Cuadrando que es gerundio (Diario)
Publicado en Jun 23, 2016
Ya estaba yo casado con mi Princesa y, además de eso, ya tenía yo dos preciosas Princesitas, cuando llegó la hora de demostrar otra Gran Verdad. Había que hacer callar la boca a tipos como "Diegorum", "Gasparium" y otros de la misma ralea. ¿Era verdad o no era verdad que yo cuadraba grandes remesas de números sin tener que puntear y a velocidades de vértigo mientras ellos se perdían en el limbo de los lentos ignorantes? Dicen que la ignorancia es atrevida, pero yo ya estaba harto de tanto atrevimiento y no me quedó más remedio que darles el correctivo que necesitaban para demostrarles que ni me interesaban sus chismes ni sus chismes me interesaban. Así que cumplí con las órdenes de mis superiores (los de más arriba del todo y no los mediocres de las medianías) y les dejé a todos definitivamente callados. Hasta el mismísimo y veloz José María ("El Tempranillo" por lo mucho que madrugaba para llegar a tiempo al Banco) reconoció que él era el segundo porque el primero era yo. Cuadrando, que es gerundio de cuadrar. Y sin tener que puntear. Lo demostré en multitud de ocasiones. Así que, una vez calladas todas sus bocas ante la risa de Miguel Ángel, llegaban los miércoles y... ¡a jugar en La Chopera!... pero, si era necesario, también los jueves. Además, para más "inri", sin rencor alguno. ¡Como los Grandes de España!.
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