Voces de Extremadura (Tesis Doctoral): García Sánchez de Badajoz (1460-1526)
Publicado en Jan 15, 2016
Prev
Next
Según leo en la página web "Extremadura Libre": "Una historia escrita, tal vez en un país lejano, tal vez en una lengua extraña, tal vez en una civilización desaparecida. Y, para ello, se nos ocurre, que lo de menos es que sus autores sean extremeños. La literatura extremeña utiliza cualquiera de las dos lenguas que se hablan en nuestra comunidad: español y portugués o alguna de las modalidades lingüísticas extremeñas que se hablan o se hablaron (fala, alto extremeño...), han producido los escritores en ella nacidos, o lo que siendo oriundos de allí, han mantenido una constante relación cultural y afectiva con la tierra de sus mayores, conservando en sus obras las características literarias de la región extemeña. La existencia de una individualidad literaria extremeña parece evidente. Sus escritores, sin formar una escuela en sentido técnico, ofrecen un "aire de familia" que permite identificarlos fácilmente gracias a un conjunto de afinidades que los interrelaciona mucho más estrechamente que si todos se hubieran sometido a una preceptiva formal, y si este hecho no resulta todavía suficientemente conocido es porque, como observaba Barrantes, Extremadura "es una región tanto más amada de sus hijos cuanto menos favorecida de la suerte; región que ha llenado la historia y no la tiene". No puede dudarse que Extremadura, desde el punto de vista cultural y literario, posee una fuerte y bien delimitada personalidad regional. Los críticos autóctonos: Barrantes, López Prudencio, Rodríguez Moñino..., con criterios muy influidos de naturalismo han atribuido a las condiciones geográficas de Extremadura (clima, agricultura, hábitat, etc.) y al temperamento de sus gentes un papel decisivo en la conformación de esa personalidad. Los escritores extremeños suelen florecer gravitando alrededor de focos culturales urbanos, cuya ubicación con el tiempo es sintomática: Mérida en la época romana y visigótica, Badajoz en la árabe, Guadalupe y Plasencia a partir del siglo XV, Cáceres y Badajoz más modernamente. A ellos habría que sumar el influjo cultural de Salamanca a cuya universidad acudieron tantos extremeños hasta 1973 en que se creó la Universidad de Extremadura".
 
"Los escritores extremeños que permanecen en su tierra suelen mostrarse estéticamente conservadores -a veces arcaizantes- lo que se refleja en el cultivo de géneros y modas literarias ya en declive en otras regiones, mientras que los que salen de su ambiente asumen con frecuencia la bandera del vanguardismo contribuyendo decisivamente al desarrollo de las técnicas más avanzadas. Como decía Elías de Tejada: en sus rasgos extremistas perdura la condición de extremo que, geográficamente y psicológicamente caracteriza a la gente de Cáceres y Badajoz". Comencemos, por tanto, con el primero de los poetas extremeños del Siglo XV al cual ya se le conoce con nombre propio. Me refiero a García Sánchez de Badajoz (también conocido como Garcisánchez de Badajoz). He aquí su semblanza personal recogida de varias fuentes y que transcribo textualmente y haciendo un conjunto homogéneo con todo ello. 
 
García Sánchez de Badajoz (1460-1526) fue un poeta español, probablemente oriundo de Badajoz, que formó parte de la familia del autor dramático Diego Sánchez de Badajoz. Es poco lo que se sabe de su vida, pero parece que se distinguió por su discreción y buenas prendas hasta que, siendo ya muy viejo, se enamoró de una prima suya, que no le debió corresponder puesto que perdió la razón. Los contemporáneos de Sánchez de Badajoz alababan la agudeza de su talento. Fue muy fecundo, siendo una de sus obras principales las "Lecciones de Job apropiadas a las pasiones de amor", que fueron excluidas por la Inquisición del "Cancionero general". A propósito de ellas, se lee en la "Celestial Jerarquía e Infernal Laberinto": "Las cosas de la Sagrada Escritura profanaba trayéndolas a su vano amor o más verdaderamente desatino, como parece en las Licciones suyas de Job por él trovadas... Pues por estos desatinos está loco en cadenas, al cual Nuestro Señor con misericordia le privó de aquella que en su franca largueza la había comunicado". 
 
Según fray Jerónimo Román y Zamora (Logroño, 1536 - 1597) que fue un clérigo, bibliotecario e historiador español agustino y cronista de su orden (amigo de fray Alonso de Veracruz y escritor entre otras obras de "República del mundo", aparecida en  1575 y denunciada por el Consejo de Indias por la forma en que presentaba la colonización española de América utilizando como fuente a Bartolomé de las Casas y por ello mismo incluida en el índice de libros prohibidos en 1583, pero logrando sortear la censura corrigiendo los pasajes más polémicos para volver a publicarla en 1595), en dicha obra dice de García Sánchez de Badajoz que "su ingenio con vihuela no lo pudo haber mejor en tiempo de los Reyes Católicos, y así, dándose mucho a amar y querer y a la música perdió el juicio". Para Lope de Vega, nada igualaba a una redondilla de Sánchez de Badajoz quien también escribió "El Infierno de Amor", "El Sueño" y "Caminando por mis males", en los que hay "cierto sentimentalismo melancólico y vago, poco común en la poesía lírica castellana"; así como "reqüestas", canciones, villancicos y "dezires". 
 
Veamos lo que se dice de este poeta en Internet: "Garci Sánchez de Badajoz (Écija, de Sevilla, 1460 - 1526) fue un poeta español de los siglos XV y XVI, perteneciente a la lírica cancioneril y a la Escuela alegórico-dantesca. Su familia procedía de la baja nobleza extremeña de Badajoz, pero en el siglo XV se estableció en Écija. El "Cancionero General" (1511) recoge gran número de sus composiciones, y otras aparecen en pliegos sueltos y en el "Cancionero de romances". Según la "República del mundo" de fray Jerónimo Román, era un eminente músico tañedor de vihuela, al que una gran pasión amorosa le llevó a perder el juicio. Escribió "Liçiones de Job apropiadas a las pasiones de amor", parodia del famoso libro bíblico muy perseguida por la Inquisición, que las mandó expurgar para poderlas publicar en el "Cancionero general" mas otras obras como "Claro escuro", "El sueño" (donde se figura su propio entierro), "El infierno de amor", que es un poema alegórico al estilo de Dante Alighieri compusto con retazos de canciones eróticas de poetas ya fallecidos que el autor supone perpetuamente penando; el romance "Caminando por mis males" que posee un sentimentalismo subjetivo y enfermizo que se adelanta a su tiempo milagrosamente con caracteres propios del Romanticismo, y las "Lamentaciones de amores", que fueron muy elogiadas por Fernando de Herrera. Aparte de esto, elaboró gran número reqüestas, canciones, villancicos y dezires. Alabó el estilo de sus coplas Juan Valdés en su "Diálogo de la lengua" y Lope de Vega decía en el prólogo de su "Isidro": "¿Qué cosa iguala a una redondilla de Garci Sánchez?".
 
Las obras principales de García Sánchez de Badajoz son "Liçiones de Job apropiadas a las pasiones de amor", "Lamentaciones de amores", "Caminando por mis males", "Claro escuro", "El infierno del amor", "El sueño" e "Ymagen de hermosura" de algunos de cuyos trozos vamos a aprovecharlos para analizar cuestiones sociales extremeñas que son las bases fundamentales de la presente Tesis Doctoral en forma de Ensayo.
 
