Una botella con Botticelli (Entrevista)
Publicado en Mar 01, 2016
Hace una tarde espléndida en Florencia. Acudo a la cita con Alessandro di Mariano di Vanni Filipe para entrevistarle debido a que acaba de inaugurar su propio taller de pintura en Florencia. Me lo encuentro tirado en el suelo y más borracho que una cuba.
Diesel.- Perdone, don Alessandro di Mariano di Vanni Filipe. Si desea puedo volver en otro momento más adecuado. Él se levanta como puede... Botticelli.- Nada de nada, Diesel. Somos nada de nada. Diesel.- Ya. Por eso digo que quizás sea mejor que hablemos en otro momento en que seamos algo de algo. Botticelli.- No. Solamente estoy un poco achispado nada más. Llámame únicamente Sandro y por favor tuteame ya que sólo soy Botticelli. Diesel.- Está bien, Sandro. ¿Tú crees que es propio de todo un gran pintor celebrar de esta manera la inauguración de su propio taller? Botticelli.- Recuerda que estamos en el Humanismo y es de humanos cojer cogorza tras cogorza una vez alcanzado el Humanismo. Diesel.- ¿Es también propio del Humanismo imitar a los cosacos que son más antiguos que la Edad de la Pebbles Culture? Botticelli.- ¡Ay, amigo Diesel! Soy un pintor dividido y atormentado. Necesito ser rescatado de nuevo. Diesel.- No te preocupes tanto. Yo vengo a rescatarte para que se tenga claro conocimiento de lo que eres y así pases a la posteridad como lo que no eres. Botticelli.- No entiendo ese juego de palabras. Diesel.- ¿Qué es ser o no ser, Sandro? Botticelli.- Ser es ser pintor y no ser es ser de los de la brocha gorda nada más. Diesel.- ¿Y no te iría mejor siendo de los de la brocha gorda nada más en lugar de estar pintando venus desnudas? Botticelli.- ¡Ay, amigo Diesel! ¡El nacimiento de Venus! ¡La primavera! Sólo de recordarlo la sangre se me altera. Diesel.- Vamos a hablar ya con coherencia, Sandro. ¿Es cierto o no es cierto que debes tu fama a que te ha enchufado Lorenzo? Botticelli.- ¡Por favor! No se lo digas a nadie. Diesel.- ¿Es que te preocupan tanto las prédicas de Girolamo? Botticelli.- ¡Me arde la sangre cada vez que las oigo! ¡Un día de estos le retrato con cara de burro! ¿No te parece propio de un bárbaro ir quemando a las vanidades? Diesel.- ¿Pero te gusta o no te gusta Lorenzo? Botticelli.- ¡Ay, Diesel! Si yo te contara... Diesel.- Para eso he venido a entrevistarte. Cuenta. Botticelli.- En mi corazón sólo existe Simonetta. Diesel.- ¡Atiza! ¿La esposa de Marco? Botticelli.- Eso es, amigo Diesel. Por eso no paro de beber vino para poder olvidarla. Diesel.- ¿Alguien te ha enseñado que beber vino no sirve para olvidar nada? Botticelli.- ¡Ay , amigo Diesel! Claro que lo sé... claro que lo sé... Diesel.- Sé un poco más claro cuando hables, Sandro. ¿Te dedicas o no te dedicas al claroscuro? Botticelli.- ¡Ay, ay, ay! ¡Claro que soy claroscuro en los retratos! No se lo digas a nadie pero soy íntimo de Leonardo y por eso tengo tan mala fama entre las mujeres. ¿Comprendes ahora por qué Simonetta no quiere verme ni en pintura? Espera. Voy a sacar otra botella y la compartimos entre los dos. Diesel.- Es que a mí no me gusta la Simonetta... Botticelli.- No importa. Bebamos por la que más te guste... Sin poderlo yo evitar se acercó a la estantería de la botillería selecta del su taller de pintura, cogió una de grappa, la descorchó y me pidió que brindáramos por la gloria de su nuevo taller. Diesel.- ¿De dónde sacas esta porquería de vino? Botticelli.- ¡Ay, ay, ay! No se lo digas a nadie pero todas estas botellas me las regala mi íntimo amigo Jacopo. Diesel.- ¿Otro íntimo amigo más? Botticelli.- Estamos en el Humanismo, Diesel... Diesel.- Déjate de horteradas, Sandro. ¿Qué tiene que ver el manierismo con el amaneramiento? Botticelli se quedó con la boca abierta... Diesel.