Voces de Extremadura (Tesis Doctoral): Bartolom Torres Naharro (1480-1530) EN ELABORACIN.
Publicado en Jan 25, 2016
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Para conocer la semblanza del extremeño Bartolomé Torres Naharro recurro a Wuikipedia y esto es lo que descubro. Bartolomé Torres Naharro (Torre de Miguel Sesemero, Badajoz, hacia 1480 - hacia 1530) fue un dramaturgo, poeta y teórico del teatro español del Renacimiento. Nació en la localidad pacense de Torre de Miguel Sesmero (España). Casi todas las noticias que tenemos sobre su vida son hipotéticas. Al parecer estudió Filosofía y Humanidades en la Universidad de Salamanca, al servicio de un estudiante de mayores posibilidades económicas. Se ordenó sacerdote, pero probablemente renunció a los hábitos para enrolarse como soldado. Debió de servir como secretario en Valencia o Sevilla, puerto desde el que probablemente embarca con dirección a Italia. En el viaje es capturado por corsarios berberiscos, aunque fue rescatado.
 
Hacia 1508 llegó a Roma, donde es posible que comenzara a escribir su primera comedia ("Serafina"). Allí se relacionó con la numerosa colonia española, ambiente que recreó escribiendo entre 1509 y 1510 su comedia "Soldadesca". En torno a 1513 Torres Naharro sirve a diversos nobles, entre los que se contó el cardenal español Bernardino López de Carvajal, aunque no ocupó un lugar de relevancia como cortesano. Compondría entre este año y 1516 también en Roma al menos las comedias "Trofea", "Jacinta" y "Tinelaria", a la que se podría sumar su comedia más lograda, "Himenea".
 
Ya en Nápoles, en 1517, publica una recopilación de sus obras dramáticas y poéticas, a la que precede un prólogo, que constituye la primera poética teatral española, con el título de "Propalladia", donde muestra un amplio conocimiento de la preceptiva dramática grecolatina. Su segunda edición aparece en Sevilla en 1520 (lo que indicaría que Torres Naharro había vuelto a España) ampliada con otra comedia: "Calamita". Antes de 1523 escribiría otra obra teatral, la "Aquilana". No se sabe a ciencia cierta cuándo murió, y se proponen fechas que van de 1520 a 1540, aunque es posible conjeturar que falleciera en España.
 
Escribió un total de nueve obras dramáticas, todas comedias, aunque con conflictos serios. En ellas demuestra un conocimiento del ser humano y una experiencia superior al del teatro de égoglas de Juan del Encina o Lucas Fernández. Aparte del elemental "Diálogo del Nacimiento", que aún sigue el modelo de Juan del Encina, todas ellas son de amplio desarrollo, con varios personajes y conflictos. La métrica de sus obras es monoestrófica y pertenece a la tradición española. Son frecuentes las coplas octosílabas de pie quebrado, como la que utilizará más tarde Jaime de Huete, en cuya obra debió influir Torres Naharro. Solo en la "Himenea" utiliza una estrofa italianizante. En ocasiones utiliza varias lenguas, como corresponde a los distintos orígenes de la cosmopolita población de Roma, como el portugués, el italiano o el francés. Su estilo es, en todo caso, rico y vigoroso. La comedia "Serafina"(1508) es con probabilidad su primera obra dramática. Su argumento procede del romancero, en concreto del asunto tratado en el «Romance del conde Alarcos», en la que Floristán, despechado por Serafina, pide en matrimonio a Orphea. El conflicto que plantea es el del amor con dos mujeres, pero se resuelve con la llegada de Policiano, que queda casado finalmente con Orphea, mientras que Floristán regresa al amor de Serafina, a quien se une. La comedia refleja el erasmismo de la primera mitad del siglo XVI.
 