Principiemos por consultar el Indice de Autores Literarios. Poeta y músico de los Reyes Católicos lo cual quiere decir que venía a ser una especia de poeta y, a la vez, un juglar de Castilla. Ya es hora de saber lo que, en verdad, era un juglar. Un juglar era un artista ambulante en la Europa medieval. A cambio de dinero o comida, ofrecía su espectáculo callejerro en las plazas públicas, y en ocasiones era contratado para participar como atracción y entretenimiento en las fiestas y los banquetes de los reyes y nobles. Sigamos entonces con nuestro autor. Su poema más importante es el "Infierno de amor", con el que, "en los tormentos / de las tinieblas oscuras", aparecen hasta 30 poetas castellanos, entre los cuales destacan Macías, Juan Rodríguez de Padrón, el Marqués de Santillana, Juan de Mena, Jorge Manrique y Diego de San Pedro. Esta obra pertenece al género de los llamados poemas colectivos, tan frecuentes en la poesía catalana del siglo XV (Jordi de Saint Jordi, Francisc Ferrer, Pere Torroella). Analicemos un primer y breve trozo de ella:
 
"En entrando vi asentado / en una silla á Macías / de las heridas llagado, / que dieron fin a sus días, / y de flores coronado. / En son de triste amador / diciendo con gran dolor, / una cadena al pescuezo, / de su canción el empiezo. / Loado seas, amor, / por cuantas penas padezco". He aquí una de las principales características de los hombres de Extremadura. El hombre extremeño es individualista por naturaleza, de un individualismo puesto siempre, a pesar de ello, al servicio de la colectividad. El hombre extremeño, como lo ha demostrado siempre la Historia de España, es capaz de llevar a cabo las más grandes e inauditas hazañas personales -con el sello propio de su característica individual- pero a la hora de formar un equipo en busca de las grandes hazañas que conmueven al mundo entero está siempre dispuesto a formar parte de un conjunto de hombres que se lanzan a la aventura para descubrir y conquistar lo que parece imposible (el Descubrimiento y Conquista de América es una de esas grandes obras en las que intervienen de manera directa los hombres extremeños y su individualidad que le lleva a gestas heroicas con nombre propio); pero lo imposible nunca existe para un buen extremeño. En esta pequeña muestra poética, García Sánchez de Badajoz, pone su voz y su acento para alabar a un Macías al que se le llamaba "El enamorado". ¿Por qué hace esto el juglar extremeño?
 
Al igual que Macías, García Sánchez de Badajoz, como buen extremeño que era, fuez capaz de amar hasta la locura. Las llagas amorosas que hicieron arder el alma de Macías, son idénticas a las que tuvo que sufrir Garcisánchez; es por eso por lo que se siente compañero de emociones y penetra en el dolor de Macías para loarle por cuantas penas hubo de sufrir. El hombre extremeño es siempre capaz de amar de esa manera; quemando su vida en el caliente ardor de lo amoroso. Quizás la Historia de la Humanidad le debe a Extremadura una deuda impagable: el amor sin condiciones, el que no busca otra cosa sino amar. Con su canción laudatoria, García Sánchez de Badajoz nos hace sentirnos capaces de llegar al límite de la exaltación amorosa a pesar de las persecuciones y privaciones que ello conlleva y que todavía están teniendo que soportarse en Extremadura. Fiel compañero de los males amorosos ajenos, el juglar extremeño se siente solidario, siente la causa de Macías como su propia causa y la hace conocer para demostrar que una locura por culpa del amor es lo que hace al hombre llegar a la cumbre de sus sentimientos. Muy característico de regiones que, como Extremadura, han pasado a la Historia por estas grandes hazañas amorosas bordeando la locura para llegar a su más grande paroxismo.
 
Debe destacarse también "El sueño", con el cual el poeta ve su propio entierro y oye a los pájaros cantar sus "obsequios / porque de amores murió". Como ya hemos dicho anteriormente, el paroxismo amoroso de Garcisánchez le lleva hasta ese extremo en donde la lucidez es confundida con la locura. Y es que nos encontramos ante lugares alegóricos que metafóricamente representan los estados anímicos de los hombres amantes: el sueño amoroso no es otra cosa sino la imagen que denota este poeta y que, además, halla un nítido paralelismo con los sufrimientos que padecen las propias mujeres amadas. "El sueño" es una muerte aunque fingida. Tal es la interioirzación que los hombres extremeños instalan muy a menudo en sus ánimos. Aquí el vocablo "muerte" (entecomillado para destacar que se trata de una metáfora) significa directamente sueño; pero esta metáfora no deja por ello de proyectar en el poema su letal y literal significación: la muerte del sueño, la muerte de la ilusión potenciada por el uso, también metafórico, del vocablo "vida".
 
Como bien señala el filólogo y ensayista español Javier García Gibert (nacido en Valencia el año de 1956, estudioso de la tradición humanística, que es autor de investigaciones sobre la literatura española de los Siglos de Oro y la tradición literaria occidental, tanto desde su fuente clásica greco-latina como desde su fuente bíblica judeo-cristiana (y, además, profesor de la Unviersidad de Valencia), tales acentos los encontramos en García Sánchez de Badajoz, por ejemplo, al final de un poema titulado "La mucha tristeza mía" que dice así: "recordé y halléme vivo / de la qual causa soy muerto". Vemos cómo el poeta-juglar extremeño usa la contraposición "vivo" y "muerto" para dar a entender que el amor, al ser exaltado como causa principal de la existencia de un hombre, le hace fluctuar entre lo que le resulta parte de su vivencia propia y lo que le resulta como ausente de dicha vivencia: estar vivo es amar pero, a su vez, amar guía al poeta extremeño a una especie de imposibilidad que le mata sus ilusiones. Ese fue el caso de Garcisánchez y su prima. El escritor y poeta Carlos Muñoz-Caravaca ortega nos lo hace ver al publicar, en Internet, el siguiente poema de Garcisánchez de Badajoz titulado "Flor de Pretericiones" y que vienen a ser las lamentaciones de amores de este poeta extemeño en le cual se ve reflejada la realidad amorosa que se establecía muy a menudo en la Extremadura del tiempo de los Reyes Católicos.
 
