El pensamiento más absurdo, irracional y errático de toda la Historia de la Filosofía humana le corresponde a un hombre que quiso ser superior a todos los demás hombres diciendo que "Dios está muerto". Se llamaba Friedrich Nietzsche y, en su profunda ignorancia mental, se convirtió en una persona incogruente, tan lleno de confusiones y contradicciones elementales que ha pasado a ser el filósofo más anti filósofo que existe; porque la cualidad más esencial de todo hombre con pensamientos es la de llegar a ser comprendido por todos los que leen sus pensamientos. Nietsche es todo lo contrario de un filósofo que se precie de serlo. Por eso Thomas Hobbes, muchísimo más sensato que Friedrich Nietszsche, estudiando la naturaleza de los seres humanos carentes de la presencia de Dios en sus personalidades, llegó a decir como conclusión de dichos estudios que "El hombre es el lobo del hombre".

Tengo un anuncio que habla de un Taller de Psicología que va a impartir en la ciudad de Murcia, el próximo sábado 30 de enero de 2016, el psicólogo Rafa Fernández. Como sinopsis del taller leo lo siguiente: "En las creencias está una de las claves de todo el universo psicológico. Las ideas y pensamientos más profundamente arraigados son el fundamento de nuestra personalidad, pues determinan nuestros sentimientos de valía, autoestima, sensación de competencia, integración, amor, seguridad, confianza y autonomía. Las creencias negativas son como una cárcel. Las creencias básicas y los valores son la marca invisible de nuestra propia identidad; influyen en todo: desde la elección de pareja hasta los límites a los que me permito, o no, aspirar en la vida". 

Límites. Hablemos antes que nada de nuestros límites. El último párrafo de mi propio cuento titulado "Y en el principio era Nada" es el siguiente: "Adán quedó profundamente enamorado de Eva. La besó en los labios y, unidos de las manos, se dirigieron hacia el extremo del Paraíso. Y Adán y Eva, en compañía de sus respectivas sombras, abandonaron el Paraíso Terrenal porque Adán había renunciado a la eternidad por ella y ella, por Adán, había renunciado a la libertad. Y se fueron a otro lugar de la Tierra sabiendo que se acariciarían, se besarían, harían el amor conjuntamente, vivirían y morirían… pero antes de morir habrían procreado una infinita serie de futuras generaciones de seres humanos como ellos pero distintos, iguales que ellos pero diferentes, que producirían ideas, pensamientos y sentimientos como los de ellos pero de otras maneras y a los cuales les habían cedido y transmitido la Eternidad y la Libertad a la que ellos habían renunciado por amor. Y sabiendo que, a partir de entonces, tendrían que poner nuevos nombres a todas las cosas y animales de la Tierra y que tendrían que escribir una nueva Historia. Y a todas esas infinitas generaciones, las que obtuvieron su Eternidad y su Libertad, la llamaron Humanidad".

Vengo observando que, desde ya muy avanzado el pasado siglo XX, los historiadores de la humanidad parece que han asumido un complejo de inferioridad bastante alarmante. Antes de dichas fechas, quienes escribían sobre la Historia de los hombres y mujeres de este planeta llamado Tierra, no tenían ninguna clase de complejo para dividirla en antes de Jesucristo y después de Jesucristo. ¿Qué hacen hoy la inmensa mayoría de los autores cuando se refieren a estas dos divisiones históricas? Algo que demuestra su enorme complejo de inferioridad. Les da por dividir a la Historia en antes de Cristo y después de Cristo. Observando detenidamente este detalle de decir Cristo en lugar de Jesucristo se llega a una conclusión bastante curiosa, interesante e importante. ¿Por qué desean tanto eliminar a Jesús de su esencia como Cristo? ¿Por qué cometen la estupidez de querer decir que Cristo es alguien o algo así como un concepto abstracto en lugar de una realidad viva y profundamente humana llamada Jesús de Nazaret? Detrás de todo ello siempre existen intereses ocultos.

En primer lugar existe el interés oculto de relativizar a Jesús para hacerle pasar como un simple hombre más de los muchos que han hablado de Dios. Sin embargo, ¿ha habido alguna vez un hombre que no sólo es concreto y real sino que alcanzó a salvar a la Humanidad gracias al sacrificio que hizo por todos nosotros y nosotras? En mi cuento afirmo que Adán renunció a su eternidad y que Eva renunció a su libertad. Efectivamente, Dios tuvo compasión de los seres humanos y por eso hizo que Jesucristo viniese a la Tierra para, a través del Espíritu Santo, volver a insuflar en el alma humana el soplo divino que nos devolviera esa eternidad, convertida ahora en otra dimensión superior a la terrenal, y otra libertad, convertida ahora en otra significación superior llamada liberación. 

Volvamos a la Historia de la Humanidad y a la frase "el hombre es el lobo del hombre". Analizando profundamente la historia humana, nos encontramos, a lo largo de toda ella, un número enorme de hombres exterminadores que quisieron acabar, con sus locuras de poder, a todos los demás hombres y mujeres que no fueran iguales a ellos; pero sabemos que, por la Gracia de Dios, no ha existido jamás, ni existe, ni existirá nunca, dos hombres iguales. Entonces nos encontramos con una respuesta que parece insólita pero es real: todos esos humanos exterminadores de los demás seres humanos que no fueran iguales a ellos, de haber vencido con sus locura, habrían eliminado absolutamente a todos los demás seres humanos, hombres y mujeres, por no haber ninguno igual a ellos. Y se hubiese extinguido la raza humana. 

