Es todo un caos, pero es simple, las cosas no salen como esperas, y es triste. Te invito a ver un cuervo, ese de allá, el blanco de pecho negro, o a que tomemos un trago tal vez, vino tal vez. Y si escuchamos el silencio, ¿aburrido piensas? y si cambiamos nuestras pieles, ¿innecesario crees? tal vez solo riamos, o no, quizá lloremos, o no. De igual forma te invito conmigo, con mi dolor, con mi olor, con mi sudor, pero sin mi voz. Te explicare porque, y no entenderás o no sabré explicar. Tan solo volvamos a jugar, a que un día cualquiera nos conocemos, nos embriaguemos y tengamos sexo. Pero no me mires con esos ojitos rojitos, solo es un juego. Tampoco tengas miedo si en el juego nos enamoramos y si nos hacemos daño, y si nos odiamos y nos hacemos daño... otra vez, no importa. Pero no te preocupes, al final los dos terminaremos tendidos en el suelo, el uno al lado del otro. Por ahora esta bien si seguimos corriendo como caballos desbocados, vamos sin dirección y evitando las patadas del otro. Tal vez un día nos tranquilicemos, y volvamos a conocernos, dejemos de recordarnos y empecemos a pensarnos, o tal vez un día dejemos de recordarnos y nos olvidemos.