Que años tan maravillosos (Diario)
Publicado en Dec 09, 2015
"Que años tan maravillosos los universitarios, ¿verdad? La única preocupación llega cuando en el horizonte aparece la temida fecha del primer examen final; la libertad, aun lejos como consecuencia del último esprint de una carrera repleta de obstáculos, ese objeto del deseo de los estuidantes". Así comienza hoy, lunes 7 de diciembre del año 2015 después de Jesucristo, mi colega periodista Nacho Caballero en su artículo de opinión del diario deportivo MARCA.
Quienes hemos tenido el privilegio (gracias a nuestro tesón, voluntad y dinero pero sin becas ni ayudas económicas ni de culaquier otra cosa por parte de nadie salvo de nuestros propios bolsillos y nuestros propios trabajos) de haber estado 7 años en la Universidad (en mi caso en la Facultad de Ciencias de la Información de la Complutense de Madrid) sabemos que es real eso de que fueron años maravillosos. Pero no os creáis, lectores y lectoras, que era el Cuento de La Lámpara Maravillosa (entiéndase Aladino) ni el Cuento de Alicia en el País de las Maravillas (entiéndase cuentos de hadas). No. Fueron años maravillosos pero a base de estudiar mucho, trabajar sin descanso, sacrificar tiempo para otras actividades... pero ¿se pude ser feliz y gozar de la vida de esta manera? Yo fui feliz y gocé de la vida durante los 7 años de universitario. Todo lo que pude y mucho más. No solamente fueromn 7 años maravillosos sino 7 años de felicidad a tope, 7 años de cachondeos interminables, amores de "vienen y se van" que me dejaron la sonrisa perpetua y, después de tanto estudio y de tanto trabajo, la vida continúa como realidad existencial. Mi paso por las aulas universitarias (7 años vuelvo a repetir) fueron inagotables en cuanto a anécdotas que, a veces, he contado ya algunas de ellas en este mi querido y amado Diario. Anécdotas mucho más que simples historietas. Historias de realidades verdaderas y de verdaderas imaginaciones pero todas realidades puras. Sociología juvenil. Mis 7 ños universitarios pueden compilarse en todo un libro de sociología juvenil. Me convirtieron en estrella de los sueños. Me convirtieron en cometas siderales. Allí seguí forjando mi personalidad y llegué a ser nombrado representante de todos (y todas) los de mi aula. Es cierto. Proi inqué los codos hasta en las madrugadas. Es cierto. Y también me divertí en las madrugadas. Pasé madrugadas enteras estudiando y tamben viviendo. Y lo más emocionante de todo es que todo fue verdad. Conseguí alcanzar la Licenciatura a pesar de los miles de obstáculos que ma habían puesto adrede para hacerme abandonar. O sea, todo un MVP con título. Y como se dice por ahí, en las cafeterías de mi mundo, "la vida está hecha de tradiciones que nos recuerdan historias y que nos iluminan los días".
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