Lorenzo ya no ve enhebrar una aguja
Publicado en Jun 26, 2016
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   Personajes:
Lorenzo, protagonista
 XX,Vecinas de lorenzo 
Daniel, hijo de Lorenzo
Bernardo, compañero de Lorenzo
Laura, amiga de Lorenzo
Bertha, amiga de Lorenzo      
 
                     LORENZO YA NO PUEDE ENHEBRAR UNA AGUJA

¡Qué delicia! Camino en chancletas por el frío baldosín hasta la cocina. Destapo la olla en la que cocino un rico caldo de costilla con papa, para mi desayuno. Recuerdo,  que cuando mi esposa existía, unas veces me daba al desayuno, chocolate con tamal, pan y queso, otras veces, tostadas, café con leche y huevos revueltos o, mazamorra de dulce con queso y tostadas.
Ya  estoy acostumbrado a vivir solo en esta casa nueva, casi sé cocinar, lavo mi ropa, plancho y arreglo la casa.
Lo malo es…
Aguantar a esas viejas vecinas que me llaman “Loco” porque hablo solo y a gritos, porque mis recuerdos no serían vivos sin voz, ni mis sentimientos sin gritos. Además yo acostumbraba gritar a mi esposa, que hace dos año murió, pero la soledad me debe escuchar.
Oigo la radio de la vecindad, escucho música bonita, boleros pasodoble y pasillos.
¡Escucho el canto de las vecinas!
Dejaron de cantar, queda en silencio. Entonces canto yo en alta voz.
“Que bonitos ojos tienes, debajo de esas dos cejas, debajo de esas dos cejas, qué bonitos ojos tienes”
Suplico a mis vecinas que sigan cantando conmigo para alegrar esta soledad mientras prendo la chimenea y amortiguo este frío.
¡Vaya, qué sorpresa! Las vecinas cantan en coro conmigo, viva, viva… Vecinas, merecéis mis aplausos… Vecinas mías con esa canción, yo enamoré a Margarita, mi esposa, la que me abandonó de esta tierra para acompañar a Nariño en el país de las almas.
“Bendito sea Nariño, con tan buena compañía”
¡Qué bonito coro vecinas! Cantáis como ángeles.
Vecinas mías, ¿sois vosotras Bogotanas? ¿Antioqueñas? O tolimenses. Yo tengo el honor de haber nacido en Bogotá y gozo hablando como español.
¿Qué pasa vecinas? ¡Sólo escucho vuestras risas! ¿Por qué ya no cantáis? ¿Se reventaron vuestras cuerdas vocales? ¿Estáis tímidas? Entonces cantemos todos en coro, aquella canción que sabemos los colombianos “Pueblito viejo” A la voz de tres: Un, dos, tres.
¿Nada? No hay coro.
¡Qué pasa! ¡Qué silencio! ¿Será que si estoy loco?
“Quiero escuchar vuestros coros, vecinas mías”
Juro que escuché un coro de vecinas bendiciendo a Nariño por tan buena compañía.
Vamos vecinas, a cantar la canción del solitario, a la voz de tres: Uno, dos y tres.
“Qué solitario estoy… hoy sin tu amor… todo perdí… perdiéndote a ti”.
-UOUO…. UOUO…
Ese coro ¿será una burla para mí?
Viejas pendejas, no os  burleis más de este pobre anciano. Si no me escucháis, os gritaré más y más.
-“Más y más…. Más y más”
“Yo quiero pegar un grito y no me dejan… Yo quiero pegar un grito vagabundas”
