Un niño feliz (Diario)
Publicado en Apr 07, 2016
Cuando yo cumplí los 4 años de edad (8 de enero de 1953), en el Teatro Álvarez Quintero de Madrid (ciudad donde yo me estaba criando) hizo un sensacional debut el genial malabarista, famoso a escala mundial, Bela Kremo. Malabarismos increíbles: hasta cuatro pelotas de goma dando vueltas en el aire sin caer al suelo, el baile continuo de una caja de puros dándola movimientos continuos, y cada vez más rápidos, con otras dos cajas de puros y la increíble hazaña del sombrero de hongo con un puro encendido. Así hizo Bela Kremo, aquel 8 de enero de 1953, en el teatro mientras yo miraba la tarta con las cuatro velitas y el Feliz feliz en tu día amiguito que Dios te bendiga. Yo sonreía.
Para mayor felicidad, ya actuaba en Madrid (la capital de España donde yo iba creciendo en el mundo de la infancia sin condiciones) el gran humorista y cómico Pepe Iglesias "El Zorro". Hijo de inmigrantes españoles, tras desarrollar su carrera artística en su Argentina natal, donde intervino en una decena de películas y colaboró en programas de radio, se instaló en España el 2 de mayo de 1952 y poco después debutó ante el público español a través de una emisora de radio, Radio Madrid, de la Cadena SER, Sociedad Española de Radiodifusión. Un año más tarde (aquel 1953 después de Jesucristo en que yo cumplí mis 4 años de edad) debutó en el cine español con la película "¡Ché, que loco!", de Ramón Torrado, junto a Pepe Isbert y Emma Penella. Yo sonreía. Habiéndome tocado en suerte ser el "hijo sanduche" (Isabel y Emiliano por delante y Bonifacio y Máximo por detrás) yo comenzaba a tener mis primeras experiencias existenciales como que de pasada, como que de silencio, como que de observación callada mientras mis neuronas se llenaban de imaginaciones. Y es que yo, aquel 8 de enero de 1953, era un niño feliz.
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