- ¿Tengo que explicarte que el manierismo es el estilo artístico y literario caracterizado por su refinamiento y artificiosidad mientras que el amaneramiento es propio de una persona afectada, rebuscada y falta de naturalidad en su modo de actuar y hablar entre otras cosas? Botticelli dio otro trago de grappa antes de gemir... Botticelli.- ¡Ay, amigo Diesel! ¿Me estás llamando mariquita? Diesel.- Cuando veo tu autorretrato pintado al óleo da que pensar que a lo peor sí lo eres. Botticelli.- No se lo digas a nadie, por favor... Diesel.- ¿Quién te ha influído de esa manera tan cursi y delicada? Botticelli.- ¡Ay, ay, ay! Ha sido Filippo, Diesel, ha sido Filippo. Diesel.- ¿El fraile tosco que está enrollado sexualmente con Lucrezia? Botticelli.- Me da vergüenza decir que sí pero esa es la verdad. Diesel.- ¿Y tú? ¿Dónde mojas tu pincel? Botticelli.- Yo meto los huevos en agua destilada y así consigo mayor temple. Diesel.- ¿Y el pastel? ¿Tienes algo de pastel? Botticelli se vuelve algo así como loco... Botticelli.- ¡¡¡El Nacimiento de Venus!!! ¡¡¡Tengo el Nacimiento de Venus!!! Diesel.- No me seas tan plasta con el Nacimiento de Venus, Sandro. Te estoy preguntando que si tenes algo de pastel que sea comestible porque me está entrando hambre. Botticelli vuelve a la realidad... Botticelli.- Esto... sí claro... tengo pastel de manzana... Diesel.- ¿Y a qué esperas para sacarlo? ¿Es que eres tan avariento como Emiliano? Botticelli.- Por favor, Diesel. ¡No me compares con ese chapuza de Emiliano de Pisa al cual no conocen ni en su propia casa! Diesel.- Está bien. Saca ya el pastel. Botticelli se levantó, fue a la cocina y volvió con un enorme pastel de manzana que devoré en muy pocos minutos. Diesel.- ¿No te gusta el pastel, Sandro? Botticelli.- Es que yo... prefiero seguir con la grappa... Una vez terminado el pastel y terminada la grappa reiniciamos la entrevista. Diesel.- ¿Cómo fue que te dio por esto de la pintura? Botticelli.- ¡La culpa la tuvo mi padre! Cansado de que yo hiciera el vago y el haragán, como pasaba con ese tal Emiliano al que antes has citado, me puso a trabajar como aprendiz. Diesel.- ¿Algo así como el botones de algún taller? Botticelli.- Tienes buena intuición, Diesel. Eso es. Yo era el botones de los demás mientras aprendía a dar brochazos. Diesel.- ¿Para atender a los caprichos de Cosme? Botticelli.- ¡Ay, amigo Diesel! Sigues acertando. Fue Cosme el primero que me empezó a manipular entre sobo por aquí y sobo por allá. Diesel.- ¿Cómo te salvaste de ese acoso? Botticelli.-¡Gracias a Andrea, Diesel, gracias a Andrea! Diesel.- ¿Alguna chavala tal vez? Botticelli.- No. Un hombre muy importante con el que logré mi famosa Fortaleza. Diesel.- ¿Y entonces, por fin, te hiciste fuerte tal vez? Botticelli.- Sí. Fue entonces cuando apareció Simonetta en mi vida. Diesel.- ¿Era ya demasiado tarde para evitar tus tendencias? Botticelli.- ¡Ay, amigo Diesel! Fue demasidado tarde porque yo ya estaba enrollado con Gaspare. Diesel.- ¿Y qué tal te fue con Gaspare? Botticelli.-Le estoy tan agradecido que hasta le regalé un retrato. Después intervino Sixto y tuve que compartir el oficio de satisfacer sus caprichos junto con Pietro, Cosimo y Domenico. ¡Qué apasionante aventura! Diesel.- ¡Atiza! ¿Un papa por medio? Botticelli.- ¡Exacto! Un papa por medio y todos contentos. Estamos en el Humanismo, Diesel. Diesel.- Ya lo veo... ya lo veo... ¿y qué tal se te dan las marinas?... Botticelli.- Lo de Luciana es un secreto que no puedo contar. Diesel.- ¿Pero qué estás diciendo? Yo no pregunto por ninguna marinera. He dicho marina. Botticelli.- Pues va a ser que no porque Giotto me parece bastante totto. Diesel.- ¿Le estás llamando tonto a Giotto pero en lenguaje florentino? Botticelli.- Lo que pasa es que la grappa ya no me deja pronunciar bien. Giotto era totto y las marinas son cosas de tottos como Vittore. Diesel.- ¿Otro florentino más? Botticelli.- No. Éste es veneciano. Pero no le digas a nadie que sólo es un carnicero cuando le da por pintar monas. Diesel.- ¿Conoces alguna de las monas pintadas por este carnicero? Botticelli.