Don Tomás y "Los Oputarras" (Diario)
Publicado en May 27, 2016
Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. Finales de los 70. En una de sus aulas, Don Tomás se pasea, presuntuoso y con las dos manos metidas dentro del cinturón de sus pantalones como queriéndonos decir que nadie tiene más huevos que él. De Redacción ni la más remota idea. Quizás por eso -o tal vez sin el quizás- su lema es inconfundible: "¡Escribid lo que os dé la real gana y de la forma o manera que os dé la real gana porque os voy a aprobar a todos!". Me niego en rotundo a formar parte de su farsa siguiendo su chulería. Don Tomás me importa menos que un carajo y no voy a hacer lo que a él le dé la gana porque yo si sé redactar. Prefiero unos sobresalientes (incluída alguna que otra matrícula de honor) de profesores y profesoras que tengan idea clara de qué va todo esto antes que arrodillarme ante el chulo Don Tomás (como otros muchos sí hacen) implorándole un mísero aprobado. A mí Don Tomás me la refanfaina.
Y todavía peor que él son "Los Oputarras" que nos recitan lecciones para copiar al pie de la letra como si fuésemos parvulitos o estudiantes de primaria sabiendo que somos universitarios. "Los Oputarras" también me la refanfainan. Opus Dei "versus" inteligencia. Se impone mi "modus operandi", o sea mi forma y manera de hacer las cosas. ¿Por qué será que en todos los exámenes me presento con mi inseparable chaqueta de color azul marino llena de bolsillos por dentro y por fuera? Me entra la risa cada vez que lo recuerdo. En definitiva que, salvo un pequeño puñado de profesores y profesoras excelentes, el resto de "numerarios", "no numerarios" y "no numerarios ni nada" no tienen ni idea de impartir enseñanzas de Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. Últimos años de la década de los 70. Alguien (que no he sido yo porque yo paso olímpicamente de todos ellos) ha expuesto un cartel en una de las paredes del pasillo. Tras una larga lista de nombres se lee: "Si no fuera porque tenemos que pasar vuestras asignaturas para terminar la carrera ni las ratas acudirían a vuestras clases". Razones más que suficientes como para seguir adelante y demostrarles lo que es un genio a la hora de trabajar en serio. Los recuerdos de la vida no son para olvidarlos sino para bien recordarlos y poderlos superar. Y es que hay muchos en el mundo que se lavan pronto las manos sin pensar que son inhumanos después de tanto insultar. Y como dijo el torero Juan Belmonte: "¿Ese tipo es un Premio Nóbel? ¡Qué lástima! ¡De todo tiene que haber en la vida!".
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