Comparaciones (por: "Diesel")
Publicado en Dec 11, 2015
Comparaciones (por: "Diesel")
Los 6 poetas estudiados (Mario Benedetti, José Santos Chocano, Rudyard Kipling, Jorge Luis Borges, Antonio Machado y José Orero) tienen una cosa en común: todos ellos tratan, en sus poemas, la identidad del yo enfrentado a la identidad del tú. Desde la nostalgia (como sucede con los 5 citados en primer lugar) hasta el optimismo (como sucede con Orero) la presencia del yo está siendo expresada de una manera profundamente humana. Los poetas son como las demás personas: hombres que piensan, hombres que razonan, hombres que sienten, hombres que sufren, hombres que aman. Y en todos ellos se denota una inquietud por hacer prevalecer sus sentimientos más profundos. Al leer estos 7 poemas, los lectores y las lectoras se sienten llamados a tener que dilatar, que viene a significar extender, alargar y hacer mayor algo, o que ocupe más lugar o tiempo mientras ensanchan sus famas y sus nombres para mostrarse tal como son y, a su vez, tal como sueñan ser. Basándose todos ellos en realidades vividas por ellos mismos, notamos claramente una forma de ser conspicua (que quiere decir ilustre, visible y sobresaliente) ya que se trata de escritores que han llegado a la cumbre de sus expresividades y, convertidos en personas como cualquier otro ser humano, abandonan (por un momento) sus lugares de honor para poner su honor (valga la redundancia) al nivel de culquiera (hombre o mujer) que se identifique con sus particulares formas de expresar sus sentimientos. Cada uno de ellos con su sello personal, nos traen a la memoria cognitiva (perteneciente o relativa al conocimiento), esos momentos en que todos nos miramos a nuestro espejo interior para poder expresar lo que somos en verdad: seres transitivos que pasamos y nos transferimos, de los unos a los otros, a manera transcendente y trascendental. De manera transcendente porque, cual filosofía de la vida, van más allá de los límites de cualquier conocimiento posible; y de manera trascendental porque, siguiendo con la filosofía de la vida, se derivan del ser y se aplican a todos los entes; entendiendo por entes a una colectividad de seres humanos considerada como unidad, como especificación unitaria de hondos sentimientos que a todos nos hace reconsiderar, de alguna manera, cuáles son, en verdad, nuestras esencias como producto de nuestro continuo vivir y experimentar la vida llenando nuestros pensamientos de secuencias existenciales que, cada uno de ellos, partiendo de ese criterio de unidad colectiva, va desarrollando a través de sus propios puntos de vista; pero coincidiendo, todos ellos, en que no debemos vivir estáticos, sino gozando de los momentos que llegan en nuestros presentes y luego se van hacia el pasado grabándonos huellas indelebles ya que no se pueden borrar ni quitar de nuestro yo; pero que, a su vez, podemos recordar de una manera vívida porque fueron momentos que nos significaron una identidad propia si es que supimos sacar, de todos ellos, alguna enseñanza que nos sirva para vivir el futuro. Benedetti utiliza los estados de ánimo transitorios y ese sentido de salvación que nos propone como guía de entendimiento sobre lo que es ser perenne en el mundo vivido y por vivir. Santos Chocano haciéndonos entender lo que puede ser una vida perdida por haberla querido gozar de manera precipitada y violenta echando mano de la nostalgia por lo perdido. Kipling con esa manera tan suya de ser consejero de las buenas virtudes. Borges expresando sus continuas y puntillosas maneras de vivir con escrúpulos excesivos y, por ello mismo, innecesarios para la felicidad. Machado con su reconocida calma que expresa soñando caminos por descubrir. Y Orero, como una síntesis general, mostrándonos sus extraordinarias dotes de observación para deletrearnos desde la A a la Z todo un compendio de actitudes humanas. Pero todos con el lícito afán de prevalecer en el sentido de perdurar y subsistir en la memoria tanto individual como colectiva; ya que todos tienen algo que aportar al común de las acciones humanas generalizadas a través de cada uno de su propio yo. Si analizamos bien los poemas, observamos rápidamente que todos tienen un epicentro común: la existencia de los seres humanos forjada en el vivir cotidiano, desde distintos puntos de vista, pero todos ellos completos y coetáneos; entendiendo a lo coetáneo como la misma edad literaria: el momento, el instante, la expresión semejante (aunque diversa) del modo de vida que discurre acción tras acción para unir a todos ellos en una ecuación singular que se llama experiencia vital. ¿Y qué es la experiencia vital para todos estos poetas? Derivada del latín "experientîa que, a su vez deriva de "experiri", significa comprobar... o dicho de manera más amplia, es una forma de conocimiento o habilidad derivados de la observación, de la participación y de la vivencia de un evento o proveniente de las cosas que suceden en la vida; un conocimiento que se elabora colectivamente dentro de la singularidad de cada uno de ellos. Como síntesis dialéctica (composición de un todo por la reunión de las partes expresadas a través de sus verbalizaciones poéticas) todos y cada uno de ellos se conjugan en un solo pensamiento unidimensional (de una sola dimensión) que podemos definir como la conjugación homogénea partiendo de la pluralidad de sentimientos que, al sentirlos como partes vivas, son la esencia común a todos ellos. Esa esencia que convierte a un ser humano en un ser con vida verdadera; con sus aciertos y con sus errores, pero realmente vida verdadera. ¿Dónde se encuentra, en definitiva, la verdad de todos estos poemas? Mucho más allá de las formas en que los han estructurado, existe un hilo conductor que les hacen perennes en su sentido más proverbial, si entendemos todo el conjunto como muy notorio (conocido de siempre y consabido de todos), que podemos definir como las claves del entendimiento humano pasadas por el arel de las matizaciones propias: una fórmula para cribar lo verdaderamente sustancial de nuestro paso por este mundo tan lleno de contradicciones pero que, a la hora de la gran verdad, produce siempre una sensación de que estamos contemplando una universalización completa que cada poeta expresa con definiciones sustantivadas por su modo de expresión personal; diferentes pero activados por una misma búsqueda de la identidad de cada uno de sus yo aplicados al encuentro con la verdad misma que es perenne a lo largo del tiempo.
Página 1 / 1
Agregar texto a tus favoritos
Envialo a un amigo
Comentarios (0)
Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.
|