Por otro lado, "Soldadesca" (quizás de 1510) es una comedia "a noticia" que refleja la vida de las compañías de soldados momentos antes de embarcar para la guerra. Muestra la corrupción, la criminalidad y la bestialidad de los instintos de este colectivo. Conforma un cuadro de observación realista cuya intención es social y crítica, denunciando los abusos y la impunidad de los soldados españoles y mercenarios en Roma. "Trofea" (quizás de 1514) es una comedia "a noticia" compuesta con motivo de la celebración de una embajada de Manuel el Afortunado enviada al Papa León X. A esta le debió seguir en el tiempo "Jacinta" (de 1514 o 1515). "Tinellaria" es otra de las comedias de observación de costumbres o "a noticia". En ella encontramos una lengua macarrónica compuesta de la mezcla de varios dialectos y lenguas españolas, así como portugués, latín, italiano, francés y alemán, con motivo de la descripción de un banquete en el tinelo o comedor de los criados del palacio de un cardenal. Lo que se muestra es la mentalidad picaresca, la vida relajada y parasitaria de unas gentes que debían prestar a su señor gratitud y trabajo. La intensidad está extraordinariamente conseguida.
 
"Himenea" (quizás de 1516), considerada su mejor obra, está basada en tres actos de "La Celestina" de Rojas. Su concepción es ya muy madura y consigue aumentar la intriga emocional hasta el clímax, que se produce cuando su protagonista, un ofendido marqués, en un precedente del tema de honra y la venganza sangrienta que será habitual en el teatro del siglo XVII, se apresta a dar muerte a su hermana Phebea. Pero en ese preciso instante, hace acto de presencia su enamorado Himeneo revelando que ya son marido y mujer y evitando la tragedia de honra. En ella se dan ya rasgos precursores del teatro del Siglo de Oro español, como los conflictos de los galanes, las escenas nocturnas llenas de equívoco y misterio, con los criados de estos galanes llenos de miedo, actuando como graciosos, y por tanto, se ha visto en ella un precedente de la comedia de capa y espada barroca. La comedia llamada "Calammita", ofrece un muy bien construido tratamiento de los mismos temas que la comedia "Himenea", como ocurre también con la comedia "Aquilana".
 
"Propalladia" (editada en Nápoles, por Joan Pasqueto de Sallo, en 1517) reúne su obra dramática y poética. Fue reeditada en numerosas ocasiones tanto en España como en el extranjero, hasta que el libro fue incluido en el "Índice de libros prohibidos" de 1559. Está antecedida por un prólogo en el que elabora una teoría dramática personal, que conjuga el conocimiento de la preceptiva clásica con la práctica ante un público, como hiciera para el teatro barroco Lope de Vega. Se trata de la primera exposición teórica importante cerca del teatro de todo el Renacimiento europeo. Su concepto de la dramaturgia mantiene muchos de los condicionantes de la comedia latina, como la división en cinco actos, a las que llamó ya «jornadas», y la "captatio benevolentiae" o atracción del interés del público al comienzo de la representación por medio del introito, que además cumple la función de explicar el argumento de la obra.
 
Dividió las comedias en dos tipos: "a fantasía" (intriga de ficción) y "a noticia" (de observación de la realidad). Sin embargo, a diferencia de la poética aristotélica, concibe la comedia con final feliz pero con personajes notables, como los de la tragedia (un rasgo que tendría continuidad en la comedia nueva lopesca), y, también al igual que el teatro del Siglo de Oro posterior, combinaría una trama de personajes principales con enredos y amoríos de criados y sirvientes, a imitación de "La Celestina" de Rojas y otros precedentes del teatro humanístico o universitario. Para él la comedia puede comprender asuntos de carácter histórico (cuando muchos teóricos del Renacimiento los consideran exclusivos de la tragedia) en perfecta convivencia con los enredos inventados.
 
Proclama la necesidad de que el número de personas del drama esté entre seis y doce, si bien reconoce que el asunto de su "Tinellaria" le obligó a introducir más de veinte. Con ello muestra que debe predominar el sentido común frente a la rigidez normativa. También es el primero en postular la necesidad del decoro teatral, que concibe como: "una justa y decente continuación de la materia, conviene a saber: dando a cada uno lo suyo, evitar las cosas impropias, usar de todas las legítimas, de manera que el siervo no diga ni haga actos del señor y viceversa". Posiblemente su influencia en la evolución posterior del teatro en España fue mucho mayor que la que tuvieron Gil Vicente o Juan del Encina. Además constituye un paso decisivo en la reintroducción del teatro clásico en España a finales de siglo XVI, con autores como Juan de la Cueva o el propio Miguel de Cervantes.
 