"Ansias y pasiones mías / presto me aveis de acabar / yo lo fio; / ¡O planto de Xeremias / veni agora a cotexar / con el mio! / Lagrimas de mi consuelo / que mis penas encubrillas / no podeis, / salid, salid sin recelo / y regat estas mexillas / que soleis. / Sospiros en quien descansam / los tormentos y dolores / pues sabeis / que mis males no se amansan / salid haciendo clamores / y direis: / Animas del purgatorio / que en dos mill fuegos andais/ batallando, / si mi mal os es notorio / pareçeros a qu’estais / descansando; / Las q’en el limbo vivis / que de gloria ni de pena / sentis nada, / si mis clamores oys / convertirseos a en pesar / la morada; / Y vosotras que penais / para perpetua memoria / en cadena: / si mis clamores gustais / teneis por creçida gloria / vuestra pena; / Casada de Hierusalem / que fuiste por tus errores / destruida, / vem agora tu tambiem / para que conmigo llores / tu cayda; / Troya tu que te perdiste / que solias ser la flor / en el mundo, / gozate conmigo triste / pues ya llega mi clamor / al profundo; / Babilonia que lamentas / la tu torre sin par famosa / ya’solada, / quando mi perdida sientas / quedarás de muy llorosa / consolada; / Constantinopla qu’estas / tan sola de nuestra gente / a tu pesar, / buelve tu cara y podrás  / (viendo lo que mi alma siente) / descansar; / Merida que en las Españas / otro tiempo fuiste Roma, / mira a mi / y veras que en mis entrañas / ay maior fuego y carcoma / que no en ti; / Mugeres que en el parir / hazeis llantos excessivos / de dolor, / cessat pues que veis morir / mis pensamientos captivos / por amor / ¡O fortuna del amar / que trastornas mil navios / no se a dó, / si te quieres amansar / ven a ver los males mios / en qu’esto! / Seyrena tu que hazias / al marinero dormir / con cançiones, / no oyas las ansias mias / porque te hare dormir / con mil sones; / Vos cisnes que cantais / junto a la cañavera / a par del rio, / pues que cantando os matais / mas razón es que ansi muera / yo en el mío; / Pelicano que te hieres / para dar a tus hijos vida / con jemido, / pues que tu sin culpa mueres / con la mia tu herida / terna olvido. / Tu pajaro solitario / por las torres perseguido / do te vemos, / pues que no te soy contrario / ven i hagamos vn nido " en que lloremos;/ Tortola que vives triste / sin tu buena compañia / con firmeza, / aunque mucho tu perdiste / no será como la mia / tu tristeza; / Y tu lechuza que moras / en los muros derribados / de contino, / si por la claridad lloras / yo ver luz por mis pecados / no fuy digno; Ave fenix que sin par / tu te quemas y deshaces / en el fuego, / y otra nueva sin dudar / a la ceniza que hazes / naçes luego; / Ansi yo triste mezquino / me muero por quien no espero / galardon, / doyme la muerte contino / y buelvo como primero / a mi pasion. / Coraçon: no te abrases / en aquesta biva fragua / con enojos,  / ¡tiempo es ya que derrames / veinte mill cantaros de agua / por mis ojos!". 
 
¡He aquí un vivo ejemplo de amores a lo extremeño! Esa pasión que se desata en el ánimo de los "olvidados" que encuentran su manifestación más sublime cuando toman la pluma y escriben con el don de los sentimientos. No se olvida el autor de las referencias a lo sagrado y a lo humano (Historia y Sociedad aunadas en una cadena de conocimientos exactos) para plantear que el amor no tiene límites. ¿Qué es el dolor amoroso para un hombre extremeño sino el acicate para alcanzar una conquista por fuerza de su voluntad? Al poeta extremeño no le duele el fracaso por los rechazos de la tradición sino que le conmueve el alma hasta llegar a sentir que el padecimiento de "muerte" le hace vivir con entereza. Las continuas referencias a la Naturaleza avícola (tórtola, lechuza y ave fénix) las cita como canto y vuelo de pájaro sin fronteras. ¿Existe mayor amor que la pasión por lo imprevisto? No. El hombre extremeño nunca prevé sino que busca más allá de dónde otros fracasan sin haber intentado el éxito.
 
García Sánchez de Badajoz repitió estos temas en dos romances o, mejor dicho, en dos composiciones de octosílabos pareados, en los que se intercalaban villancicos. Y, siguiendo con el tema amoroso de este poeta, es digno de mencionar lo que Saila González Galván cita en su Tesis de Doctorado en Filología por la Universidad Complutense de Madrid: "Sobre nuestro autor giran varios episodios truculentos en relación a su vida privada que unidos a la falta de datos biográficos, según he señalado anteriormente, han provocado que el misterio en torno a su figura haya crecido de forma imparable. El que más fuerza ha cobrado es el hecho de que nuestro autor padeció una enfermedad mental. El propio autor señaló que la locura que sufría era fruto de un amor no correspondido, probablemente, hacia su hermana. Para ejemplificarlo incluyo a continuación una carta, donde aparece el siguiente poema : "Que de veros y dessearos / es la causa de que muero / de do no puedo oluidaros, / y aunque pudiese, no quiero. /  E de estar desatinado, / y en tales fierros de amor,/ no fue posible amador / de otra causa ser penado. / Ni ay más ganas de miraros, / mi mal, mi bien, ni lo espero, / de do no puedo oluidaros, / y aunque pudiese, no quiero" (de Garcisánchez de Badajoz que estando loco escribió a su hermana).
 
Estamos ante una tesitura que se daba muchas veces en la Historia anterior a la Edad Moderna. ¿Era posible que un poeta se enamorara locamente de su hermana, según decían algunos, o de su prima, según decían otros muchos? Dejando de lado si era hermana o era prima, la verdadera causa de la locura de García Sánchez de Badajoz fue el amor. ¿Locura de amor o sentimiento de imposibilidad sabiendo que no puede ser correspondido? La incógnita quedará siempre encerrada en el misterio de aquellas épocas "oscuras" de la Baja Edad Media. Fijémonos en el contenido. El poeta inicia con un sentido de "muerte" porque se da cuenta de que es imposible seguir vivo sin cantar lo que siente aunque lo que siente le acarrea la "muerte" de sus sentidos. Después señala que no espera ser correspondido ni para bien (algo imposible para quienes, como él, pertenece a los desfavorecidos en cuanto a la nobleza se refiere) ni para mal (y el menor mal del poeta, como bien señala, es la locura). ¿Hay valor o no hay valor en el hombre extemeño de aquellas épocas tenebrosas de la realidad de estas regiones olvidadas por los señores y reyes de España? Seguramente la censura, represión y continuas persecuciones que sufrían los amantes que pertenecían a la baja nobleza o al campesinado debían producir muchos casos similares; y es seguro de que eso fuese cierto. Pero hay que tener mucho valor interior para darlo a conocer sabiendo que sus poemas van a ser recitados por las plazas de los pueblos de aquella región tan sumergida en la indiferencia general y la ignorancia en particular. ¿No seríá tal vez, y podemos pensar en ello, que Garcisánchez lo que estaba haciendo es no decubrir la verdadera identidad de la mujer por la que sentía amor y prefirió hacer pensar a los demás que era su hermana o su prima? Existe la posibilidad de que la verdadera dama de la que estaba enamorado era alguna de las señoras de las altas clases sociales. No se puede descartar esa posibilidad y, en ese caso, su locura era un verdadero fingimiento. Una manera muy inteligente de salvarse de la cárcel o del destierro perpetuo. Y si esto fuese cierto estaríamos ante un verdadero caso de picaresca social: esa picaresca de la que, en algún momento, hablaré de ella en el transcurso de la presente Tesis Doctoral; porque hay que determinar que la picaresca abundaba excesivamente en aquellos poetas metidos a juglares que, a veces, escondían sus verdaderas pasiones levantando verdaderas leyendas sobre sus personalidades.
 
Siguiendo con la Tesis Doctoral de Seila González Galván, esta filóloga-literaria da a conocer otro de los enigmas que rodea a García Sánchez de Badajoz. ¿Cuál fue la verdadera muerte de este poeta? Y presupone incluso que pudo ser un suicidio por algunos pequeños poemas del propio autor como el siguiente: "Despedido de consuelo, / con pena de amor tan fuerte, / queriendo darme la muerte"; y este otro: "No se puede remediar / con la vida mi dolor: / que la muerte es la mejor". ¿Cómo murió Garci Sánchez? Misterio y leyenda. Dos cosas que van muy unidas en muchos de los grandes personajes que Extremadura ha dado a la Historia y la Literatura de España. "Despedido de consuelo" viene a significar que no encuentra salida posible a su enamoramiento pero, ¿significa esto que estuviese de verdad enajenado? El poeta afirma "queriendo darme la muerte" pero no se puede saber si eso es una verdadera intencionalidad o una búsqueda de la fama para su propia persona. En ambos casos la interrogante despierta el interés de quienes le leen y por eso señala una vaga insinuación: "no se puede remediar" con la vida sino con la muerte. Lo cual a mí me parece una manera muy exagerada de confesión pública que puede buscar lo contrario de lo que cuenta. O sea, seguir viviendo como loco mientras pueda seguir viviendo como enamorado. Otra manera muy inteligente de piscaresca a lo extremeño dentro de la pluralidad de la picaresca a lo español. En otras palabras, llevar hasta las últimas consecuencias la fama de una vida que, de no ser por ello, hubiese pasado completamente inadvertida.
 
