Vamos directos al asunto. Los GRAPO eran la "ETA madrileña". Así que había que descabezar a los GRAPO en nuestro propio territorio antes de ir a descabezar a la ETA en el territorio vasco. La cuestión era saber encontrar los hilos más adecuados porque, como me había enseñado mi abuela materna desde mi más tierna infancia, "por el hilo se llega al ovillo". Reuniones. Silencio. Guardar silencio mientras los demás hablaban demasiado y después el turno interminable de las cervezas hacían lo demás. Silencio. Beber solo una caña para poder pescar en silencio. Ya se sabe que los buenos pescadores siempre hacen eso. No era ni fácil ni difícil. Era sólo cuestión de inteligencia. 
 
Para quienes viven sin problema alguno en la Era de la Democracia hay que contarles la verdad. ¿Quiénes fuimos los verdaderos forjadores de la Transición para una España libre? Los que nos arriesgamos a caer en medio de las calles o a salir volando por los aires sin paracaidas alguno que nos librara de la muerte. Así que hablemos de los años 70. Como se puede constatar consultando Wikipedia, los Grupos de Resistencia Antifascista Primeor de Octubre (GRAPO) fueron una organización terrorista española nacida en 1975. Su objetivo era la instauración de un Estado socialista en España. Eran el brazo armado del Partido Comunista de España (reconstituido), como sentenciaría en 2006 la Audiencia Nacional. Los GRAPO estuvieron formados por una cantidad de miembros que habría oscilado entre menos de veinticinco y a lo sumo doscientos. Se llegó a especular con la posibilidad de que la formación pudiera haber estado «manipulada» por la extrema derecha o por elementos parapoliciales, sin embargo Avilés Farré se opone a esta tesis, aunque matizando que estaban muy aislados respecto al resto de la izquierda radical. Las acciones del grupo se saldaron con un total de más de ochenta víctimas asesinadas. Pero yo añado que, por propia experiencia propia, sí que tenían relaciones más o menos secretas con la extrema derecha de Fuerza Nueva (Blas Piñar) y los Guerrilleros de Cristo Rey. Había que acabar, por lo tanto, con todos ellos. Era la decisión de luchar por una España verderamente liberada de los extemistas, tanto de derechas como de izquierdas (porque eran la misma cosa) la que hizo que algunos nos moviéramos en todos los frentes políticos, en completo silencio, y haciendo beber más de la cuenta a los que se las daban de "listos". Y puse en movimiento mis neuronas.
 
Quise decirte vida mia lo que por ti yo estoy pasando pero no pude, pero no pude porque estabas comunicando, comunicando, comunicando. Quise decirte que me muero que por tu culpa estoy penando pero no pude, pero no pude porque estabas comunicando, comunicando, comunicando. Comunicando, comunicando con quién podrias estar hablando tú indiferente y yo esperando que no estés al llamarte comunicando, comunicando. He de decirte tantas cosas pero mi vida, ¡cómo y cuándo! si cuando llamo, si cuando llamo tu estás siempre comunicando, comunicando, comunicando. Comunicando, comunicando, con quién podrias estar hablando tú indiferente y yo esperando que no estés al llamarte comunicando, comunicando. He de decirte tantas cosas pero mi vida, ¡cómo y cuándo! si cuando llamo, si cuando llamo tu estás siempre comunicando, comunicando, comunicando, Comunicando, comunicando, con quién podrias estar hablando tú indiferente y yo esperando comunicando, comunicando, comunicando, comunicando, comunicando, comunicando, comunicando.
 
¿Con quién estaba yo comunicando? Más de una se va a llevar una sorpresa cuando sepan la verdad. Por eso no dejo de reír. Años 70 y años 80. Comunicando. Comunicando era la verdad. Pero queda la sorpresa para quiénes no se daban ni cuenta de dónde se encontraba el quid de la cuestión. Y, por cierto, para ser explícitos del todo, en Cataluña había bastantes "butifarras" y en Galicia bastantes "percebes". Lo reconocen los propios catalanes y los propios gallegos y lo sabemos quienes guardábamos silencio mientras las cervezas hacían estragos entre los "listos". Y es que en todas las listas aparecían sus nominaciones al Premio Mayor para los "tontos útiles" que es lo peor que le puede suceder a cualquier tonto. Porque tonto, lo que se dice tonto, algunos sí que lo eran pero lo de ser "tontos útiles" rizaba ya el rizo del absurdo "sartriano". Y es que les daba por leer demasiado a Sartre...