A mis ya 38 años de edad he visto tantas cosas en este mundo y conozco a tantas mujeres de buen ver que ya me son indiferentes las que se van; porque, como dicen por ahí, las que se van por las que entran. A mis 38 años de edad no me tiembla el pulso ni me late aceleradamente el corazón (como sí les sucede a otros con menos edad que yo y a otros con más edad que yo) cuando tengo que ligar (que quiere decir solamente conversar) con chavalas de rompe y rasga. Ni me rompo la cabeza pensando ni me rasgo las vestiduras como hacen los hipócritas. Y no tengo por qué confesarme pecador ante ningún cura o sacerdote porque me encanta ligar (que quiere decir solamente conversar) con las que más me gustan.
 
¿Qué se han ido 10? No importa. Vienen 20. Las 10 que se van por las 20 que entran. ¿Por qué tengo que hacer caso a los moralistas que dicen que es pecado hablar con las que más me gustan? Ni hablar. Yo estoy casado y muy bien casado (por lo civil y por lo eclesiástico), con una hija de momento, y ellas bien que lo saben porque yo se lo hago saber. Pero de eso a quedarme mudo ante ellas va un abismo. Casado pero feliz y contento. Y como no es oro todo lo que reluce pues es mentira que esté pecando por ligar (que quiere decir solamente conversar) con ellas. ¿Pudiendo ligar con las que son guapas por qué tener que ligar con las que no son tan guapas? Me parece de hipócritas querer a escondidas. Yo no. Yo ligo con las más guapas (ligar sólo quiere decir conversar y nada más que conversar) porque tengo estilo personal y las que, por este motivo, se van pues bien idas que están e insisto, una vez más, que las que se van (10) por las que entran (20).
 
Por lo demás, a mis ya 38 años de edad, soy tan feliz en mi matrimonio que muchas tardes nos vamos los tres (mi Princesa, mi primera Princesita y yo mismo) a la Casa de Campo de Madrid a hacernos fotografías para el recuerdo mientras damos buena cuenta de la merienda. A veces nos acompañan algunas amigas de Liliana y yo sigo ligando con ellas sabiendo que ligar sólo es conversar. Que digan lo que digan los obispos, los arzobispos y los cardenales. Si el Papa me excomulga pero para él, porque quien me juzga no es el Papa sino Jesucristo. Y Jesucristo me dice que siga adelante siendo tan fiel a mi esposa que no importa que tenga algún que otro tiempo (más o menos largo) hablando con chicas guapas. Lo dicho. A mis ya 38 años he conocido tanto de la vida de las mujeres que las que se van (10) por las que entran (20). Y estamos en 1987 después de Jesucristo. Amén.