Lo que no es de dudar es lo que sigue afirmando Seila González Galván: "La fama de Garci Sánchez se hace patente por diferentes razones. En primer lugar, tenemos el hecho de que en la primera edición del Cancionero general de 1511 aparecen diecisiete de sus composiciones, pero en el Cancionero de 1514 se añaden veintisiete composiciones, dando lugar a un total de cuarenta y cuatro, lo cual evidencia el interés que empezó a suscitar. En segundo lugar, encontramos una serie de elogios recibidos por diferentes personalidades, como: Francisco de Quevedo y Villegas, Lope de Vega o Miguel Sánchez de Lima, entre otros. Francisco de Quevedo señaló: ‘‘¿Qué Anacreonte iguala a Garci Sánchez de Badajoz?’’; Lope de Vega apuntó: ‘‘¿Que cosa se iguala a una redondilla de Garci Sánchez o de Don Diego de Mendoza?’’; y Miguel Sánchez de Lima comentó: ‘‘Y sino mirad a un Petrarca, Boscán, Montemayor, Garcilaso de la Vega, y Garci Sánchez de Badajoz: que aunque ha muchos años que son passados, hallaréis que son harto nombrados ahora por sus obras, que en su vida lo fueron por sus personas’’.
 
Siguiendo la línea expositiva de Seila González Galván, continuemos con el sentir amoroso de este poeta-juglar extremeño:"Amé y aborrescí. / Hase de entender assí: / que yo fuy enamorado, / pero después que la vi, / oluidé y aborrescí a quantas / ho e mirado". Dice la autora de la Tesis que se trata de un poema que surge como respuesta a una amiga de Garci Sánchez de Badajoz, la cual le había preguntado el significado del primer verso de esta composición. La rúbrica, GARCISÁNCHEZ estando loco puso este mote en la pared: Amé y aborrescí. Preguntóle su amiga qué quiere decir. Respondió, también indica que fue escrita cuando Garci padecía un trastorno mental. Siguiendo esta última idea y teniendo en cuenta lo que acabamos de exponer en su biografía, sería posible establecer una referencia directa con la hermana del autor.  
 
Continúo planteando el mismo dilema. ¿Estaba realmente trastornada la mente de García Sánchez de Badajoz? ¿Solamente era un estado transitorio ante las dificultades que se le presentaban en cuestiones amorosas? Podemos encontrar respuestas en el estudio biográfico que hace de él, el hispanista Oliver Sacks: "Poeta español, nacido en Écija (Sevilla) alrededor de 1450 y fallecido en 1526, que fue uno de los últimos y más destacados representantes de la poesía cancioneril de la segunda mitad del siglo XV y comienzos de la siguiente centuria, caracterizada por su temática amoroso-galante, su retórica artificiosa y su adscripción al código de valores sociales, culturales y morales de la mentalidad cortesana. La mayor parte de las composiciones que salieron de su pluma quedó recogida en el "Cancionero general de muchos e diversos autores" (Valencia, 1511), recopilado por Hernando del Castillo"; pero su fama siguió viva durante todo el siglo XVI, a pesar del triunfo en la poesía española de la nueva estética italianizante, como queda patente en la inclusión de algunos poemas suyos en el "Cancionero de poesías varias" (Biblioteca Real de Madrid, manuscrito 617), elaborado entre 1568 y 1571. Figura destacada en el ámbito cultural de la corte de los Reyes Católicos, Garci Sánchez de Badajoz fue el paradigma del cortesano agudo y discreto, célebre no sólo por sus versos, sino también por las numerosas anécdotas que circulaban referidas a su peripecia personal y a su acreditado ingenio. A tenor del contenido de sus poemas, llevó una agitada vida amorosa que anduvo en boca de todos los cortesanos, quienes fueron testigos de cómo ese talante apasionado y enamoradizo le arrastró hasta la locura. La opinión de sus contemporáneos acerca de su poesía abarca una amplia gama de juicios críticos, desde el elogio explícito de Juan de Valdés (1499-1541) -quien reconocía en Sánchez de Badajoz a uno de los mejores maestros de estilo de su época- hasta el desprecio de Cristóbal de Castillejo (hacia 1490-1550) -quien puso de ejemplo su poesía para argumentar la saturación y el agotamiento de la práctica cancioneril tardía ("las trovas españolas / al presente"), plagada, en sus postreros estertores, de composiciones "sin ningún fundamento", coplas de amor que "sin tener causa por qué", reiteraban hasta el hastío unos tópicos que "van a parar en morir". Como buen cortesano, Garci Sánchez de Badajoz también se ocupó, en su quehacer poético, de algunos temas de hondo calado social en la España de su tiempo, como la muerte del príncipe don Juan (1478-1497), primer y único vástago varón de los Reyes Católicos, y heredero del trono de Castilla y Aragón. Pero el grueso de su producción poética -expresada en decires, canciones, villancicos, coplas de pie quebrado y otros moldes estróficos propios de la lírica cancioneril- discurre por cauces temáticos amorosos, de los que constituye un buen ejemplo el poema que a continuación se copia: "Muy poco ha que pasó / solo por esa ribera, / y como le vi y me vio / yo quise saber quién era / y él luego me lo contó / diciendo: Yo soy aquel / a quien más fue amor cruel, / cruel que causó el dolor / c'a mí no mató amor, / sino la tristeza de él" ("Recontando a su amiga un sueño que soñó").
 
Detengamos un momento el texto de Sacks. ¿Qué vemos en esta canción? Yo sostengo que un demente, por lo menos en cuanto a este texto se refiere, no puede tener una conciencia tan clara de lo sucedido. García Sánchez de Badajoz se muestra lúcido y lucido. La pregunta psicológica es la siguiente: ¿se puede estar loco cuando se es lúcido y se escribe con lucidez? Si los grandes literatos de su época le consideraban uno de los más grandes poetas de aquellas fechas dudo que estuviese trastornado del todo. Algo, en el fondo de su pensamiento, le tenía obsesionado pero es que la obsesión, en lugares tan alejados de los intereses políticos y sociales como era entonces Extremadura o la interioridad de los extremeños estuviesen o no estuviesen en su lugar de origen, era una válvula de escape. ¿Puede ser la locura una válvula de escape para hombres que sufren de las más grandes carencias histórico sociales a pesar de sus grandezas personales?  
 
En el pasado año 2015, la escritora argentina Samantha Schweblin dijo algo que me parece muy importante (referido a uno de sus libros de cuentos breves): "Se trata de seis cuentos breves y uno largo que poseen en común un ambiente, una atmósfera, y cuyos personajes, a veces, tienen comportamientos insólitos o extraños pero que terminan siendo soluciones bastante sensatas a algunos problemas que parecen irresolubles. La locura adquiere cierto protagonismo en estos relatos, pero no la locura extrema sino una más sutil, que es como una válvula de escape. Es una locura sana, que a veces también da pistas incluso de lo insensato que es el mundo en que nos movemos". 
 
