¿Puede un líder pensar en sí mismo? (Reflexiones)
Publicado en Apr 25, 2016
Para responder adecuada y acertadamente a esta interesante pregunta hemos de comenzar por no ser hipócritas ni mostrar una falsa modestia que no nos conduce a nada positivo. En primer lugar hay que saber que un líder tiene una trascendental importancia para el grupo o equipo que está liderando. El líder (o la líder) que está obligado, por su propia naturaleza intrínseca, a dirigir un grupo o un equipo de trabajo asume una responsabilidad de gran envergadura porque el éxito o el fracaso de todo el grupo o todo el equipo depende fundamentalmente de las decisiones que tome el líder. De acuerdo en que él solo no puede conducir a todos los componentes a quienes representa al éxito, pero sin su esfuerzo no se conseguirá.
Teniendo en cuenta este factor esencialmente primordial es necesario responder con total franqueza. La respuesta es que sí; que un líder no sólo puede pensar en sí mismo sino que debe pensar en sí mismo antes de pensar en el grupo o equipo de trabajo que lidera. Para explicar esta afirmación pongo un ejemplo sencillo: un equipo de fútbol se compone de once futbolistas que están sobre la cancha, pero hay uno (que a veces coincide con ser el capitán y otras veces no es necesario que sea el capitán) que maneja todas las estrategias del equipo de cara a vencer en el partido. El capitán es determinante pero el líder (que a veces también es el capitán) es la piedra angular sobre la que descansan dichas estrategias y es él quien elabora, a lo largo de todo el partido, las maniobras tácticas con las cuales lleva a su equipo a la victoria. El líder no sólo tiene que pensar en el grupo o equipo de trabajo que depende de la toma de sus decisiones sino que él mismo debe de pensar en sí mismo para ser cada vez mejor, para ser cada vez más infalible, para ser cada vez más perfecto porque si él mejora en todos los aspectos de su naturaleza de líder el que sale beneficiado no sólo es él sino, sobre todo, el conjunto total de todo el grupo o equipo de trabajo. Cuanto mejor sea el líder, cuanta mayor sea su excelencia como persona dirigente, mucho mejor será su grupo o su equipo de trabajo. El líder siempre trabaja para los demás pero para que dicho trabajo sea efectivo el líder tiene que ser cada vez mejor; debe ir mejorando siempre para que su grupo o equipo de trabajo también vaya mejorando hacia la excelencia. No es un acto de egoísmo personalista; pues en este caso no ayuda para nada al grupo o equipo de trabajo sino que se olvida de todos los demás para sobresalir solamente él. Eso no es ser un líder. Ahora bien, la pregunta que nos debemos hacer es ¿si él lider no piensa primero en él para ser cada vez mejor cómo puede hacer mejor a su grupo o equipo de trabajo si no es capaz de mejorarse a sí mismo? Efectivamente, un líder tiene que estar continuamente mejorándose a sí mismo para poder mejorar a los demás. En este caso no estamos hablando de egoísmo personalista sino de una asunción interna que le lleva a descubrir que si no se mejora él continuamente no puede mejorar a nadie más. Entendido de esta manera, un líder es alguien que tiene una capacidad carismática y extraordinaria para hacer que los demás miembros del grupo o del equipo de trabajo le sigan para alcanzar el éxito. ¿Os podéis imaginar lo que sería de un equipo de fútbol si su líder (que a veces es el capitán y otras veces no pero siempre está por encima del capitán) no fuese el que mejor practica el fútbol de su equipo o el que mejor realiza las jugadas necesarias para conseguir la victoria? Si eso ocurriese, el equipo no funcionaría bien y el triunfo no se conseguiría. Ahora bien, si el líder mejora cada día más y cada día practica mejor sus labores de liderazgo todo el grupo o equipo de trabajo mejora. En definitiva, el líder no sólo puede pensar en sí mismo sino que debe pensar en sí mismo si quiere que su grupo o equipo de trabajo triunfe. Así que, sin falsa modestia y sin hipocresía, el líder (o la líder) debe pensar en todos los demás a quienes lidera pero, antes de eso, debe pensar en sí mismo (o en sí misma) para poder llevar a cabo su liderazgo; puesto que si no es el mejor (o la mejor) simplemente es que no sirve como líder porque estaría por debajo de las expectativas que se tienen depositadas en él (o en ella) y que son, ni más ni menos, que lograr que el grupo o equipo de trabajo consiga alcanzar el éxito. En este sentido, un líder cristiano o una líder cristiana no puede hacer que su grupo o equipo de trabajo tenga Fe suficiente para alcanzar las metas que se proponen alcanzar si él o ella no tiene una Fe enormemente suficiente como para transmitírsela a todo el resto del grupo o equipo de trabajo cristiano que ha confiado en él o en ella para que les guíe hacia dicha meta.
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José Orero De Julián
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