Ayer, 8 de marzo del año 2016 después de Jesucristo, se celebró el Día Internacional de la Mujer y hubo numerosas manifestaciones para recordarlo. En Murcia hubo, al menos, dos manifestaciones. Frente al Ayuntamiento se celebró una con mujeres y hombres que saben muy bien qué es lo que están manifestando. Yo, por desgracia, había sido invitado (y conste que recalco que acudí porque había sido invitado) a una que lideraban niñatas y niñatos (pijas y pijos los llamamos quienes nos hemos criado en Madrid) que no tienen ni la más mínima idea de lo que es la vida. Menos mal que la equivocación forma parte de la inteligencia.
 
Charles Dickens decía: "Hay hombres que parecen tener sólo una idea y es una lástima que sea equivocada". Las niñatas y los niñatos que dirigían la manifestación que arrancó desde la Plaza de la Universidad, en el centro de Murcia, cantaron (si es que se puede decir que cantaron cuando sólo sabían berrear) tal cantidad de estupideces que no merecía la pena seguir con ellas y con ellos; así que cuando llegué al Ayuntamiento me di media vuelta y regresé a tiempo a mi casa para cenar tranquilamente y comentar a mi Princesa que había estado en una manifestación llena de idiotas.
 
Si para protestar contra la violencia de género, defendiendo a las mujeres que sufren dicha violencia, es necesario estar a favor de la violencia contra los hombres (como berreaban estas pobres criaturas) no estamos haciendo bien el camino. Si para defender la vida de las mujeres hay que estar de acuerdo con asesinar la vida de los bebés con los abortos indiscriminados no es bueno estar al lado de las niñatas y los niñatos (pijas y pijos los llamamos en Madrid) que proclaman tal clase de crímenes. Si para estar defendiendo al verdadero amor entre los hombres y las mujeres hay que decir tal cantidad de estulticias sobre las marranadas sexuales no merece la pena volver a estar junto a quienes defienden tan grandes marranadas.
 
En cuanto a mí sigo siendo tan sensato y tan noble como siempre lo he sido y lo sigo siendo. Acudí a la manifestación que salía de la Plaza de la Universidad (Plaza de la Merced) para protestar, solamente, contra la violencia de género que sufren algunas mujeres y solamente porque fui invitado a participar. El resto de las canciones berreadas por niñatas y niñatos (pijas y pijos los llamamos en Madrid), que no tienen ni idea de qué va esto de la vida, ni van con mi forma de pensar ni jamás han formado ni formarán parte de mi forma de pensar. Yo soy un hombre íntegro y un verdadero cristiano. Así que aclaro, en mi Diario, esta cuestión para dejar bien sentado que nada tengo que ver con las marranas ni con los marranos. Me considero lo suficientemente inteligente como para no ser como ellas ni como ellos. En el fondo sólo me dieron lástima porque hasta los perros y perras que formaban parte de la manifestacíón eran más inteligentes que las pijas y los pijos que encabezaban una manifestación que, además, como muestra de que la mayor parte de la población de Murcia sí saben de qué va la vida, sólo estaba formada por una escasa cantidad que no llegaba ni a las 100 personas o poco más. Y es que las marranas y los marranos siempre terminan por quedarse solas y solos rebozándose en el estercolero de sus berreadas canciones que ni tan siquiera tenían la más mínima calidad literaria. Además de marranas y marranos hasta incultas e incultos resultaron ser.