A mí que.
A mí que me importa quedar bien con la sociedad, a mí que me importa lo que piensen de mi, estoy arto de estar arto, después de todo yo no pedí nacer en este país, ni en ningún otro.
Yo estoy y existo solamente por que creo que existo y soy, y eso es inevitable, quisiera haber sido idiota prodigo, para no ver como veo ni sentir como siento, pero no fue así.
Desde que vi al mundo con mis ojos nuevos, desde que sentí la tierra con mi nueva piel, me carcome la idea de saber que soy parte del todo, parte de Dios mismo, como la piedra del camino, el sapo negro con alas, las uvas de la mesa, la pata de la silla, la computadora, las manchas de la piel de Rosa, las estrellas, y la intención primera de ser.
Siento tanta pena por el planeta, que me arde la cara solo de verlo sufrir por las mañanas, me avergüenza, ver como se va consumiendo poco a poco, y yo aquí sentado frente a esta maquina como si nada pasara, siento a veces tanto asco por su gente, siento a veces asco de mi mismo, de mi apatía por la vida, de mi parálisis  mental, para reaccionar a tanta basca social.
Por una parte la mentalidad mediocre de nosotros los mexicanos, con sus excepciones naturalmente, mentalidad prefabricada por los europeos, y más tarde por cuanto cerdo así lo decida.
Es repugnante pensar que las mismas balas que mataron a los aztecas nos siguen persiguiendo alcanzando, y dando muerte a nosotros.
Nunca nos hemos liberado de la conquista mental, nos cuesta mucho entender que asta que no nos liberemos de nuestra mediocre manera de pensar, y solo asta entonces empezaremos a ver un cambio en nuestra sociedad, nuestras leyes, nuestro país.
Mientras no lo hagamos, seguiremos identificándonos, con las míseras imágenes de los personajes de telenovelas, que solo cooperan a nuestro embrutecimiento, ni siquiera tenemos la capacidad para ver que televisa el gobierno y el clero son la misma cosa, o al menos tienen el mismo interés de mantener al pueblo idiotizado, ocupando nuestra raquíticamente con fútbol, novelas que promocionen el catolicismo y comerciales de comida chatarra que gustosamente engullimos, parece que nos sintiéramos orgullosos de ocupar el segundo lugar  de gordos del mundo.
Parece que nos conformáramos con vivir a la sombra de los estados unidos, parece que no tuviéramos voluntad propia.
 
Si quieres no me leas, y si me lees no me hagas caso, solo sucede que estoy frustrado que estoy arto de mirar sin ver.