromos. Yo recuerdo los álbumes de cromos de mi infancia, pero no son causa de frustración (como ocurre con este poeta) sino de alegría al poder recordar y revivir la inmensa felicidad que me producían al ir llenando sus contenidos. Esa es la palabra: contenido. Rellenar el contenido de las experiencias es el agradable conocimiento y reconocimiento de lo que vas aprendiendo como viajero solidario con los demás. Acabar en el infortunio de que todo eso te produce frustración supone que se ha vivido poco porque se ha cansado mucho. Y eso no es ningún triunfo en la vida de un ser humano sino una especie de desesperación que es lo que lo que le sucede a este poeta al cual ya no le queda otro remedio más que dirigirse a Dios.
 
La llamada de la tierra. Esa sensación que se tiene y se ansía como un deseo de volver una y otra vez a nuestros orígenes infantiles, adolescentes, juveniles... como un recurso para gozar de los recuerdos. En este sentido, de poco le sirven los recursos intelectuales a un hombre veloz pero sin referencias. La idealización de las aventuras es poder compartirlas, tener tiempo disponible para poder compartirlas, ya que eso produce, ante todo, riqueza espiritual; pero debemos tener en cuenta que José Santos Chocano fue más bien un solitario bronco, siempre cercano a la violencia, promovido por los dictadores a los que lisonjeó olvidándose del pueblo al que pertenecía.
 
Por otro lado, la poesía de este escritor es la expresión de un estado exaltado sin racionalismo alguno; es el cóctel donde se mezcla la desilusión, el desengaño y la marcha hacia la nada. La fiuerza de sus imágenes (árbol sin frutos, nube que pasa, serpiente de la carretera, vueltas a un nudo, camino largo, terreno brusco, cuesta ardua, paisaje mustio) es una fuerza desintegradora, que no le sirve de cobijo ni de consuelo. Él es viajero de los infortunios. Y, al leerlo, produce una sensación de tristeza infinita al descubrir que, en realidad, su autor tiene un alma intranquila, una alma insatisfecha, una alma siempre en zozobra continua. De hí su tremendo cansancio y su angustia vital.
 
La congoja final nos avisa de que todo lo que ha hecho (y ha hecho mucho) le sirve solamente para un momento de gloria o de satisfacción pasajera, pero su egolatría, vanidad y soberbia, le han impedido que sea continua y perenne. Porque la egolatría es una continua desazón, una desilusión profunda, una sucesiva insatisfacción a pesar de haber corrido tanto o, precisamente, por haber corrido tanto sin darse un descanso para meditar. Por eso nos plantea que su vida es la cuesta ardua y el paisaje mustio. Su meta no fue la aventura por el placer de vivirla sino la aventura por el afán de elevar continuamente su ego propio. No olvidemos que la egolatría es siempre, al final, causa de cansancio total.
 
Egolatría deriva del latín "ego" (que significa yo) y del griego "latreia" (que significa adoración). Por lo tanto, podemos definirla como una adoración a sí mismo o como un amor excesivo de sí mismo sin tener en cuenta a los demás. Santos Chocano vivió siempre pensando, en primer lugar, en sí mismo y aunque se volcó en narrar sobre paisajes y gentes de su pueblo, no lo hizo sintiendo, en verdad, que lo hacía por ellos sino por ufanarse de sus capacidades poéticas; nunca lo pensó como una plegaria de gratitud sino como una oda a su persona. El ególatra nunca comparte sus ideas con los demás porque se olvida de empatizar con los demás. Sólo comparte sus ideas con quienes, accidentalmente, le rodean. Pero su mucha fama le guió al fracaso como persona.
 
El poema se puede dividir en seis partes o núcleos: La primera parte comprende desde "hace diez años" hasta "me he cansado mucho", que nos remite a la idea de la finitud del hombre porque el hombre se mide por su duración sobre la tierra. La segunda parte comprende desde "quien vive de prisa" hasta "no puede dar frutos", lo cual hace referencia a la superficialidad con la que viven los hombres que intentan apurar la vida en unos pocos años nada más pero que son incapaces, por eso mismo, de dar frutos perennes a los que vienen detrás. La tercera parte comprende desde "ser río que recorre" hasta "río en lo profundo", que nos aconseja que es mucho más importante trascender que pasar por la vida como un torrente que, en primer lugar, arrasa lo que encuentra y, después, es olvidado por todos en esta vida tan efímera comparada con la eternidad. La cuarta abarca desde "quisiera ser árbol" hasta "como si no quisieran separarse mucho", una verdadera enseñanza sobre lo que ese desapego produce en los hombres que se quedan sin referencias concretas y lo que supone el apego y la firmeza por la vida. La quinta parte va desde "estoy en la orilla" hasta "el paisaje es nuestro", que ya sí que es una reflexión sobre lo vivido y si lo vivido mereció la pena haberlo vivido de una manera vana o debería haber sido vivido de forma enriquecedora y llena de contenido para ofrecerlo a los demás. Por último, la sexta parte comprende desde "¡Señor!" hasta "me he cansado mucho", la búsqueda del descando final por ver si Dios le concede la paz y el descanso que tanto necesita después de haber vivido completamente en desorden.
 