La Enciclopedia Salvat dice lo siguiente sobre Bartolomé Torres Naharro: Dramaturgo y poeta. De su vida sólo se sabe que, tras naufragar la nave en que viajaba, tal vez como soldado, cayó prisionero de los berberiscos y pasó un tiempo cautivo en Argel. Habiendo abrazado el estado de sacerdote, vivió en Roma y Nápoles y gozó de la protección del cardenal Bernardino de Carvajal y del papa León X. Sus poesías, que siguen las formas tradicionales castellanas, revelan un espíritu crítico frente a la disipación de la sociedad romana y del propio clero, al tiempo que ponen de manifiesto las íntimas contradicciones del autor, que con notable espontaneidad se muestra tan sensible a los postulados de la moral como a los placeres mundanos.
 
Estamos hablando de la época de León X, papa 217 de la Iglesia católica de 1513 a 1521. De nombre secular Giovanni di Lorenzo de' Medici, era el segundo hijo varón de Lorenzo el Magnífico, de la noble familia de los Médici, y de Clarice Orsini, de la no menos ilustre Casa de Orsini. Su padre, regente de Florencia, movió sus influencias para que el hijo hiciese una rápida carrera eclesiástica: a los siete años de edad recibió la tonsura, a los ocho la administración de la abadía de Font-Douce por concesión del rey Luis XI de Francia, a los nueve fue nombrado protonotario apostólico por Sixto IV, y tres años después abad de Montecasino. Con tan solo 13 años, Inocencio VIII, que era consuegro de Lorenzo de Médici, le creó cardenal diácono de Santa María in Domnica en el consistorio celebrado en 1489, aunque dada su corta edad fue investido con las insignias cardenalicias tres años después.
Educado en la corte florentina bajo la tutela de Angelo Poliziano, Bernardo Michelozzi, Urbano Valeriano, Demetrio Calcocondilas, Gregorio da Spoleto, Marsilio Ficino y Bernardo Dovizi, también pasó tres años en la Universidad de Pisa, instruyéndose en teología y derecho canónico, En 1513, ante la muerte de Julio II, todo indicaba que el siguiente papa sería el cardenal húngaro Tomás Bakócz, quien había mantenido una política activa y fructífera ante la situación crítica contra Venecia, convirtiéndose en gran aliado de los Habsburgo. De esta manera, Bakócz se trasladó a Roma para el cónclave, con la manifiesta intención de ser elegido. Fue recibido con una verdadera pompa principesca, sin embargo, tanto Venecia como el emperador Maximiliano I de Habsburgo le traicionaron, y pronto fue elegido en su lugar Giovanni di Medici, el hijo de Lorenzo el Magnífico.
 
Su habilidad en política internacional se refleja en su capacidad para evitar la invasión francesa de Italia, aunque en 1515 fue derrotado por Francisco I, Rey de Francia. Un año después las relaciones entre la Santa Sede y Francia quedaron reguladas por el Concordato de Bologna, que supuso el fin del galicanismo (independencia de la Iglesia en Francia respecto del papa y, en cambio, sujeción a la autoridad del Estado) que implicaba la Pragmática Sanción de Bourges; el rey recibió el poder de nombrar obispos y otros altos cargos, comprometiéndose el papa a validar sus nombramientos. En 1519 la muerte de Maximiliano dejaba vacante el trono del imperio. León X permaneció indeciso sobre a quién de los dos candidatos, Francisco I de Francia o Carlos I de España, prestar el apoyo que ambos le solicitaban. Recelaba de los dos y de su poder acumulado si unían a los cetros de sus respectivas naciones el imperial; finalmente se decantó por el francés, pero pronto rectificó, pues cuando tuvo que admitir como irremediable que sería el español el designado tomó partido por el presunto ganador. Más tarde subvencionaría las campañas italianas de Carlos I (ahora también V del Sacro Imperio Romano) con grandes sumas de dinero que, junto al despilfarro generalizado que existía en la corte del papa, tan dado a suntuosas y costosísimas diversiones, dejaron exhausto el erario vaticano. A nivel italiano, León X convirtió la Sede Apostólica en la fuerza política dominante. Desde la perspectiva religiosa, León X contó en su pontificado con la conclusión del V Concilio de Letrán en 1517, Concilio que se pronunció favorablemente al concordato con Francia y promovió el establecimiento de un sistema de censura para los libros.
 
