Luz de presencia interminada (Poesía)
Publicado en Dec 21, 2015
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Hora leve de la ausencia,
minúsculo momento de la vida
que, aupado en el trono del instante,
hace pausa de luz transitada
por las vías del recuerdo y
en medio de la presencia lejana
acerca el sueño a la esperanza.
 
Miro esa forma de ser y de estar tenue,
enlazado entre las hojas del tiempo
mientras tú, luz fugaz pero ya eterna,
alumbras de fe toda mi memoria.
 
Soy quien, en las hoquedades de mis años,
relleno de versos mi discurso
y discurro,
cual segundo pasajero de la vida,
sobre el estar sin más que la memoria
de tu luz de sueños enhebrados
en un sinfin de ilusiones.
 
Caminante por las sendas de mis mundos
(ideas fermentadas de experiencia)
me encuentro, en cada sueño que regalo
a mi alma enfebrecida,
este cúmulo de canto entretenido
por ver si, al final de lo que existe,
se sitúan las verdades creadoras.
Y creo...
creo en ti, luz verdadera,
qie circunda las arterias del viaje
en este prolongado afán de subsistencia.
 
Observo el rostro de la vida
y me acerco más...
más todavía...
a tu céfiro alumbrado de ilusiones.
 
Quien pudiera, a la vez uno y sincero,
poderte decir en este insomnio
que soy el que ha crecido con poemas
envueltos en esta ancha sombra
de espacio abierto
y, sediento de sentires,
me levanto de mi humilde lecho
para seguir bebiendo momentos
en las fuentes del recuerdo.
 
Recuerdo imágenes labradas en un surco
que ya se quedó sin nombre
y me convirtió sólo en frontera
enamorada del cielo y de la tierra.
 
¿Y el mar?
¿Qué sucede con el mar de las ideas?
Creo en ese mundo donde la palabra
es luz de ámbito ilusionado
elaborando cuentos y relatos
por vivir acompañado de la mágica
incursión en los verbos callados.
 
Con el silencio de la voz que nace
voy recorriendo las horas de tu esencia,
marítima poesía de la escena
elevada a la altura de lo incierto; 
minúsculo afán de estar ausente
(atento de vida y de presencia)
cuando se detiene toda la poesía
y me quedo contigo en el sentido
más ardiente de mi voz.
 
Silencio.
En este espacio de silencio abierto
he penetrado en tí,
luz del sueño,
para vivir una nueva canción
de olvido acompañada.
 
Variables las venas del coloquio
entre los segundos formados en la fe
que vive más allá del infinito 
me acerco a la vida y palpo
esta labor de reloj sin fechas:
vivencias de poemas y de verbos
que hablan...
hablan...
de silencios acompasados.
 
Si la edad fuera lo verdadero
no sería posible tanta existencia
así recordada en las canciones
que hablan, silenciosas y sesgadas,
del ardor de la idea y sus entregas.
 
Al final, fiel a todo mi trayecto,
me encuentro ante ti, luz encendida
brillando con total presencia
en el ámbito de lo desconocido
mientras la paz de mis sensaciones
te siente con deseos recordados
en este vivir ya respondido.
 
Ayer mismo fui sólo un silencio
pleno de palabras y señales 
que, después, al llegar el alba,
y convertido en hombre sin rendijas,
me busco desde siempre:
ser que eleva su existencia
en el combate exacto de la fe
que, alumbrada desde luz lejana,
se convierte en cercanía.
 
Ya se acerca a mi destino firme
una porción de pequeño haz
de luz, de expresiones de luz
en el alba de los amaneceres.
 
Recuerdo.
Brillante luz de la memoria
como diario continuar en mis sentidos
hacia un solo rumbo:
el destino hecho de ilusiones
y forjado en la fragua del empeño.
 
Sueño.
Luz del recuerdo inacabado
que, lleno de suceso y de discurso,
ha convertido mi palabra
en perfiles ideados.
Y nacen...
siguen naciendo en el surco de lo tierno
los segundos ya henchidos
de pacífica conciencia.
 
Transcurre el tiempo en lo profundo
del recuerdo que es sólo un anhelo
de presencia...
y de pausa...
y de tranquilo paseo por el ritmo
de esta mi presencia leve.
 
Atento a los segundos de lo eterno
como ser unido a tu presencia...
luz de infinitud sin límite...
soy la firme compañía
del ayer, del hoy y del mañana.
Tres nombres. Tres esencias.
Tres vocablos de presencia acompañada.
 
A veces me quedo tan ausente
que vuelvo a vivir encrucijadas
de luz...
de alba...
de instantes disparados por el aire
y que vienen a ser una parábola
del tiempo.
 
Y, siendo un proceso irrepetible,
los hechos del recuerdo me conjugan
en paisaje de mi sola compañía.
 
Yo voy sembrando caminos
internado en este afán de ahora,
con sentidos creados desde el llanto
que se desprenden de las fuentes del olvido
en este alba ya de amanecer
y, firmando sueños con el viento,
me acerco...
me acerco a tí...
luz de presencia interminada.  
 
 
 
 
 
 
 
 
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Foto del autor José Orero De Julián
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Descripción

Poema.

Palabras Clave: Literatura Poesía Ritmo Liberación Sentimientos.

Categoría: Poesía

Subcategoría: Poesía General



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