Y Dios respondi a mi splica (Diario)
Publicado en Apr 06, 2016
1983 después de Jesucristo. El cerco se estrecha cada vez más. Veo chicas guapas por todas partes. El catálogo vital de las chicas que atraen la vista se hace cada vez más infinito. Y en medio de aquella búsqueda del amor, (no del sexo sino del amor en grande), las dificultades por conseguirla son cada vez más dificultosas. El abrupto paisaje de mis sentimientos se convierte, día tras día y semana tras semana, en un colapso de emociones. ¿Y Ella? ¿Dónde está Ella? Al final, después de haber sorteado miles de presencias y unas cuántas propuestas inaceptables, me quedan sólo dos caminos: las islas o el continente. Así que, dispuesto ya a resolver todo aquel rompecabezas, una vez salido ya del laberinto de la multitud de chavalas guapas, tengo que decidir a cara o cruz. Pero no puedo jugarme a cara o cruz el amor de toda mi vida y el amor para toda mi vida. Así que entro en la iglesia parroquial y, en medio de un silencio de cinco o seis personas, le suplico a Dios por la respuesta verdadera.
- Si existes dime quién es y dónde la puedo hallar. Fulminante. No es las islas sino el continente. El lugar se llama Tucumán. Allí estaba Ella y Ella era el amor que andaba buscando desde que solamente tenìa siete años de edad. Había sido una travesía de 27 años de continua lucha contra las adversidades, de continuos encuentros con espejismos y de continuar manteniendo mi Fe por encima de cualquier otra circunstancia. Después de miles de chicas gupas conocidas -unas más que otras a decir verdad- la he encontrado. Gracias, Jesucristo.
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Jos Orero De Julin