-Abundan… Abundan…
Malditas viejas, el infierno os espera.
-No… No… No…
Entonces, fumo un cigarrillo y canto en alta voz.
“Fumar es un placer genial, sensual”
-¡Aja, Aja! … ¿Con que fumando?
¿Me están respondiendo? o, estoy loco. Me miraré al espejo.
¡Auxilio!, ¡estoy loco! “Se van a salir mis ojos” ¡Mi nariz está torcida y mis labios temblorosos balbucean!
No, no estoy loco, ya me veo normal. Entonces, el coro de las vecinas son ciertos ¡qué pena! Les pediré perdón.
...Suena el timbre del teléfono ¿quién será?
Era mi hijo Daniel, me invita con su esposa Martha y mis dos nietos a pasar unas vacaciones en Brasil ¡Qué felicidad! Siempre he soñado con conocer ese país.
Vecinas mías: os amo de todo corazón. Os pido perdón por mis agravios hacia vosotras. Entenderéis que mi soledad casi me lleva a la locura. Os dejaré descansar de mi presencia unos días. Espero que a mi regreso dejéis escuchar vuestros graciosos coros. ¡Vamos guapas! Me gusta la lengua española. Os deseo muchas felicidades. Hasta pronto guapas.
¡No lo puedo creer! ¡Maldito hijo!, me ha engañado, creí conocer Brasil, pero aquí estoy: en un hogar geriátrico, en Bogotá con otros viejos feos. He perdido la libertad de estar en mi casa, ya no puedo cocinar, no puedo cantar, no puedo escuchar a mis vecinas y no puedo gritar. Aquí también, me dicen “Viejo loco” Deseo que mis vecinas se enteren de este engaño y me vengan a visitar, para desahogar con ellas mi tristeza. He suplicado a mis nietos que visiten a mis vecinas y les indique la dirección de este hogar, y que le digan a Daniel que si me saca de aquí, lo perdono. Ellos me han prometido que cumplirán mi petición.
Las muchachas que nos cuidan en este hogar, nos tratan con desdén, dicen que los ancianos no servimos para nada,  que ya ni podemos enhebrar una aguja, que somos un estorbo, no se les ocurre pensar que con nuestra experiencia y buenos conocimientos las podemos orientar.
Creí que lo peor era no poder gritar, pues eso no es nada, Lo peor es que me acabo de enterar que estoy gravemente enfermo del corazón, y dicen mis nietos que Daniel pagó adelantado un año de mi estadía en este hogar. ¡Tan bruto! Nada se debe pagar por anticipado porque no se sabe que pueda pasar más adelante, puede ser mi muerte. Aquí estoy sometido a horribles alimentos sin sal y sin dulce, noches de desvelo, sin música, sin amor, sin alegría. Lo único que me endulza un poco la vida es recordar lo que fui en mi juventud: un personaje con mucho poder, con mucha fuerza, con buen sentido del humor, haber pertenecido a una familia honorable y buena fortuna adquirida con mi trabajo.
Estoy en una  habitación acompañado de otro viejo llamado Bernardo.
Hoy es el día del amor y la amistad, unas señoras voluntarias nos han obsequiado unos regalos, el viejo Bernardo me felicita, yo también lo felicito.