Traspasemos esta cuestión al mundo medievalista en que vivía García Sánchez de Badajoz. ¿Estaban locos los poetas de regiones tan oscurantistas como Extremadura o estaban locas la inmensa cantidad de gentes incultivadas que los rodeaban por todas partes menos por una que era su propia estima como seres humanos con sentimientos que iban más allá de los prejuicios y las persecuciones? El genial Miguel de Cervantes Saavedra lo entendió perfectamente. ¿Estaba loco Don Quijote o el que estaba loco era Sancho Panza? ¿Es mayor locura idealizar un amor siendo todo un caballero o desear ser un gobernador siendo solamente un completo analfabeto? Para hallar la respuesta volvamos con García Sánchez de Badajoz.
 
Vive en Sevilla pero toda su genética personal es extremeña y, como buen extremeño que es, se personalidad se nos presenta en perpetua dualidad: qué es él en la realidad y qué es él en el sueño. Volvamos con la pequeña estrofa:"Muy poco ha que pasó / solo por esa ribera, / y como le vi y me vio / yo quise saber quién era / y él luego me lo contó / diciendo: Yo soy aquel / a quien más fue amor cruel, / cruel que causó el dolor / c'a mí no mató amor, / sino la tristeza de él". El poeta-juglar quiere saber quién es él y cuál es la causa de su dolor amoroso. Me parece de una dignidad ejemplar y es que, en tiempos de los Reyes Católicos, los personajes extremeños que llegaron a asombrar al mundo tuvieron que soñar para salir del ostracismo en que se encontraba toda Extremadura; siendo consecuencia de todos aquellos sueños personales los que les convirtieron en verdaderos héroes durante el Descubrimiento y la Conquista de América. Sólo de esa manera puede explicarse tan grandes hazañas. Pasemos esas gestas al área de lo amoroso. Garci Sánchez de Badajoz es un ejemplo de "morir de amor". Amplifiquemos ahora el punto de mira de nuestra observación cultural.
 
La convención literaria o tópico literario "morir de amor" se generalizó en la lírica provenzal como única forma de acabar con el sufrimiento del enamorado no correspondido. Históricamente, el tópico se encuentra ya presente en la obra del poeta latino Ovidio (40 antes de Jesucristo -17 después de Jesucristo), en concreto en la leyenda de Píramo y Tisbe. Según leemos en Wikipedia: Píramo y Tisbe eran dos jóvenes babilonios que vivieron durante el reinado de Semíramis. Habitaban en viviendas vecinas y se amaban a pesar de la prohibición de sus padres. Se comunicaban con miradas y signos hasta descubrir una estrecha grieta en el muro que separaba las casas en la que sólo la voz atravesaba tan estrecha vía y los tiernos mensajes pasaban de un lado a otro por la hendidura. Así pudieron hablarse, enamorarse y desearse cada vez más intensamente, hasta que una noche acordaron que a la noche siguiente, cuando todo quedara en silencio, huirían sin que los vieran y se encontrarían junto al monumento de Nino, al amparo de un moral blanco que allí había al lado de una fuente. Tisbe llegó primero, pero una leona que regresó de una cacería a beber de la fuente la atemorizó y huyó al verla, buscando refugio en el hueco de una roca. En su huída, dejó caer el velo. La leona jugueteó con el velo, manchándolo de sangre. Al llegar, Píramo descubrió las huellas y el velo manchado de sangre, y creyó que la leona había matado a Tisbe, su amada, y sacó su puñal y se lo clavó en el pecho. Su sangre tiñó de púrpura los frutos del árbol, de ahí viene el color de las moras según Ovidio. De hecho, dentro de la tradición latina, el término "Pyramea arbor" («árbol de Píramo») se usaba para designar a la morera. Tisbe, con miedo, salió cuidadosamente de su escondite. Cuando llegó al lugar vio que las moras habían cambiado de color y dudó de si era o no el sitio convenido. En cuanto vio a Píramo, su amado, con el puñal en el pecho y todo cubierto de sangre, le abrazó, sacó el puñal y se suicidó a su vez, clavándoselo ella misma. Los dioses, apenados por la tragedia, hicieron que los padres de los amantes permitiesen incinerarlos y guardar sus cenizas en la misma urna, y desde aquel día los frutos de la morera quedaron teñidos de púrpura. Una vez conocido el origen de "morir de amor" sigamos con los pasajes culturales para entender a García Sánchez de Badajoz.
 
A lo largo de los siglos siguió reapareciendo en multitud de composiciones literarias hasta que fue insertado en el sistema de convenciones literarias de la lírica provenzal medieval conocido como "amor cortés"; en él, los deseos de muerte suponían la aceptación de que la muerte podía liberar al amante de los sufrimientos causados por el amor no correspondido. En otros casos, la "muerte de amor" podía ser un hecho más literal: una simple mirada de la amada la podía provocar. Este uso medieval del tópico va unido al sentimiento cristiano de asociar la muerte con el fin de las desdichas humanas, idea transmitida por los místicos medievales a los trovadores cortesanos de Provenza que se extendieron luego por toda España y llegaron a Extremadura a través de los juglares galicoportugueses. Así, un poeta como Juan de Mena (1411-1456) entiende la muerte como un fin consolador, liberador. Por otro lado, muchos poemas de los cancioneros medievales abordan la variante de "vivir muriendo" por el amor o de "vivir penando". Esta segunda acepción de entender el sufrimiento amoroso es el que eligió seguir García Sánchez de Badajoz y todos los que después le siguieron. "Vivir penando" no es la muerte sino el deseo de sufrir esa clase de "muerte" para tener algo importante por lo que seguir viviendo. ¿Entendemos bien este verdadero significado de la poesía del extremeño?
 
Más adelante, también en algunos diálogos renacentistas, en la lírica de la época (por ejemplo, el salmantino Cristóbal de Castillejo o el sevillano Fernando de Herrera) e, incluso, en la narrativa (por ejemplo, en "Tirante el Blanco" del valenciano Joanot Martorell, en "Cárcel de amor" del vallisoletano Diego de San Pedro, o en "La Celestina" del sevillano Fernando de Rojas), se puede ver cómo la muerte se acepta como un posible remedio de los fracasos amorosos. Es el otro remedio, el de vivir sintiendo esa muerte amorosa que le duele pero le hace seguir luchando -algo muy típico del hombre extremeño durante toda la Historia-, el elegido por García Sánchez de Badajoz.
 
Alguna variante puede encontrarse en un poeta como el toledano Garcilaso de la Vega, quien en su soneto XXV y, en general, en todos sus poemas vinculados con la muerte de Isabel Freyre/Elisa, expresa su deseo de morir después de la muerte de su amada para poder encontrarse con ella en el más allá. También en el barroco se pueden encontrar ejemplos del tópico en cualquiera de los géneros literarios; un ejemplo en teatro aparece en "El caballero de Olmedo" del madrileño Félix Lope de Vega y Carpio, cuando don Rodrigo invoca a la muerte como remedio a su suerte de amante desdeñado por doña Inés. En resumen, que García Sánchez de Badajoz no muere físicamente por culpa del amor (por lo que es casi totalmente descartado que se suicidara) sino que simbólicamente el amor le da la muerte y por eso habla de suicidio de manera literaria y no literal.
 