Pasemos a analizar ahora la frase "Dios está muerto". Creencias irracionales. Tal como titula el psicólogo Rafa Fernández a su próximo taller, estamos ante un claro ejemplo de creencia irracional. Si la razón es algo lógico, lo que no puede ser ni lógico ni razonable es que alguien que no cree en la existencia de Dios diga que Dios está muerto. Por una sencilla razón: ¿cómo puede morir alguien o algo que no existe? Parar morir antes de ello es necesario existir y si los ateos afirman que Dios no existe ¿por qué los socialistas, comunistas, anarquistas y otro largo etcétera de no creyentes afirman que ellos han matado a Dios? ¿No existe en esa frase un contenido totalmente absurdo e irracional? Sólo se puede matar a alguien o algo que tiene vida y sólo alguien o algo tiene vida si de verdad existe. Luego no creer en Dios y matar a Dios es algo verdaderamente estúpido además de imposible. 

En un gran momento de lucidez, Tomás de Aquino (y estamos hablando ahora del siglo XIII) llegó a decir sobre la existencia de Dios lo siguiente: "Es evidente que existe la verdad. Porque el que niega que existe la verdad, conoce que la verdad existe. Si, pues, no existe la verdad, es verdad que la verdad no existe". Yo demuestro que la verdad existe con una demostración totalmente simple y sencilla de entender. Existe la mentira. Todos sabemos que existe la mentira porque todos, alguna vez en nuestra vida, hemos tenido que mentir por causas más o menos banales. ¿Por qué los seres humanos mienten? Porque existe al antítesis de la mentira y esa antítesis se le conoce como la verdad. Como principio existencial sabido y admitido por todos los seres humanos a un valor positivo se le antepone un valor negativo precisamente para hacer que sea positivo en base a la comparación. Eso se produce en todos los órdenes de nuestra vida humana. Entonces está claro que si la mentira existe es porque existe la verdad. La mentira del ateísmo existe porque existe la verdad del teísmo. Lo cual quiere decir que quienes dicen que Dios está muerto están haciendo saber que Dios puede estar vivo? En este sentido, ¿puede decirme alguien en qué momento, lugar o tiempo, los hombres fueron capaces de matar a Dios? No existe ese dato concreto en la Historia de la Humanidad. 

Sólo existe el dato concreto de que Jesús de Nazaret transformó a toda la Humanidad porque poseía verdades temporales que se han convertido en verdades absolutas para cualquier época de la Humanidad. Multitudes de hombres y mujeres, creyentes o no creyentes, han afirmado a lo largo de toda la Historia la verdad de que Dios existe. Por escoger una frase de las miles que existen sobre este asunto, he aquí la que dijo José Antonio Echevarría: "Siento lástima de los hombres que niegan la existencia de Dios, porque no han visto la belleza de la naturaleza“. La naturaleza. He aquí otro dato interesante. Muchos hombres dicen amar a la naturaleza (creación) sin amar al autor de la naturaleza (creador). ¿Es lógico admirar el cuadro de "Guernica" sin admirar a Picasso que fue su autor? Eso no se lo cuestiona nadie. Entonces, ¿por qué tanto cuestionar la existencia de Dios cuando, por contra, elogiamos lo que Dios creó? Es otra de las muchas paradojas e incongruencias de quienes sienten el complejo patológico que hace que acepten una creación olvidando la existencia de un creador. Sin Picasso no existiría el "Guernica". Sin Dios no existiría la naturaleza. ¿Y qué sucedería con los hombres si no existiera la naturaleza? Simplemente que jamás hubiese existido el hombre o, de haber existido, su paso por la vida hubiese sido tan efímera que no hubiese dejado ninguna huella. Porque el hombre no puede vivir sin la naturaleza que le da de vivir. 

¿La naturaleza pudo, por sí misma, crearse para dar vida a los hombres? Creer eso es tan ridículo como creer que puedes alcanzar la luna dando un salto sin cohete ni artefacto creado por alguien con la misión de llevarnos hasta la luna. Eso mismo sucede con la naturaleza. Hay un ser que la ha creado para que podamos vivir. Ese ser se llama Dios. Por eso el hombre vive porque Dios vive. De otra manera sería imposible la existencia humana. Si pensamos en la cantidad de errores cometidos por los seres humanos a la hora de no respetar la naturaleza que da la vida a millones de seres humanos nos damos cuenta de que si no fuese porque Dios vive, para hacer que los hombres sigan viviendo a pesar de tantos depredadores humanos, la población humana hubiese ido siempre decreciendo y decreciendo hasta llegar a desaparecer por completo. 

Cuando Satanás fue derrotado por Jesús en la Cruz, la vida humana se salvó de su extinción total. Ese fue el pacto que Dios hizo con los seres humanos creyentes o no creyentes. Y eso es lo que ofusca la mentalidad de quienes se creen tan superiores que olvidan cosas tan elementales como que para nacer tiene que haber alguien que nos permita nacer. Eso mismo sucede cuando de Dios queremos hablar. Para vivir tiene que haber alguien que ha inventado la vida porque, en caso contrario, ni tan siquiera podríamos saber lo que es la vida porque no habríamos nacido jamás.