El viejo Bernardo pregunta: 
Viejo Lorenzo, cuéntame algo sobre tu familia.
Sí, mi esposa hace dos años que murió, se llamaba Margarita y era linda yo la amé mucho y tengo un hijo, él está casado con Martha y tienen dos hijos que adoro con toda mi alma, son los nietos que  me consienten.

Ahora, pregunto yo 
Bueno viejo Bernardo, ¿cómo es tu hogar?

-No me vas a creer viejo Lorenzo: Yo me casé tres veces y como si fuera poco tuve ochenta hijos de distintas madres.
-¿Tantos hijos?
-Si, lo chistoso es que cuando yo estudiaba odontología en la universidad, mis compañeros se burlaban de mi apellido Sánchez, decían que yo iba a ensanchar las muelas, las mejillas, las encías, las caries, hasta yo mismo me burlaba de mí, les decía a mis compañeros que como yo era de un pequeño pueblo de Boyacá iba a ensanchar el pueblo de sólo hijos míos, yo lo decía en chiste, pero resultó verdad.
 -Y, usted ¿cómo hizo para alimentar tanta gente?
-Fácil, a cada mamá previamente le advertía que si quería tener un hijo conmigo, yo con mucho gusto les daba mi apellido a los hijos, con la condición de que ellas los alimentaran y… Ellas aceptaban.
-¿Tú no alimentaste a ninguno de tus hijos?
-Sí, alimenté a los hijos de los tres matrimonios aunque me divorciara.
-¿Cuántos eran los hijos de los tres matrimonios?
-Del primero 2, del segundo 4 y del tercero 6
-¿Iba de par en par?
-Sí, a los demás, no los conocí a todos, pero cuando yo necesitaba un obrero, un policía, un abogado, un carnicero, una enfermera, una secretaria, zapateros o lo que fuera, no era más sino llamarlos por teléfono y pedirles que me trabajaran y que me rebajaran por ser yo su padre.
-¿Tú le pedías rebaja a los hijos pobres?
-Claro, hasta me trabajaban gratis.
-¿Dónde está tu última esposa?
-Esa vieja es medio loca, vive en una vereda acompañada de perros, gatos, gallinas, codornices, en fin con muchos animales.
-Pero no me parece que por vivir con animales sea loca.
  -La locura consiste en que cuando tuvimos hijos, no los quería, no los alzaba, no los arrullaba, exigía  que los cuidara una nana, tanto le fastidiaron los hijos que prefirió aislarse.
-Viejo Lorenzo cambiando de tema, usted ¿Dónde estuvo el nueve de abril de 1948?
-Yo estaba en Bogotá, acababa de almorzar, cuando la radio dio noticia de que habían matado a Jorge Eliecer Gaitán, me sentí nervioso, imaginé que ocurrirían grandes desastres. A mi esposa se le ocurrió salir corriendo a mercar. Se empezaron a escuchar gritos, disparos de revólver, saqueaban tiendas, quemaban casas, mataban gente, corrí a... “Interrumpe una señora”: -Don Lorenzo, tiene visita- ach, no puedo seguir con el relato ¿Quién será? Otros viejos protestan porque quieren contar sus historias de ese acontecimiento. Salgo acalorado y un poco disgustado, pero me entero de que la visita es de mis vecinas me alegro, las abrazo y las invito a tomar asiento.
¡Qué gusto! Me emociona verlas, ya veo que mis nietos las visitaron.
Claro que sí viejo Lorenzo, estábamos preocupadas por su ausencia, nos hacía falta sus locuras, nos gustaba su lenguaje español, sus cantos, sus gritos, sus historias.
Cuéntanos viejo ¿cómo se sientes aquí?
 Bueno, pero primero: ¿Cómo es tu nombre y el de tu otra amiga?
-Yo me llamo Laura y el nombre de mi amiga es Bertha.
Amigas, al principio me sentí desesperado, desilusionado de mi hijo Daniel, pues, le di  la mejor educación, cariño, fui generoso, sin embargo él me engañó con que me llevaría  a Brasil y lo que hizo fue dejarme en este hogar y me abandonó. Me hacía falta mi casa, mis vecina, mi libertad, mis locuras, pero poco a poco me acostumbro a este hogar y lo bueno es que comparto mi habitación con el viejo Bernardo que es simpático, cuenta historias interesantes de su juventud, ese viejo me distrae.
-¿Se le quitaron las locuras?
Sí, ya no soy loco, eso era cuando estaba solo.
Es una lástima, nos divertíamos con sus locuras.
Amigo Lorenzo, casi se nos olvida entregarle estas manzanas y duraznos para que los comparta con su amigo Bernardo.
Les agradezco mucho, compartiré el obsequio con mi amigo Bernardo.
Lorenzo, antes de despedirnos, queremos saber ¿cuándo regresa a la casa?
No me digan que ya se van, sentiré tristeza de sus ausencias. Parece que mi hijo me regresa a casa dentro de tres meses.
-Viejo Lorenzo, volveremos dentro de ocho días, esperamos que nos cuentes esas historias que sabes de nuestra patria, pues no sabíamos que fuiste locutor y presentador de noticias, hasta que tus nietos nos lo comentaron, debes saber muchas cosas.