No puede morir físicamente quien ama al amor de esta manera: "A mi amiga escojida / en çiento / la çiento en mill escojidas: / las mill sacadas de un quento, / y el quento de las naçidas" . En esta composición, la filóloga y literata Seila González Galván viene a decirnos que "se proclama la superioridad de la amada sobre el resto de todas las mujeres y nos encontramos con una antanaclasis, provocada por la repetición de los términos ‘‘escojida’’, ‘‘çiento’’, ‘‘mill’’ y ‘‘quento’’. Además, es posible señalar que la distinción entre los vocablos es casi mínima, puesto que solo se produce en el caso de ‘‘escojida’’/ ‘‘escojidas’’. Este último puede considerarse como un políptoton al añadirse únicamente un morfema flexivo que pluraliza el primer vocablo empleado". Entre tanto saber literario, García Sánchez de Badajoz nos cuenta una gran verdad y lo hace al descubierto, sin tener que ocultarlo ante nada ni ante nadie (ejemplo de valía y valentía de un extremeño que desea ser universal a manera de sus compatriotas conquistadores), y es que habla de mil escogidas. ¿Qué nos quiere decir con tal cantidad que no ha sido producto del azar sino de una intencionalidad bien buscada? Que el poeta debe estar enamorado no de una sola mujer en exclusividad sino de un concepto de mujer que busca en una de las miles que conoce. No es lo mismo aunque algunos crean que es una manera muy "retorcida" de ser. Y no. No es una personalidad "retorcida" quien se expresade esa manera; sino que es un hombre que no oculta su pasión por las mujeres y que busca, en todas ellas, el canon de amor que se ha propuesto cantar y contar de pueblo en pueblo y de aldea en aldea. Es el sentido amoroso de escojer para quedarse con la verdadera esencia del amor; pero no es un escojer por sí mismo, sino una especie de búsqueda de la perfección que es, en fin, lo que todos los poetas de todas las épocas han hecho y siguen haciendo. Lo que sucede es que, durante el reinado de los Reyes Católicos, descubrir tal realidad está sumamente condenado por las murmuraciones que no se atreven a llegar a dónde el extremeño llega. 
 
Lo quijotesco en García Sánchez de Badajoz está bien patente y late en todas sus composiciones amorosas. Véanlo, para comprobación de lo dicho, en la siguiente estrofa que recoge Seila González Galván en su Tesis: "Passo tiempo en ser penado, / porque me hallo apartado / de mirar su hermosura / de la más linda figura / de quantas Dios ha criado".  En los versos encontramos una hipérbole, pues en ellos se ensalza la perfección de la dama. En esta composición aparecen dos motivos: por un lado, ‘‘la dama como obra maestra de Dios’’, siguiendo la clasificación propuesta por María Rosa Lída en su artículo homónimo; y por otro, el amor infeliz, que sufre nuestro enamorado al estar alejado de su amada. Ambos aparecen perfectamente reflejados en los versos que hemos escogido. ¿No es esto un antecedente de lo que sucede, tiempo más tarde, con Don Quijote de La Mancha? Exactamente lo mismo. Y es que habría que plantearse la duda de si Cervantes plagió una manera de ser (en este caso extremeña) ajena a lo manchego para reivindicar una idiosincrasia que no nace con su personaje más universal sino que subyace, continuamente, en pueblos y aldeas de las Españas más profundas; esas Españas que fusionan sus sueños "imposibles" (algo que Cervantes aprovecha para crear a Don Quijote) en anhelos tan humanizados que forman parte intrínseca de su manera de vivir. Lo que hizo García Sánchez de Badajoz era apartarse de los modelos trovadorescos para convertirse en realidad "sumergida"; en esa realidad que pervive en lo más ascentral de su Extremadura y que abarca a la persona que quieren acallar los poderosos porque intentan no consentir que salga a la superficie. Pero en el silencio de los pueblerinos se imponen las voces de los poetas que, como García Sánchez de Badajoz, ponen al descubierto que el sentido quijotesco del amor es mucho más antiugo que el que aparece ya con claridad en los Siglos de Oro del Renacimiento y del Barroco. Estamos todavía en la época medieval y es digno reconocer que el quijotesco sentido del amor (que se extiende a lo largo de toda España) nace en tierras tan "ocultas" como las extremeñas y otras afines a las extremeñas. De donde se puede deducir que Cervantes no era tan innovador como siempre se ha dicho al estudiar su "Quijote" sino que había observado la manera de poetizar de aquellos juglares que, como el poeta que estamos estudiando, se extendían por todo el Reino de Castilla desde los albores de la unidad nacional canalizada a través de los Reyes Católicos. Y es a partir de esa observación y estudio profundo de aquellas canciones medievales de donde sacó lo que todos han llamado su ingeniosa creatividad que no nace de un "fogonazo" de inspiración espontánea (como se ha llegado a decir en muchas ocasiones) sino de un profundo estudio de hombres como García Sánchez de Badajoz que es, en verdad, un "quijote" de carne y hueso, un "quijote" de la vida real; algo así como ese escondido Alonso de Quijano de quien se dice que hablaba Cervantes.
 
Mas dejemos el asunto amoroso en este punto (ya volveremos a ello al estudiar a otros muchos poetas extremeños) para centrarnos en el personalismo propio, en ese mirarse hacia sí mismo para responder a los demás. Veamos este singular pareado de nuestro poeta: "Más penado y más perdido, / y menos arrepentido". La personalidad firme y rotunda de García Sánchez de Badajoz, como buen hombre extremeño que es, no se rebaja ante nada y cuando más perseguido y acosado se encuentra más perdura y persiste en su forma de ser y de entender la vida a través de su conducta. Es la certeza de que es como es y que, además, ese ser como se es es lo que él quiere ser. Este juego de palabras no responde a una figuración más o menos brillante sino a un ser verdaderamente personalista que nunca renuncia a serlo. No es egoísmo de un personaje donjuan el que se desprende de los poemas personales de García Sánchez de Badajoz, sino el de un conquistador que es mucho más que un triste mendigo de amores y de vivires (como sucede con todos los donjuanes) porque nace con esa cualidad innata y no esconde su personalidad en el subterfugio como lo hacen los personajes del madrileño Tirso de Molina o del vallisoletano José Zorrilla. Con García Sánchez de Badajoz no nos encontramos con un conquistador "artificial" -hecho a manera del gusto de los demás- sino con un personaje real y natural porque resulta que es él mismo hablándonos de él mismo. El sevillano-extremeño no está creando un personaje para ser admirado por las damas sino que es admirado por las damas porque él mismo es un personaje. Cosas que son, en verdad, diametralmente opuestas. 
 