- Sí. Úrsula por ejemplo. La repitió más que el ajo. Diesel.- ¿Es que además de ser un carnicero cuando se mete a pintar monas le da por comer ajos? Botticelli.- Sí. Tiene esa fea manía. Por eso su taller huele que apesta. Diesel.- ¿Es verdad que te gusta Nastagio? Botticelli.- ¡Ay, Diesel! ¡Estoy enamorado de mi Nastagio! Se me escapó y lo hice saber en la boda de Gianozzo con Lucrecia. Diesel.- ¿Es que siempre te acompañan las gracias? Botticelli.- Sí. Son de los oficios. Diesel.- ¡Vaya, vaya y vaya! ¿Así que tus gracias son de los oficios? Botticelli.- Estamos en el Humanismo, Diesel. Diesel.- Sí. Pero una cosa es una cosa y dos cosas son dos cosas. ¿No es cierto, Sandro? Botticelli.- En verdad que llevas mucha razón pero es que la corriente es la corriente. Diesel.- ¿Y la calumnia? ¿Qué pasa con la calumnia? Botticelli.- Lo hice porque me estaban amenazando... estuve en crisis tras crisis hasta que quemaron en la hoguera a Girolamo... y se acabaron las amenazas y mis crisis. ¡Menos mal que eliminaron a ese pesado! Diesel.- ¿Cuántos kilos en bruto pesaba ese animal? Botticelli.- No. Girolamo estaba más seco que la pata del burro de mi querido Benito. Diesel.- Dejando al burro de tu querido Benito a parte... ¿por qué dices entonces que Girolamo era tan pesado?.. Botticelli.- Sólo es una metáfora artística. Es para no llamarle plasta. Diesel.- En cuanto a la plasta... ¿sabes lo que es el arte plástico?... Botticelli.- ¿Es que existe el arte plástico? Diesel.- ¿Eres un pintor famoso y no sabes lo que es el arte plástico? Botticelli.- ¡Ay, amigo Diesel! Dame alguna pista, por favor. Diesel.- Empieza por P. Botticelli.-¡¡Papel!! ¡¡El arte plástico es el papel!! Diesel.- Frío, frío. Empieza por pi. Botticelli.- ¡¡Piragüismo!! ¡¡El arte plástico es el piragüismo!! Diesel.- Frío, frío. Empieza por pin. Botticelli.- ¡¡Pingpong!! ¡¡El arte plástico es el pingpong!! Diesel.- Como veo que no das ni una... ¿sabes lo de pintor que pintas iglesias?... Botticelli.- ¡Esa sí que me la sé! ¡Soy uno de los más celebérrimos pintores de ángeles blancos! Diesel.- ¿Qué pasa entonces con los ángeles negros? ¿Quién se dedica a pintar ángeles negros por eso de la libertad, igualdad y fraternidad? Botticelli.- ¡Ay, amigo Diesel! El negro es la ausencia del color. Diesel.- ¿Podemos decir entonces que no existe el África subsahariana? Botticelli.- No sé lo que quiere decir subsahariana. Diesel.- ¿Y si te digo que empieza por ejemplo en el Cuerno de África? Botticelli.- ¡Cielo santo! De cuernos ya tenemos bastantes en el Humanismo como para dedicarnos a los de África. Diesel.- Se me olvidaba que estamos en el Humanismo. Botticelli.- Una equivocación la tiene cualquiera. ¿Quieres preguntarme algo más que no tenga que ver con los más necesitados? Diesel.- ¿Que tal si me hablas de tu familia de la cual muchos africanos se estarán acordando? Botticelli.- Te advierto que mi familia es una de las más poderosas entre los florentinos. Diesel.- Hablando de florentinos... ¿qué tal se dan las flores?... Botticelli.- En La Primavera soy todo un experto pintando violetas, acianos, fresas silvestres, mirtos, rosas, jacintos, iris, siemprevivas, clavellinas y hasta anémonas. Diesel.- Para un momento Sandro. ¿No es eso hacer demasiado el primavera? Botticelli.- Mis convicciones ideológicas me obligan a serlo. Diesel.- ¿Dramatismo místico tal vez? Botticelli.- Sí. A lo Cenobio; al cual, por cierto, pinté de rechupete. Diesel.- ¿Pintaste a Cenobio con un chupete en la boca? Botticelli.- Estuve a punto de hacerlo pero me dieron miedo... Diesel.- ¿Las madres solteras tal vez? Botticelli.- No. Las trotaconventos. Diesel.- ¿Cuál es la razón de que las tengas miedo? Botticelli.- Porque son las amiguitas y las alcahuetas del papa. Y si se entera Sixto de que pinto a santos con chupetes me quedo en el paro. Diesel.- ¿Sabes que estás a punto de desaparecer por mucho tiempo? Botticelli.