Es verdad, sé bastante historia. 
 Qué bien, hasta pronto Lorenzo.
Vayan con Dios queridas amigas.

Ja ja ja, Laura, lo que nunca se imaginaron Lorenzo ni los nietos es que las vecinas que hacían coros, eran unas jovencitas de veinte a veinticinco años que se burlaban del viejo, pero qué van a pensar que nos hicimos pasar por las vecinas jóvenes, pues nosotras también somos vecinas, pero ancianas y no nos burlamos de Lorenzo.

Pasados unos días el viejo Bernardo murió, quedé muy triste, pensando que debo preparar mi partida. Escribiré una carta despidiéndome y perdonando a mi hijo, y seguiré la despedida con mi nuera, mis nietos, mis amigos y mis vecinas a quienes manifestaré mi cariño,  mis agradecimientos y mis deseos de morir en mi casa y luego visitaré a Margarita.
Me tiembla la mano, No alcanzo a escribir la carta, siento el frío de la agonía, precisamente en el momento en que me avisan que mi hijo viene a llevarme a mi casa. Adio…
Daniel, ¡¡¡qué tristeza!!!, ha muerto tu padre sin regresar a la casa, sí Martha, pero no vio su casa abandonada, rotos los vidrios de las ventanas, sin cortinas, las puertas rotas y no pudimos remodelar la casa.
 No lloren hijos, el abuelo los quiso mucho y ustedes siempre lo consintieron, lo hicieron feliz, ya era hora del descanso del viejo, tenía 88 años.
Lo único que nos queda es asumir la muerte de mi padre con naturalidad. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Foto del autor Lucy Reyes
Textos Publicados: 73
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16 Comentarios 1476 Lecturas Favorito 4 veces
Descripción

Triste historia de un anciano solitario. La imagen es obra realizada por el arquitecto Armando Lozano Reyes.

Palabras Clave: caminar chancletas engao vecinas

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin



Comentarios (16)add comment
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DEMOCLES (Mago de Oz)

¡¡ Que buena relatora eres querida Lucy...un talento sorprendente para captar la atencion hasta el final, tu estilo en esta obra, la asemejo en algo a Gabriel Garcia Marquez, tu compatriota, por como desarrollas al personaje, y sin ver el oleo que aparece en la caratula, uno ya se hace la idea de la imagen de El viejo Lorenzo, ese anciano buenachon que vive en todo barrio....mis saludos y admiracion para esta excelente obra.....UN ABRAZO PARA TI¡¡¡
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July 11, 2016
 

Lucy Reyes

GRACIAS DEMOCLES, QUÉ FELIZ ME HACE TU COMENTARIO Y QUE HONOR QUE MI ESTILO SE TE PAREZCA AL DE MI COMPATRIOTA GARCÍA MÁRQUEZ, Y QUÉ HONOR QUE UNA PERSONA COMO TU QUE APROVECHA EL TIEMPO LEYENDO EXCELENTES ESCRITORES, ME REGALES MINUTOS DE TU TIEMPO LEYENDO MIS TEXTOS.
YO TAMBIÉN ADMIRO TUS POESÍAS, COMO MUCHOS QUE TE ADMIRAN
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July 12, 2016

Lucy Reyes

Estoy feliz, porque sí se publica la foto del abuelo Lorenzo.. Mi hijo mayor hizo la pintura al óleo y yo tomé la foto Creí que no pude enviarla. ¡Qué sorpresa! Quedo tranquila.
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July 10, 2016
 