León X tuvo una formación erudita y artística acorde con la tradición Médici, de manera que se puede hablar de un importante papel de mecenazgo de las artes; gastó fuertes sumas de dinero en proyectos llevados a cabo por maestros como Rafael y Bramante. Sus extravagancias como mecenas, la reconstrucción de la Basílica de San Pedro y la ostentación de su corte fueron, de forma indirecta, responsables del movimiento reformador. La vida opulenta y desenfrenada de la corte papal contrasta con la vida particular de León X, más apegada a las reglas y preceptos de la religión católica. Como florentino que era y como Médici (hijo de Lorenzo el Magnífico) fue un hombre educado en los refinamientos de la cultura renacentista. El nuevo papa era un diletante voluptuoso y hedonista, amante de los placeres de la música, de la literatura, de la pintura, y también de otros más sensuales. (Se lo considera el último papa renacentista). El patrocinio que dispensó a las artes y a las letras y a cuantos descollaban en unas y otras le llevó al extremo de nombrar cardenales a los eruditos y poetas Bernardo Dovizi da Bibbiena, Pietro Bembo y Giulio Sadoleto. Precisamente, Pico della Mirandola (1463-1494), contemporáneo suyo, atribuye en una carta de este papa al cardenal Pietro Bembo la siguiente cita: "Desde tiempos inmemoriales es sabido cuán provechosa nos ha resultado esta fábula de Jesucristo". De todos modos, en la actualidad no existe documento alguno que pueda testificar esta supuesta frase de León X. También dijo: "Puesto que Dios nos ha dado el papado, disfrutémoslo". El deseo de beneficiar a sus familiares le inspiró la idea de formar un ducado con los territorios de Parma, Piacenza, Reggio y Módena para que fuese señoreado por su hermano Julián, o la de separar el ducado de Urbino de las posesiones de la Iglesia para entregarlo a su sobrino Lorenzo de Médici. Por lo demás, su sentido del goce pacífico de la vida le inclinó a dejar de lado las desavenencias de su antecesor Julio II con Luis XII con quien buscó mantener una cordial relación. En este marco se sitúa la mediación que realizó entre el rey viudo francés y Enrique VIII de Inglaterra para que éste consintiera en la boda de su hermana con aquél. Pero Luis XII murió en 1515 sin que pudiera llevarse a término la unión.
 