Mucho se habló en su tiempo de García Sánchez de Badajoz. ¿Pero cómo es él? ¿Cómo se define a si mismo un hombre tan batallador y discutido? Tenemos una estrofa que puede ser significativa: "El cuerpo tengo de vn roble, / los brazos de vn pino alvar, / mi corazón es de piedra, / mis entrañas de vn sillar". ¿Y por qué nadie puede acabar con su constancia? Porque cómo él recitó, no hubo nada ni nadie  "que me pudiese mudar, / que me mude, ni derribe, / ni me haga levantar". Nos encontramos ante un personaje típico del carácter extremeño cuando intentan desplazarle de su verdadero destino propio. El roble es el árbol más resistente de los conocidos en España y los pinos alvares son siempre erectos, con ramas alargadas y firmes, muy resistentes a toda clase de clima soportando el frío y las heladas sin desmejorarse por ello. En cuanto a lo del corazón de piedra no es que García Sánchez de Badajoz esté ausente de emociones sino que las emociones no le proporcionan desánimo ni contrición cuando le son ajenas. Este poeta se singulariza por tener entrañas tradicionales muy arraigadas en sus maneras de ver la vida no de manera simplemente contemplativa (como por ejemplo hará más tarde San Juan De la Cruz por citar a un poeta muy bien conocido) sino participando de la vida en los momentos en que hay que salir adelante en lugar de refugiarse en uno mismo. Es un introvertido que se abre hacia los demás para demostrar que lo que existe en su interior no es una "morriña a lo gallego" ni una "saudade a lo portugués". Él ha bebido de las fuentes claras de Andalucía (el cielo azul y el sol dorado) para darle a su sintomatía extremeña esas ganas de vivir con las que busca sus sueños sin cerrarse en una introversión más o menos creativa. García Sánchez de Badajoz se explaya en la exposición de sus sentires y es por ello, por esta manera de ser valientemente auténtica, por lo que se le considera de la estirpe de los extremeños audaces, reconcentrados en sí mismos durante la preparación de alguna aventura pero que nunca dan un paso atrás a la hora de llevarla a cabo. Nadie le puede cambiar ni nadie le puede derribar porque él es tal como es y no tal cómo debería haberle gustado a las autoridades (pensemos en corregidores y comendadores por ejemplo) que hubiese sido. Lo podemos visionar como un luchador contra las arbitriaridades de esas citadas autoridades civiles o eclesiásticas. Por eso no es bien visto por los inquisodres que, sin embargo, no pueden evitar que su fama siga creciendo y aumente su presencia en los cancioneros populares. Personaje popular, él mismo se va creeando su propia leyenda siendo fiel a sus principios que no son dogmáticos pero sí que son inflexibles cuando se le cuestionan.
 
Veamos la siguiente paradoja por ver si hay contradicción evidente o busca el contraste de sentires para ser precisamente coherente (algo que suscita muchas controversias entre quienes le estudian a fondo): "Como el que en hierros ha estado, / y después se ve suelto / y se halla tan atado / para andar, / que aprisionado estaba / más desenvuelto; / así soy yo, / que os he mirado, / soy tan vuestro, / tan no mío, / tan sujeto a os adorar, / que aunque me fuese / tornado mi libre, franco albedrío, / no podré libre quedar". La temática de esta composición responde a un amor infeliz, puesto que el enamorado se encuentra en la metáfora carcelaria, pero aparece de una forma muy original, centrándose en la imposibilidad de quien ha estado mucho tiempo encadenado para recobrar la soltura de movimiento. Si esto es lo que afirma el analista argentino Fabián Casas (además de analista tambien escritor y periodista al igual que lo soy yo) estoy en total desacuerdo. ¿De qué falta de libertad está cantando alguien que, por otro lado, ya ha dicho que nadie le puede sujetar? Casas se equivoca al banalizar la cuestión. No es de falta de libertad lo que nos está cantando el poeta sino todo lo contrario. En otras palabras, que toma su libertad y él voluntariamente y sin que nadie le obligue ni le someta (y en eso se equivoca Casas), se da por enamorado. No es igual darse por enamorado que darse por vencido y tampoco es la vivencia de un amor infeliz. Hayque saber situarse muy bien en la perspectiva histórica en que le ha tocado vivir a Garci Sánchez de Badajoz. El mundo al que pertenece está sometido a fuerzas de poderes fácticos muy poderosas pero él no se arredra por ello sino que ama lo que parece un imposible. ¿Amar lo que parece un imposible es un amor infeliz? Pues no. Esa apreciación del argentino Casas es un error. Estar encadenado a un amor imposible no es vivir un amor infeliz; lo que sí podría ser llamado amor infeliz es sentirlo y no poder contarlo. Pero a García Sánchez de Badajoz ni le asusta ni le entristece hacerlo saber; puesto que él se siente feliz en el momento que es capaz de hacerlo saber a los demás y, además, cantarlo a través de sus poemas. Me parece que el argentino Casas peca de "simplista" y por eso confunde lo que es una afirmación amorosa con lo que es una queja lastimera. Si existe algo de queja en la estrofa no es lastimera precisamente sino la consecuencia final de un estado de felicidad que remite hacia el exterior para no entristecer su interior. Entendido de esta manera se comprende la verdad de este poeta libre de mordazas para expandir lo que siente sea posible o sea imposible de alcanzar. Y eso no es precisamente sentirse infeliz sino sentirse vivo; cosas tan dispares que si no fuese por su propia capacidad de vivencias estaríamos hablando de un poeta ignorado pero, como demuestran otros poetas contemporáneos de Garci Sánchez de Badajoz, no sólo no era ignorado sino que era ampliamente admirado. Siendo infeliz no lo hubiese conseguido. Quizás este matiz se le haya escapado al argentino Fabián Casas que ha olvidado algo primordial: toda clase de amor verdadero nos encadena porque es un amor verdadero y quien se esclaviza ante un amor verdadero es un amador que no siente infelicidad alguna salvo en la apariencia poética que, precisamente por ello, hay que saber traducirla al verdadero lenguaje de las emociones. Lo verdaderamente triste e infeliz es que no sintiera esas emociones tan singulares. ¿No es amar una entrega de nuestras libertades? Eso es. Así que al entregar el poeta sus libertades por causa del amor nos está haciendo entender que ama dicha entrega. Por eso es conquistador y no donjuan.  
 
Refuerzo esta afirmación de que García Sánchez de Badajoz no era un infeliz, exponiendo fielmente este texto publicado por Eduard Punset: "La única respuesta a la pregunta que realmente me interesa no la veo en ninguna parte; por lo menos, explícitamente. Y desde luego no hubo referencia a ella tampoco en el debate electoral. No es culpa del diseño de la evolución que, desde luego ni tiene diseño preconcebido ni propósito. Al contrario, la selección natural a lo largo de millones de años dio como resultado un escenario cercano a la lógica. Los organismos a los que les funcionaba el circuito cerebral de motivación y recompensa para comer, sobrevivían mejor que los dotados con circuitos mediocres. Comían más y sobrevivían. A los que les gustaba hacer el amor, más que a otros, y menos barreras se interponían a su deseo, garantizaban mejor la perpetuación de la especie. Siendo eso así, cómo explicarse la capacidad infinita de la gente para hacerse infeliz. ¿Cuál es la razón evolutiva detrás de ese propósito estrafalario? Que nadie me diga ahora -tras los avances de la psicología y neurología-, que para ser creativo había que ser infeliz. Este debate duró demasiados años, desgraciadamente, y alimentó la peregrina idea de que la depresión y hasta la locura eran creativas. Hasta quedaba bien andar por ahí con una depresión constante, mientras se estaba formulando supuestamente, la mejor filosofía. Hoy sabemos que la depresión es, simplemente, una enfermedad como la sífilis, provocada por un gen o por el entorno y que afecta al tamaño del hipocampo, a la sangre y a los huesos. Se puede ser creativo a pesar de la depresión pero no gracias a ella. ¿Cuáles son entonces las causas evolutivas de esa capacidad infinita de la gente para hacerse infeliz? ¿Tiene que ver con la envidia? Es cierto que a la mayoría de las personas no les importa el crecimiento del Producto Nacional Bruto, sino lo que gana de más el vecino. ¿Tiene que ver con la perversión cultural que coarta en nombre de convenciones alambicadas pero indestructibles la capacidad de gozar? Es cierto que, a menudo, se produce una sobre inversión en prudencia posponiendo en exceso un disfrute, en aras de un bien futuro. Es cierto, pero también ocurre, tal vez más a menudo, al revés. ¿Tiene que ver con el conocimiento supuesto de las causas del sufrimiento que se convierte –el supuesto conocimiento, quiero decir-, en una losa repetitiva y asfixiante, como ocurre cuando la culpa de todo lo malo la tienen el imperialismo y los países ricos? Es cierto que el imperialismo es responsable de una buena parte del sufrimiento pero también es innegable que los gobiernos corruptos y dogmáticos de muchos países pobres lo son en mayor medida. ¿Con qué tiene que ver esa capacidad infinita para hacerse infeliz? ¿Está el secreto en el fuero interno de las personas infelices? ¿En su manera equivocada de gestionar sus emociones? ¿Por qué tanta desconfianza, enfurruñamiento y falta de esplendor?
 