Gustavo Adolfo Vaca Narvaja

Un relato ágil, ameno, de personajes reales y abundantes en este mundo, donde cada vez es más común la internación de los “viejos” en los geriátricos. La soledad de la vejez, con una mente sana, es doblemente dolorosa cuando hay abandono. La longevidad es un problema NO RESUELTO desde el punto de vista sanitario. Los promedios de vida se alargan, los problemas crecen y el no encontrar EL LUGAR o ser desechado agudiza su futuro. Una materia pendiente en dos áreas la sanitaria donde habría que agregar una materia de GERONTOLOGÍA y el ESTADO, en que deberá abocarse a contener los viejitos en sus hábitat naturales y si no es posible habrá que pensar en COLONIAS. Buen relato que trae un problema que cada día aumenta
Felicitaciones Lucy
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July 07, 2016
 

Lucy Reyes

Gracias Gustavo, tu análisis es muy importante, por cuanto encuentras de alguna manera solucionar estos problemas tan recurrentes que suelen afectar la salud de los mayores adultos, sus estados de ánimo, sus tristezas y abandonos.
Tus conocimientos y tus buenos sentimientos te inducen a pensar en una materia de GERONTOLOGÍA y el ETADO, en fin, pensar de manera profunda en soluciones ante estos problemas, que como bien dices crecen más cada día.
Cordial saludo.
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July 07, 2016

Maritza Talavera

Excelente relato; Lucy

Realista; me gusta la coherencia del inicio al fin y principalmente el mensaje que nos entregas; manteniendo el entusiasmo por conocer el desenlace.

Felicitaciones !!! Saludos cordiales
Responder
July 03, 2016
 

Lucy Reyes

Gracias Maritza, me agrada que te haya gustado mi modo de relatar esta historia, que de verdad, es recurrente y preocupante.
Cordial saludo.
Responder
July 03, 2016

raymundo

Formidable relato...que mantiene al lector atento a su desenlace. Eres genial en estos escritos, mis felicitaciones querida amiga....te envìo un abrazo fraterno desde mi querido Perù.
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July 01, 2016
 

Lucy Reyes

Gracias raymundo por ese estímulo, el que que me alegra y me impulsa a seguir escribiendo.
Yo también admiro mucho tus poesías y tus conceptos.
Cordial abrazo querido amigo
Responder
July 01, 2016

gabriel falconi

Muy bueno realismo puro te felicito
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June 30, 2016
 

Lucy Reyes

Gracias gabriel por ese reconocimiento
Responder
June 30, 2016

Elvia Gonzalez

un texto real, presentado con un estilo, de dialogo, y cuento, pero que encierra, el abandono que sufre la mayor parte de los abuelos, quizás no estamos preparados para entenderlos y no les tenemos paciencia, mi madre tiene 81 años y vive conmigo, y aveces me cuesta mucho, entenderla, entrar en ese su mundo, y la dejo que se vista o ande como le de la gana, otras, la debo agarrar, bañarla, cambiarla, asear su cuarto etc, y conocí otro que por su genio difícil y comportamiento agresivo, su hijo lo mando a un hogar, lo iba a ver continuado, pero su nuera, nietos nunca, tenia dinero, pero a la hora de la vejez, no sirve, murió, en soledad en fin son etapas muy duras, para una persona mayor. principalmente creo que nos falta paciencia, amor, y mucha comprensión y tiempo para dedicarles, son como niños, solo que grandes, yo cuando era muy joven cita, con amigas, íbamos a los asilos y les leíamos cuentos e historias, llevábamos facturas y tomábamos mate hoy no tengo ese tiempo. grato leerte, me gusto.
Responder
June 29, 2016
 

Lucy Reyes

Gracias Elvia, sí es una etapa difícil de la vida, sin embargo, algunos ancianos conservan su lucidez, son amados por sus familias y mueren dignamente, pero la mayoría de ancianos son abandonados por sus familiares y el estado poco se preocupa
por ellos. Ojalá personas como lo hiciste en tu juventud visitaran a esos ancianos y los ayudaran a pasar el tiempo distraídos
Cordial abrazo.
Responder
June 30, 2016

Battaglia

Maestra del Relato:

No soy una experta en este arte, sin embargo siempre me ha parecido fascinante la manera que en ambientas y contextualizas tus relatos, la forma increíble y ágil en que nos vas llevando, casi casi de la mano hasta ese final que muchas veces es inesperado y que encierra moralejas y consejos...por ello Mis Felicitaciones para ti....