La construcción de la Basílica de San Pedro emprendida por León X demandaba cuantiosas inversiones de oro y plata, metales agotados en las arcas de la Iglesia de Roma; había que allegarlos por vía de tributos especiales y recaudaciones extraordinarias. Agobiados los Estados Pontificios por las cada vez más abultadas medidas fiscales, acudió el papa al socorrido recurso de la venta de indulgencias; bajo la promesa de obtener el ciento por uno en la otra vida, publicó una bula el 31 de marzo de 1515 solicitando los donativos de los fieles cristianos para la obra basilical. La escandalosa transacción de indulgencias por dinero fue el detonante para que Martín Lutero iniciara en 1517 una reforma eclesiástica que habría de escindir la comunidad cristiana. De nada sirvieron las condenas de las doctrinas luteranas hechas por el papa ni la excomunión en 1521 de su autor y de quienes las siguieron: la Reforma protestante no se pudo frenar. Johann Tetzel, monje alemán comisionado por el papa León X, pretendió recolectar grandes sumas de dinero vendiendo indulgencias, esto es, el perdón de la pena debida por los pecados, a cambio de un pago previamente establecido; entre otras consideraciones, esto fue motivo para una indignada respuesta de Martín Lutero que publicó "Las 95 tesis" en 1517, e inició así la Reforma Protestante. León X condenó las tesis luteranas en 1520 mediante la bula "Exsurge Domine", que Lutero quemó públicamente y, al no arrepentirse, el papa pronunció su excomunión y la de sus partidarios en 1521. Luego de la Reforma Protestante, la Iglesia puso un freno a los abusos. León X recuerda, con motivo de la condenación de Martín Lutero, la distinción entre la remisión de la pena temporal y el perdón de los pecados propiamente dichos. Algunos protestantes sostienen que Lutero se indignó, entre otras cosas, por la existencia de una bula, conocida hoy como "Taxa Cararae", en la que el papa fijaba los estipendios a entregar a la corte papal en función de los diversos pecados posibles, en vistas a su absolución. Según esto, se podría obtener el perdón por los pecados cometidos, o comprarlo anticipadamente para los pecados a cometer, a modo de licencia, mediante un pago en dinero. Recientemente se ha desatado una fuerte polémica entre quienes defienden la autenticidad del documento y quienes la niegan. El periodista español Pepe Rodríguez, ha defendido su autenticidad aun reconociendo que no se han obtenido los documentos originales. Mientras tanto, desde organizaciones cercanas a la Iglesia católica, se ha sostenido que el documento es falso tal cual lo presenta Pepe Rodríguez: documentos "en apariencia" semejantes "sí" existieron y son consultables en las bibliotecas más importantes, pero versan en realidad "no sobre el perdón de los pecados o la concesión de indulgencias", sino sobre precios asignados al "trabajo notarial" que se realizaba a la hora de confeccionar documentos oficiales de la Curia romana; de ser así, no se trataría de un "punto culminante de la corrupción humana", como lo adjetiva Rodríguez, sino, por el contrario, de un intento de los papas por desterrar posibles abusos de los escribanos de la Curia. Su primo Giulio di Giuliano de Médici, sería elegido papa y adoptando el nombre de Clemente VII en 1523.
 
En cuanto al cardenal Bernardino López de Carvaja y Sande, se conoce lo siguiente. Nacido en Plasencia, el 8 de septiembre de 1456  y muerto en  Roma, el 16 de diciembre de 1523, fue cardenal y obispo de la Iglesia católica. Era hijo de Francisco López de Carvajal, señor de Torrejón el Rubio (Cáceres), y de Aldonza de Sande, hija de Álvaro de Sande, marqués de Valdefuentes. Fue hombre de letras, pero sobre todo, prototipo de eclesiástico de carrera, comprometido en los conflictos políticos y religiosos de su tiempo, doctor en derecho y teología, maestro y rector (1481) de la Universidad de Salamanca, marchó pronto a Roma, con el patrocinio del Cardenal Mendoza, donde ejerció como cubiculario del Papa Sixto IV.
Residió en España, entre 1485 y 1488, como nuncio y colector de Inocencio VIII, nombrándole obispo de Astorga, el 27 de agosto de 1488, de Badajoz, el 23 de enero de 1489, de Cartagena, el 27 de marzo de 1493. Alejandro VI le nombró cardenal en 1493 y después de la muerte de su patrocinador, el cardenal Mendoza y a instancias de la Reina Isabel, con el título "de la Santa Cruz en Jerusalén" y obispo de Sigüenza el 20 de febrero de 1495, aunque nunca viajó a la diócesis. Ostentó también cargos de carácter civil: fue delegado por Fernando II de Aragón ante el papa Alejandro el 3 de mayo de 1493 en una reunión bilateral con Portugal para el reparto de las conquistas, que culminó en el Tratado de Tordesillas; también representó a Carlos VIII de Francia en Italia, como legado "ad latere", y a Maximiliano I de Austria en Lombardía. Carvajal era "de facto" el embajador de los Reyes Católicos en la Curia. Confiaba resultar elegido papa, a la muerte de Alejandro VI, pero ni esa vez (1503), ni un mes más tarde, tras la muerte de Pío III, conseguiría su propósito. Por eso y porque no obtuvo el apoyo de Fernando el Católico, su relación con la Corona de España y con el nuevo papa, Julio II, se fue deteriorando hasta llegar a una alianza plena con los intereses de Luis XII de Francia, frente a Roma y contra España. Encabezó el cismático Conciliábulo de Pisa en el año 1511 con la consecuencia de ser excomulgado y dando fin a sus ambiciones "papables", aunque se retractó el 30 de junio de 1513 ante el Papa, León X, y le fueron restituidos sus cargos, excepto Sigüenza, que sustituyó por Plasencia.
 