Y es que la infelicidad no nace ni radica en el mayor o menor sufrimiento por conquistar un sueño sino que tiene su base fundamental en la insufrible necesidad de poseer a toda costa; lo cual no ocurre, para nada, en García Sánchez de Badajoz por lo que podemos entresacar de sus pequeñas canciones. Y he aquí la exposición/explicación más profunda que hace este poeta sobre sí mismo y su manera de amar: "Lo que queda es lo seguro, / que lo que conmigo va / deseándoos morirá. / Mi ánima queda aquí, señora, / en vuestra prisión, / partida del corazón / del dolor con que partí; / mas los ojos con que os vi, / y el cuerpo que no os verá, / deseándoos morirá. / Los ojos que van conmigo, / aquel que de vos los parte, / razón es que de mal arte / lo miren como a enemigo; / y el corazón sin abrigo / del alma que queda acá / deseándoos morirá". ¿Existe aquí alguna connotación rotunda de infelicidad o es una manera de ser feliz sabiendo que renuncia a lo que no puede alcanzar pero que sigue amando? Dos observaciones válidas y valiosas podemos entresacar: por un lado el hombre extremeño atado a las condiciones de vida esclavistas que le son ajenas al resto de los mortales y que no es infelicidad (o no tiene por qué serlo) sino necesidad; y, por otro lado, la libertad de expresar esa necesidad sin tener que echar mano de la queja lastimera sino del dolor superado por la vivencia del amor. Así que, desde el punto de vista psicológico y literario, no es lo mismo necesitar que no poseer; pues la Historia Social de la humanidad nos ha demostrado (y nos sigue demostrando) que exiten muchos seres humanos que poseen y no son felices mientras que existen otros muchos seres humanos que son felices porque no poseen o, quizás, precisamente porque no necesitan poseer para sentirse felices. El amor no es una materia ni nace de la materia. Es amor es una espiritualidad y nace de lo espiritual. Esto último es lo que sucede con el hombre extremeño encarnado por García Sánchez de Badajoz. 
 
Cabe recordar, asimismo, un célebre villancico de Garci Sánchez de Badajoz que fue objeto de múltiples glosas durante buena parte del siglo XVI:"Vee dó vas, mi pensamiento; / enbidia tengo de ti, / pues veerás el bien que vi / sin sentir el mal que siento". Paradoja tras paradoja. Juego semántico para refractar la sensación de vitalidad que rezuma su existencia. Algo así como un decir que se vive pensando en lo que se puede vivir, aunque el deseo no alcance a poseer lo que se puede vivir. ¿Es eso una renuncia a la felicidad o es eso una declaración de amor para afianzarse en la existencia humana? ¿Cómo podrían ser felices los extremeños del siglo XV si no contasen con esta capacidad de afianzar sus renuncias para embarcarse en las aventuras de buscar algo más heroico que aquello a lo que han tenido que renunciar por imposiciones ajenas? El caso de Extremadura es único en la Historia de España porque parte de una "invisibilidad" para concentrarse en un espíritu de aventura que les determina como seres con ganas de seguir existiendo. Y si la vida es una continua lucha entre el querer y el desprenderse del querer, los extremeños son maestros en esa clase de vida desde que los Reyes Católicos unieron todas las tierras españolas.
 
Terminemos por señalar un dato muy significativo relacionado directamente con García Sánchez de Badajoz. Este poeta sevillano-extremeño vivió hasta los 66 años de edad. Como resulta que la esperanza de vida en la época medieval oscilaba entre los 45 y las 53 años de edad la pregunta es la siguiente: ¿tuvo ganas de vivir o no tuvo ganas de vivir? La realidad demuestra que superó, con mucho, la media de vida de su época. Así queda desvelado que es muy probable que nunca se suicidó y que cuando hablaba de suicidio lo decía en términos simbólicos más que reales.  
 
Entre las composiciones poéticas extensas del vate ecijano, sobresalen las tituladas "Lamentaciones de amores", poema escrito en coplas de pie quebrado (y no incluido en el "Cancionero general de Hernando de Castillejo); "El sueño", composición visionaria en la que el poeta es testigo de su propio entierro; "Liciones de Job", aguda parodia de dicho libro bíblico, pronto incluida en el índice de obras prohibidas por la Inquisición; e "Infierno de amor", curiosa composición alegórica de clara estirpe dantesca y, en la actualidad, de incalculable valor para el estudioso de las Letras españolas de la época, ya que ofrece un variado repertorio de los principales poetas cancioneriles que sobresalieron en el tratamiento de la temática amorosa -entre ellos, don Alonso Pérez de Vivero (1458-1508), vizconde de Altamira, y su hermano Luis.
 
Finalizo con unas escuetas notas que entresaco de lecturas sobre este poeta. Era un perfecto creador de lugares alegóricos que metafóricametne representan los estados anímicos de los sujetos amantes: el sueño amoroso no es otra cosa sino la imagen que denota a este poeta y que, además, halla un nítido paralelismo con el sufrimiento de él y el que padecen las propias muejres amadas de la época medieval extremeña. El "sueño" es una muerte pero fingida. Tal es la interiorización que los hombres extremeños instalaron en su ánimo durante aquellos períodos de la Edad Media cuando ya se acercaba el Renacimiento. Aquí el vocablo "muerte" (lo pongo entrecomillado para indicar que es metafórico) significa directamente sueño, pero esta metáfora no deja por ello de proyectar en el poema una soledad y, literalmetne, significa la muerte del sueño, la muerte y la inclusión potencial del uso del vocablo "vida" que resulta no ya sólo metafórico sino sobre todo metafísico.
 
Como dice Javier García Gibert (filólogo y ensayista español nacido en Valencia en el año de 1956 y Doctor en Filología con una tesis sobre Baltasar Gracián y, a su vez,  estudioso de la tradición humanística, que es autor de investigaciones sobre la literatura española de los Siglos de Oro y la tradición literaria occidental, tanto desde su fuente clásica greco-latina como desde su fuente bíblica judeo-cristiana siendo ya Profesor de la Unviersidad de Valencia), todo lo que podemos encontrar en García Sánchez de Badajoz se reduce, en definitiva, a un breve pareado que aparece en su poema titulado "La mucha tristeza mía". Dice así: "recordé y halléme vivo / de la qual cosa soy muerto". Significante y significados claramente definitorios del pensamiento medieval en Extremadura. 
 
 

 
 
Página 1 / 1
Foto del autor José Orero De Julián
Textos Publicados: 7132
Miembro desde: Jun 29, 2009
0 Comentarios 458 Lecturas Favorito 0 veces
Descripción

Tesis Doctoral en forma de Ensayo.

Palabras Clave: Literatura Prosa Tesis Doctorado Ensayo Narrativa Conocimiento Sociedad Análisis Cultura.

Categoría: Ensayos

Subcategoría: Sociedad



Comentarios (0)add comment
menos espacio | mas espacio

Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.

busy