Una opinión que encuentro en Internet, y con la que concuerdo plenamente porque empatiza con todo lo que yo he comentado, dice así: "Nostalgia de su patria, de su casa, de su espacio, de sus amistades y de una vida que ha ido perdiendo a lo largo de muchos años de viajes y conocimiento. El poeta inicia su poema en el que hay desaliento y un cansancio emocional. No tiene que ver con que fuera una vida rica en vivencias, sino que se refiere a las pérdidas de lo que dejó atrás mientras estuvo lejos. Los dos siguientes versos hablan de lo negativo. El viajar constantemente no significa vivir ya que él mismo, como indican estas palabras, no ha podido formar un hogar debido a su ritmo de vida. Es como si de alguna manera esta imagen le atormentara y lo entristeciera. En la tercera estrofa el poeta es consciente de lo poco que es y de lo equivocado que estaba cuando creía ser mucho más de lo que era. Echando la vista atrás hace un examen de conciencia de lo vivido y de los frutos que ha tenido. En la cuarta estrofa el poeta prefiere un lugar donde estar, un espacio donde descansar y poder contemplar. Ya siente que es tiempo de detenerse y conocer lo que le rodea, empaparse de la casa, de las calles que recorren su localidad con sus sonidos, sus gentes, sus olores y sus sabores. Tiene una necesidad de asentarse y de tomar decisiones vitales. La carretera en forma de serpiente es una metáfora. Un camino difícil tortuoso y con muchos obstáculos y que lo entristece. Hay nuevamente un deseo de volver a casa y estar con los suyos para poder pasar más tiempo con ellos. Y ese deseo no es sólo para poder disfrutar de su presencia, sino también porque quiere tener más tiempo para recordar lo vivido y poder transmitirlo y contarlo a los demás. Como conclusión, la vida es muy corta para poder conocerlo todo y la búsqueda de ese “todo”, es muy cansada. Por eso es mejor vivir lo justo y poder compartirlo para recordarlo y para que los demás puedan disfrutarlo y enriquecerse. Por eso la última frase es importante. El cansancio no es porque haya conocido poco, sino porque la vida es finita, porque no tenemos todo el tiempo del mundo para poder abarcar todo el conocimiento. Pero lo que si tenemos es la capacidad para transmitir lo que sabemos, para que quienes no pueden tener esa oportunidad, sepan lo que hay en otros sitios, lo que se sabe, lo que se conoce y compartirlo". He aquí un consejo que "pillo al vuelo": Ser joven adolescente es algo hermoso y único, es una etapa de la vida donde uno aprende a valorar la esencia de las cosas. Pero es necesario hacer una reflexión sobre nuestro estilo de vida para que en el futuro uno pueda tener la satisfacción personal por aquellas cosas que hizo y dejó de hacer.
 
La fama que conquistó José Santos Chocano, con su poesía, fue muy elevada pero se disipó rápidamente para ser rebasado por otros escritores mucho más solidarios para con los demás (entre ellos Ricardo Palma, César Vallejo y Mario Vargas-Llosa). En su época Santos Chocano tuvo, evidentemente, muchos seguidores y seguidoras; incluso alguna que otra admiradora llegaría a adorarle como si fuera "su amor", porque tenía, en verdad, dotes de versificador excelente como demuestra con el poema "Nostalgia" y siempre manifestó un profundo conocimiento de América en general y de las gentes de América en particular; con un manejo musical muy rico y diversificado, lleno de frases coloristas, lúdicas, epatantes; por lo cual no se le puede restar ningún mérito como poeta porque mostró una maestría técnica en el manejo del verso que no se había conocido, hasta entonces, en Perú. Como observamos en "Nostalgia" maneja, con gran facilidad y hábil destreza, las palabras y el uso de las palabras más adecuadas para sentirse uno a sí mismo; como si fuera un pintor de autorretratos singular y difícil de igualar. ¡Lástima que se le valorase tanto a tan pronta edad porque eso fue lo que le hizo sucumbir como persona! Por eso se le estima tan poco en la actualidad donde una inmensa mayoría de personas que leen poesía no sólo desconocen a qué época perteneció sino que no saben ni cuál fue su nombre ya que no le han leído nunca. 
 
Saliendo del contexto de frustración que nos ofrece José Santos Chocano en "Nostagia", hay que reconocer que este escritor tiene valores y significados muy positivos e interesantes. En primer lugar, fue un gran defensor del americanismo, un revolucionario ardiente, protector de los indios y opositor del imperialismo estadoundiense (lo cual es una incoherencia total porque se fue al otro extremo y vivió cómodamente halagando a los fieros dictadores de la América Latina de su época que eran colocados por los Estados Unidos precisamente). Por eso, tras muchas detenciones, fue asesinado en Santiago de Chile. Ahora bien, dad al César lo que es el César y, en este sentido, hay que reconocerle grandes y grandiosos méritos: Cantó a su América con exuberante lirismo y con las nuevas técnicas poéticas, en particular modernistas, aunque ensayó nuevos ritmos y formas. También tiene poemas íntimos que no tienen nada que ver con su ideología política y social; como sucede con "Nostalgia" donde en ningún momento vemos ningunca clase de atisbo ideológico, de crítica social, de reivindicaciones políticas salvo la única reivindicación que expresa: ¡Salvarse a sí mismo, a través de la plegaria final a Dios, por haber estado tan separado de los pueblos por los que luchaba no por ellos sino por su propia gloria! Ese fue el pecado que cometió y el pecado que nos confiesa en su poema "Nostalgia". 
 
 
 
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