"Pipas Morales mejores que las normales" (Diario)
Publicado en Jun 26, 2016
Como he repetido ya muchas veces, yo siempre he sido defensor (y lo sigo siendo) de la unidad familiar. Que mis hermanos varones no lo hayan entendido así no es un problema que afecte a mi decisión. Por eso cuando "Gimi" dividió a la familia en "los suyos" y "los otros" yo me negué en rotundeo a separarme de quienes formaban dicha unidad familiar. No me importa lo que mis otros hermanos varones pensaran de mí. Yo era líder por naturaleza y por la Gracia de Dios y un líder debe saber qué es lo que quiere. Y yo quería (y sigo queriendo) a mi familia. Por eso, al separarse "Gimi", "Califa" y "Fantini" de nuestro lado, permanecí siendo fiel a mis padres, a mi abuela materna, a mi hermana, a Bernardo y al resto de los familiares más humildes; porque la división era producto de la soberbia de "Gimi". Nada tenía yo contra él ni lo sigo teniendo pero mi fuerza de voluntad es la que me hace que haga lo que quiere Dios.
Una vez separados mis tres hermanos varones de la unidad familiar, recuerdo que Bernardo, como agradecimiento a mi decisión, ofrecía una gran cantidad de pipal a granel como entretenimiento familiar cuando pasábamos tardes enteras (verandiegas y no veraniegas) charlando animadamente alrededor de la mesa comiendo pipas tras pìpas hasta dejar enormes montones de cáscaras sobre el mantel (pero sin tirarlas al suelo). Yo, por estar también agradecido a Bernardo, comencé a pensar que sería bueno inventar un eslogan sobre su producto; grandes pìpas de girasol con tueste especial. Así que muy pronto encontré la respuesta: "Pipas Morales mejores que las normales". Todavía recuerdo el éxito que dicho eslogan tuvo entre los compañeros y las compañeras del Banco Hispano Americano de Madrid mientras sonreía mi gran amigo José María Parrondo Feito. Sólo cumplí con mi misión de líder y con esa misión ayudé a que el negocio de Bernardo e Isabel siguiera progresando. Siempre me alegré de ello y siempre lo he hecho sin ningún interés económico de por medio. La verdad es que eran unas pipas extraordinarias cuyos orígenes eran los girasoles de la población de Tarancón (en la Cuenca de España). ¡Qué tardes más divertidas! ¿Eres verdadero? Me preguntó mi cuñada Joaquina. Sólo le respondí, entre sonrisas, con eso tan famoso de "quien pregunta lo que no debe, oye lo que no quiere" (sabio refrán español). En definitiva, que sigo siendo tan familiar como siempre sin importarme para nada (yo no acepto jamás chantajes de ningún tipo y mucho menos los emocionales) lo que opinen de mí esos hermanos varones que me rechazaron por ello. Y es que un líder, cuando es verdadero, no debe dejarse manipular sino saber qué es lo que debe pensar, qué es lo que debe decir y qué es lo que debe hacer. Sí. Soy verdadero. Y hay cosas que no se deben preguntar porque son totalmente evidentes, porque debemos siempre confiar en lo que dice la Biblia: "honrarás a tu padre y a tu madre y a Dios por encima de todas las cosas". Por eso la familia que vive unida permanece unida. O, por lo menos, eso es lo que yo creo y defiendo. Si "Califa" y "Fantini" no tuvieron suficiente fuerza de voluntad para negarse a separar a la familia sólo a Dios le corresponde juzgarlo. Yo, comiendo pipas Morales me sentía feliz, no por las pipas en sí mismas sino por estar junto a mi familia o, mejor dicho, a la parte más humilde de mi familia; la que había sido despreciada y rechazada por los caprichos de "Gimi". Ma eso tampoco lo juzgo yo. Para eso está Dios. Nota.- Si te quitan la camisa, regálales tambíen tu chaqueta, porque yo te daré un abrigo" (Palabra del Señor). Y es que la mejor herencia que existe es la Paz de Dios.
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