"canis molinensis" (Diario)
Publicado en Jun 17, 2016
Es sorprendente lo que se aprende sobre animales día tras día. Lo digo porque en el tiempo que llevo residiendo en Molina de Segura (Murcia de España) conozco ya una gran cantidad de perros (de pelaje negro con manchas marrones para ser más exactos) que son copias exactas los unos de los otros. De mediano tamaño (tirando más bien a pequeños que a grandes), estos perros tienen una característica especial, muy "sui géneris" por cierto, que les hace inclasificables para los científicos del mundo entero que han estudiado y siguen estudiando su genética yendo de asombro en asombro.
No se sabe bien de dónde proceden y no se puede determinar si son autóctonos o sus orígenes y antepasados son de cualquier otro lugar ajeno a la provincia murciana; pero han hecho su hábitat natural precisamente en Molina de Segura y cada vez proliferan más, y en mayor cantidad, por el Paseo Rosales y calles y plazas adyacentes. Cuando se les observa detenidamente pareciera que son inofensivos, pero hay que tener mucho cuidado con ellos porque tienen mucho temperamento. Por otro lado, su resistencia física es formidable ya que no les importa si la temperatura está a diez grados bajo cero o a cuarenta fahrenheit. Son de una raza tan sobresaliente que parecen salidos de una película de Spìelberg, porque hay quienes dicen y afirman que provienen de algún que otro planeta ajeno a la Tierra. Pero se han adaptado tanto a nuestro mundo contemporáneo y cotidiano que se han convertido en un verdadero emblema para esta ciudad. A falta de algún nombre en latín, con el que poder identificarles con exactitud, los científicos y estudiosos de razas de perros han decidido llamarlos "canis molinensis"; lo cual nos llena de sano orgullo a todos los que les apreciamos, porque son tan inteligentes que siempre consiguen sacar alguna tajada, no mental precisamente sino de carne y hueso. Se están convirtiendo en una verdadera atracción festiva para los turistas que, al verlos pasear, se hacen cruces y apuestas relacionadas precisamente con el desconocido origen de tales sabuesos. Ya hay un mogollón de ellos y no paran de reproducirse mes tras mes, semana tras semana y hasta día tras día. Parece una pesadilla de película de suspense (a lo Hitchcock), pero resultan muy agradables a la vista porque caen simpáticos siempre que estén de buen humor. Y tienen nombres tan apropiados como "Luna" y otras cosas parecidas ya que, al parecer, hay quienes aseguran que llegaron a la Tierra procedentes de nuestro satélite y que, por un descuido de sus cuidadores, se escaparon en un lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme y, recorriendo kilómetros tras kilómetros, llegaron hasta Molina de Segura donde decidieron instalar su ecosistema reproductor. De momento, ni Alejandro el estudiante de Veterinaria se lo ha podido explicar y se fue a Ecuador con la frustración de no haber conseguido resolver el problema de la identificación de estos canes. Y eso que Alejandro posee altos estudios sobre animales de todas las clases y de todas las especies. El asunto no creo que, de momento, pueda resolverse y yo creo que pasarán los años, pasarán las décadas y hasta pasarán los siglos sin poderse descubrir la incógnita del verdadero origen de los "canis molinensis".
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