- ¡Cielo santo! ¡Y yo sin descubrir el cubismo todavía! Diesel.- ¿Pero no has sido tú el que has pintado un gran cubo en algunos de tus cuadros? Botticelli.- ¡Ay, amigo Diesel! Es cierto. La verdad es que las modelos florentinas ya no quieren saber nada de mí y me dedico a vender cuadros con cubos porque de alguna forma tengo que ganarme la vida. Diesel.- ¿Hablas con tus coetáneos? Botticelli.- Antes hablaba mucho con ellos pero ahora que soy más pobre que una rata ellos ya no quieren hablar conmigo. A lo mejor es verdad que voy a desaparecer por mucho tiempo. Por eso me he recluído en mi pequeño taller y no quiero saber nada más de Filippino ni de los filipinos. Diesel.- ¿Qué te ha sucedido con todos ellos? Botticelli.- ¡Que son unos frescos y nada más que unos frescos! Diesel.- ¿Y tú no tienes también bastantes frescos en tu vida? Botticelli.- Tentaciones, Diesel, sobre todo tentaciones y poco más. Diesel.- ¿Porque estamos en el Humanismo? Bottticelli.- Exacto. Porque estamos en el Humanismo. Diesel.- ¿Lees algo? Botticelli.- Me libera Melibea. Diesel.- Que listo eres Calisto. Botticelli.- Sandro. Me llamo Sandro. Diesel.- ¿Y te dicen Botticelli por lo gordo o por lo borracho? Botticelli.- ¡Ay, amigo Diesel! Me lo dicen por las dos cosas como estás viendo. Diesel.- ¿Te gustan tanto las celestinas rojas? Botticelli.- ¡Me encantan las celestinas rojas! Diesel.- Hablando de brujas... ¿tienes alguna relación con las flamencas?... Botticelli.- En Andalucía nunca he estado. Diesel.- En Andalucía no hay brujas. Me refiero a las flamencas belgas. Botticelli.- ¿A las brujas de Brujas? Diesel.- Eso es. ¿Has tenido alguna relación con alguna de ellas? Botticelli.- Teniendo en cuenta que mi amor con Simonetta es un amor imposible... Diesel.- Al final resulta que no eres tan tonto como dicen. Botticelli.- ¿Quiénes son los que dicen que yo soy tonto? Diesel.- Por ejemplo Francesco y su amiguitos... Botticelli.- Lo que sucede con Francesco y sus amiguitos es que tienen envidia de que prefiero a Lorenzo y los amiguitos de Lorenzo. Diesel.- ¿Y si lo descubre Simonetta? Botticelli.- Como voy a desaparecer por mucho tiempo me da igual que lo descubra. Diesel.- ¿Y tú que has descubierto que se pueda llamar feo de verdad? Botticelli.- El cadáver de Holofernes. Jamás he visto cosa más horrorosa en mi vida. Diesel.- ¿Pero no resulta que es tuyo ese cadáver? Botticelli.- Por desgracia. Si volviera a nacer lo pintaría mucho más guapo. Diesel.- ¿Por alguna tendencia en particular? Botticelli.- No olvides que soy amigo íntimo de Lorenzo y a Lorenzo sólo le gustan los más bien que los más mal. Tú ya me entiendes. Diesel.- El que parece que no se entiende eres tú contigo mismo. ¿Cuando interpretas eres coherente o eres incoherente? Botticelli.- Mi ambigüedad es culpa de Angelo. ¡Parece un policía todo el día detrás de mí! Diesel.- ¿Te vigilan los polizianos? Botticelli.- Quizás creas que veo visiones pero me vigilan un alemán y dos ingleses. Diesel.- ¿Puedo saber quiénes son? Botticelli.- Johannes es el alemán y los dos ingleses son Thomas y William. Diesel.- ¿Espías de los toscos? Botticelli.- ¡En efecto! ¡Así es! ¡Son espías de los toscos a los cuales les molestan mis gráciles facciones! Diesel.- Vamos a dejarnos ya de mariquilladas. ¿Qué cuadro de los tuyos quemarías en la hoguera de la Inquisición? Botticelli.- Retrato de hombre sin duda alguna. Diesel.- He dicho que vamos a dejarnos ya de mariquilladas. Botticelli.- ¡Ay, amigo Diesel! Diesel.- ¡Mira que eres cansino, Sandro, con eso de ay. amigo Disel! ¡Eres cansino de verdad! Botticelli volvió a caerse al suelo por culpa de la borrachera; lo cual yo aproveché para recoger todas mis anotaciones y salir de naja. La entrevista ya había terminado según mi criterio y mi criterio era lo que en verdad valía de toda la entrevista. Así que salí de naja y desaparecí como por arte de magia.
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