Tu relato me recordó mucho la soledad que viven los hombre en especial de la tercera edad, nunca es fácil enfrentar la realidad y mucho menos el verse y saberse solos por completo. Muchas veces los subestimamos pensando en que por su edad no entienden las cosas, cuando somos nosotros los que no estamos preparados ni entendemos la sabiduría que ellos guardan.
Tu personaje me sono muy parecido al protagonista de la novela "La casa de las bellas Durmientes"de Yasunari Kawabata...
Esa soledad que solo se conoce en los últimos años de nuestra vida...

Mis respetos Lucy!!!!!
Responder
June 29, 2016
 

Lucy Reyes

Aunque dices no ser experta en este arte, has comentado como si lo fueras, dejando mi satisfacción de recibir de tu reflexión este apoyo, conociendo tu inteligencia y tus textos que siempre admiro.
Este cuento va con el dolor que sufren los ancianos abandonados y solos, resultado de ingratitudes.
Un abrazo de agradecimiento querida Battaglia.
Responder
June 29, 2016

Enrique Gonzlez Matas

Querida amiga Lucy, te has superado a ti misma en este relato, como siempre lleno de realismo, pero, además, con un gran sentido del humor. Retratas muy bien el tema de la soledad de los mayores, sus carencias, costumbres, amores perdidos...
Te felicito efusívamente porque describes con mucha naturalidad la verdad de la vejez y el abandono.
Recibe mi mejor abrazo.
Responder
June 29, 2016
 

Lucy Reyes

Me encanta tu comentario y te lo agradezco. Este cuento lo escribí inspirada en una pintura al óleo de un anciano procurando enhebrar una aguja, obra realizada por mi hijo mayor, le tomé la foto, la mandé a imágenes, quedó en el archivo de mis escritos, quise mandarla con el texto y lo hice, pero no resultó sólo salió el texto, creo que se debe a que no sé cómo se hace, no sé manejar lo de las fotos, pienso que aprenderé, en todo caso como bien observas, no todo es tan triste y me valgo del buen sentido del humor.
Muchas gracias Enrique, para mí es un honor recibir tus comentarios.
Cordial abrazo.
Responder
June 29, 2016

Mara Vallejo D.-

Hola Letty.
La historia que hoy nos compartes huele a realidad; primero por la forma impresionante de relatarla y segundo, la verdad que ella guarda. Como Dama Rosada, (Ya sabes las funciones) he podido comprobar la tristeza reflejada en tantos rostros por la soledad . . . .he adoptado emocionalmente a muchos y les visito con mi hija cada 15 días y la pasamos súper, ya no con un vestido rosado . . . _
Te envío abrazos

Responder
June 29, 2016
 

Lucy Reyes

Gracias María, soy Lucy , no Letty. De todas maneras agradezco tu buen comentario al reconocer que es una realidad y gracias por leer mi texto.
Te felicito por ser dama rosada, eso comprueba tus buenos sentimientos y tu calidad humana, te admiro.
Te felicito.
Lucy
Responder
June 29, 2016

Mara Vallejo D.-

Oh por Dios Lucy, discúlpame, amiga mía . . .
Ojalá no sienta lo que yo, cuando alguien confunde ni nombre; por eso, te pido disculpas, Vale?
Te envío abrazos.
Responder
July 01, 2016

Lucy Reyes


Amiga María, no te preocupes, yo también me he equivocado, todos nos equivocamos alguna vez.
Responder
July 01, 2016
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