A pesar de haberse retractado, la relación con otros miembros de la Curia continuó siendo conflictiva, hasta el punto de que en 1516 se llegó al conflicto armado con varias familias con responsabilidad en el gobierno de la Iglesia, como los Médici y los Orsini. En enero de 1516, el cardenal de la Santa Cruz tenía unos trescientos españoles al servicio de su casa. Un grupo de ellos, a las puertas del palacio del cardenal en Roma, ofendió y maltrató a un ciudadano romano amigo del cardenal Marco Cornaro. Tras las protestas del cual, se generó un conflicto diplomático entre las casas de ambos cardenales al que el papa León X puso fin. Sin embargo, un grupo de españoles, reconociendo en la calle al denunciante y considerando la intervención de León X una ofensa para su amo, lo asesinaron. Con posterioridad a este suceso, Lorenzo II de Médici encabezando las tropas papales - caballería y suizos - el cardenal Hipólito de Médici, el cardenal Orsini y otros miembros, partidarios y criados de sus respectivas familias, se dirigieron al castillo del cardenal Carvajal - conocido en Roma por cardenal Santa Croce - donde fueron recibidos con artillería. Tras una escaramuza y una negociación, se optó por entregar a los asesinos a la justicia papal. Se encuentra enterrado en la Basílica de la Santa Cruz de Jerusalén, en Roma, de la que era titular.
 
En todo este ambiente de ambiciones, luchas e incluso crímenes y cismas, Bartolomé Torres Naharro vivió una vida contradictoria, como sucedía con muchos optros personajes nacidos en Extremadura: Por un lado, las necesidades fisicas les hacían vivir escalando en las pirámides sociales del poder; pero, por el otro lado, los continos complejos escrupulosos que siempre les acompañaban, hacían de los extremeños hombres que rozaban el misticismo moral. Entre ambas luchas tan contradcictorias ellos decidían vivir de la mejor manera posible y procurar no llamar demasiado la atención para poder medrar sin ser expulsados de sus situaciones de prvilegios que, para mayro contradicción, no tenían nunca la inmensa mayoría de sus paisanos extremeños. Torres naharro es un ejemplo de individualidad que se preocupa más de su persona que de la tierra donde nació. Aun así, vamos a ver qué sucedía en su mente a través de unos cuantos poemitas entresacados del exhaustivo estudio que hace de la "Propalladia", José Luis Canet Vallés, Doctor del Departamento de Filología Española de la Unviersidad de Valencia. Comenzamos por uno perteneciente al introito de la comedia "Ymenea".
 
"Miafé, quanto a lo primero, / yo's recalco un Dios mantenga / más rezio que una saeta, / y por amor del apero, / la revelleda muy luenga / y la mortal çapateta. / ¡Ahuera, ahuera, pesares! / ¡Sus d'aquí, tirrias amargas! / Vengan prazeres a cargas / y regozijos a pares, / qu'el plazer / más engorda qu'el comer".
CONTINUARÁ.
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Foto del autor Jos Orero De Julin
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Miembro desde: Jun 29, 2009
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Descripción

Tesis Doctoral en forma de Ensayo.

Palabras Clave: Literatura.

Categoría: Ensayos

Subcategoría: Sociedad



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